Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

22 Bastiam

Bastiam

Garret se marchó con Lily y me dejó ante un Nahual. El señor vestía un abrigo grueso de borrego, sombrero de paja y un cinturón de piel de víbora. Cargaba un morral tejido a hombro cruzado y olía a edad anciana. Su piel era como el suelo resquebrajado del desierto. Garret siempre supo cómo persuadirme a hacer lo que él me pidiera. Por un siglo entero traté de que alguno de ellos me aceptara como su discípulo. Nunca tuve éxito. Decían que las «entidades» de mi clase no eran bienvenidas entre ellos.

La magia siempre me cautivó. No soy nobilium como Garret, no poseo esa sangre bendecida por Anubis y, sin embargo, este Nahual, tan humano como era, podría hacer tanto más que yo. Algunos brujos como el que tenía enfrente podían alargar su energía vital hasta alcanzar la inmortalidad, o como presumía Garret: «persuadir» a un Daimón. Por Hermes, ni yo podría persuadir a un Cabeza de Halcón.

–Necesitaré sangre fresca de uno de los demonios –me dijo el nahual antes de girar la cabeza en horizontal. Las oscuras fosas nasales se inflaron y por un momento pareció estudiarme. Después de que una súbita expresión de alarma le ensombreciera las arrugas, desapareció como el humo. Un repentino jalón a mi espalda me sumió en un portal dimensional. Caí de bruces sobre una alfombra roja, ante la fina piel del calzado del rey, Iván Bukavac, que zapateaba con inquietud. Estaba acostumbrado a sus repentinos «llamados» y este me daba un mal presentimiento.

–La sombra no está cautiva –me reprendió. Comencé a incorporarme, pero me vi forzado a mantenerme con una rodilla en el suelo al sentir la opresión de su bastón metálico. El regente pelirrojo guardaba una espada ahí con la que le gustaba desprender cabezas.

–Lo está, majestad –aseguré.

–Uno de los Cabeza de Halcón que guardan a mi hija fue muerto por ella.

Me forcé a no tragar. Garret y su gran ego cometiendo errores no era algo que debiera sorprenderme a estas alturas. Si mi padre fuera menos ensimismado, haría un verdadero rey. Lentamente alcé mi mano vendada para mostrarla al rey de los daimones. Si Iván Bukavac no obtenía una respuesta que le complaciera, desenfundaría esa espada y me seccionaría en dos. Desenredé la venda para mostrarle la herida negra que luchaba por cerrarse en mi mano, evidencia de una herida mágica.

–Cometí el error de guardar el artilugio dentro de un portal en mi mano –ratifiqué buscando las palabras que no me delataran en una mentira–. La sombra se alimentó de mis miedos y escapó. Tuve que mejorar el artefacto y arriesgarme a cargarlo afuera, pero ya está contenida –saqué el artilugio de mi saco y lo alcé ante la mirada iracunda de mi interrogador.

–¿Mejorarlo? ¿Tú?

–Verifíquelo usted mismo.

Bukavac ordenó a su escolta verificar la veracidad de mis palabras. Para un daimón era suficiente tocar un objeto para advertir si estaba habitado por algo oscuro; demonio menor o mayor. Ragnar Abelsen, el Cabeza de Halcón que solía escoltar al rey, confirmó el contenido de energía oscura. El desgraciado me mandó de regreso a través del portal de una patada. Caí a los pies del señor Enrique que me extendió una mano para levantarme. Tuve suerte.

A qué Garret. Quizá sí esté algo ensimismado. Lo bueno es que Bastiam la libró. Y mientras Garret relajándose con la doble. ¡Se pasa!

Este capítulo estuvo más cortito para mostrarnos la perspectiva de Bastiam. Siendo hijo adoptivo de Garret tiene un papel bastante importante en la historia. 

¡Muchas gracias por leer!






Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro