38 Haz lo que tengas que hacer para que estén a salvo.
Era fin de semana y los hermanos D'angelo habían organizado una cena en el mejor restaurante de la ciudad.
Estaban todos reunidos; los señores D'angelo, los señores Smith, Carolina y su novio Frank, Jones y Ana, estaban tomando una copa del mejor vino cuando vieron entrar a esos jóvenes adultos enamorados.
— Buenas noches, familia— dijo Ethan una vez que llegaron a la mesa familiar.
— Buenas noches, hijos, Diana querida te ves hermosa.— dijo Mireya su futura suegra.
— Si te ves hermosa, ese color de vestido te sienta muy bien. — dijo Antonio, su futuro suegro.
— Gracias Señor Antonio, Mamá, papá, me alegra verlos. — les dio un cálido abrazo a los dos y discretamente limpio una de sus traviesas lágrimas.
Estúpidas hormonas, la tenían muy sentimental.
Los minutos pasaron y La cena transcurrió de maravilla entre risas y chistes, no podía faltar una que otra foto de los medios y felicitarlos por su compromiso, la prensa estaba ansiosa por estar en la boda de los CEO más importantes de la ciudad.
Comentaron el nuevo contrato con los chinos, cosa que fue muy agradable para el Señor Antonio, sus hijos eran unos grandes hombres y ahora estaban expandiendo la empresa a otro continente.
Diana se sentía un poco nerviosa, pero lo que la estaba inquietando era un malestar en el vientre, era un dolor muy leve, pero no quería armar un drama en un momento tan único e importante.
Así que tomo la mano de cada uno de sus prometidos, ya que ella estaba en medio de ellos y sonrió a Zack dando a entender que podía dar la noticia.
— Bueno creo que es hora de un brindis— dijo Zack, haciendo seña uno de los meseros para que sirvieran en menos champán.— está noche queremos darles una noticia muy importante. — dijo alzando la copa.— queremos decirles que...
Una queja de Diana lo dejo mudo cuando sintió que apretaba su mano.
— N.no por favor.
— ¿Qué tienes, que sientes?— dijo Zack dejando la copa en la mesa.
— ¿Hija te sucede algo? — dijo su madre
El dolor iba en aumento, coloco una mano en su vientre cuando una punzada la hizo inclinarse y tapar su boca para no gritar.
Ethan y Zack vieron la entrepierna de Diana al momento que ella se inclinó y lo que vieron los dejo sin aliento y temerosos.
Una enorme mancha carmesí pintaba los pantalones de su mujer.
— P.por favor— dijo ella débilmente Cayendo desmayada en el hombro de Ethan.
Todo se volvió un desastre, lo que tenía que terminar en abrazos y felicitaciones termino en una corredera al hospital las mangas del suéter de Ethan estaban bañadas en sangre igual que sus pantalones, ya que él la llevaba cargada mientras iban al hospital.
Zack conducía como si su vida dependiera de ello, y es que así era, ver cómo su mujer estaba inconsciente y desangrándose ante sus ojos era motivo suficiente para ir por la carretera como si nadie más existiera.
Jones iba en la otra camioneta con el resto de la familia, que no se explicaba qué estaba pasando solo él y Ana sabían que Diana estaba embarazada, pero no le correspondía a ellos dar la noticia y menos en esas circunstancias.
Ana estaba realmente preocupada, tenía por la salud de Diana y de los bebés rogaba al cielo para que no fuera nada grave.
Zack estacionó en el área de emergencia y Ethan salió disparado pidiendo una camilla.
Max estaba entregando guardia en el momento que vio a Ethan entrando con Diana bañados en sangre, cosa que lo alarmó grandemente, no quería pensarlo, pero verla con esa cantidad de sangre que goteaba con cada paso que Ethan daba, era motivo para pensar lo peor.
—¿Qué ha pasado? — pregunto cuando se acercó con una camilla y dos enfermeras.
— No lo sé, estábamos cenando cuando de pronto se quejó y perdió el conocimiento, la trajimos lo más rápido que pudimos— dijo Ethan desesperado. — haz lo que tengas que hacer para que estén a salvo.
— haré lo posible pero no tenemos mucha sangre de su tipo.
— No hay problema con eso, usa la mía, la que sea necesario — dijo Zack entrando al momento que se remangaba la camisa— pero que sea ahora.
— Enfermera, vaya con el señor que donará la sangre para su mujer... — le dijo a la enfermera que estaba junto a él — Ethan necesito que llenes los formularios correspondientes con su ingreso, luego pueden quedarse en la sala de espera hasta que les dé noticias de ella.
Una vez repartidas las órdenes Zack se retiró rápidamente a domar toda la sangre necesaria para su mujer, así quedará seco le daría toda su sangre si con eso salvaban a Diana.
Ethan lleno los formularios y se dirigió a la sala de espera, estaba dando vueltas como un león enjaulado, estaba preocupado, nervioso y molesto, no quería que nada malo les pasará, la vida no podía ser tan injusta.
La familia llegó y vio a Ethan desordenándose el cabello y a Zack sentado con la cabeza recargada en la pared y un hilo de sangre resbalándole de su brazo, el panorama era todo un desastre ver a esos dos hombres en ese estado.
— ¿Mi hija dónde está? ¿Qué fue lo que pasó?— pregunto Dayana la madre de Diana.
—¡Por Dios hijo! ¿Qué te ha pasado?— dijo Mireya viendo a Ethan con manchas de sangre en su cara a causa de haber pasado las manos ensangrentadas.— estás bañado en sangre.
Ana se acercó a Zack y con un pañuelo limpio su brazo, se sentía un poco débil, haber donado tanta sangre lo dejo así, aun cuando la enfermera le había dicho que era suficiente él ordenó sacarle una bolsa más.
— Ten te hará bien— Ana le dio una barra de chocolates para ayudarlo — te traeré un cartón de leche para que te ayude.
— Gracias Nana.
Jones viendo el panorama se retiró a buscar algo de ropa para los hermanos D'angelo.
Ethan se sentó al lado de Zack recargando la cabeza en la pared.
Sentía que se estaba quedando sin aire, tenía ganas de llorar, realmente estaba desesperado, no la quería perder, no los quería perder.
— Diana está adentro. La están transfundiendo, perdió mi a sangre— informo Ethan.
— Pero no entiendo ¿Por qué el sangrado tan excesivo?
—Porque está embarazada y puede que haya perdido a los bebes— Dijo Zack de una manera tan amarga que sintió que si realmente era cierto, su mundo iría en picada— y con su condición un derrame de esa magnitud en muy peligroso, podría morir— y eso era lo que más me dolía, solo imaginar perderla era como si muriera él también junto con ella.
La noticia fue como una bofetada para todos.
Embarazada, por eso era la cena, para celebrar a los futuros integrantes de la familia, pero las cosas parecían Tener otro rumbo.
Los señores D'angelo estaban muy triste por la noticia, se suponía que era una noche para celebrar y ahora... No querían ni pensar más, era peor para todos.
Dayana, la madre de Diana, estaba en shock por la bofetada de realidad ella más que nadie sabía lo peligroso que puede ser un embarazo en la condición de Diana, ella estuvo al borde de la muerte al momento del parto, tuvieron que hacerle una histerectomía para evitar más derrames futuros.
Diego, el padre de Diana, estaba realmente devastado, su única hija al borde de la muerte, sus únicos nietos que pudo tener probablemente ya no estarían en este mundo. Pero... —¿Los bebés? ¿Dijiste los bebés?— si no había escuchado mal hablo en plural.
— Sí, dos bebés.— dijo Ethan al darse cuenta de que no le habían dicho que eran mellizos.
—¡Oh por todos los cielos! — fue lo que dijo Dayana, llorando en el hombro de su esposo. No quería pensar lo peor pero todo pintaba que sí.
Ana le entrego a Zack un vaso de leche y a Ethan un café bien cargado.
Jones había llegado con una muda de ropa para Ethan— señor, en el área de los doctores deje una muda de ropa para que se duche tranquilamente, está hecho un desastre.
— Gracias Jones.— se retiró rápidamente, ya Jones había hablado con un par de enfermeras para que le dejaran a Ethan usar el baño de los doctores para quitarse esa ropa ensangrentada y darse una ducha.
Ethan no tardó mucho en llegar al baño y colocar el seguro, se vio en el espejo y quedó espantado, era todo en desastre hasta en el cabello tenía sangre de su mujer.
Unas lágrimas traicioneras se le camuflaron con el agua de la regadera, no quería perderla, aún quería disfrutar más de ella, bajarle las estrellas si fuera posible.
Una vez bañado y cambiado volvió con la familia, estaban todos sentados esperando noticias del doctor.
¿Cuánto tiempo había pasado? No sabían, pero sentían que era una eternidad.
Max salió quitándose los guantes y echándolo al cesto de basura más cercano, los vio a todos cabizbajo y pesar por ellos, los apreciaba y podía imaginar por lo que estaban pasando.
Carraspeó llamando la atención de todos, los hermanos D'angelo al verlo no dudaron en acercarse a él.
—¿Cómo están Max? —Pregunto Ethan
—Dime que están a salvo por favor. — dijo Zack desesperado recargándose del hombro de Ethan, aún estaba débil por la falta de sangre.
...
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