•JESÚS OVIEDO•

Regreso a su casa tras intentar convencer al médico que solamente se dedica a poner excusas del porqué no podemos llevarnos a su madre a Nueva York.

Entro en la cocina y veo a Lucy preparando el almuerzo. Sonrío levemente y me acerco por la espalda besando su cuello despacio.

-Hola reina -digo mordiendo su cuello sutilmente

-Hola Oviedo -dice en tono dulce

Me observa sin cambiar de postura y uno nuestros labios en un largo beso.

-¿Qué te dijo el médico? -pregunta continuando con la comida

-No hay manera de convencerle chiquita, solamente sabe dar largas y poner excusas -digo algo furioso

-Me llevaré a mi madre de aquí y no descansaré hasta conseguirlo -dice tajante

Suena mi teléfono y lo cojo al observar una foto de mi hermano Daniel haciendo el tonto.

-¿Qué pasa tío? -pregunto a modo de saludo

-Bien, te llamaba para decirte que el libro de Lucy estará publicado en cuestión de un mes -dice aclarando

-¿En serio? Menos mal -digo sonriendo- le encantará

Me mira mostrando curiosidad y le sonrío indicándole que ahora le cuento.

-¿Cuándo volvéis? -pregunta Daniel al otro lado de la línea

-Pronto, estamos intentando llevarnos a su madre allí pero no hay manera

-Ya verás como se soluciona -dice suspirando- te dejo, voy a seguir trabajando

Le mando un fuerte abrazo de parte de los dos y cuelgo el teléfono. Lucy se acerca a mí lentamente y camino hacia atrás chocando con la mesa.

-¿Me vas a decir de qué hablaban? -dice acariciando mi cuello con sus uñas

-Cállate y bésame -digo rozando sus labios

Muerde su labio sutilmente y sonrío inconscientemente al tenerla tan cerca. Coloco mis manos en su cintura acariciándola y muerde mi cuello provocándome un leve gemido.

•LUCY WILDE•

Me agarra dulcemente de la cintura mientras roza mis labios sutilmente dejando algún que otro mordisco suave sobre ellos. Me pega aún más a él y sonrío tímidamente al sentir su respiración mezclarse con la mía.

-¿Por qué te quiero tanto? -susurra

-No sé -respondo tímida

Une nuestros labios ferozmente y camino hacia atrás chocando con la encimera. De un movimiento, mis piernas rodean su cintura y beso sus carnosos labios despacio mientras acaricia mi trasero con la yema de sus dedos.

-Ahora que me quieres como yo te quiero, ahora que tu risa será mi amuleto, ahora que tus manos vuelvan por mi cuerpo y ya no tengo miedo a la soledad -canta en mi oído

Mis mejillas se tiñen de color rojizo y mi piel se eriza al escuchar cada palabra que expulsa por sus cuerdas vocales.

-Tienes un timbre de voz precioso -susurro sobre sus labios

-Tienes unos labios y unas curvas que matan -dice mordiendo mi labio

-No provoques -digo nerviosa

-Lo estás deseando chiquita -dice excitado

Pega mi cintura a su miembro y suelto un leve gemido con el que sonríe al escucharlo. Subimos a mi habitación besándonos sin parar; beso su cuello ferozmente mientras quita mi top dejando mi sujetador de encaje a la vista.

Muerde su labio sutilmente y me acuesta en la cama despacio mientras besa mis labios cada vez más lento y suave. Baja mi pantalón y acaricia con sus dedos mi intimidad sobre la fina tela que la cubre.

Quito su camisa seguido de su pantalón dejando ver su gran erección bajo el bóxer, y beso sus labios bañados en saliva para, seguidamente, acariciar su torso con mis uñas.

-Estoy ansioso por probarte -dice excitado

-¿A qué esperas? -digo besando su cuello

Muerde su labio inferior y sonrío al ver que mi grado de excitación se complementa con el suyo. Me acuesto en la cama y quita la fina tela que cubre mi intimidad con los dientes sin mostrar el más mínimo sinónimo de prisa.

Pasa su lengua por mi intimidad y sonríe al observar que mis manos sujetan las sábanas con fuerza. Bajo su bóxer despacio y introduzco su miembro en mi boca consiguiendo un sutil gemido salir de sus labios.

Me acomodo y se coloca sobre mí, abre mis piernas y entra en mí lentamente. Poco a poco va aumentando el ritmo, y con ello, el número de embestidas que cada vez son más y más intensas.

-¡Joder! -dice excitado- ya tenía ganas de hacerte mía -susurra en mi oído descansando un poco

Da una fuerte embestida tras unos segundos de relajación y mis piernas se tensan. Clavo mis uñas en su espalda y no cesa en ningún momento los sútiles movimientos de su cadera.

-¡Dios Jesús! -grito gimiendo

-Grita mi nombre nena, desahógate -pide aumentando aún más el ritmo

Da una última embestida dentro de mí y gemidos al unísono cuando llegamos al climax. Se acuesta a mi lado y coloco mi cabeza sobre su abdomen empapado de sudor.

Nuestras respiraciones agitadas se mezclan y beso sus labios sonriendo.

-Te amo -susurra besando mi frente

-Yo sí que te amo -susurro tímida
Realizo pequeños corazones en su abdomen y ríe cuando siente cosquillas.

-Nunca me había sentido tan feliz -dice sonriendo

-Quizás hayas encontrado a quien realmente te completa -digo dulcemente

-Y ese alguien eres tú chiquita, cambiarte sería de locos -responde acariciando mi mejilla derecha teñida de un tono rojizo bastante intenso