Capítulo 3
•LUCY WILDE•
Observo sus ojos color café y me pierdo en ellos, bajo la mirada a sus labios y suspiro observando su sonrisa.
-¿Algún día te dignarás a contarme qué hay en esa curiosa estela verde de tus ojos? -pregunta acariciando mi mejilla
-Es un misterio -susurro
Muerde su labio inferior e inconscientemente acaricia mi mano sutilmente. De repente baja la mirada y se levanta dirigiéndose al ventanal. Hago lo mismo y admiro las vistas mientras le miro de reojo.
-Algo me dice que estás preocupado -digo sin dejar de admirar la ciudad
-Quizás -responde suspirando- he tenido una leve discusión con alguien muy importante para mí -explica
-¿Tu abuelo?
-¿Cómo lo sabes? -dice mirándome
-Me lo encontré en la entrada del edificio, estaba un poco pálido y supuse que había ocurrido algo
-No te equivocas -susurra apartando la mirada- ¿sabes lo que es discutir con la persona que más te ha cuidado desde que eras un bebé por el mero hecho de que no quieres que dirijan tu vida? -asiento nerviosa
-Sé lo que es tener gente sobre ti que controle todos tus movimientos pero créeme que yo me arrepentí de no haber tomado nota de sus consejos en algunas ocasiones
-Estamos en el mismo barco -dice suspirando
-A veces la persona con la que más discutimos, es la que realmente vale la pena
Nuestras miradas vuelven a encontrarse pero esta vez con más intensidad. Acaricia mi mejilla lentamente y seguidamente el contorno de mis labios.
Mis mejillas se tiñen de un color rojizo intenso y los nervios florecen en mi estómago al sentir su tacto.
-¿Alguna vez te han dicho que el contorno de tus labios es realmente perfecto y que tus ojos complementan el brillo de tu hermosa sonrisa? -pregunta tocando mis labios.
•JESÚS OVIEDO•
Regreso a mi lujoso apartamento de Nueva York con amplias vistas a la avenida más importante de la ciudad, Times Square. Dejo mi chaqueta de cuero sobre el sofá y preparo una cena ligera; tras hacerla, ceno y recojo la encimera de la clásica cocina de ensueño, es decir, cocina americana.
-Cada día me siento más solo -susurro observando la cocina y el amplio salón que se extiende a raíz de ella.
Suena mi teléfono y lo cojo tras observar la foto de mi hermano gemelo, Daniel.
-¿Qué pasa tío? -pregunto subiendo las escaleras
-Bien, te llamaba para recordarte que en una semana regreso
-No quiero que invadas mi casa con tu desorden y la pongas patas arriba -digo riendo
-He aprendido a ser ordenado en el tiempo que llevo en casa de mamá
-Cuando sepas la hora exacta a la que llegas, avísame tío -digo serio- descansa
Colgamos a la vez, dejo el móvil sobre la cama y me desvisto entrando al baño. Me doy una ducha y mi mente se empeña en mostrarme imágenes de mi nueva modelo, Lucy Wilde.
-Maldita sea, ¿por qué no puedo sacarte de mi cabeza? -maldigo en un susurro
(...)
Me subo en la moto que compré al cumplir mi mayoría de edad y me dirijo a la boutique para una nueva sesión de fotos con una modelo que, sinceramente, me está haciendo perder la cordura.
-Buenos días -dice a mis espaldas mientras abro la puerta
Muerdo mi labio y me giro sonriendo; dejo que pase delante y seguidamente entro detrás cerrando la puerta.
-Y bien, ¿por dónde empezamos? -pregunta enérgica
Observo su vestimenta, falda de vuelo blanca a conjunto con una camisa ceñida de rayas blancas y negras con un estrecho cinturón marrón y unos tacones a juego.
-Estás realmente hermosa -digo en voz alta haciendo que se sonroje
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro