4. ¿Algún problema con eso?
Hermanos D'angelo
Capítulo 4
El día ha sido agotador; estos tacones me están matando. Carolina, la otra secretaria, me ha puesto al tanto de todo lo que debo saber. No es nada del otro mundo, pues ya trabajé antes este oficio. D'Angelo Enterprise es una de las compañías más reconocidas a nivel nacional por contar con la mejor tecnología, aparte de que adquieren pequeñas empresas para que produzcan más y de mejor calidad, aparte de que tienen varias discotecas a nivel nacional.
Mi oficina es espaciosa, tiene vidrios polarizados que dan hacia el exterior y puedo contemplar todo New York desde las alturas de este enorme edificio.
No dejo de pensar en el hermano de Ethan; llegará en un par de días, por lo que me contó.
Espero que él no sea una mala persona, espero y tenga el mismo carisma de Ethan, aunque me he dado cuenta de que es un poco frío y distante con los empleados.
Es medio día y tengo un hambre de muerte, así que decido tomarme un descanso e ir a comer algo en la cafetería que vi en frente, así que me encamino al escritorio de Carolina.lla, al escuchar mis pasos, levanta la mirada y me ve con cara de ¿Qué quieres?... ¿En serio? He sido lo más cordial que puedo con ella y aún no sé por qué se sigue comportando así conmigo.
Simplemente no la entiendo.
— Oye, Carolina, ¿quieres ir a comer algo? Yo muero de hambre.
Su cara es todo un poema, está impactada, es como si no pudiera creer que le haya pedido ir a comer, ¿pero qué piensa que soy?
—Emm, bueno, yo traje mi almuerzo.
— Ah, bueno, no importa, vamos así nos hacemos compañía.
— ¿El Señor ya salió a almorzar?
—No sé, creo que no.
— Bueno, después que él vaya, podremos ir nosotras.
¿Que? Es una broma ¿Cierto?, No lo permito, Ethan sabe que mi momento de comer es sagrado.
—A ver, déjame ver si entiendo. ¿Tienes permitido comer solo después que él — digo apuntando con mi dedo a la oficina de él — vaya a comer?
— Algo así, es más bien una regla de su hermano, el señor Zack, así que esté él o no, ya estoy acostumbrada a eso.
No lo puedo creer, no lo conozco y ya me está como cayendo gordo.
— No, querida, la hora de la comida es un momento sagrado, y nadie, por muy jefe que sea, me va a impedir eso, no, señor.
— No creo que quieras ver molesto a los señores, créeme, no te conviene; eres nueva y vas a perder tu empleo recién comenzando.
— Bueno, pues ya veremos, tengo hambre y cuando tengo hambre me pongo de mal humor.
Y con esto me encamino a la oficina de mi jefe, toco la puerta para luego escuchar un adelante de su parte. Solo me asomo un poco por la puerta; está concentrado en su portátil, así que aprovecho y le digo:
— Vamos a salir a comer, ¿necesitas que te traiga algo de regreso?
Él levanta la mirada de lo que está haciendo para verme, me da una hermosa sonrisa, pero su expresión cambia al momento y me pregunta: ¿Vamos? ¿Con quién vas a comer y a dónde?
—Con Carolina al café de enfrente, entonces. ¿Seguro que no quieres nada? Okey, nos vemos en un rato, adiós. —Doy media vuelta y cierro la puerta; no le voy a dar oportunidad de decir nada, tengo hambre.
— Andando, muero de hambre— le digo a Carolina.
—¿Así? ¿Ya podemos irnos? Oye, no quiero que me despidan, necesito mi trabajo.
— Nadie te va a despedir, solo vamos a comer.
— Si tú lo dices — dice un poco temerosa, viendo hacia la oficina del jefe; antes de levantarse, toma de su cartera una barra de cereal y una manzana. ¿Eso es lo que vas a comer, en serio?
— ¿Eso es lo que vas a comer? —una vez que estamos en el elevador del personal le digo, señalando la fruta que tiene en sus manos.
—Sí, ¿algún problema con eso?
— Hey, cálmate, sé que no te agrado, aún no sé por qué, pero vamos a trabajar juntas, así que ¿por qué mejor no tratamos de llevarnos bien? Dijiste que necesitabas tu trabajo, yo también lo necesito.
— Eso dicen todas.
¿Todas?A qué se refiere con eso?
Llegamos a la cafetería; es un lugar espacioso y muy elegante, a decir verdad. Tomamos asiento en una de las mesas de la ventana, y un chico muy apuesto, por cierto, nos pregunta qué deseamos comer.arolina, por supuesto, no pidió nada sólido, solo una botella de agua.
— A mí dos sándwiches de pavo con un refresco de uva, por favor, y de postre un pastel de chocolate.
— WOW, no eres de esas mujeres que cuidan lo que comen; me agradas. —me dice el mesero con una sonrisa de lado que hace que se vea más guapo aún.
— Pues sí, si algo me gusta, lo como y ya.
— Genial, un gusto en conocerte, me llamo Dylan—dice dándome su mano para que la estrechemos—. Unplacer, soy Di...
No pude terminar de hablar cuando un carraspeo interrumpió nuestra presentación.
Era Ethan viendo a Dylan con una mirada fría. A ver qué si las miradas mataran ese pobre muchacho ya estaría muerto. Nunca había conocido esta faceta de celoso de Ethan, se que está preocupado por mi pero no me voy a romper nuevamente.
—Señoritas ¿ya ordenaron? — Dice desviando la mirada de Dylan a nuestras manos que aún estaban unidas, no sé por qué. Así que rápidamente la suelto y me acomodo en mi lugar.
—Sí, ya ordené; Carolina aún no ha comenzado, estamos esperando nuestro pedido. — le digo para cambiar un poco de tema y desviar la atención a otra cosa. Lo que no me había dado cuenta era de que toda la atención estaba puesta en nosotros.
—¿Y bien, qué esperas? — le dice a Dylan. Este solo rueda los ojos, suspira y va por nuestro pedido.
...
Amo leer sus comentarios, de veras, me divierto mucho con sus ocurrencias.
🥰
No dejen de seguirme en Instagram allí estaré publicando los extras de las historias @dras25alvarez.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro