Especial 8k
Egan
—¿Qué crees que haces? —le evado la pregunta tomado el pequeño botiquín para entablillar la fractura en mi pierna.
Me duele como los mil infiernos, pero debo mantenerme sobrio y a raya por si cualquier cosa se presenta como amenaza.
—Dame eso, Egan.
Toma asiento a mi costado sobre una roca. Ni crea que no me he dado cuenta que tiene la rodilla toda lastimada y la mano bañada en sangre.
—Puedo hacerlo yo mismo —me defiendo.
—¿Y? No te estaba preguntando.
Me arrebata los insumos colocando todo sobre una tela medianamente limpia para proceder a sacar todo. Se ve tan tranquila que me da coraje, sus arrebatos de niña buena me fastidian y cuando actúa sin escrúpulos puede llegar a ser tan malditamente sexy que aturde.
—Coloca solo una venda. Aden puede necesitar el alcohol después —le evado los ojos cuando quiero decirle realmente que ella es la que lo necesita. Tiene que atenderse las heridas o pueden infectarse.
—Acabo de pasar por su lado y está en una pieza —abro la boca para mencionar a mi otro hermano, pero me hace una seña para callarme ¿Por qué me dejo? —Nas solo tiene moretones, nada de qué preocuparse.
—¿Y tú?
—Estoy bien —responde simple.
—Tienes la rodilla mala y una herida en la mano que necesita suturas —la acuso buscando sus ojos esmeralda que tanto me atormentan la conciencia. Es una maldita embustera.
—Necesitas...
—Te necesito viva y si sigues sangrando medio litro por hora no creo que podamos entendernos luego. Usa lo que hay en el botiquín y envuelve mi pie con esa tela —la señalo—. Yo tengo menos posibilidades de infectarme, no es nada externo.
—Pero...
—No dejaré que me coloques nada de lo que hay dentro —la miro mal—. Obedece y ponme eso rápido.
—Serás idiota. No se te va a caer la hombría por admitir que te duele o necesitas ayuda.
—No empieces ¿Quieres curarlo o no?
Aprieta los labios con el rostro a juego del color de su cabello e inmediatamente sé que he ganado.
—¿Alguien ha intentado comunicarse con la central?
—Aden está haciendo lo que puede con Zane —menciona concentrada tratando de hacer lo que he pedido—, pero lo más probable es que el equipo llegue mañana por la mañana.
Sí, también me pareció un total chiste cuando me lo dijeron, teniendo en cuenta por todo lo que estamos atravesando justo ahora me parecía sensato que abrieran una tala de árboles a mitad de nuestra ubicación para tratar de aterrizar un helicóptero como mínimo.
—Ya está oscureciendo —deseo maldecir al sentir el apretón que deja sobre mi zona afectada—. Necesitamos ideárnoslas para poder ....
Me detengo al percatarme de un crujido, es tan leve que dudo, pero cuando Azael comparte una mirada conmigo, infiero que no solo yo pude ser el receptor del sonido seco.
—Refugiarnos —termina por mí queriendo mantener la fluidez de la conversación—. Lo sé, pero primero debemos atendernos y limpiarnos las heridas. De nada servirá encontrar un lugar seguro si nos obligamos de sobremanera.
Tomo mi arma poco a poco sin hacer mucho movimiento mientras que me acerco más a su cuerpo con indicios de querer besarla, cuando realmente estamos montando un show.
—A las tres —susurra solo para nosotros, así que solo atino a dejar un casto beso sobre sus labios cuando se pone tan recta como puede.
La tomo de la cintura para que automáticamente ella envuelva sus piernas en mi cintura mientras me coloco de pie, es una marioneta que ya hemos practicado durante el sexo por lo que nos sale de manera auténtica. En el acto, Azael empuña un poco de piedras para lanzárselas a los árboles que nos devuelve el material con balas.
En ese momento corro tan rápido como mi estado me lo permite. Para cuando les doy el encuentro a mis hermanos, Nas se ha encargado de poner a trabajar a Aden y Zane.
—¿Se fueron a la bóveda?
—Sí —dice buscando más recargas entre las pocas cosas que pudimos rescatar del jet.
—A unos metros vi una cascada, encuéntrenla y reúnanse que yo iré detrás.
—No te voy a dejar —suelto firme bajando a la pelirroja tras una roca grande.
—Estás herido.
—Como tú —me defiendo tomando con más fuerza el pedazo de metal—. Seguiremos el plan.
—Obedece Egan, la situación no amerita una discusión.
—Azael puede caminar perfectamente y defenderse en el proceso —aunque me cueste decir aquello, algo en mí dice que tengo que priorizar las cosas. Podré sentir lo que sea que siento por ella, pero él es mi sangre.
—Egan tiene razón, Nas.
—No voy a dejar a otro sin pareja, vallan ambos a la cascada y encuéntrense con los demás por las municiones—maldice cuando una bala cae cerca.
—No.
—¡Obedece Egan! —grita en mi dirección rojo de la ira— ¡No tengo cabeza para mantenerlos a todos a salvo, facilítame las cosas!
—Vete Azael —ni la miro, pero sé que ella conoce mis motivos.
Lo duda o espera que mencione algo más, pero para mi no hay nada más que decir por lo que me pongo a crear un muro de balas aun con la sombría mirada de mi hermano.
No tenemos mucho para resistir. El objetivo es darles ventaja a los demás para que saquen las cosas de un pequeño bunker subterráneo que pudimos encontrar en la primera expedición, para que ellos luego salgan al frente cuando nosotros retrocedamos.
¿Porqué nos molestamos en hacer esto? Sencillo, todos sabíamos que si metíamos la pata de manera brutal nuestros padres nos iban a colgar si regresábamos con las manos vacías; por lo que, justo ahora y omitiendo el plan, todo parece que íbamos a encontrar a Kali y no a Florencia por un par de cosas esenciales y de ahí empezar a repartirnos los deberes.
El plan era una salida de emergencia suponiendo que algo saliese mal, justo como sucedió.
¿Quiénes son los hombres? Ni nosotros mismos lo sabemos, porque si hubiésemos hurgado más llamaría la atención de mamá cuando investigue. Cosa que me apuesto que está haciendo justo ahora.
—Mamá me va a cortar las pelotas como no los lleve en una pieza.
—Yo sabía perfectamente en lo que me metía —atrapo en el aire un par de boomerang que me lanza.
Desde niño siempre ha sido mi habilidad, así como Nas es bueno con la puntería y puños, Kali con las artes marciales, Azael con los cuchillos y Aden con las fechas; en mi caso son estos pequeños aparatos de metal que he diseñado para que contengan un poco de veneno de cobra en sus puntas.
—Tengo esa responsabilidad —niega—. Jamás lo entenderías.
—Siempre tuve más privilegios que ustedes, soy consciente, pero nunca lo pedí.
—Eso es lo interesante —me mira—. Ustedes jamás tuvieron que pedir nada.
Dejamos de conversar al empezar a notar la falta de municiones y la falta de respuesta de los demás, hacemos lo que podemos por un buen rato y ni siquiera tengo idea si todos los demás están juntos cuando decidimos empezar a retroceder a mitad del bosque.
—La bazuca será lo último.
—Prepárala sobre ese descampado —le señalo empezando a alistarme—. Te dije que me ibas a necesitar.
Hace caso así que no me cuesta mucho hacer lo que por mucho tiempo he practicado. Coloco el dedo en el gatillo sin mover mi vista y... espero justo cuando uno que creo es el líder hace una seña para avanzar. Suelto el dedo.
Mi hermano me ayuda a recoger un par de cosas y luego empezamos a correr a como podemos, sin embargo, por alguna razón todo se empieza a llenar de humo.
—¡Corre! —grita al ver el fuego que empieza a propagarse y obedezco tanto como puedo. A lo lejos puedo vislumbrar a unos cuerpos empezando a moverse, sin embargo, tengo la vista borrosa y por un momento no puedo respirar bien obligándome a detenerme.
—¡Ponle la máscara!
—Mamá debería dejar de ser tan fan de estas mierdas —escucho murmurar antes de poder cerrar mis ojos por completo.
Aden.
Mis hermanos y yo mantenemos la seriedad que amerita el caso habiendo funcionado el plan. Si alguno compartiera una mirada indebida, con algún tipo de alegría o de triunfo, estaba seguro que nos tiraría del helicóptero en el que amablemente nos ha metido.
—Los primeros sospechosos son los tipos que tuvieron un roce con los mellizos durante la misión.
Niego.
—No pudieron ser ellos porque tuvimos los ojos fijos en todos y cada uno de esa mesa luego de salir. Hubiera sido demasiado evidente que atacaran.
—Mi hijo tiene razón —murmura el boceto original de Kali—. El jet no pudo fallar solo porque sí y que sorprendentemente al encontrarse indefensos exista un ataque directo —suspira pesadamente para reparar a Nas que solo se ha dedicado a contemplar la ventana como su mejor entretenimiento— ¿Dirás algo White?
—Esta cosa debe ir más rápido.
Antes de que mamá pueda preverlo, papá ya está soltando una risotada totalmente carente de humor.
—Como lo supuse, esta vez tampoco pudiste protegerla.
—Kenneth —advierte ella.
—Nunca pude —el enfrentamiento de gris a gris vuelve helado el ambiente de tanta tensión que sofoca—, así como tú tampoco pudiste librar a mi madre de la enfermedad que ahora tiene.
—Ella sabía el riesgo.
—Kali también —escupe—. Todos aquí lo sabíamos, excepto el niño que estaba creciendo dentro de ella ¿No? ¿Por eso te empeñaste en desaparecerla de la faz de la tierra?
Egan me codea. No tengo ni puñetera idea de cuando se despertó o de que tanto escuchó, pero no es momento de hacer preguntas.
Niego.
—¿Niño?
—Kali estaba esperando un hijo mío, pero la obligaron a abortar y él quiso ocultarlo todo —El pelinegro le responde a la duda de nuestra madre.
Ella lo observa desconcertada al principio, pero en un nanosegundo ha cambiado al enojo.
—Kenneth ¿Te atreviste...?
—¡No tienes ningún derecho a reclamar nada! —paso saliva cruzando mirada con Zane— Ella confío en ti.
—Soy consciente de mis errores y no hay día que no me culpe por ellos, pero los años pasan y lo menos que esperé de ti es que, así como me exigías la verdad en todo lo mismo hicieras conmigo. Ese niño era mío.
—Está muerto por tu culpa ¿Te sirve?
—Papá —se mete Azael llamando la atención de todos.
—Ahora no.
—¿Porqué detestas tanto a Nas? —se cruza de brazos— Y no me creo que sea solo porque tenga la atención de Kali y de mamá.
—Azael déjalo así.
—Hice una pregunta papá, ¿Piensas responder? —evade la petición.
—No.
—Kenneth.
—Kali.
—Habla —rueda los ojos.
Se queda mudo por lo que parece demasiado tiempo e incluso llego a pensar que la pelinegra lo apuñalará en la pierna para que siquiera grite de dolor, pero entonces él abre la boca hablando apresuradamente.
—Necesita ser perfecto para cuando yo no pueda estar. Necesita ser capaz de manejar a la familia, la responsabilidad que todo eso conlleva y nunca será lo suficientemente responsable si no admite que mi hija le importa más que su orgullo —se detiene y por algún motivo niega—. No quiero que seas como yo o como mi padre o algún otro Capo, porque lo que nosotros somos no lo es nadie y lo que queremos es demasiado.
El mayor bufa.
—Eso no te da derecho a ocultarme algo como esto.
—Lo sé, pero ella me pidió ayuda y no iba a negarme. No es un secreto que siempre haya preferido a Kali por ser una réplica de tu madre, así que se me es inevitable querer ahorrarle momentos como los que ella tuvo que pasar. Ella siempre ha sido mi prioridad y mi primera opción, si eso te lastima sopórtalo porque no va a cambiar.
—Tu moral no me interesa justo ahora y ni siquiera me duele, lo único que deseo es que esta cosa llegue a casa para poder ir a rescatarla de la mierda en la que la metí por tus diferencias.
—Nas...
—En cuanto regrese con ella, de corazón espero que no te entrometas en lo que empezaré hacer porque no voy a tener consideración ni con mi sombra.
—¿Me estas amenazando?
—Sí.
De aquí para adelante solo quedan 5 capítulos para el final sin contar el Epílogo.
Disculpen tremenda desaparecida, pero la universidad si consume gente ;)) fuera de ello, trataré de subir los capítulos restantes en esta semana (si no es que mañana mismo)
Estén atentxs.
Besitos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro