El lobo se paseaba de forma hostil y severa al rededor de la tienda, había salido para tomar un poco de aire fresco, sus intentos de encontrar a su esposa no estaban dando frutos y lo que más le atormentaba era la idea de que ella no estaba sola. Sus hijos, sus herederos de apenas unos meses de creados* estaban con ella cuando desapareció.

-Ya quedate quieto! - gruñó autoritaria su abuela. Pero el sólo gruñó en respuesta, ella lo sabía, debía entenderlo. Todos sus planes estaban en peligro, tanto trabajo, tanto esperar, tanto sufrir, tanto por cobrar... Ella se había ido! Y se había llevado a los lobeznos con sigo. Lanzó otro gruñido de irritación, la cabeza ya le hubiera estallado de enojo si tuviera forma sólida.

-Debemos encontrarla pronto o no...

-Alpha! -gritó un lobo abriéndose paso entre las tiendas - Milord- dijo llegando hasta el respirando cansado y con su etérea forma bailando y vibrando por el viento y su penosa respiración.

-Habla ya! - gruñó el Alpha.

-No hay rastro de ella, hemos buscado por todas partes, aún hay muchos buscándola, pero...

-Habla! - ordenó el Alpha

-Los Mayores dicen haber sentido algo extraño, algo que nunca habían sentido--el lobo no supo qué más decir, el no lo entendía, pero el Dark sí.

-Vete- susurro tranquilo, como la calma antes de la tormenta - ella se fue- le dijo a su abuela. - cumplió su palabra.

-Pues ve tras ella- le urgió su abuela en un murmullo molesto.

-Yo no soy un Caminante entre Sombras- gruñó.

-Pues encuentra a alguien más que la siga, que la encuentren. No puedes perderlos a ambos Arkin, si los pierdes a ellos...

-No te atrevas Dhara.- jamás le llamaba abuela, ella no lo había criado así, como a un nieto, solo había en el un soldado... En qué momento se le ocurrió unirse a una Caminante entre Sombras, fue un tonto al pensar que los Black eran débiles, Darya lo pagaría, lo pagaría muy caro por haber apostado contra él, todos pagarían...

-Todos pagaran...