Narra Elena...

–¡Sr. y Sra. Mason!, ¡Entren!.–Desde abajo se podían escuchar las voces de las personas.–Elena y Harry escuchan a alguien riendo locamente en su habitación. Abren la puerta para encontrar a un elfo doméstico llamado Dobby brincando en su cama.

–Hermanos Potter.–Dijo el elfo sorprendído.–Es un honor conocerlos.

–¿Quién eres?.–Dijo Elena  asercandose al elfo y sentandose en la cama de Harry mientras esté cerraba la puerta.

–Dobby, señores.–Dijo tímido.–Un elfo domestico.

–No quiero ser grosero pero no es el momento para tener a un elfo doméstico en nuestra habitación.–Le dijo Harry.

–O~Oh, si señor.–Dijo con sus manos al aire.–Dobby entiende solo que Dobby vino a decirles, e...e...esto es... Difícil señores.–Decia el elfo mientras jugaba con sus manos nervioso.–Dobby  pregunta por dónde empezar.

–Por que no te sientas.–Le dijo amable Elena, el elfo la miro.

–S...se...sentarme.–Exclamo incrédulo el elfo, pronto comienza a llorar.

–¡Dobby, ssh! ¡Lo siento!.–Dice Harry tratando de que haga silencio, Dobby llora más fuerte.–No quisimos ofenderte así.

–Ofender a Dobby, Dobby ha oído hablar de sus grandezas, señores, pero nunca un mago le ha pedido que se siente como uno igual.

–Imagino que no frecuentas a magos decentes.–Le dijo mi hermana sonriendole.

–Nooo, yo jamás.–Dijo el luego se golpea la cabeza en el cajón de la cómoda repetidamente.–¡Malo Dobby!  ¡Dobby malo! ¡Mal Dobby!

–¡Detenlo, Dobby! Dobby, shh! ¡Dobby, por favor detente!.–Decia Harry  mientras tratabamos de que dejara de hacer ruido, Desde abajo, en la sala de estar, los Dursley y los Meysons están bebiendo un poco de vino mientras escuchan los golpes desde arriba.

–No se preocupen, es solo el gato.–Dijo Vernon nervioso, mientras el Sr. y la Sra. Meyson miran, convencidos y preocupados al mismo tiempo.

–¡Malo Dobby!.–Decia Dobby aún golpeándose con el cajón del mueble.

–¡Dobby, detente! Por favor quédate quieto, ¿Estás bien?.–Le preguntó Elena preocupada.

–Dobby tuvo que castigarse a sí mismo, señores.–Dijo Dobby. se acerca un taburete a Harry.–Dobby casi habla mal de su familia, señor.

–¿Tu familia?.–Preguntaron los hermanos curiosos y sentandose en la cama de Harry.

–La familia de magos a la que Dobby le sirve.–Dijo arrodiyandose en el taburet.-Dobby está destinado a servir a una familia para siempre. Si supieran que Dobby estuvo aquí ... –se estremece.–Pero Dobby tenía que venir. Dobby tiene que proteger a Harry y Elena Potter, Para advertirles. Harry y Alison Potter no deben volver al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería este año.–Harry lo mira con sorpresa.–Hay un complot, un complot para hacer que sucedan las cosas más terribles pasen.

–¿Qué cosas terribles?, ¿Quién lo está tramando?.–Le preguntó alison, tratando de resistirse a sí mismo para no decir algo.–¡Oh, él! ¡No puedo decirlo!.–Dice Dobby.

–Está bien, lo entiendo. No se puede decir.–Le dice Emma.

–No me hagas hablar. L--. –Dobby se sube al escritorio, agarra la lámpara y se golpea con ella.–¡Malo Dobby!.

–Dobby? Dobby, baja la lámpara.–Le dice Harry, sigue golpeándose, en la sala de estar, Vernon todavía está conversando con los masones.

–Y cuando estaba en el hoyo nueve... –Cuenta su chiste Vernon pero escucha alboroto en la habitación, Se escucha el grito de Dobby, Vernon lo escucha arriba mientras parece sospechoso.
Harry y alison están tratando de quitarle la lámpara a Dobby.–¡Dame la lámpara!.–Dice Harry y Dobby sigue esforzándose hasta que ambos hermanos oyen a Vernon subir las escaleras.–Dobby, detente!.–Le dice alison finalmente se lo quita a Dobby, Harry agarra sus harapos, lo esconde en el armario y cierra la puerta.–¡Entra y cállate!.–Le dice y ambos hermanos se juntan.

Entra Vernon abriendo la puerta, pisando fuerte en la habitación y mirando a Harry.–¡¿Qué diablos están haciendo aquí ?!

–Nada, ¿acaso no podemos hablar?.–Le pregunto mi hermana, nuestro tío la señalo.

–Yo... No.... Nosotros.–Decia Harry, y ambos miramos la puerta del armario, Harry la cerro con su mano.

–Arruinaron el final de mi broma japonesa de golf.

–Lo sentimos.–Se disculpo Harry por los dos.–Vuelve a cerrar la puerta de nuevo. Vernon mira hacia la puerta del armario, sin darse cuenta de la presencia de Dobby, luego levanta el dedo y vuelve los ojos a Harry y Alison.

–Un sonido más, y desearán no haber nacido nunca, muchachos.–ve que la puerta del armario se abre de nuevo–Y arreglen esa puerta.–Dijo y se fue.

–Si, señor.–Dijo ella imitando el saludo militar, Vernon mira a Harry mientras sale de la habitación, cerrando la puerta; sin Vernon, Harry abre la puerta del armario para dejar salir a Dobby.

–¿Ves por qué debemos volver?.–Dobby se quita un calcetín de la oreja.–No pertenesemos aquí; Pertenesemos a tu mundo, a Hogwarts.–Dobby huele el calcetín, lo tira a un lado y se vuelve hacia Harry.–Es el único lugar donde tenemos amigos.

–Los que ni siquiera le han escrito a Elena y Harry Potter.–Dijo Dobby, ambos nos miramos.

–Bueno espero que...–Dijo Harry y se dió cuenta de lo que dijo el elfo.–Un segundo como sabes que nuestros amigos no nos escriben.–Termino la oracion Elena.

–Chicos, ustedes no deben enojarse con Dobby.–Decia Dobby mientras retrocedía. Dobby esperaba a que si Harry y Elena Potter.–Decia mientras detrás de su espalda sacaba varias cartas envuelta en una cinta.–Creian que sus amigos los habían olvidado, Harry y Elena Potter no querrían volver a la escuela, señores.-Dijo abrazando las cartas y con ojos grandes.

-Dame eso.–Dijo Elena mirándolo.-Ahora.

-¡NOO!.-Grito Dobby mientras se guarda las cartas en su arapo gris y corrió hacia la puerta esquivandonos, la abrió y paso el pasillo, bajo las escaleras  llendo hacia el comedor justo la puerta estaba abierta y se vio el pastel que Petunia había decorado, Dobby lo miro sonriente y luego a nosotros.

–Dobby, ven acá.–Le ordenó Harry. El duende negó, levantó sus dos dedos y los chasqueo haciendo un "clic".

-Dobby, bájalo, no lo hagas.-Decia Harry.

-Usted y su hermana deben prometer que no volverán a Howarts.-Le advirtió el duende.

-Noo, Howarts, es nuestro mundo.

-Entonces Dobby debe hacerlo Señor, por el bien de ambos.-Y el pastel se levantó flotando, Elena se asercó al pastel empujando a Dobby,

-Estaba hasta aquí un plomero... Miren toda esa agua, y otro plomero dice si y es que solo es la superficie.-Petunia abrió los ojos enormes al ver a su sobrina con el pastel flotando.-Señor meason, Vernon me dijo que es buen golfista.–Hablo petunia.

-Lo práctico en ocasiones.-Dijo el hombre serio.

-Señora Maeson, su traje es hermoso.

-Oh, todos mis trajes son echos a mano.-Dijo Orgullosa.

Vernon miro sorprendido la escena y nervioso llamo a su hijo.-Oh, Dud... Dudley, querías decir algo.-Dijo pero su hijo, miro hacia donde estaba el pastel.-¡Pastel!.-Dijo, mientras que los señores lo miraban sin entender.

-¿Pastel?, ? ¿qué pastel?.-Dijo Vernon nervioso y el pastel cayó en la cabeza de la mujer sentada en el sofá y Vernon dejo de contar el chiste ya que estaba impactado por la escena, ambos invitados se dieron cuenta y la señora se dió apenas vuelta y el pastel cayó en su cara.

Harry se asome por la puerta, alison intentaba hacer que el pastel no cayera pero sin querer cayó ensima de la cabeza de la "señora Mason", los Durlyes miraron anonandados y molestos y Harry volteo aver al elfo molesto, y este desapareció.

-Oh, Perdonenla es mi sobrina.-Decia nervioso.- Está mal de la cabeza.-Dijo Vernon y Harry miro al elfo mientras que el desaparecia.-No le gusta Conocer extraño les molesta, por eso los teníamos arriba.-Luego volvió a su hermana se asercó a ella.

-Hay dulce de crema.-Dijo petunia nerviosa, la señora Mason la miro sería.

-El único loco eres tú.-Le dijo ella señalandolo, Harry la tomo de los brazos.

-Sacala de aquí.-Dijo Vernon molesto, Harry lo hiso y la llevo a su habitación, alison se sentó en su cama frustrada mientras pateaba el piso. Harry la miraba.

-¿Que?.-Le dijo ella levantándose y caminando de un lado a otro.

-¿Te quieres calmar?.-Le sugirió el.-Asi no hiremos a ningún lado.

-Solo quiero irme de aquí, extraño nuestro mundo.-Le dijo ella

-¿Y crees que yo no?.-Harry se asercó y tomo su mano.-Tranquila volveremos.

1417 palabras.