Aunque pasen millones de años seguiremos viendo la misma luna, y si en esta vida no lo logré, viviré cuántas sean necesarias para amarte de la manera correcta. Ellos no tuvieron el mejor final, pero sonrieron todas las horas que estuvieron juntos y tan solo por eso valió totalmente la pena. Porque contigo aprendí que no todos los caminos conducen a Roma ni todas las historias de amor deben tener un final feliz para ser recordadas. Quizás la nuestra nunca tuvo un final... quizás te estaré esperando en el lado opuesto de la luna.
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