❀ Capítulo 20
TaeHyung ya creía tener a HoSeok con él, ya creía ver venir su cuento de hadas, donde él era el protagonista y quien al último vivía feliz con el príncipe azul. Pero tal y como los cuentos de hadas, todo eso fue una ilusión... una fantasía.
Los brazos de HoSeok se aferraban a la cintura de JiMin y su mentón estaba descansando en el hombro del más bajito. La sonrisa del pelinegro parecía estar pegada en su rostro, pues no se borraba en ningún instante.
La señora Jung era otro caso, la sonrisa que minutos atrás estaba impregnada en su rostro, ahora ya no estaba y era reemplazada por un ceño fruncido que era dirigido al pequeño pelirrojo. Tae había notado esto y no desaprovechó el momento.
— Disculpen, pero no me siento bien. — comenzó a decir. — es mejor que me retire a mi habitación.
La mujer de inmediato negó y se apresuró a socorrer al pelicastaño, quien claramente estaba fingiendo.
— Oh cariño, de seguro tienes fiebre. — dijo la mayor, mientras tomaba ambos hombros de TaeHyung. — HoSeok, llévalo a su habitación ¿sí? — pidió. El mencionado abrió sus ojos en par y miró la reacción de JiMin, este último sostenía com demasiada fuerza la fuente entre sus manos y fruncía levemente su ceño.
— TaeHyung conoce claramente el camino hacia su habitación — habló el pelirrojo, tratando de calmar sus ganas de matar a su mellizo.
— Estaba hablando con HoSeok, JiMin, no contigo. — se apresuró a contestar la mujer, fulminando con la mirada al entrometido.
El padre de HoSeok no dejaba de mirar de un lado a otro, él sabía que si su mujer se enojaba, no había nadie, incluyéndolo, que pudiera calmarla.
JiMin se quedó callado ante tal respuesta y se apresuró a dejar la fuente en una pequeña mesa, que se encontraba al lado de la parrilla, y alejarse de HoSeok.
— Hijo, puedes llevarlo, ¿cierto? — volvió a insistir la mayor, retando a HoSeok. A este último no le quedó de otra que aceptar y pasar sus brazos por el hombro de Tae para así "ayudarlo".
El pelirrojo solo observaba todo lo que hacia el manipulador de su mellizo y como su novio lo abrazaba. Realmente odiaba a TaeHyung y suponía que este había dicho o hecho algo para que su "suegra" lo tratara de esa manera tan brusca y fría.
TaeHyung no dejaba de sonreír mentalmente y de caminar con lentitud hasta adentrarse en la casa y llegar a su habitación. El mayor lo ayudó a sentarse en la orilla de la cama y lo soltó para comenzar a caminar hacia la puerta, no quería pasar mucho tiempo con el mellizo de su hermano, pero este no era su día, claramente.
— Sé lo que hiciste con mi hermano — murmuró TaeHyung, manteniendo la mirada en el suelo de la habitación. HoSeok se detuvo ante aquello y maldijo mentalmente.
— ¿Y? Es algo normal hacerlo en parejas — contestó el mayor, tratando de no entrar en detalles sobre ese tema. No se sentía cómodo compartiendo su intimidad con alguien como TaeHyung. En cambio, el pelicastaño ya se había colocado de pie y ahora estaba a unos dos pasos del novio de su hermano.
— Házmelo a mí también — susurró a la par que se abrazaba a su contrario. — Hazme el amor, HoSeok.
El aludido abrió sus ojos en par y se apresuró a negar, sujetó las manos de TaeHyung entre las suyas y las alejó de su cintura con brusquedad, para luego girar y darse cuenta de que su menor estaba al borde del llanto.
— JiMin no te merece... — susurró el castaño, sin dejar de mirar los ojos del pelinegro.
— ¡¿Y TÚ SÍ?! — gritó Hoseok, asustando al menor por su comportamiento. — ¿Crees que me mereces? ¿Acaso piensas que eres lo suficientemente bueno para mí?
Las palabras de HoSeok dañaban a TaeHyung y este ya no sabía hacer o decir, sus lágrimas habían comenzado a resbalarse por sus mejillas y acabar en su mentón.
— Yo amo a JiMin y...
— ¡NO LO AMAS!...— gritó el menor. — tú no lo amas, nisiquiera le hiciste el amor y bien lo sabes.
HoSeok no dijo nada, en cambio, se apresuró a callar a TaeHyung de la mejor manera que vio: un beso.
Tae lo aceptó gustoso y correspondió con la misma intensidad que lo estaba haciendo su contrario. Ambos se estaban besando y disfrutando de este contacto, pero al separarse se dieron cuenta de lo que había ocurrido, al menos HoSeok.
— Deja a JiMin. Déjalo — insistió el menor, mientras se aferraba al cuello ajeno. — Yo te amo, HoSeok, siempre lo he hecho.
El mencionado sostuvo con más fuerza la cintura de TaeHyung y sonrió antes de volver a unir sus labios.
— Te adoro, Tae — susurró en medio del beso. El menor sonrió y no dudó en corresponder efusivamente el beso Sentía que nuevamente volvía a ganar, que por fin tendría a HoSeok.
— Pero no puedo dejar a JiMin — dijo al separarse, terminando con la ilusión del castaño.
Sus frentes se habían juntado, el aliento de ambos eran uno solo y sus manos se mantenían en el cuerpo ajeno, pero todo eso era una simple fantasía para TaeHyung, él ya no sabía si seguir cayendo por alguien como HoSeok o detenerse y rendirse para siempre. Optó por la primera opción. Prefería seguir cayendo en un fondo sin salida a que rendirse y ver como le arrebatan su felicidad, esa felicidad que él merecía desde el principio.
— Sé mío, Taehyung, mío y de nadie más — HoSeok volvió a hablar.
— Siempre seré tuyo. — fueron las últimas palabras del pelicastaño antes de sellar esa promesa con un beso, un beso lento y super tierno para el menor.
[❀]
JiMin estaba viviendo una tortura, su suegra lo miraba mal y se negaba a recibir ayuda de parte suya, mientras que su suegro solo se dedicaba a leer algunas noticias en su móvil.
Se sentía fuera de contexto, este no era su entorno y no podía creer que así fuera, pues anteriormente solía hablar mucho con la señora Jung y reír a carcajadas con el padre de su novio; más sin embargo, ahora todo era diferente. Ahora parecían odiarlo.
Se levantó de la silla en la que se encontraba sentado por más de quince minutos y pensó en ir en busca de HoSeok, algo que no se pudo concretar, pues el mencionado ya venía saliendo de la casa y con una gran sonrisa en el rostro, con un brillo especial en sus ojos y con algo que JiMin no podía descifrar, algo especial en él, que no había logrado ver en todos los meses de noviazgo que llevaba con el pelinegro.
— HoSeok, necesitamos hablar — se apresuró a decir la señora Jung, su tono de voz fue autoritario y la forma en la que sujetó el brazo de su hijo dio a entender a todos los presentes que esa conversación no traería nada bueno. Incluso JiMin lo pensó.
Maratón (2/?)
Siento que esto se está volviendo aburrido :'c
Nota actual:
Maratón 2/2
Solo faltan diez capítulos para terminar la historia, bebés.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro