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32🥰 Primerizos


Eran las seis de la mañana cuando Diana se despertó con un hambre terrible, y no era para menos, llevaba una semana sin comer como era debido y para colmo tuvo una noche bastante enérgica.

Salió de la cama haciendo malabares por salir de los brazos y piernas de sus hombres, se colocó una bata  y fue directo a la cocina.

— Demonios— se pellizcó el puente de la nariz tratando de calmarse un poco sentía un dolor de cabeza fastidioso y un poco de mareo, necesitaba comer o se desmayaría.

Se preparó unos sandwiches y los devoró rápidamente. Sí, tenía mucha hambre, no iba a volver a privar a su cuerpo de comer como era debido, y ella sabía muy bien que tenía que alimentarse bien.

Fue a la nevera y bebió del jugo de naranjas, calmando así sus náuseas.

Agarro unas cuantas frutas se hizo una ensalada y le agregó arequipe, su boca se le hiso agua de solo imaginarse comiéndolo.

Se fue a la sala a ver la tele mientras merendaba a esa hora de la mañana.

...

Se estiró y tanteo con la mano buscando a su castaña, y al no sentirla se levantó como resorte.

—¿Reina? — Ethan la llamo con voz ronca por haberse recién despertado. Tallo sus ojos y vio a Zack durmiendo abrazando la almohada que había usado ella.— Zack ¿Dónde está Diana?

Tan solo escuchar esa pregunta tuvo la misma reacción que Ethan, se sentó como catapultado en la cama. Despejando de un tirón el sueño que tenía.

Pero un ruido extraño los alertó y salieron a ver qué era eso y fueron directo a la sala viendo a Diana con un jarrón entre sus piernas vomitando.

—Preciosa ¿Qué tienes?— Zack fue directo a su lado sosteniendo el cabello con una mano y con la otra echándole aire con uno de los cojines. Mientras que Ethan iba por el alcohol y un poco de agua.

—Ten, huele esto para aplacar un poco las náuseas. — Ethan le dio una motita de algodón impregnada de alcohol que Diana no tardo en agarrar y acercarla a su nariz.

—Voy a ducharme, hay que llevarla al médico.— le dijo Zack a Ethan

—Sí, cuando regreses iré a ducharme yo y la ayudo a ella.

—¿Qué? No, estoy bien, solo comí mucho. Pero voy a estar bien, tranquilo.— le dijo a Ethan tratando de contener una arcada.

— No, vamos al hospital y punto. A demás el doctor que te atendió anoche quiere verte.

—Sí, ven que vamos a ducharnos.

...

Después de un fallido intento de convencerlos de que estaba bien, terminaron rumbo al hospital.

Es que realmente no se veía bien ni se sentía bien.

Una vez llegaron al hospital llegaron al piso donde el doctor Max tenía su consultorio, esperaron un momento en la sala de espera, ya que estaba con una paciente.

—Señora D'angelo ya puede pasar.

—Gracias— le dijo Diana, un tanto nerviosa, realmente no le gustaban los hospitales, pero tenía que admitir que no se sentía bien, y quería que el médico le mandara algo para su malestar estomacal, pensaba que tenía alguna bacteria estomacal o algo así.

— Solo un acompañante —le dijo la secretaria cuando vio la intensión de esos dos hombres entrar con ella. ¿Es que no podían esperar mientras la chequeaban? Qué tóxicos.

—si queremos estar los dos entramos y ya. ¿Quién me va a impedir entrar con mi mujer? — le dijo Zack con impaciencia a esa enfermera impertinente ¿Quién se creía para ordenar semejante pendejada? No compraba ese hospital y la despedida porque no podía. Porque si no, ya estaría de patitas en la calle

La enfermera se quedó estática, ¿qué dijo? ¿Su mujer? No estaba entendiendo nada, porque minutos antes Ethan había llenado el formulario de ingreso de Diana y decía que él era su pareja.

Y ahora salía este otro diciéndole semejante cosa.

—Amor tranquilo— le dijo a Zack, acariciando levemente su pecho y dirigiéndose luego a la enfermera.— verás enfermera voy a entrar con estos dos hombres— hizo un gesto señalándolos— que están a mi lado, son mis prometidos y no voy a entrar a una consulta y dejarlos por fuera.

En el momento que la enfermera iba a responder Max sale del consultorio con la paciente.

— Ah ya están aquí, pasen... Por favor no más consultas después de esta paciente. — le ordenó a la enfermera.

— Sí, doctor.

Entraron al consultorio y tomaron asiento.

—A ver Diana cuéntame ¿cómo te siente? Anoche te coloqué un par de sueros para hidratarte.

— Realmente no me he sentido muy bien, he tenido muchas náuseas, mareos y sueño, creo que estoy anémica o algo así.

— Ethan me comentó de tu problema en la sangre.

Los hermanos D'angelo solo se dedicaban a escucharlos

—sí, y como no me he alimentado muy bien. Esta última semana creo que eso me está pasando factura.

—Bueno ayer tomé una muestra de sangre para hacerte unas pruebas y descartar cualquier cosita que puedas tener y no están tan bajos tus valores.

—¿Y entonces que es lo que tiene Max? Sin rodeos por favor— le dijo Zack mientras que Ethan tomaba la mano de ella.

El doctor los vio y sonrió.

—¿Diana, cuando fue tu última regla?

— Emmm... —¿La última regla? Ni se acordaba cuando había sido la última regla

— Hace dos meses— intervino Ethan— después de la transfusión de sangre le vino la regla.

— Bueno voy a necesitar que por favor te quites la ropa y te coloques está baja con la abertura hacia atrás y vallas a la camilla, me gustaría hacerte un chequeo.

Hizo todo lo que el doctor le dijo, su periodo era muy irregular así que no se preocupaba por eso.

Una vez en la camilla el doctor tomo un aparato alargado para hacerle el eco tansvaginal.

—Voy a realizarte un eco ¿Okay? Si sientes dolor me dices.

—¿Va a Meter todo eso en ella?— pregunto Ethan al ver el tamaño del aparato posicionado en su entrada.

—sí, pero no todo, tu tranquilo— le dijo Max con calma introduciendo el aparato haciendo leves movimientos.—Mmmjumm, aquí está.— dijo marcando un punto específico en la pantalla— estás embarazada de diez semanas... Mmm ¿Pero qué tenemos aquí? Felicidades, tienes un embarazo de mellizos.

—¿Embarazada? — dijeron los hermanos al unísono.

Diana estaba en shock solo podía ver esa dos manchitas en la pantalla, sentía que había olvidado como se respiraba hasta que un sonido hueco la saco de ese trance.

Ethan se había desmayado.

Zack estaba como un papel solo veía a Diana y al monitor.

—Embarazada — murmuró antes de desmayarse también.

—Vaya, qué valientes me salieron. — dijo ella al verlos tendidos en el piso.

Max solo negó con la cabeza diciendo: — Primerizos, a ver terminemos aquí mientras ellos asimilan la noticia en el piso.

...

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