El millonario había sido abandonado por sus secuestradores cerca de South Bronx, la zona más peligrosa de NY como una "Broma" le dijeron cuando lo bajaron del coche. "Conoce el verdadero NY"

Abandonado comenzó a caminar e inmediatamente se acercaron a robarle su rolex, la ropa Louis Vuitton, sus cómodos y relucientes zapatos italianos diseñados en exclusiva y hechos a mano para él. No conformes con robarlo lo patearon por atreverse a meterse en su territorio. Afortunadamente se burlaron de sus calzoncillos negros de seda y se los dejaron  para que todo el mundo los viera.

Un buen samaritano que empujaba un carrito de supermercado le dio ropa, gracias a él no anduvo en calzoncillos por la calle.

Caminando con el buen samaritano vio un teléfono y se apresuró a llamar por cobrar para que lo recogiera su equipo de seguridad 

Sentado junto al teléfono espero casi 45 minutos para que llegara Johnson, que al verlo corrió a auxiliarlo.

-Mi esposa ¿Cómo está?

-Bien señor, no me he separado de ella.

-Los chicos de seguridad que me acompañaban en el parque, despídelos, me dejaron solo.

-Ellos están muertos señor.

Nam Joon palideció –Estos tipos no juegan. Arregla que las familias estén bien y dona un millón al refugio para indigentes de South Bronx.

Una vez que llegaron al lujoso complejo de departamentos donde vivía ubicado en la calle 21 West 20th Street, suspiro aliviado de reunirse con Jinie, que ya había sido dada de alta.

Mientras subían en el elevador, Johnson lo actualizaba –Su esposa insiste en salir, debe informarle la situación, para que no se ponga en peligro.

-Yo hablare con ella, pero primero me daré un baño, no quiero que me vea en ese estado.

Jinie lo estaba esperando en la sala, vestía botas negras altas, un pantalón negro y una blusa rosa de seda. Al ver entrar a su esposo con el ojo morado y desaliñado no pudo evitar correr a abrazarlo.

-Por Dios Nam, ¿Qué te paso?

-Ahora no Jin.

-Ahora sí, o me voy y nada me detendrá - Camino a la puerta pero el equipo de seguridad le bloqueo el camino. –Nam, diles que me dejen salir.

Suspirando el millonario le indico que se sentara.- Jin por favor siéntate y te explico.

Jin sintió un escalofrió, su esposo nunca había hablado con ese tono.

-Tú y nuestro bebé estaban en peligro pero ya lo arregle; pero si no convenzo al esposo de tu amiga Agustina que deje el caso contra un mafioso Chino, mataran a tu amiga y a su bebé.

-Jin palideció y corrió al baño a vomitar, seguida de su esposo.

-¿Por qué nos hacen eso? Lloraba sentada en el piso.

-Por dinero y poder, pero no te preocupes tú estás a salvo amor.

-¿Qué hiciste para que nos dejaran en paz?

-Muy poco.

-¿Nam?

-Olvídalo.

-Por favor, no podré vivir tranquila.

-No firmaré un tonto contrato, pero no me importa.

-Yo tengo como 50 millones y las propiedades de Italia. Puedo ayudar. Te lo compensaré ¿Cuánto pierdes si no firmas?

El rubio la abrazo conmovido por el gesto de su esposa. –Nena es un acuerdo de más de dos Billónes.

-La modelo se puso pálida. Por Dios.

-Ya pacte, solo queda que Jeon Jung Kook no siga con la investigación por eso debemos llevarte a un lugar seguro.

-Hablare con Agustina. Ella lo convencerá. Puedo viajar a Italia.

-No, tú debes quedarte aquí y no hacer nada, el FBI nos está vigilando, por nuestra posible colaboración con la mafia. Cosa que si les doy el dinero me involucrará.

-¿Pero entonces Agustina y su bebé?

-Convenceré a Jung Kook.

-Nam, tengo miedo.

-No te preocupes, pase lo que pase tú y nuestro hijo estarán a salvo. Anda vamos a que te acuestes, debes descansar.

Con mucha delicadeza la ayudo a recostarse, le quito las botas,  la tapo con una manta y le dio un beso en la frente. Se alejó suavemente para no hacer ruido, pues agotada su esposa se estaba quedando dormida.

-Nam quédate hasta que me duerma.

-Nam Joon regreso a la cama y se sentó en la orilla.

-Abrázame, tengo miedo.

Nam Joon la miro con amor, estaba arrepentido por la terrible equivocación al juzgar a su esposa.

Jinie, dormia con un sueño intranquilo. En su pesadilla su esposo la abandonaba. Ella corría para alcanzar el coche para evitar que se fuera, pero todo era inútil por más que gritaba "Nam Joon te amo" la imagen de su esposo se desvanecía.

-Te amo Jinie

-Yo también te amo. Lo dijo entre sueños.

Nam Joon sintió que su corazón crecía y se iluminaba de felicidad.

-Te amo solo un poco, dijo entre sueños su esposa.

-Yo haré que me ames más- le susurro al oído, y besándola antes de acomodarse junto a ella.