Capítulo 31
•JESÚS OVIEDO•
Toco el timbre con sus fotos de la última sesión en un sobre y sonrío inconscientemente al verla. Uno nuestros labios en un cálido beso y sonrío sobre los suyos mientras pego su cintura aún más a mí.
-¿Cómo estás reina? -pregunto observando sus hermosos ojos
-Bien, solamente estoy un poco cansada -dice sonriendo levemente- pasa
Entro en su casa y su madre me ofrece un café, me siento en el sofá y tras servirlo se marcha a su habitación dejándonos solos.
-Te he traído algo -digo extendiendo el sobre
-¿Qué es esto? -dice mirándome fijamente mientras esboza una pequeña sonrisa
Abre el sobre y saca cada foto una a una. Cojo el móvil y le hago una foto mientras sonríe, esa bellísima sonrisa mata, es más, podría decir que en esa curva me maté yo.
Sonrío inconscientemente y acaricio su barbilla, seguida de su mejilla dulcemente mientras mis ojos recorren cada poro de su suave piel.
-Me encantan las fotos -dice abrazándome
-Las he revelado para dártelas, creo que es la mejor sesión de fotos que he hecho en toda mi vida, ha sido tan espontáneo, tan diferente -digo mordiendo mi labio
-Gracias por tanto -dice rozando mis labios
-Gracias a ti por luchar cada día por un amor tan pasional como es el nuestro -digo sincero
-Enamorarme de ti ha sido una gran bendición -muerde mi labio
-A veces comienzo a reflexionar e intento buscar el porqué te enamoraste de un ser tan elocuente como yo
-Siempre hay algo que destaca en cada uno de nosotros, si mi corazón palpita por ti y mis pupilas se dilatan al verte, es fácil saber que existe algo en ti que me enloquece locamente
-Tienes un brillo muy característico en esos lindos ojos, y todo eso se une a esa estela verdosa que rodea el central oscuro de ellos
Uno sus carnosos pero finos labios con los míos fundiéndonos en un cálido beso y sus manos rodean mi cuello acariciándola sutilmente con sus uñas.
-¿Estás bien? -pregunto frunciendo el ceño
-Sí, solamente estoy un tanto agotada -dice nerviosa
-Nena, puedes contármelo -aclaro firme
Roza mis labios tras juntar nuestras frentes y suspira ahogadamente provocando que un suspiro salga de mi boca.
-Me ha llamado Chloe -responde bajando la mirada
-¿Cómo? ¿Qué te ha dicho esa hipócrita? -digo desesperado
-Jesús, por favor, intenta calmarte -responde asustada
-No quiero que esa estúpida te haga daño -replico tajante
-Jesús -susurra calmándome- me ha pedido que me aleje de ti pero...no puedo -dice conteniendo las lágrimas- quiere tenerte a su disposición pero conmigo en medio no puede
Apreto los puños con fuerza y abrazo a mi ángel mientras cierro los ojos para intentar evitar pensamientos desagradables.
-¿Me amas? -pregunto observando sus hermosos ojos
-Claro que te amo Oviedo -acaricia mi labio inferior- nunca me separaré de ti, te necesito -susurra con un hilo de voz- no quiero que os haga daño
Comienza a temblar cuando los nervios florecen en su interior y la abrazo arropándola con mis musculosos pero protectores brazos. Su radiante mirada choca con la mía color café y nos dedicamos una amplia sonrisa que estremece mi piel.
-Mientras no hagan daño al ángel que me ha que robado el corazón, sufriré las consecuencias en mi propia piel.
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