San Valentín 💕
El olor a panqueques los despertó, eso y que no sintieron el cuerpo de Diana en medio de ellos.
Zack estaba sentado en su lado de la cama, a la derecha, rascándose la barba y Ethan acostado viendo el techo en medio de un bostezo dijo— eso huele muy bien, ya tengo hambre.
—Si, huele bien.
Ambos salieron en boxer y encontraron a Diana bailando mientras comía una fresa y le daba vueltas a un panqueque.
Ambos se sentaron sobre la encimera para verla cocinar, ya que ella estaba de espaldas a ellos muy concentrada en lo que hacía.
Muy pocas veces ella cocinaba, y solo cosas dulces y sencillas de preparar, era terrible en la cocina.
Se dirigió a la nevera por un jugo de frutas, se dió la vuelta con la jarra de vidrio en la mano y el susto que se dió se le cayó la jarra por suerte no se cortó con los pedazos de vidrio.
—Joder preciosa ¿Estas bien? ¿No te hiciste daño?— dijo Zack aún sentado en la encimera ya que Ethan salió como bala a cargar a Diana.
Después de tanto tiempo estaban coordinados con ella, a veces no hacía falta hablar, solo con mirarse entre ellos ya era suficiente para actuar.
—Si, estoy bien, menudo susto me dieron ¿Desde hace cuánto están ahí?
— no mucho— dijo Zack cuando Ethan la sentó a su lado sobre la encimera — pero si lo suficiente para ver tu culo bailando. ¿A qué se debe que estés cocinando? — le pregunto acomodando su cabello en un moño ya que el que tenía estaba hecho un desastre mientras Ethan iba por la escoba a limpiar el desastre del piso.
—Pues hoy en un día especial, y quería prepararles algo rico.
Ethan y Zack se miraron por unos segundos, segundos que fue suficiente para ella comprender que no sabían que día era.
Sintió una punzada de tristeza, porque la verdad era que no los había visto en los últimos días hacer ningún pedido a alguna floristería o en algún restaurante ¿De verdad se habían olvidado de ese día? Todos los años la sorprendía llenando el cuarto con flores, o la llevaban de viaje, algunas veces era una joya. Pero siempre se acordaban de ese día y la llenaban de cariño desde que despertaba hasta que terminaba el día.
Pero hoy, hoy ni los buenos días le dijeron.
Ella no dijo nada más, le dió un beso a cada uno y les sirvió la comida unos panqueques en forma de corazón a Zack con miel y a Ethan con chocolate y su jugo de café.
—¿No comerás con nosotros? —pregunto Ethan
—no, ya desayuné, a demás tengo cosas que hacer.
—¿A dónde vas?— pregunto Zack luego de haberse llevado un bocado de comida a la boca. — esto está muy bueno, te felicito preciosas.
—gracias— murmuró mientras se dirigía a la habitación.
¿Solo eso? ¿Que estaban bueno los panqueques? Pues si ellos no se acordaban de este día ella tampoco, ni se los recordaría, iba a disfrutar ese día sola era el día del amor y ella se amaba a si misma, pues se daría amor.
Después de arreglarse salió de la casa.
No los había visto por lo que supuso estaban trabajando últimamente eso era lo que hacían trabajar y trabajar.
Sus hijos ya eran hombres y mujeres echos y derechos.
A veces pensaba en que le hacía falta unos pequeños corriendo por toda la casa como en años pasados pero luego recuerda el desorden y se le pasa.
Prefiere ir y visitar a sus hijos para disfrutar de ellos y salir de la rutina.
Llegó al centro de la ciudad y entro a un salón de belleza.
Empezaría por un corte de cabello luego maní y pedi.
Era medio día cuando se dirigió al Spa, reviso su teléfono y no tenía llamadas de sus esposos, sus ojos se llenaron de lágrimas pero no las derramaría.
No podía ser tan egoísta, ellos tenían la responsabilidad de la empresa y aunque estuviesen vendiendo acciones para enfocarse en solo un grupo de compañías aún así tenían mucho papeleo y asuntos legales que cubrir.
Llamo a su hija Zoe y estaba en un almuerzo romántico con su familia.
Les deseo un feliz día y llamo a Edan, estaba ocupado trabajando con sus padres, supo que por eso no la habían llamado.
Suspiro, al ver la hora en su teléfono eran las cuatro de la tarde cuando salió del spa.
Quizá entraría al teatro o vería una película pero primero compraría unas cositas.
Camino un poco por el centro comercial hasta que encontró la tienda perfecta y el regalo perfecto.
No dudo en pagar al ver el precio de lo que había escogido... valía la pena.
Eran las seis de la tarde cuando vio su teléfono, pocos minutos después se apagó, estaba descargado.
Por suerte tenía efectivo aún para tomar un taxi de regreso a casa.
Movió la mano para detener al primer taxi que vio y le indico la dirección a donde la iba a llevar.
El chófer solo asintió y ni una palabra pronunció.
Diana frunció el ceño al ver que la estaban llevando a un lugar diferente— señor se ha equivocado de ruta le dije claramente a dónde se tenía que dirigir.
Mudo, el chófer simplemente la ignoro olímpicamente y un Click se escuchó era el seguro de las puertas, seguramente el chófer anticipo a la acción de Diana pues había pensado en abrir la puerta y lanzarse, eso era un secuestro claramente.
Estaba nerviosa, intento encender el teléfono y nada, muerto, descargado totalmente.
—Señor se lo pido, déjeme aquí, si es dinero lo que necesita yo se lo doy pero por favor déjeme bajar, no le diré a Nadie lo que está haciendo lo prometo.
Su voz vibraba de los nervios, enchofer apretó el volante, tanto que los nudillos se me blanquearon.
Poco despues freno frente a un hospital, Diana no sabía qué mierdas estaba pasando.
El chófer del taxi bajo y abrió la puerta para que bajara, ella temblorosa abrazo su cartera pues es lo único que cargaba con ella y salió.
El hombre aún en silencio vendo sus ojos, ella sintió como el recorría la curva de su cuello con la nariz.
Respingo por la intromisión del sujeto.
Estaba cagada del susto.
—¿Que me va hacer?— pregunto cuando él la guía a quien sabe dónde ya que no podía ver nada a causa de la venda.
Se detuvieron cuando entraron al ascensor y ella se abrazo asi misma.
Aún no habia superado del todo el miedo a los ascensores.
El hombre la trajo hacia el a modo protector y ella de cierto modo se sintió tranquila, no estaba sola en esa caja del demonio aunque sea con un desconocido.
El ascensor hiso un leve movimiento indicando que habían llegado a su destino y el la guió afuera.
Sintió el frío del lugar y unos bip-bip de las máquinas a la distancia.
—¿A dónde me lleva?
Nada, no recibió respuesta.
¿Y porque no corría y escapaba? Pensaba ella, pero por alguna estúpida razón que no sabía cuál no lo hacía.
No sentía que ese sujeto le era una amenaza, o por lo menos no por ahora.
Escucho un gruñido seguido de un leve empujos para que siguiera.
El hombre la había llevado auna habitación del hospital.
Sintió como le quitaban la venda pero aún así tenía los ojos cerrados fuertemente, no quería abrirlos ¿Y si querían sacarle los órganos? No, no quería ver cómo la llevaban al matadero.
Una mano movió su cabello y lo agarro en puño haciendo que si cabeza quedara inclinada dejando acceso libre a la persona que estaba haciendo aquello.
Pero su sorpresa fue tanta que un jadeo salió de su boca al sentir como le besaban el cuello no una persona, sino dos.
Abrió los ojos y lo primero que vio fue una habitación de hospital llena de flores de todo tipo y colores.
Y a cada lado suyo estaban ellos, sus esposos.
Uno vestido de doctor, Ethan. Y el otro de forma casual, Zack, el era el chófer del taxi.
—¿Que es todo esto?— pregunto ella aún sin comprender nada.
—esto mi reina, es para demostrarte cuánto te amamos. — dijo Ethan dandole un beso en los labios para luego ir a un lado de la habitación donde había una mesa con champán y unas copas, sirvió tres. — ¿Creíste que nos olvidaríamos de este día tan especial para ti?
— Jamás, mi preciosa mujer, llevamos meses planeando esto— le dijo Zack bebiendo de la copa que le había entregado Ethan.
—¿Pero porque en una habitacion de hospital?
—porque en esta misma habitación te conocí, te hicimos nuestra y te embaracé — dijo Zack
—porque en esta misma habitación nos aceptaste como tú presente y tú futuro— dijo Ethan alzando la cop para brindar— salud, por un 14 de febrero más juntos.
—¡SALUD! —Dijeron los tres y bebieron de sud copas.
Diana se acercó a la mesa improvisada y dejo su copa.
Bajo lentamente el cierre de su vestido y dejo ver la sexi lencería que traía puesta, la que había comprado horas atrás.
Ella quería darles un regalo al final del día.
—Feliz día del amor esposos míos. — dijo dando un paso fuera del vestido que había quedado a sus pies y se dirigió a ellos.
Esa sería una noche inolvidable, como todas las que han tenido en una habitación de hospital, en esa habitación de hospital.
Ella creyó que se habían olvidado de ese día, pues no, hace meses había planeado eso, con el hospital, dónde su hija era la directora, una cómplice más, con la floristería para que llevaran la flores al lugar, dónde Edan ayudo a organizar todo, un cómplice más. Y así ella no sospechara de nada, y obvio hacerse los que se les había olvidado ese día, la verdad era que no estaban trabajando, estaban ultimando detalles para que todo saliera de acuerdo al plan.
Y así fue.
Muy romántico y muy inusual.
Cómo su relación.
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FELIZ DIA DEL AMOR Y LA AMISTAD PARA TODOS USTEDES MIS AMADOS LECTORES. ,💕❤️🥰
Espero sus votos ⭐ y comentarios ✍🏽
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