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FINAL

"Hannover hoy se encuentra de fiesta, no solo por la reciente firma de los acuerdos de cooperación con Illis, sino porque la boda real se celebra el día de hoy en la Catedral.

Este es todo un acontecimiento ya que nadie esperaba que apenas a unos días de su regreso Josabet Barrier sea coronada como la nueva reina de la nación.

Pero por que no nos acompañan a conocer un poco la historia de nuestra nueva reina y la historia de amor de la familia Real de Hannover.

Cuando el Rey Hale de Hannover aún era un príncipe en preparación, se encontró por primera vez con una señorita cuyo nombre desconocía, pero que lo impacto desde la primera vez que la vio en medio del bosque cubierto de nieve, sus palabras y acciones lo marcaron para siempre. A su vez Josabet Barrier, una jovencita de ideales firmes y gran sentido de la responsabilidad, incentivo al príncipe a ser una mejor persona para ser el gran Gobernante que es el día de hoy.

Pero cuando pensábamos que esta historia seria como en los cuentos de hadas, nos enteramos que no es como todos lo habíamos pensado, la familia Barrier estaba lejos de ser una familia normal de las costas de Ambur, habían llegado hacía décadas a nuestro país huyendo de los conflictos dentro de su país natal, la hoy Republica de Aiden, eran ni más ni menos que la familia real. Nuestra Lady Josabet era la Princesa de Aiden, si este siguiera siendo una monarquía.

Todos se preguntarán como es que todo sucedió, la versión oficial es la que todos conocemos. Dos valientes jóvenes con un mismo destino, ¿no es romántico?, para muchos, si, para otros un dolor de cabeza constante, de lo que estamos seguros es que esta pareja dará mucho de qué hablar y sobretodo nos regalaran una bonita historia que pasará de generación en generación como el día en que "El príncipe de Hielo" y "La princesa sin Reino" unieron sus vidas para siempre..."

Coral

Guardo la publicación del periódico en el bolsillo, todo es una locura, los meseros corren por todos lados, cumplir los deseos de los reyes no es fácil y díganmelo a mí la mejor amiga de la novia y muy próxima reina de Hannover.

Miro desde el balcón como cientos de personas trabajan incansables para que todo esté listo para la hora de la recepción, el palacio se está vistiendo de gala para recibir a la pareja real que reinara a partir de este día.

—¿Pensaste que esto terminaría así? — siento la voz de Lyris cerca de mi oído, niego con la cabeza mientras fijo mi mirada en los informes que tengo en la mano.

—Que terminarían juntos, sí. Que sería todo este caos, no. Pero qué le vamos a hacer, ellos no pueden ser como las personas normales.

Lyris sonríe ante mi comentario y estoy segura que estaba pensando lo mismo, se para junto a mi sin decir nada, siento que en cualquier momento puede explotar como normalmente lo hace cuando se queda callada por mucho tiempo.

—No importa si son normales o no, entiendo que no quieran perder más el tiempo — me giro para mirarla atentamente, su expresión es seria y serena, sé que paso muy preocupada por esos dos de la misma manera que lo estuvimos todos, pero ella no es capaz de quedarse a un lado y ver cómo la gente sufre.

Es algo que me gusta de ella, su sensibilidad ante el sufrimiento de los demás, ha sido un año difícil para ella y lo entiendo siempre lo hice, pero no pude soportar el momento en que me hizo a un lado y no puedo mentir, me siento un poco incomoda teniéndola a mi lado en este momento y no poder tomar su mano o hacer algo para reconfortarla.

» Siento mucho como pasaron las cosas y hasta cierto punto siento que soy responsable de eso, por eso no me importa las noches sin dormir por organizar todo esto, de alguna manera lo estoy arreglando.

—No es tu responsabilidad, todos hemos tomado nuestras propias decisiones y sin importar como hayan pasado las cosas, lo importante es que en este momento todo está volviendo al lugar donde deben estar — y lo digo de todo corazón, asiente suavemente como si le costara entenderlo.

Se vuelve a mirarme, sus ojos azules expresan, tristeza, anhelo y un nudo se me forma en la garganta.

—¿Será que algún día nosotras también llegaremos a ese lugar? — pregunta y yo no sé que responderle, nada me haría más feliz en esta vida, pero, así como la vida misma, nada es sencillo y no todo sale como lo quisiéramos. Dentro de mí no puedo evitar sentir un poquito de esperanza y ella es suficiente para poder darle a todo esto una nueva oportunidad.

—Solo tenemos que encontrar ese camino, tenemos el mejor ejemplo a nuestro lado, el camino correcto es difícil y habrá miles de ocasiones donde queramos rendirnos, donde sintamos que ya no podemos más, pero en esos momentos debemos recordar que es lo más importante y lo que ha hecho que lleguemos tan lejos.

Asiente pensativa y aparta su mirada, comienza a retorcerse las manos, signo de que está nerviosa y yo no lo soporto más o hago algo, o debo salir de aquí. Su cabello rojo este suelto y algo descuidado, nada propio de Lyris, la observo con detenimiento, ha perdido una cantidad considerable de peso y bajo sus hipnotizantes ojos azules hay un par de manchas negras que no me agradan nada. Acaricio su mejilla en un vano intento de controlarme todo en mi me dice que la abrace, la bese, pero mi estúpida cabeza me dice que salga corriendo de ahí.

Su mirada se conecta con la mía sorprendida y me rindo completamente a ella, no puedo seguir soportándolo más, no puedo estar lejos de ella cuando mi alma dejo de ser mía hace tanto tiempo.

—Pero miren nada más con lo que me encuentro aquí — ambas nos volvemos para ver entrar a Bob con su traje de padrino, Bob es un payaso siempre intentando alivianar los momentos tensos — por mí no se corten, solo pensé que sería una descortesía de mi parte sí que quedaba a mirar sin que lo supieran.

En ese momento Lyris rompe en risa y no puedo evitar contagiarme de su reacción, mientras Bob me guiña el ojo cuando ella no está mirando.

—Te debo una — articulo con la boca sin emitir ningún sonido.

—Bet las está buscando, está a punto de caer en un colapso nervioso y digamos que como hombre prefiero huirle antes de que mis herederos corran peligro — dice poniendo cara de preocupación.

Sin parar de reír Lyris solo asiente y comienza a caminar, yo solo encojo los hombros ante la mirada picara que me lanza Bob en cuanto voy tras ella.

—Se puede decir que tienes tú final feliz — comenta Lyris mientras con sumo cuidado arregla el velo kilométrico de Bet.

Esta preciosa en su vestido de novia color marfil lleno de delicados encajes, un vestido que había esperado por este momento más tiempo que el que debería. Bet nos sonríe a través del espejo, en su mirada se refleja la felicidad que siente en este momento. Su cabello rubio recogido el un moño bajo, su maquillaje casi imperceptible, es la novia mas hermosa de la historia, y estoy segura que también será la más feliz.

—No, te equivocas este no es el final, es solo el comienzo — dijo con cierto mistisismo.

Hale

—Si no dejas de caminar como un demonio encerrado en una botella, me vas a obligar a arojarte este vaso de whyski y seras un novio en las rocas — amenaza Bob mostrándome el vaso que sostiene.

Menudo padrino me vine a escoger, me siento nervioso, quien no lo estaría teniendo en cuenta nuestro historial de acontecimientos, sin embargo en el fondo siento que todo ira bien.

Me detengo frente al espejo, lo que veo en el reflejo, es algo que dí por completo por perdido y estuve a punto de darme por vencido.

Llaman a la puerta, Bob y yo compartimos una mirada, hoy por hoy nos esperamos lo peor.

—Soy yo — es la voz del hombre que me dio la vida, por fortuna, abre la puerta con cuidado, él entiende nuestra paranoia.

Esta llevando con orgullo su traje de armas propio de un antiguo rey, azul de terciopelo, portando todas sus insignias que lo indican como antiguo soberano del reino, pero luego de tanto, se que detrás de ese ceremonioso traje esta el hombre que esta dispuesto a hacer lo que sea por proteger a su pueblo y su familia, mi padre.

Su sonrisa se ensancha al verme llevar mi traje, a diferencia del suyo de color rojo, el mismo que habia llevado el dia de su boda con mi madre, y no podría llevarlo con mas orgullo.

—Que la felicidad te acompañe todos los días de tu vida hijo— me estrecho entre sus brazos como no lo hacia desde que era un niño — tú eres mi mayor orgullo y siempre lo serás.

La Catedral de la ciudad es una de las edificaciones más emblemáticas de Hannover, y como no podía ser de otra manera, al momento está a rebosar de personas que desean presenciar el acontecimiento del año, desde los más pequeño, hasta los reyes y dirigentes de países hermanos.

Toda ella decoradas con rosas blancas gentil aporte del Rey Christopher que también nos acompañará hoy, jamás la había visto tan grande e imponente, y en poco tiempo seríamos el centro de atención, no es que no esté acostumbrado a eso ya, pero personalmente me gustaba más la idea de casarnos a escondidas únicamente con las personas que son parte de nuestras vidas, sin necesidad de hacer todo esto.

Observo con detenimiento cada uno de los detalles, nosotros no necesitábamos tanto, pero hemos de hacerlo por cada una de las personas de este país.

—Estás muy pensativo — la voz de Lyris me toma por sorpresa, abandone la cámara donde se suponía debía esperar hasta que fuera el momento de ir al altar, pero era probable que me volviera loco si seguía ahí.

—Es un día muy importante — respondo, no sabría cómo explicar todos los sentimientos que en este momento tengo, es abrumador.

—Eso, por fin te llego tú día hermanito — me envuelve entre sus delicados brazos y la estrecho contra mí, toda esta aventura comenzó cuando me comprometieron con este remolino pelirrojo, sin saber que ese día me había ganado una gran amiga y una hermana.

—Pronto será el tuyo remolino — deposito un beso en su cabeza.

Se separa de mí y sonríe.

—Prepárate, solo faltan veinte minutos para que tengas que estar en el altar...

Seis años después...

—Estaba tan nervioso en ese momento que lo próximo que recuerdo es cuando pronunciaron las palabras más emocionantes de mi vida — el niño más grande con expresión pícara se levantó a toda prisa.

—"Puede besar a la novia"— dijo sin pisca de vergüenza.

Más de una risita nerviosa salieron del grupo de niñas, mientras los niños ponían cara de asco. Fue inevitable no reír con las ocurrencias de los niños.

—Lamento aguaros el cuento, pero fue "hasta que la muerte los separe"

El niño más pequeño de todos de negros cabellos lo miro con el ceño fruncido.

—Pero esa es una frase muy triste — dijo sin miramientos.

Asentí porque tenía razón y lo invité a acercarse, viene hacia mi sin apartar la mirada, es un niño valiente. Lo senté en mi rodilla.

—Tienes razón que es una frase triste, pero lo importante de ella es que es una promesa, de que siempre estaremos juntos hasta el momento en que nuestras vidas se extingan, y esa es una promesa muy grande.

Algunos niños soltaron un ligero "oh" en respuesta.

—Niños ya dejen de molestar a Su Majestad — dijo el pequeño Hale, aquel niño que hacía años habían salvado en medio de una tormenta, ahora era todo un hombrecito, trabajaba medio tiempo en la escuela primaria que tenía por costumbre visitar los viernes por la tarde.

—Sabes que no es molestia — respondí poniéndome de pie y depositando al pequeño de regreso con sus compañeros.

—Sé que te gusta hacerlo, sobre todo cuando estas esperando que tus hijos salgan, pero debes pensar en el revuelo que armas todas las semanas cuando de buenas a primeras te apareces aquí — me regaña, poco queda de aquel niño que se aferraba a Bet cada vez que la veía ahora su voz era gruesa y profunda, comenzaba a aparecerle barba y amenazaba con ser más alto que yo, pero para mí era como otro de mis hijos.

Revuelvo su cabello como sé que odia que lo haga, una de las razones por las que me gusta pasar por aquí es para poder verlo, es un milagro que este aquí, nuestro milagro.

—¡Papá! — escucho la voz de mi niña desde lo lejos, la veo venir corriendo hasta a mí, su cabello rubio como el de su madre tienen unos graciosos bucles que su abuela insiste en hacerlos cada mañana, sus ojos lo único que saco a mí, me miran contentos. Se abraza a mis piernas apenas me alcanza.

—Mi princesa — la tomo en brazos y comienza a dar grititos de alegría, intento venir cada semana, quiero que mis hijos tengan en lo posible una vida normal — donde has dejado a tu hermano.

Se encoje de hombros fingiendo inocencia, debió haberlo dejado atrás como siempre es su costumbre, mi pequeña Juliette se quiere comer al mundo pero creo que el mundo aún no está preparado para ella, al contrario que Julian, su hermano mellizo nació con la inteligencia de su madre, aunque físicamente se parece a mí, le gusta estar con sus libros, su curiosidad lo lleva a meterse en más de un problema pero eso lo llevará muy lejos.

Lo veo a lo lejos caminar mientras esta ojeando un libro de animales, tiene el ceño fruncido lo que significa que hay algo que no conoce. Levanta su rostro y nos ve.

—¡Papá! — hace lo mismo que su hermana, se abraza a mis piernas — no sabía si vendrías.

Acaricio su cabecita.

—Te lo prometí, campeón, ahora vamos a casa antes de que al tío Hale le dé un ataque de histeria.

Camino orgulloso con un niño a cada lado, en cuanto salimos la veo, en su traje lápiz color marfil, esta espectacular como solo ella sabe serlo, aunque ella sea la reina y yo el rey de esta nación ambos sabemos lo importante que es para nuestros hijos la presencia de ambos en sus vidas.

Me da un ligero beso en los labios y me sonríe, siempre amare esos ojos violetas tan únicos tan ella, pero sobre todas las cosas siempre admiraré su valor y coraje, por sus hijos, su familia y los nuestros.

—¡Mamá! — gritan los niños al unísono.

Siempre será mi Josabet, la guerrera, la luchadora, la princesa que volvió a tener su Reino.

Fin

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