Mika.

¿A quién le importa que te vayas de la casa?... a mi no... y creo que a Guren tampoco.
Espero y seas feliz al lado de ese estúpido de Haru, él es el único culpable de que mi felicidad se alejará de mi lado ¿o fui yo?

Cuando desperté en la mañana del siguiente día fui a comer a un restaurante y después me fui al parque a sentarme un rato.

El lugar está tan tranquilo que si no fuera porque empezaba a hacer frío, me dormiría en la banca sin preocupación alguna.
Miré hacia el cielo y ví un par de pajarillos volando felizmente persiguiéndose, cerré mis ojos y al abrirlos ví a Yuu enfrente de mi.

Lo primero que hice fue pararme para estar a su altura y después colocar mi mano para acariciar con cuidado mi mejilla pues Yuu me había dado un puñetazo.
— Gracias por toooooda tu ayuda.
— ¿Cuál ayuda?...— Coloqué mi mano en mi barbilla como para recordar lo que nunca sucedió. — A ya sé... el defenderte de Guren o el no haber hecho nada para que no te fueras.
— Por los dos... yo esperaba más de ti... porque eres mi novio ¿no?— Lo último lo susurro pero por suerte si logré escucharlo.
— ¿Quién te dijo eso? porque yo recuerdo quien es mi novio es Lacus ¿ o no lo recuerdas?
No Mika, no seas estúpido y recuperalo aún hay tiempo.

¿Haz sentido alguna vez que tu corazón te dice una cosa pero tu mente hace otra?

Yo si.

Mi corazón quiere recuperarlo pero mi mente hace lo contrario, ¿O es lo que quieren ambos?

—Dime ¿que quieres que yo haga?—. Me grito Yuu. Me dolía verlo así tan frágil.
—No lo se—. Respondí en un susurro. —Sera mejor olvidar el tiempo que estuvimos juntos.
—¿Crees que es lo mejor?
— Si.
— Adiós Mika espero y seas feliz al lado de Lacus así como yo lo seré al lado de Haru.
Y sin decir más, dio media vuelta y su fue caminando sin voltearme a ver por última vez.
— Te amo Yuu-chan...

Mis lágrimas salieron sin previó aviso, sentía mis piernas doblarse haciendo que me cayera de rodillas. Coloqué mis palmas en el frío suelo y lloré cerrando mis ojos con fuerza.
Lo perdí todo.
Soy un estúpido, sin él yo no soy nada, nunca lo fui.
Sentí como alguien se arrodillaba frente a mi, me ayudó a levantarme para estar a su altura y me abrazo.
Tenía miedo de abrir mis ojos y ver quien era así que decidí tenerlos así.
— Te comprendo Mika... yo también lo perdí todo en una noche.
Esa voz... ¿es el consejero de la escuela?
Abrí los ojos y estaba en lo correcto es Shinya.
Acepté su abrazo y lloré en su hombro el cual me brindaba seguridad.
Sus lágrimas caían en mi espalda y sentía cono respiraba con dificultad por en llanto.
— Lo perdí... pero valió la pena ¿no lo crees?

— Lo sabía, sus miradas y sus sonrojos lo dicen todo.
Estamos Shinya y yo sentados en la banca del parque viendo a los niños correr y a un hombre ofreciendoles globos mientras que ellos sonríen por el “regalo” que se les dio pero que en realidad sus padres pagan en cuanto ellos les dan la espalda.
— Y pensar que los Ichinose nos acaban de romper el corazón.
— Lose pero tú ya sabias lo que pasaría ¿no?... él es un hombre casado y aparte, la mujer con la que está casado es mi madre.
— Ya lo sabía Mika pero... pensé que la que la dejaría por mi.
— Típico error... quieres que sea sincero contigo.
— Si, por favor.
— Ya no lo vuelvas a buscar ni a contestar ninguna de sus llamadas, él solo se va a burlar de ti y te va a buscar para pasar un buen rato pero después te va a votar como lo hizo en la mañana.
Giré mi rostro hacia Shinya y le regalé una de mis más cálidas sonrisas, él por más que intentará reprimirse, siguió llorando.
— Tienes razón... — Recargó sus brazos en sus piernas y arriba de estos su cabeza.— Y lo peor de todo es que yo me lo busqué.
— Todos lo hacemos... buscamos los problemas nosotros solos.
Me levanté y le hice una seña para que me siguiera, no puedo seguir viendo ese parque sin llorar. Caminamos juntos hasta llegar a un restaurante, al entrar lo ví ahí riéndose con Haru.
Sentí mi corazón comprimirse, giré para irme pero Shinya me obligó a entrar, me agarró de la mano y nos sentamos a un lado de su mesa.
Estúpido Haru y estúpido Yuu-chan.
Me senté al frente de Shinya sin soltarle de la mano, él sonreía y no separaba su vista de mi.
Yo solo quiero salir de aquí corriendo para ya no tener que sufrir cada vez que lo veo.
Giré mi rostro y ví como intentaba irse pero Haru lo detenía, se acercó a él y le dio un beso en la mejilla derecha.
— Mika deja de babear por él y mirame.
Regresé mi vista a Shinya, lo tomé fuertemente de la mano y me levanté de la mesa.
— Lo siento pero no puedo olvidarlo.
Me dirijo a su mesa con paso firme, lo tomé de la camisa para levantarlo y le di un puñetazo en el cachete.
— Él es mio así que alejate o conocerás la ira de Mikaela Tepes.
— Pues si es así, muestrame lo mejor que tengas.

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Siento la tardanza pero ya no sabia que escribir, tenia la idea pero no sabia como expresarla.
Perdón por las faltas de ortografía.