en una tranquila tarde de verano en Surrey. Harry y Emma Potter están en su habitación mirando el libro de imágenes que Rubeus Hagrid les dio al final de su primer año en Hogwarts; miran la foto de éllos cuando eran un bebé con sus padres, luego pasa la página para ver una foto de éllos con sus amigos más cercanos, Ron Weasley y Hermione Granger; junto a su hermana y el luego escuchan a sus lechuzas Lili y Hedwig gorjeando y ululando en su jaula.

Narra Harry.

–No incistan, no los podemos sacar.–Dijo un Harry ya crecido de edad y  altura, su hermana se posicionó al lado de su lechuza.

–Perdon Lili, pero no podemos.–Le dijo.–No nos, dejan usar magia fuera de la escuela.

–¡Harry y Elena Potteeerr!.–Escuchamos el grito de tío Vernon, y ambos cerramos los ojos.–Lo lograron.–Dije en susurros.

–Voy yo.–Me dijo mi hermana, me levanté y la detuve.

–Vamos juntos.–Le dije, y suspiro.

En la cocina, Petunia está preparando un pastel cuando Harry entra.

–Está ahí, Vernon.–Nos señalo nuestra tía. Harry y Elena entran en la sala, donde el tío Vernon está vistiendo a Dudley.

–Se los juro, si no controlan a esos malditos animales, deberán irse.–Dijo mientras arreglaba a su bebé, mi hermana rodo los ojos molesta.

–Pero están aburridas, Si pudiera dejarla salir por ... una o dos horas.–Les dije.

–¿Entonces pueden enviar mensajes secretos a sus pequeños amigos extraños?, No señor.–Dice Vernon riéndose.

–Pero no hemos recibido ningún mensaje de ninguno de nuestros amigos. Ni uno. Todo el verano.–Les dijo Elena.

–¿Quién querría su amistad?.–Golpea a Harry con dureza su hombro con su hombro, Elena se da vuelta lista para hacerle algo pero la tomo de su brazo deteniendola y me mira furiosa.

–Deberian ser más agradecido.–Nos dice nuestro tío, alison lo ve con sus cejas levantadas sin poder creer lo que dice.–Los hemos criado desde que son bebés, los alimentamos de nuestras mesas, Y Durlyes les dió una de sus habitaciones, por qué nuestro corazón es bondadoso.–Dijo orgulloso de su bebé y de el.

–Lo habrá echo a la fuerza y su corazón es enorme como su estomago.–Dijo mi hermana en susurros y molesta.

–No amor, Es para cuando lleguen los meyson.–Le dijo Petunia y le dió un golpe en su mano, Elena suspiro y se retiró a nuestra habitación.

–Lo que debería ser en cualquier momento.–hace un gesto para que su familia pase a la sala de estar.–Ahora, repasemos nuestro horario una vez más, ¿de acuerdo? Petunia, cuando lleguen los masones, estarás ...?.

–En el salón, esperando para recibirlos gentilmente en nuestra casa.–Dijo Ella con su vos chillona.

–Bien. Y, Dudley, ¿serás ...?.–Lo miro.

–Estaré esperando para abrir la puerta.

–Excelente.–Dijo el, los tres se vuelven hacia Harry con miradas de desprecio.–¿Y ustedes...?

–Estarémos en mi habitación, sin hacer ruido y fingiendo que no existimos.–Dijo Harry incluyendo a su hermana.

–Y dile a tu hermana que no haga ninguna locura.–Me dijo señalandome y me retire. ella se encontraba en el pasillo.

–¿Escuchaste.–Le pregunte.

–Si obvio "estaré en la puerta recibiendo a las visitas".-Dijo imitando la voz de nuestro primo, riendo subimos a nuestra habitación, al entrar obsevamos a un duende saltando sobre la cama de mi hermana, cerre la puerta.

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