Capítulo 17 Revelación.
Yuu.
Intenté moverme pero me era imposible, sentí un peso extra arriba de mi y cuando me moví sentí ese peso caerse a un lado.
Abrí mis ojos y ví a Mika dormido como un ángel, me senté restregando mi mano en mi ojo, al enfocar bien mi mirada ví que no era mi habitación.
Miré hacia abajo con temor y comprobé que estaba desnudo... por dios ¿qué hice?
A mi mente vinieron todas las imágenes de lo sucedido anoche, me tapé la cara con mis manos y me levanté para ponerme de nuevo mi ropa.
Cuando estaba de pie sentí un gran dolor en mi cadera el cual hizo que me cayera de rodillas.
Como pude me senté en la cama, moví a Mika para despertarlo y que me ayudara a llegar a mi habitación.
— Mmm... cinco minutos más mamá... — Y siguió dormido.
Genial, como voy a llegar. Me cambie de ropa para armarme de valor y comencé a caminar de poco a poquito para llegar a mi destino.
Al entrar a mi habitación, caminé de puntitas y me acosté en la cama con una gran sonrisa pues soy feliz a tener a Mika de nuevo a mi lado.
Abrí mis ojos pues escuché unos suaves golpes en la puerta y una dulce voz hablar.
— Es hora de comer chicos, deprisa tenemos visita.
Me senté en la cama y ví a Haru que se encontraba en bóxer, ¿todos duermen así o solo los que yo conozco?
Giré mi rostro ruborizado para evitarlo y en eso entró Mika golpeando la puerta.
— Se están tardando mucho ¿no?
Haru se levantó y se sentó a un lado mio, me rodeo con su brazo y me apegó a su cuerpo.
— Disfrutamos de nuestra mutua compañía.
Sentí mis mejillas arder más de lo normal, intenté alejarlo pero fue inútil por que me apego más a él.
— Alejate de Yuu.
— No porque ahora es mío.
—...
Mika iba a decir algo pero llegó un pelimorado abrazándolo por detrás e hizo que mi amigo se sintiera mal solo con su presencia.
Se acercó a Mika y lo beso por el cuello haciendo que se estremeciera ante aquella leve caricia.
— Te tardas mucho AMOR.
Sentía mi cuerpo arder del coraje, lo único que pude hacer fue colocar mi cabeza en el pecho de Haru y formar círculos en el para hacerlo enojar.
— Amor ya es hora de ir a comer.
— Claro Yuu-chan... si nos permiten estamos en pijama todavía.
Perdoname Mika.
Los dos se fueron más que enojados, al salir un rubio, azotó la puerta haciendo que la pared se sacudiera.
— Y-yuu... ¿por qué haces esto?
— Yo nunca abandonó a un amigo.
Le regalé una de mis más cálidas sonrisas, me separé de él pero me detuvo con un abrazo.
— Nunca lo olvidaré... tenlo por seguro.
Al llegar a la cocina, vimos que la mesa estaba lista y los únicos que faltaban eramos Haru y yo.
Nos sentamos en nuestros respectivos lugares y como siempre yo al lado de Guren y también de Mika.
Comenzamos a comer todos, entré anécdotas de lo sucedido en la universidad y burlas hacia a mi por parte de Haru, no la pasamos bien hasta que Lacus habló.
— Y dime Yuu ¿desde cuando son novios?
— Basta Lacus.
Dirigí mi vista hacia Lacus y lo ví horrorizado, Guren no sabe que soy gay y no estaba preparado para decírselo.
— ¿Cómo que novios, quienes?
— Haru y Yuu, ¿quién más?
Guren buscaba una respuesta con su mirada pero yo estaba mudo, él solo es mi amigo.
— Yuu y yo solo somos amigos. — Gracias Haru pero esto pronto iba a suceder.
Miré a Guren a los ojos, respiré varias veces y hablé.
— Lo aceptó... soy gay.
Guren se levantó golpeando la mesa haciendo que me asustará.
— TU NO PUEDES SER MARICA YUUICHIROU... TU ERES MI HIJO... MI ORGULLO...
Mis ojos ardían de coraje y de tristeza. Todos me veían, yo solo lo miré a Mika para buscar ayuda pero fue inútil pues evitó mi mirada.
— Guren basta por favor, tranquilizate y respira.
— ¿CÓMO QUIERES QUE ME CALME SI YUU ES UN MARICA? TE APUESTO A QUE ES EL QUE RECIBE.
Me levanté de la silla haciendo que se cayera para atrás y le di un puñetazo en la cara. Se tocó la mejilla derecha y me lo devolvió, me tiró al suelo y comenzó a golpearme.
Los únicos en quitarme a Guren de encima fue Haru y Krul, Mika y Lacus veían todo desde el otro lado.
Haru tenía a Guren por los brazos, reteniéndolo para que no me atacará.
— Vete de mi casa...OÍSTE BIEN... VETE DE MI PUTA CASA MARICA DE MIERDA.
Mis lágrimas salieron sin permiso, salí corriendo a mi cuarto por mis cosas e irme de este maldito lugar.
Escuché pasos detrás de mi, al voltear ví a Mika mirandome con lástima.
— No te vallas Yuu... y-yo...
Entré a mi habitación, agarré una maleta y comencé a meter mis cosas al azar, sentía su presencia atrás de mi.
— Pensé que tu serías el primero en defenderme pero me equivoque... solo te importa Lacus.
— Yuu... y-yo...
Termine de guardar mis cosas al igual que las de Haru, tomé ambas maletas y bajé las escaleras para reencontrarme con él. Lo ví en la puerta con un golpe en el ojo, le di su maleta, abrí la puerta y nos fuimos de ahí.
Al estar a unas dos cuadras, me caí de rodillas y comencé a llorar.
Pensé que cuando se lo dijera, se lo diría junto a Mika, no con mi amigo.
Haru se arrodilló al frente de mi y me abrazó por un largo tiempo.
— De ver sabido que todos nos tratarían así no hubiera venido.
— Estúpido.
Y seguí llorando en su hombro hasta que se me acabaron las lágrimas.
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Perdón por las faltas de ortografía.
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