👑♡nueve♡👑
Los días habían transcurrido, desde aquella noche en la cual Jungkook había tenido susto de perder a Taehyung.
Ambos chicos se habían conocido más el uno del otro, descubriendo más cosas del Palacio.
Sus rutinas diarias eran lo mismo.
Jungkook nunca perdía la oportunidad de besar al menos una vez al día a Taehyung, y verlo desnudo raras veces también se repetía, pero lo que le molestaba era que no lograba sacarle una gran sonrisa a Taehyung.
En cambió el Omega iba al río para disfrutar de su hermoso sonido y su aura de tranquilidad, para entrar y luego darse un baño refrescante.
Cada que iba Jungkook se quedaba, solo lo encontraba a medio camino cuando estaba de regreso.
Taehyung quería saber lo que Jungkook hacia en el lugar de las armaduras y la sastrería Real, cuando entraba a esos lugares nunca salía, ni le tomaba interés a él, además se la pasaba trazando en esa hoja blanca que a veces le molestaba.
— Cómo es posible que no hayamos entrado aquí desde el primer día — dijo Jungkook muy asombrado — osea esto es un premio para mi — corrió muy feliz desde la puerta hasta unos armarios que tenían una colección de todo tipo de bebidas.
Taehyung miraba pensativo a Jungkook, no podía creer de cómo era posible que el rey Beta, no podía saber leyes de un Reino.
"Las bebidas sagradas de cada reino solo se brindan en cada momento importante"
—Oye ángel tú y yo deberíamos beber esto, hasta emborracharse y luego cometer una locura — tomó una botella y se acercó a Taehyung coquetamente.
—Porque piensa beber, si son las bebidas sagradas de su castillo, déjelos en su lugar, porque no piensa que lo beberá más adelante y será algo satisfactorio.
—Cuando estoy ebrio, detesto a toda la persona a mi alrededor y más si son chicas que se te pegan como chicle solo porque eres atractivo — contó con un disgusto en su cara — no me gustan las chicas fáciles tampoco difíciles, siempre tuve problemas en conseguir una novia.
Taehyung solo estaba escuchando en silencio.
Jungkook abrió la botella y bebió de ello — papá siempre quiso que me casará muy joven, la última vez buscó un compromiso con una hija de su socio, pero no pensó en lo que podía sentir yo, esa noche me olvidé, pero al recordar, empecé a correr y en un lugar el carro me atropelló, era lluvioso, no sé cómo pero aparecí en el río, no me puse alterado, solo reaccioné normal, aún pienso que esto es un sueño y todo me parece común y corriente, nada me sorprende, porque siento que ya estoy muerto — miró a Taehyung un poco lagrimoso.
—Pero esto es real su majestad y sobre su padre, supongo que dice del hombre que lo adoptó cuando no murió en el río hace años — eso pudo entender Taehyung.
—Yo soy muy diferente a esto de toda la gente que podría existir en este lugar — dio una bebida más de la botella.
—Puedo entender que usted no sepa mucho de este lugar y eso es muy raro, pero no es diferente a mi punto de vista — dijo jugando con sus propias manos.
—No me gusta ninguna persona en el mundo — tomó una vez más de la botella y miró fijamente a Taehyung — nunca me enamoré, hasta que te vi en el río y sentí ese algo en todo mi cuerpo, te quiero mi niño.
Taehyung se quedó mudo por su confesión y también por escuchar un nuevo apodo, su lobo había saltado muy emocionado en su interior, provocando una calidez en su pecho.
— Te quiero extrañamente — sus lágrimas empezaron a salir — y hasta amarte creo que ya lo estoy empezando, generas en mi una emoción nunca antes sentida, todo lo nuevo en mi es a causa tuya — tomó la mano de Taehyung y acarició con ternura — déjame ser parte de tu vida, así como tú ya eres de la mía, desde que te vi en el río.
Taehyung lo miró con seriedad y con los mismos ojos de siempre, que guardaban mucho dolor y resentimiento por la vida.
— Eres muy hermoso — Jungkook se acercó lentamente a su rostro y juntó sus labios, empezando ese deseoso beso de su parte — me encantan tus labios — mordió un poco.
Empezó a acariciar el pequeño cuerpo del Omega, tocando por todas las partes posibles hasta que Taehyung lo detuvo, cuando sus manos descendían a su trasero.
—Eres perfecto frente a mis ojos — dejó caer su rostro en sus hombros respirando ese delicioso olor — ¿Cómo puede existir una persona sin ningún defecto? — susurró llevando su boca a la oreja del Omega.
Taehyung pasó saliva sintiendo la respiración de Jungkook golpeando su piel, que se erizaba mandando una corriente eléctrica a todas las partes de su cuerpo.
—¿no Tengo defectos ante sus ojos?
—Nada de defecto, eres demasiado perfecto — parecía estar seduciendo al chico — ya te he dicho que eres un ángel muñeco — lamió su oreja.
—Si — respiró detenidamente.
—Entonces deja que vuelva a repetirte — susurró en su oreja — eres un ángel pequeño — besó delicadamente el lóbulo de su oreja y se alejó para volver a beber de la botella.
Taehyung lo observó con sus ojos brillosos, será posible que ya empezó a sentir cosas por Jungkook o recién esta dándose cuenta de sus sentimientos que habían surgido desde el primer día en que se conocieron.
—Bebe conmigo — Jungkook le ofreció la botella pero el chico negó pensativo.
—No rechaces mi ofrecimiento, anda acompañame — pidió con una voz medio infantil — te daré un hermoso regalo que encontré por este lugar — sonrió.
Taehyung solo negó, y se alejó un poco, había notado que el vino, se le subió un poco a Jungkook.
—Que aguafiestas eres — suspiró y volvió a tomar para sonreir pícaramente y acercarse a Taehyung otra vez, pero tomando con firmeza su cintura, miró fijamente sus ojos apagados, casi intimidando al pobre Omega.
Taehyung pasó saliva nerviosamente y con un poco de miedo, miró a otro lugar intentando alejarse, pero volvió sus ojos a los del Rey.
El Rey se quedó escaneando su bello rostro detenidamente, estaba tan perdido en su delicadeza y su perfección — que tierno eres — sonrió Jungkook y luego lo soltó al llegar a la conclusión de cómo podría estar loco por someter a un hombre siendo otro hombre.
Taehyung oprimió sus labios.
—Eres tan tierno, como un cachorro tigre — tal vez estaba diciendo cosas por el alcohol — tus ojos son igual al de un bebé tigre que fue abandonado por su padre, guardan mucho dolor y eso me lástima.
El Omega se puso triste cuando de la nada llegó a su mente los ojos apagados de un niño, suspiró ante el pequeño dolor en su pecho.
— Nunca me gustó ser abandonado, eso seria como si algo pudiera dañarme por el resto de mis días.
— ¿no te gusta porque tus padres lo hicieron?
Taehyung sabía que sus padres jamás lo abandonarían, aunque nunca conoció a su padre el Rey, desde que tiene memoria solo convivía con su madre, que era muy sobreprotectora.
Él se sentía abandonado por alguien en su niñez y no precisamente sus progenitores, deseaba recordar su niñez y aclarar todos los sueños confusos.
— No quisiera ser abandonado, sería como una pesadilla, y mucho menos ser abandonado por la persona a quién amo — dijo con tristeza.
— Entonces no ames a nadie y así no te afectará su abandono, ámame a mi, que nunca lo haré, que si lo hago será como un viaje por un determinado tiempo, sabrás que un día regresaré — sonrió mientras esperaba la reacción del chico.
Taehyung volteó a mirar a Jungkook y miró sus ojos, para buscar alguna broma, pero podía ver sinceridad en ellos y mucho brillo, el ojo de una persona que miraba a su ser amado.
Como sabía eso él, pues lo había visto a unos Reyes de otro reino mirarse con mucho amor, antes de que pudieran juntar sus labios en los jardines de su castillo.
Pero estaba consciente de que Jungkook no podía sentir algo por él, en tan poco tiempo, no creía que lo ame.
— Voy a ir a dormir — avisó antes de salir.
Jungkook tomó más del vino y se llevó la botella con él para seguir al Omega, no quería dejarlo solo en la oscuridad, tenía que cuidar de su ángel.
—Debo controlarme, no debo besarlo, es un hombre, nosotros no podemos estar juntos, pero en un sueño tal vez si.
Subió las escaleras para ir directamente a la habitación de Taehyung, al abrir la puerta se quedó con la boca abierta y su corazón latiendo frenéticamente.
Cómo era posible que ese Omega provocará un sinfín de cosas en su cuerpo.
En cambio Taehyung se había quedado de la misma forma que Jungkook, no sabía cómo reaccionar, el Rey ya lo había visto desnudo muchas veces, eso no podía estar pasando.
Cuando vio que el Beta se movió hacia él se cubrió con las mantas, temblando por los lujuriosos ojos del Rey, se sentía desnudo a pesar de tener las mantas en su cuerpo.
"¿Qué haces Jungkook?" se dijo a si mismo por estar acercándose a Taehyung listo para devorarlo, listo para profanar su inocente cuerpo.
Al llegar donde el Omega llevó sus manos a sus mejillas y las acarició acción que le hizo cerrar los ojos al Omega.
"Detente Jungkook" cerró los ojos tratando de no caer ante la inocente tentación de Taehyung "resiste" abrió los ojos y se encontró con la fría y curiosa mirada del chico.
Se acercó lentamente a su rostro dispuesto a juntar sus labios con los del Omega, pero se detuvo a un centímetro — no me hagas esto — acarició sus labios con las yemas de su dedo — esto no puede estar sucediendo — se alejó rápidamente.
Taehyung respiró con calma y pasó la saliva retenida en su garganta, miró al Rey alejarse a una gran distancia de él, tembló bajo la manta.
—No tienes por qué provocarme si somos dos hombres — dijo en voz baja con su corazón latía con rapidez, nunca había sentido algo así, durante su existencia lo único que le importaba era salir a divertirse sin cometer ninguna estupidez.
Chicas no le faltaban, pero el deseaba conocer a alguien y amarlo, cuidarlo, y formar una bonita familia.
— Pero contigo eso es imposible — dijo mirando al chico que lo miraba con ¿miedo? Jungkook no sabría descifrar los ojos de Taehyung eran complicados de saber lo que se veían a través de ellos.
Taehyung no respondió nada y apartó la mirada, hasta después de un rato — yo no lo provoqué su majestad — dijo bajo jugueteando con sus manos — ni siquiera se cómo es eso.
—Tal vez tengas razón — volvió a tomar el vino — todo es muy raro, quisiera despertar, pero por otro lado no quiero — no quería hacerlo y dejar de ver a Taehyung, dejar de ver su rostro angelical.
"No quiero dejar de ver tu cuerpo tan perfecto y obsesivo"
—Vístete, regreso en un rato, te acompañaré para que no tengas miedo o esas pesadillas — se retiró controlando con mucha fuerza sus ganas de poseer a Taehyung.
El Omega suspiró y rápidamente se levantó para ponerse la ropa cómoda y bonita que era especialmente para dormir, suspiró de al fin tener la prenda cubriendo su perfecto cuerpo.
Un recuerdo llegó a su mente de la nada, porque esa habitación se le hacía conocida, miró con cuidado a sus lados.
—Solo es una alucinación, nunca he estado aquí — volvió a la cama y se echó con cuidado poniendo sus manos en sus mejillas — porque siento que pertenezco aquí.
La puerta volvió a abrirse dejando ver a Jungkook, quién se acercó y se sentó en la orilla de la cama para mirarlo con ternura.
—Duerme ángel, yo te cuidaré — llevó sus manos a su esponjo cabello castaño, acarició con mucho cariño y Taehyung no tardó mucho tiempo en alcanzar el sueño.
"Que hermoso" el Rey se quedó contemplándolo mientras sonreía como un bobo enamorado.
"Omega" y esa voz en su mente que era "nuestro" Jungkook miró a sus alrededores.
Suspiró y regresó su vista al Omega, para grabar su belleza en su mente, y así nunca olvidarlo, aunque despertará.
—Ya nada parece un sueño, porque un sueño no dura días ni horas — lloró en silencio — y si esto es real, que pasará entre Taehyung y yo, si un día regreso a mi mundo que será de mi sin él.
Dejó de pensar para concentrarse en Taehyung.
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