—A las dos tienen una reunión con los Alemanes, quieren firmar el contrato lo antes posible.— hablo la castaña en la oficina de Zack, ya habían pasado un mes  desde lo sucedido y ella no quería seguir encerrada en ese espacioso departamento. Por más que se negaron ella fue muy convincente.

—Gracias, dile a Ethan que prepare todo para esta noche, yo me ocupo de los alemanes, pero te necesito conmigo en la reunión.

—¿Qué hay esta noche?

—Algo importante no te preocupes, la señorita Méndez... Carolina acompañará a mi hermano.

—Está bien— le parecía un tanto extraño, ya había repasado sus agendas del día con Carla en la mañana y ya era medio día y no sabía que había algún cambio. —llamo la señora Rojas, quiere negociar un contrato exclusivo con las empresas D'angelo y pidió que le atendieran a la brevedad.

—Cancela todo trato con las Rojas, no quiero saber nada de ellas. — la forma brusca y fuerte con la que le hablo hizo que diera un respingo del susto.

Él nunca le había hablado de esa forma, ¿Quién era ella para hacer que él cambiará de actitud de esa manera?

Esas mujeres lo ponían de mal humor,  ¿Que no entendían que no querían tener ningún tipo de relación con ellas?

Se aflojó el nudo de la corbata, a veces detestaba esas cosas, levantó la vista y vio como su castaña lo veía con si tuviera dos cabezas.

—¿Qué?— le dijo ásperamente

—Nada, ¿Necesita algo más señor?

¿Qué demonio? ¿Por qué le hablaba de señor?

—No, pero dime ¿Qué te sucede? Nunca me dices señor, aunque— la recorrió con la mirada y le sonrió de una manera pícara—  en otras circunstancias preferiría que me dijeras amo.

Un escalofrío la recorrió por completo al escucharlo decir aquello y una sensación cálida se sintió en su intimidad, pero no, no pensaría en eso ahora ¿Qué creía? ¿Que podía hablarle como quisiera y luego decirle aquello para qué?

Respiro profundo y llevando la barbilla — si no necesita nada más me retiro—  se retiró de su oficina si estaba molesto, le daría su espacio, entendía que tenía un Carácter de mierda.

Se quedó viendo su trasero al salir, esa mujer lo volvía loco, hasta que cayó en cuenta el porqué el cambio de actitud de ella

— Mierda.

Salió y ni rastro de ella por ningún lado.

— Carla ¿Viste a dónde se dirigió Diana?

— Creo que al baño señor.

—Gracias.

El baño estaba solo cuando entro a echar un vistazo, hasta que escucho un sollozo en uno de los cubículos al momento de girarse para irse.

—Linda sé que estás aquí, perdóname por haberte hablado de esa manera tú no tienes  la culpa de que esas mujeres me pongan de mal humor.

Ella sirvió su nariz y respiro profundo varias veces, estaba sentada en la tapa del escusado, solo estiró la mano para abrir la puerta y ahí estaba el de frente, con un puchero que se le veía de lo más tierno.

—Lo siento mi reina, lamento mucho haberte hecho sentir mal.

—Está bien, pero no lo vuelvas a hacer—volvió a romper en llanto, no le gustaba sentirse así, no le gustaba que la tratarán mal.

—si amor, pero no llores me parte el alma verte llorar, no me gusta y menos ser yo el causante, deja de llorar ¿Sí?

—es.esta bi.bien— dijo entre sollozos— solo déjame lavarme la cara, hizo una mueca de dolor cuando se levantó — me duele el vientre, señal que viene mi periodo.

— bueno hay que estar alerta, ¿cuándo te toca venir?

Ella pensó un momento y abrió los ojos como plato, tanto que pensó se le caerían.

— hace dos semanas me tuvo que haber venido.

—Okay tranquila, una vez nos dijiste que se te atrasaba.

—si tienes razón, igual ya está por venir, suelo sentirme así antes de que me baje.

...

Estaban en la cafetería que estaba cerca de la empresa, Zack había ido por dos cafés mientras ella esperaba tranquilamente.

—tú debes de ser Diana

Una mujer estaba de pie a su lado con una leve sonrisa.

— Si ¿y tú eres?

—Zoraida, Zoraida Rojas, es un placer conocerte.

—¿Necesitas algo?

— No, solo quería conocerte en persona, eres muy bonita... En fin, espero verte pronto nuevamente.

Y así como había llegado se fue, dejándola pensativa, ese apellido le recordaba algo, pero no sabía muy bien que, así que le resto importancia, pocos minutos después Zack llegó con dos cafés y unas galletas.

—Capuchino para ti mi reina y galletas de chocolate que tanto te gustan.

—Gracias cariño.

—¿cómo te sientes?

—Estoy bien, tranquilo, es normal estos malestares premenstruales, pero nada que unos buenos analgésicos y un poco de reposo no puedan hacer.

—Está bien, te voy a decir algo— ella estaba tomando de su café mientras él la veía con lujuria.— te lo he querido decir desde esta mañana... Te ves sexy con ese vestido, se te ve un trasero hermoso.

—Zack por favor, te va a escuchar.

— ¿Y? Eres mi mujer Diana, nadie me va a impedir que te diga lo hermosa y sexy que te ves, si me da la gana de gritarlo a los cuatro vientos lo haré.

—estás loco.

—por ti.

—a mí no me vas a echar la culpa, tú ya estabas loco mucho antes de que me conocieras.

—Es verdad, hay un par de cosas que no conoces de mí y me gustaría poder contártelas.

—cuando tú quieras cariño.

—Si hace tiempo me hubieran dicho que estaría enamorado de la mujer de mi hermano me le hubiera reído en la cara, nunca pensé estar perdidamente enamorado.

Sus ojos se le cristalizaron —me vas a hacer llorar con, deja de decirme esas cosas.

Él se acercó y le dio un beso que la dejo sorprendida, él no era de ser afectuoso en público. Pero no le dio importancia y le correspondió a ese beso que le decía cuánto la amaba.

—Te amo Diana.

—Yo te amo más Zack.

...

— Tenemos que hablar reina, sé que te estás preguntando la razón de mi mal humor cuando me nombraste a las Rojas.

Estaban en la sala de conferencias, la reunión con los alemanes había Sido un éxito y ahí estaba ella sentada en las piernas de él.

— Sí, realmente me gustaría saber por qué actuaste de esa manera, pero entiendo que no te gusta hablar de tu pasado y también entiendo que Ethan no quiera decirme, igual no me importa, te amo por quién eres ahora no me importa lo que hayas hecho en el pasado.

—Eres perfecta, no me equivoqué en elegirte. Pero realmente me gustaría que lo sepas, en caso de que se les ocurra a alguna aparecerse por aquí sepas de qué son capaces.

<< Mi hermano tenía una novia que lo engaño por nuestro mejor amigo, no lo volvimos a tratar, yo más que todo por respeto a mi hermano, ya que a mí no me había hecho nada directamente, al tiempo supimos que se habían casado y ella estaba esperando un hijo, poco tiempo después vino y me dijo que el bebé que estaba esperando era mío.

—¿Ti. Tienes un hijo?— estaba sorprendida por lo que estaba escuchando.

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