Capítulo 11 Al fin despierto.
Yuu.
Abrí mis ojos y ví a Krul parada a un lado de Mika sosteniendo su mano con una lágrima bajo sus hermosos ojos.
— Yuu... ¿no vas a ir a la escuela?
— Si, por supuesto, solo quería estar con Mika ya que no lo voy a volver a ver hasta el otro fin de semana.
— Pero apresurate que se te pasa el camión y ya no te van a dejar entrar.
Me levante de mi asiento acercandome a Krul para darle un beso en la mejilla en señal de despedida y me fui a la parada del autobús que justamente se encontraba al frente del hospital.
La universidad es un enorme y hermoso lugar en donde puedes abrumarte fácilmente con todo el trabajo y tareas que tienes, sin mencionar a los compañeros estresantes que te molestan a cada rato, si no fuera por mis amigos ya los hubiera matado a todos.
Llegue a la clase jadeando y con un poco de sudor en la frente gracias al ejercicio que hice para no llegar después del profesor si no ya no me dejaría entrar ni aunque le rogara, me senté a un lado de Shinoa y Yoichi quienes eran los que se encontraban en la misma clase igual que yo.
— Tiempo récord salerito.— Decía Shinoa mirando su celular.
— Es como dicen, las planas llegan antes por que no tienen que cargar nada que les estorbe. — Escuché la risa de Yoichi y la mirada de una uvita malhumorada.
Al entrar el profesor todos se callaron, se dice que él es el más estricto de todo el plantel y que si lo haces enojar pobre de tu mano, pues harás un reporte de mil palabras en una hora y si no haces las mil exactamente despidete de tu fin de semana.
Sonó el timbre finalizando la clase, recogí mis cosas para salir e irme a la siguiente en la cual era la única en donde estaba solo pues ninguno de mis cobardes amigos quiso ir.
Ahí se encontraba el tipo más rudo, frío y amigable que puedas encontrar. Se llama Haru Welt, lo conocí porque todos en clase ya habían hecho equipos, nosotros dos nos habíamos quedado solos y así fue como sucedió. Al principio me trató mal y todo, pero después nos hicimos amigos y nos fue de maravilla. Nadie aceptaba nuestra amistad pues él es el rudo y yo "la princesa" aunque ya después de que me defendió ya no me volvieron a molestar y se fue ese mal apodo.
— Yuu por aquí. — Me regaló una pequeña sonrisa torcida y me señaló un lugar a un lado de él.
Me senté a su lado, saque mis cosas de la mochila que me entregó Yoichi en la clase anterior y le devolví la sonrisa.
— Dime pequeño Yuu-chan ya despertó tu hermanito.— Haru y mis amigos son los únicos que saben de Mika al igual que yo se de sus historias.
— No, aún no.
— Que mal... pero no te preocupes algún día lo hará.
— Lose y espero que ya sea pronto lo extraño demasiado.
— Pervertido solo lo extrañas para eso ¿verdad?— Sentí mi cara arder y mi corazón latir de nuevo.
— Si yo no soy tú, el único pervertido aquí eres tu Haru o te lo recuerdo.
Ví su mirada juguetona mirar hacia otro lado y reírse por lo bajo.
— Tramposo.
La profesora entró y la clase comenzó. A mitad de la clase sonaron los parlantes solicitando mi presencia en la oficina de la secretaria encargada de nuestras habitaciones. Salí corriendo pensando en que a la mejor le paso algo a Guren o a Krul.
Al entrar me señalo el teléfono, regalandome una gran sonrisa y salió del lugar dejandome muy nervioso. Lo tome con una sola mano y lo coloque despacio en mi oído para escuchar la mala noticia.
— Yuu soy Krul...— Su voz se quebró y comenzó a llorar.
Tomé la silla más cercana, me limpie el sudor de la mano libre en el pantalón y decidí hablar.
— ¿Le paso algo malo a Guren?
— Despertó... Mika... despertó... — Colgué el teléfono sin decir nada más y comencé a llorar. Escuché la puerta abrirse y unos brazos rodearme cálidamente en un gran abrazó, levanté mi vista y ví a Haru sonreír.
— Te dije que pronto despertaría.
— Lose pero no pensé que sería tan pronto... Haru... tengo miedo.
— No te preocupes creo que el también te quiere ver ¿no lo crees?
— Si, así es.
— Vamos yo te llevo en la moto para llegar más rápido y así conocer finalmente al causante de tus lágrimas.
— Vamos.
Al salir ví nuestras mochilas en el suelo al lado de la puerta, me incline para tomarlas pero Haru me detuvo a medio camino y se arrastró hacia la salida para irnos.
— No las creo necesarias en este mismo instante ¿ó si Yuu-chan?
Negué con la cabeza y dejé que me arrastrará hasta su moto. Nos subimos, al arrancar la moto recordé que no sacamos pases de salida pero al reaccionar ya estábamos afuera con el vigilante gritando como loco por nuestra repentina salida. Sentí el viento en mi cara y las lágrimas caer lentamente empezando a empapar la chaqueta de cuero de Haru.
Mi corazón latía muy rápido y sentía mis nervios crecer cada vez más, ¿y si Mika no me quiere ver más por lo sucedido? No, eso no lo puedo aceptar yo aún lo amo y creó que más de lo que nos a pasado estos dos años de tortura sin fin.
Al llegar a la entrada Haru me hizo una seña de que bajará, lo cual hice.
— Adelantate voy a estacionarla.
Asentí y me fui corriendo al elevador lo más rápido que pude, al llegar presione el botón con el número cinco indicando al piso al que iría. Sentí que el elevador se tardaba una eternidad, al llegar, salí corriendo y llegue a la puerta de su habitación. Estaba ahí parado en frente observándola para que se abriera sola pero nunca lo hizo. Puse mi mano en el pomo de la puerta, la gire muy despacio hasta abrirla completamente y ahí estaba sentado con una gran sonrisa en el rostro viendome fijamente como si fuera un desconocido.
Entré y cerré la puerta muy lentamente, me acerque a su lado y le sonreí.
— Hola.
— Hola.— Al escuchar su voz sentí una cubeta de agua fría caerme encima.
— ¿Cómo estás Mika?
— Bien, con un poco de dolor de cabeza pero dijo el doctor que era normal. — Me miraba detenidamente de arriba a abajo analizando cada centímetro de mí. — ¿Quién eres y por qué sabes mi nombre?
— Disculpa.
— Bueno te hice una pregunta y espero que me respondas.
— No me recuerdas.
— No.— Si mi corazón estaba latiendo de felicidad, ahora creó que dejó de hacerlo.
— Mika soy yo tu...— La puerta se abrió y entró una Krul llorosa, un Guren sorprendido y un doctor feliz pero a la vez preocupado.
Krul al verme corrió hacia a mi, me abrazó y lloró mas fuerte.
— Hola Krul ¿aún sigues llorando?— Ví a Mika y tenía una hermosa sonrisa solo con verla.
— S-si Mika aún lo estoy.
— Espero recuperar la memoria para así recordarte.
— No te preocupes lo harás.
— Esta bien, pero tú el de los ojos esmeralda ¿quién eres?
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Hola a todas gracias por leer, comentar y votar por la historia enserio me hacen muy feliz. Perdón por la tardanza pero se me fue la idea y no sabia que escribir pero ya está aquí.
Perdón por las faltas de ortografía.
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