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CAPÍTULO 23

El regreso de un alma a la tierra que se ha encargado de hacer más alegre el diablo y menos miedosa a la iglesia.

Nas.

—¿Te encargaste de pagarles a los marines? —le pregunto a Zane.

—Pidieron un millón más por el show improvisado de los mellizos.

—¿Se lo diste?

—Era eso o que realmente nos incauten las armes y que se desate un armazón —se defiende en voz baja—, además si no lo hacían los mellizos estaban dispuestos a sacrificar a Azael.

—¿Egan estaba de acuerdo? —pregunto extrañado estacionando el auto en la mansión, era imposible que mi hermano permitiera tal cosa. Quiere a fuego, pero se lleva en la sangre cargar con el peso de buenos sentimientos.

—Sabes que sí, en su retorcida cabeza luego del disparo encontraría una manera de revivirla.

Hago una mueca.

—Lamentablemente cuando empezó todo quedamos en que nadie se metería en la vida de nadie, así que él sabrá como hacer las cosas.

—Está enfermo —se queja.

—¿Quién no lo está?

Lo dejo con el habla en la punta de la lengua para irme con pasos severos hasta Kali que se ha reunido con su esposo —bufo—, se caería para atrás si supiera el regalo que le tengo preparado. Ella es mia, siempre lo ha sido y siempre lo será.

Nadie me la va a quitar. Kali es mia para destruir, amar y conquistar.

—Ni una semana de casados y ya desbo9rdan miel —finjo una sonrisa sin mirarla—, no saben las ganas que me están entrando de pronto de adelantar la fecha de mi boda.

—¿Ya no la habías adelantado?

Savannah se toma el atrevimiento de meterse y abrazarme por la cintura, como si se tratara de algún tipo de brujería su tacto empieza a quemarme la piel.

—Mientras más rápido, mejor ¿No?

—Claro.

Siento su mirada lo suficientemente penetrante que hace que me remueva en mi sitio bajando los lentes de sol que tenía en la cabeza.

—Como sea, debo ir a asegurarme que todo esté marchando como se debería para ....

—Cambio de planes.

Egan tiene un moretón bajo su ojo que lo hará odiarme después, pero era necesario para que no se crean tan invencibles siempre, son buenos, demasiado diría yo, sin embargo, nada nunca es suficiente y aunque yo suelo mezclar el ego con todo ellos no tienen motivo para hacerlo.

—Los Deveraux no se van a mover de Hawái y ya conseguí una mansión para movernos —explica.

—Por tu cara debo inferir que hay un problema.

—Así es —me da la tableta—, el inconveniente es que nos llevará horas hacer funcionar la red alterna e instalar nuevas cámaras porque a unos metros hay un centro nocturno que tiene excelente seguridad y si lo logramos hacer va a causar que sobrecarguemos la energía de la zona.

—Un apagón sería pasable, pero que los fusibles no vuelvan a encender va a llevarles demasiadas sospechas—se mete su par—, además que fijo y estaríamos vigilados porque somos los únicos que tendríamos energía normal, querrán revisar la casa y hacer procesos que nos demorarán.

—Fuego.

—¿Qué?

Kali se queda en blanco y es su marido el que se explica; —Quiere decir que incendies las demás casas.

—Eso sería mucho más evidente —reclamo.

—Osea solo algunas, las suficientes para que nadie nos tenga bajo vigilancia, se haría antes de instalarnos para fingir sorpresa y disgusto ante ello. Sería lo mejor hasta encontrar otro lugar con las características que necesitamos.

—La idea no es tan mala.

Es malísima.

—Háganlo —ordeno—. Asegúrense que el empaquetamiento esté listo para cuando el fuego se haya apagado.

Tomo a la de ojos azules y la arrastro hasta la cocina que es el primer lugar que se aparece frente a nosotros.

—Au —se queja.

—Cállate que ni te dolió.

Me sonríe de lado con una ceja alzada y la barbilla a nivel. La detesto, pero pese a ello me le acerco despacio hasta arrinconarla contra la isla central.

—¿Nada de lo que hablamos en el helicóptero te quedó ...?

La tomo de la nuca para estampar nuestros labios callándola de sopetón por insolente y egoísta. Me acusa a mí de hacer una mala elección con Savannah cuando ella pudo evitar decapitar a su hermana por unos estúpidos celos que nacieron a raíz de que se fue por tanto tiempo.

Y aunque estuvo en su derecho porque fui yo el que cometí el error pudo quedarse conmigo, no es algo nuevo hacernos daño mutuamente y volver a tropezar el uno con el otro. Así que sí, admito que esta es mi forma de castigarla por no dejar que lama sus heridas después de haberle clavado el puñal.

Vuelvo a la realidad cuando me clava su tacón en mi bota provocando que la suelte de inmediato.

—Eres un imbécil —se queja limpiándose la boca.

—Eso es cierto.

Vuelvo a avanzar.

—También que soy un hijo de puta, idiota, egocéntrico, vanidoso y más ¿No? —pongo las manos a ambos lados de su cuerpo sin perderla de vista, algo que siempre me saca de quicio es que nunca me baja la cabeza por muy aturdida que esté.

Hago el amago de tocarle el cabello, pero me manotea.

—No me toques, no te atrevas a ponerme ni un maldito dedo encima —brama con capricho.

Su necedad me pone peor. Tratar de hacerla entrar en razón es una idiotez, y es por eso que la detesto ¿Ya lo dije?

Sonrío con descaro antes de tomarla del cuello y estamparla en la mesa, su jadeo me pone tanto al hacer que los recuerdos de mi habitación en Florencia se hagan presentes.

—Yo te pongo los dedos encima que quiera y en donde quiera ¿O ya se te olvidó esa parte? Mi amor.

Se remueve queriendo liberarse, pero también le encierro las piernas montándome encima.

—Me está jodiendo verte en manos de alguien más que no sea yo, es verdad —increpo lo suficientemente cerca como para que mi aliento le roce sus mejillas y ponerle los pelos del cuello en punta—; pero ni él, ni nadie va a cambiar que me desees y que me traigas un maldito hambre que podría acabar con cualquier cosa. Eres mía hermanita, mía para amar y destruir ¿Lo recuerdas?

Mis palabras le han gustado lo suficiente como para llevarla a que se muerda su labio inferior, aunque la opresión de una de mis manos sobre su pecho izquierdo también puede motivarla en algo.

Lo disfruta, lo disfruta tanto como yo que...

—¿Te encamaste con Savannah? —Me patea tirando a un tacho de basura el momento

Limpia la comisura de sus labios agregándole algo a su mirada que hace que me pierda en ella de mala manera, el aire se me va ante el silencio que perdura por interminables minutos hasta que decido seguirle el juego.

—Quizá, sólo te seguí los pasos —encojo los hombros.

A diferencia del intento de pelinegra yo si sé que Adriano nunca la ha tocado, más le vale, pero a ella lo único que le queda es la suposición o creer en mis palabras y es por ello que me siento sorpresivamente mal cuando los ojos se le empañan mientras suelta una risotada.

—Ya no sé qué me decepciona más de ti, si tu falta de cojones para mover un dedo por nosotros, o que pienses que soy una puta que le abre las piernas a cualquiera que venga y me hable bonito.

Una bofetada. Vamos, tampoco es que esperara rosas de su parte, pero no misiles de tanto calibre. A ella le pesa admitir sus cosas que tiene por dentro y no quiere contar y a mí el hecho que cosas minúsculas de su parte muchas veces me dejen en blanco justo como ahora.

Me aparta con facilidad dirigiéndose a la puerta, es entonces cuando me animo a hablar:

—Pienso muchas cosas de ti y todas son relacionadas a lo que pasó después de la misión Deveraux o nuestro futuro —paso saliva—. Te odio Kali y creo que eso lo sabes, pero también te ...

Avanza hasta donde estoy sentado para propinarme una cachetada que termina por voltearme el rostro. Asiento sabiendo que me lo merezco, pero también reservándome las ganas de subirla a mi hombro y llevarla a mi habitación para hacerla gritar como siento que hace mucho no hago.

—¡Si vas a mentir hazlo bien! Porque no te creo que me odies, ni siquiera que me estimes o la mierda estúpida que ibas a decir. El que siente aun quesea una pizca de cariño por la otra persona, lucha y tú ni las armas sacaste antes de alzar la bandera blanca.

Rechino los dientes saltando a su alcance.

—¿Crees que es sencillo para mi? Intenté explicártelo pero eres de tan mente cerrada que todo quieres hacer por ti sola cuando sabes que no es así.

—¡Tú me mentiste!

—¡Manda a la mierda tu excusa barata de haberte cedido porque está bastante quemada! —vocifero— Estoy harto de que todo me lo quieras echar en cara ¿Crees que no sé qué siempre me seguiste los pasos?

—Nas...

—Nas y un carajo —estrello mi puño contra la vitrina de a un costado que revienta en instantes— ¡Tú sabias perfectamente lo que tramaba antes de la misión y aun así no me encaraste! Todo lo que te haya pasado y te haya dejado semejante trauma no es solo mi culpa, aprende a cargar con ella también porque de lo contrario recojo mis cosas y me largo y al demonio el apellido.

Le tiro la puerta al salir. Tengo el estómago revuelto y aún así tomo la primera botella de licor que encuentro en el bar para encerrarme en mi recamara del segundo piso sin fijarme en la cantidad de llamadas perdidas que tengo de mi madre.

—Mierda.

Esto no puede significar nada bueno.

—Nas —respondo a la siguiente llamada entrante.

Soy la mujer más influyente a nivel mundial según Forbes en los últimos quince años ¿Y tú tienes la indecencia de responderme luego de cincuenta y tres llamadas perdidas?

—Estaba ocupado —me excuso alejando el teléfono para que no escuche que estoy bebiendo.

¿Pagándole a los marines para que monten un show? —bufa— Ya lo creo.

—¿Zane te lo dijo?

Tienes suerte de tener un buen perro leal a tu lado, pero no, no fue él ¿Se te olvida que tengo informantes en todos lados? El hecho que no haya estado ahí no quiere decir que no haya visto algo de la mierdecita que hiciste.

—No pediré disculpas, fue una especie de entrenamiento para probar a cada uno —explico.

¿Incluso a tu hermana?

—¿Sabías que se casó?

—No sería quien soy ni habría llegado hasta donde estoy si no supiera lo que hicieran los demás, imagina tú el control que tengo sobre mis propios hijos.

—Solo era suficiente un sí —entorno los ojos

El silencio que deja unos segundos entre la conversación no me preocupa, al inicio, pero cuando la escucho murmurar una maldición en ruso lo hago.

Intenté criarte a mi imagen y semejanza para que me superaras, pero de cierta manera haz abierto mis ojos dejando solo la decepción como iluminación. Pensé que eras inteligente hijo —tomo asiento—, te pedí que encontraras unas solución a esto y que regresaras con los ánimos más amenos entre ustedes —solo puedo percibir la acidez en mi garanta por el momento— ; contrariamente solo alimentaste cada problema en nuestra contra ¿Cómo debería tomarme eso? Ustedes son grandes y mis herederos, pero aun así las ordenes las sigo ejecutando yo y la verdad es que me cansé de buscar entre correos o mensajes para verificar en donde pedias permiso para la locura de hoy.

—¡No fue...!

¡Silencio que la que te está hablando no es cualquier persona! Soy tu madre, aunque no te haya parido, pero eso no me quita el mal sabor de tu ineptitud y falta de coherencia para actuar. Yo no parí ni eduqué a mediocres, así que cada uno asume su desastre como puede, razona con frialdad y no me hagas sospechar que eres más hijo de Gema de lo que esperaba.

—No toques ese tema.

Entonces no me decepciones.

«No me decepciones»

Como si fuera tan sencillo evitar no cumplir mis propósitos, como para también agregarle los de ella que, si no me equivoco, son muchos más que los míos.

Kenna Bianchi siempre queriendo ser el centro de todos, y si eso no bastaba, para karma de sus enemigos Kali Al Capone también estaba en el juego.

Asesina a alguien hoy, entonces sabré que estamos hablando el mismo idioma —cuelga.

Excelente, también tendré que jugar a la ruleta rusa.

Obvien lo de tiktok porque me suspendieron la cuenta DE NUEVOOOO :)(((

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