Una petarda como no hay otra
POV. Eclipsa (la misma edad):
Han pasado un par de meses. Ya me he acostumbrado a despertar cada mañana con los berreos de Mia. La que no lo lleva tan bien es mamá. No duerme apenas y se pasa todo el día con sueño. Y ya he descubierto porque mamá la llama “Mia”. Es porque “Mia” es su nombre. Ahora tiene sentido. Pero al menos se ríe conmigo (espero que no sea de mí). Le gusta cuando hago cosas como reírme muy flojito. Me mira y se ríe, pero ella lo hace a carcajadas. Mamá dice que será muy inteligente cuando crezca porque se supone que aún es muy pequeña para entender lo que le parece gracioso. Pero yo creo que tanto como inteligente... no. ¿¡Dónde carajo guardará la inteligencia con lo pequeña que es!? Aún que me de igual, es mi pequeña petardilla. Mamá dice que es más suya que de nadie, pero... ni en broma. Cuando alguien ha ocupado el mismo útero que tú (aún que no sea exactamente el mismo), esa persona te pertenece por derecho. Nadie sabe que cosas hemos visto Mia y yo ahí dentro. En estos últimos meses, he descubierto muchas cosas sobre la vida. Cosas como que la cigüeña no existe. Pero nadie me quiere contar qué hacía Mia dentro de mamá, ni como llegó ahí. Lo único que sé es que es curioso y no puedo saberlo aún. Como no voy a clase, sino que tengo institutriz, pues nadie me habla de eso. Lo único que aprendo es etiqueta, música, diplomacia, educación básica, imagen, esteticismo, peluquería, escritura, matemáticas, lengua y poco más. Pero lo único que sé sobre conocimiento natural son la flora y la fauna de Mewni. Y tampoco hago deporte. ¡Lo que daría yo por, algún día, jugar tiro con arco! Normalmente, practico con papá en secreto, pero nunca he llegado a competir. Y tampoco creo que Mia haga clases diferentes. Quizás le enseñen incluso menos, porque como se supone que ella no será la reina, sino mi consejera (como mucho) y no verán necesario que sepa muchas cosas. Ahora tengo que ir a ayudar a mamá. Me quedaré sola con Mia mientras ella y papá van a una reunión. He madurado mucho últimamente. He aprendido cómo tranquilizarla cuando llora, como dormirla cuando está cansada, como conseguir que coma sin que me lo vomite todo encima... y a vestirla como Dios manda, ó, en este caso, como mamá manda. ¡Incluso sé maquillarme mientras le doy de comer! Eso también sabe hacerlo mamá. Ella lo llama “eficacia”. Yo lo llama “absurdidad” porque no tengo edad para maquillarme. Jajaja, Mia esta despeinando a Hekapoo y ella no se entera. Pero, si se entera, no le hará ninguna gracia, así que mejor me la llevo a jugar a mi habitación. Allí tengo sus juguetes y los míos.
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