Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

10. Destino

Entre el crujir de las hojas, un agraciado cuerpo salía disparado de su escondite y corrió a la par del borde del río, su objetivo era buscar la manera de atrapar aquel descuidado cuerpo que dejó de chapotear entre la tierrosa agua, pero observó que llegaría a un punto donde la abisma distancia en el camino del rio se encogería, lo malo es que venía una caída profunda de la cual, ningún ser es capaz de sobrevivir. 

El individuo apresuró su andar y llegó unos segundos más adelante que el cuerpo de la inconsciente mujer.  Supo que no podría agarrarla con el poder de su mandíbula y no tuvo de otra que tomarla con sus brazos y sacarla con fuerza, y así lo hizo. Un hombre había cambiado de apariencia para salvar a una desconocida. Tomó su mochila a la cual la mujer se encontraba aferrada y con un sobre esfuerzo sacó el cuerpo frío del agua. 

El hombre de cabellos azulados oscuros arrastró un poco el cuerpo desastrozamente ensuciado de una mujer pelirroja lejos del peligro del río y se sentó a un costado de la misma, apoyó con cuidado su oído contra el ligero sobresaliente pecho de la misma y verificó que su corazón latía, débilmente, pero latía. Con habilidad volteó su cuerpo y prestó atención a sus refinados sentidos de audición y reconoció el líquido que había llegado a sus pulmones y eso era una mala señal. 

Con paciencia y poca delicadeza separó los labios morados de la chica. Estaba decidido darle el aire necesario para luego sacar el líquido retenido en su interior, pero antes recordó que primero eran las pulsaciones sobre su pecho y eso hizo, repitió eso treinta segundos y luego aproximó sin ningún sentimiento hacia sus labios y darle el aire que necesitaba mientras pellizcaba su nariz. Volvió a repetir el procedimiento en sus pulsaciones y luego logró que aquella mujer escupiera hacia un costado toda el agua que había tragado. 

Sin embargo, la pelirroja estaba muy débil como para recuperar su consciencia ya que su visión algo distorcionada lo identificó y luego volvió a caer en una especie de sueño. 

—Alfa.

El hombre se giró al sentir unos gruñidos a sus espaldas, su mirada se dirigió hacia otros lobos como él. Sí, él se consideraba un lobo como ellos y por eso se siente mal el tener que cambiar a su forma humana para poder salvar a una anomalía entrando a su bosque. 

—No se quedará con nosotros, pero está herida y puede que muera si se queda en la intemperie.— Explicó hacia el reducido grupo de 3 lobos que lo acompañaban. Estos animales entendieron, sin embargo miraban con algo de recelo al cuerpo extendido en la tierra. 

El hombre decidió tomar en brazos a la mujer, como si fuera alguna presa muy pesada y con su mano libre tomar la mochila que traía con ella, sería el pago de todas las molestias que se estaba tomando, y caminó entre los árboles seguido de la jauría que tenía a cargo hasta que sus cuerpo no fueron reconocidos entre la ligera neblina del horizonte. 

A los pocos minutos que ellos se marcharon, una pantalla brillaba entre el fango y no paraba de vibras hasta que este cayó por la caída del final de aquel río. 

El ruido de los autos llegando a su hogar fueron algo que despertaron a la pelinegra del sueño pesado que tuvo en el pasillo, lloró hasta que sus ojos hinchados se quedaron dormidos y ahora con el sonido y las luces de varios colores despertaron su curiosidad. Yuki caminó hacia la salida que daba a su patio y encontró la figura de su madre junto con un oficial quien tomaba testimonio acerca de lo ocurrido. El corazón de la pelinegra se agitó y el miedo se inmiscuyó en ella. 

—Yuki.—Su madre la había llamado con seriedad y su cuerpo solamente se dirigió hacia ella con la cabeza gacha. 

No sabía que le iba a ocurrir hasta este punto, pero tembló una vez más cuando estaba alojada en el centro junto a varios oficiales, bomberos y vecinos de la localidad. Antes de poder gesticular una palabra, varios de los ancianos preguntaron sobre su bienestar. 

—¿Te encuentras bien Yuki-chan, te ves pálida?— Fue una ancianita que era una de las vecinas de su casa cuando era menor. 

La pelinegra solo asintió con la cabeza y miró con temor al oficial que había terminado de hacerle unas preguntas a su madre y ahora ese era su turno. 

—¿Sabes en qué punto ustedes se separaron?— Preguntó, pero la contraria se encontraba un poco confundida.

—Ustedes los jóvenes deberían tener más cuidado si van a jugar cerca del bosque, sobre todo con este clima.—Intervino un oficial mucho más mayor quien solo chasqueaba la lengua mientras sacaba un cigarrillo para fumar.— ¿Esa chica es de la localidad, si quiera?

—No...—Yuki se animó para responder y adaptarse a la situación.—Recuerdo que terminamos en el oeste de la separación de la hierba alta y la entrada del bosque. 

El oficial joven tomo apuntes y luego se dirigió hacia sus compañeros para ir en busca del siguiente testigo y tomar su testimonio. Hana luego se hizo cargo de llevar a todas las personas reunidas en su propiedad fuera y tener finalmente una charla con su hija. 

Yuki la esperó dentro de la casa y sentada frente a la mesita casi vacía de la sala, recordó la nota de la estúpida visitante y su enojo se revelaba bajo la máscara de su patética apariencia. Al rato la mayor se presentó en la sala y se sentó frente a frente a la adolescente casi graduada de su último año de instituto. La miró fijamente mientras que su hija esquivó cobardemente la suya. 

—... Solo preguntaré el por qué lo hiciste.— Habló Hana en un tono serio.

—Quería que se fuera.—Respondió la contraria luego de varios minutos. 

—Esa no es una razón para hacerle daño a las personas, tampoco es inteligente solucionar tus problemas o malentendidos de esa forma Yuki, no te eduqué para que seas así. 

—¿Acaso tú me educaste?— Dijo la pelinegra en un tono irrespetuoso y altanero, Hana quedó impactada por aquella actitud que desconocía de su propia hija. 

—Compórtate Yuki, conoce tus límites.—Respondió la mayor con un tono ligeramente molesto, pero se dijo que le daría la oportunidad a su hija de explicarse antes de poder tomar una decisión como castigo ante todo este problema.— Si tienes algo que decir, dilo ahora mismo antes de cerrar esta conversación y meditar tu castigo. 

La pelinegra solo se limitó a morderse el labio como señal de disgusto ante la presión a la que se encontraba expuesta. Odiaba esto, y las ganas de escupir todo lo que tenía que decir en contra de su madre era... era... algo casi imposible por su cobardía. 

—Yo... yo solo tengo una pregunta— Habló luego de meditar varios minutos.—¿Por qué siempre te preocupabas más por los demás y no por mí?— El amargo dolor atado en su garganta se ponía cada vez peor—¿¡Quiero saber por qué siempre le dabas tu cariño a los demás y no a mí!?— Su desate emocional continuaba de nuevo y luego la frustración la abrazaba— Nunca me quisiste tanto como a Ame. 

—Estás equivocada, yo los amo a cada uno por igual.— Contestó seriamente Hana quien sostenía su mirada hacia su hija. 

—¿Por igual? Tú me abandonaste cuando se desató una tempestad al igual que ahora. Estuve esperándote por ti horas y horas mientras veía como otros niños normales se iban con sus padres. ¿Qué estuviste haciendo mientras tanto?—Finalizó con sarcasmo la última frase.

—Salvando a tu hermano de ser arrastrado por la lluvia, entendí que no podía retenerlo más en el mundo de los humanos porque no era lo que lo apasionaba. 

—¿Y dejaste que un niño inmaduro se quedara en el bosque? ¿Eso es lo que hace una buena madre?— Presionó cada vez más y más a su madre para que entienda de una vez por todas también su sufrimiento, también fue victima de transformarse en lobo en clases, ella luchó muy duro para encajar e ir por el camino más difícil porque quería vivir una vida normal. 

Enamorarse, tener hijos, tener una familia feliz y finalizar el cuento como algo que ella espero en su infancia cuando perdió a su padre, era muy pequeña cuando supo que murió y no hace mucho se enteró por periódicos viejos la forma horripilante en como los humanos lo sacaban de ese lugar por solo querer "atrapar la cena."

—Únicamente lo dejé para que sea feliz.—Hana mostró una sonrisa indecifrable para la pelinegra.— Cada uno de ustedes tiene ideales y preferencias diferentes, tu preferiste seguir con tu lado humano-

—¡Porque quería encajar!

—Sin embargo esa fue tu decisión.— Confesó la adulta. 

—Yo solo los crié con amor, afecto, lo mejor que más pude. Nunca recurrí a mis padres o a mis amigos cuando tu padre murió, porque tenía miedo que fueran lastimados por sus comentarios. Incluso traté de hacerlos encajar en una sociedad que no ve normal tener hombres lobos, pero fallé. Entendí que las dificultades que vivirían si hubiéramos seguido en la ciudad los llevarían a pasar malos momentos y serían discriminados.  Para protegerlos de que sean juzgados los traje aquí y cada uno luego escogió su forma de vivir por sus preferencias. Jamás me impuse en sus decisiones, únicamente los guié para que sean mejores personas, Yuki. 

Yuki se quedó sin palabras al ver la confesión profunda que su madre le daba, pero aún así, su inmadurez la hace cometer errores y no le permite aceptar eso como respuesta a su abandono. 

—Si aún crees que no me importas, no te hubiera apoyado luego con tu decisión de seguir estudiando en la ciudad. Si no me hubieras importado, ni siquiera me tomaría el tiempo de ir a visitarte cuando aún estabas en secundaria. Si no iba seguido, es porque estuve trabajando para poder mantener tu colegiatura y no me refiero a pagar la pensión ya que era un buen colegio público. Tus materiales, tus mensualidades, el pago de tu transporte, la residencia del colegio. Todo ese valor monetario no me importa en lo absoluto en haber gastado porque eres mi hija y mereces siempre lo mejor. Así mismo para Ame, a pesar de todos estos años que ha pasado fuera de casa, yo aún sigo esperándolo. Respeto su privacidad y decisiones desde lo lejos porque él desea forjar su vida de otra manera, tal vez una vida que tu padre lo hubiera guiado si estuviera aquí... 

—...

—Sin embargo, yo no estoy aquí para ser interrogada acerca de las decisiones que hice como madre para lo mejor de ambos.— Finalizó Hana manteniendose firme ante lo declarado.

—...Yo... me disculpo por las estupideces que dije y los errores que cometí.— Mencionó Yuki agachando su cabeza mientras que sus gruesas lágrimas caían sobre su regazo. La vergüenza y arrepentimiento hicieron ver cuan equivocada estuvo por las actitudes del pasado que cometió. Su falta de madurez solamente hicieron que se enfocara en pequeñeces y olvidara cuanto esfuerzo hizo su madre por criar a ambos. 

Eso es amor de madre. 

—Es bueno que abrieras los ojos. Si te molestaba la presencia de Tsubaki-chan, debías haberlo dicho, en vez de gritarme y criticar mis acciones cuando es de sentido común hacer algo.—Contestó Hana— Ella se iba a quedar una temporada por sus vacaciones mientras me ayudaba en la reserva, le interesa sobre los lobos porque estudia biología en la universidad y deseaba aprender más sobre las especies "extintas" en Japón. Me preguntó mucho sobre ustedes. Ella era una persona igual que yo, comprendía y aceptaba sin prejuicios quienes eran... Yo quise aprovecharme de su conocimiento para tener la esperanza de volver a ver a Ame. 

La adulta se levantó y caminó sin mirar a su hija, quien aún necesitaba madurar y comprender el mundo que la rodea. 

—Tu castigo será tu propia consciencia.— Finalizó Hana al momento de dirigirse a su habitación. 


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro