23 ¿Dónde demonios puede estar Ethan?
—¿Dónde demonios puede estar Ethan? ¿No pudo desaparecer así como si nada, alguien tuvo que haberla visto? — Zack estaba furioso, y cuando estaba molesto era muy impulsivo.
— No lo sé, mierda, todo esto es un malentendido Zack... Ella no Zack, ella no— su voz salió quebrada, le dolía saber que la mujer que ama perdió por una mujer caprichosa, cuánto detestaba haberse enredado con Melani hace ya tanto tiempo.
Estaban en el carro, rumbo a su departamento, se habían despedido de algunos invitados y de sus padres alegando que Diana no se sentía muy bien y preferían ir a casa para que descansara, los señores de D'angelo se encargaron de despedir al resto de los invitados.
—No tuviste que dejarla ir, tenías que haber arreglado esto cuando estaba contigo.
—No me dejo hablar, se fue y me dejó con la palabra en la boca, además no sé ni cómo salí de la cama todo mareado, si hubiese estado más cerca de la escalera te aseguro que me hubiera caído por ellas, entiéndeme hermano esa mujer me echo algo en la bebida.
—Esa desgraciada se va a fundir en una celda, eso te lo aseguro, ahora lo primordial es saber dónde está nuestra mujer.
Llegaron al departamento y lo primero que hicieron fue ir a la habitación de ella con la esperanza de encontrarla ahí.
—Siento que me voy a volver loco Zack si no encontramos— Ethan fue a su habitación molesto tirando al piso todo a su lado, estaba fuera de sí, se sentía pésimo por haberle hecho semejante cosa a su amada, aun cuando no era intencional, ante los de ella, él la había engañado, y de la peor manera.
Zack fue a su habitación a buscar su laptop y entrar en un sistema donde la podía rastrear, pero vio la nota que estaba en la mesa de noche y no pudo evitar contener un par de lágrimas salir de sus ojos, hacía tanto tiempo que no lloraba, desde que era apenas un niño, y sus padres biológicos vivían.
Sintió que su corazón se estrujaba en su pecho, le dolía, realmente le dolía saber que la mujer por el cual estaba enamorado se alejara no solo de su hermano sino también de él.
Ethan había salido de su habitación y estaba en la sala con la mirada perdida.
—Mi niño Ethan ¿qué es todo este alboroto?— se acercó a él y se sentó a su izquierda.
—Es por Diana, Nana.
—¿Qué paso con mi niña? ¿Se siente mal, dónde está?
—Sí, se siente mal y todo por mi culpa Nana.
—Ay mi niño y ¿qué fue lo que pudiste haberle hecho para que estés así?
—Luego te cuento todo Nana— hablo Zack, Sentándose junto a ella, quedando así ella en medio de ambos.
Zack recostó su cabeza en el respaldo del sofá, cubriendo su rostro con el brazo derecho.
—Le iré a preparar un té para que se relajen un poco, y no quiero un no por respuesta.
—está bien Nana, creo que es lo mejor, por ahora.
Sin más la mujer se retiró para hacerle un té bien cargado.
—Rastréala Zack, necesito tenerla, necesito hablar con ella y explicarle todo.
—No puedo Ethan.
—¿Cómo que no?— Zack le entrego la nota.
—Esto no es posible, no me pienso quedar de brazos cruzados, y dejar que ella se vaya pensando lo peor de mí.
— Es mejor dejarlo así, por unos días, dale tiempo de que piense y esté más tranquila, sabes bien que algo así no es fácil de asimilar.
—Es que no puedo, voy a mover cielo y tierra hasta encontrarla, compraré cada maldita aerolínea si es necesario, para saber si salió del país y a dónde fue. No estaré tranquilo hasta tenerla entre mis brazos.
—Yo tampoco voy a descansar hasta encontrarla, pero por ahora no es momento de buscarla, dejemos que crea que no la vamos a buscar, y cuando menos lo espere ahí vamos a estar explicándole todo lo sucedido.
...
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