— Jiminnie, levántate cariño, ¡Hoy es el día! — habló su madre en pequeños susurro cálidos, sí, el día en el que conocería a su prometido y dentro de muy poco Esposo había llegado.

Gruñó bajo y le dijo a su madre lo típico "5 minutos más", sin embargo terminó levantándose rápidamente ya que su madre terminó gritando, algo que odia por cierto, se bañó, hizo sus necesidades y se cambió, su padre le obligó a ponerse un traje negro, no le molestaba, de todos modos debe trabajar vestido así, le molestaba tener que hacerlo por un Omega que no conocía y no le interesaba.

Llegaron al lugar, su padre le advirtió que necesitaba un muy buen comportamiento, frente a su prometido como ante los padres de este, Jimin solo asintió la verdad ya ni le importaba.

Se abrió la puerta y el que suponía era el señor Min saludó.

— Buenas tardes señores Park. — extendió su mano hacia sus padres, luego hacia él, la tomaron "gustosos" y Jimin dio una sonrisa hasta que sus ojos dejaron de verse, es ahí cuando se percató de la intensa mirada que le daba aquel chico pálido. Los ojos pequeños y rasgados, su cabello un poco despeinado y de color gris, desprendía un muy delicioso aroma por cierto, era Menta fresca con canela, su Alfa se retorcía en su interior, ¿Qué carajos le pasaba? Mierda, ¿Por qué pensó todo eso de ese Omega?

Conectaron miradas, los ojos miel del Alfa y los oscuros casi negros del Omega, sus lobos aullaban de felicidad y ninguno entendía el por qué la felicidad de sus lobos.

— Park Jimin. — habló el Alfa estirando su mano hacía el Omega, este la tomó, sintieron una leve electricidad recorrer sus cuerpos.

— M-min — aclaró su garganta intentando alejar los nervios — Min Yoongi. — justo cuando logró hablar sin tartamudear sus manos se separaron como si quemaran con el simple tacto.

💜

Se encontraban todos sentados en la mesa, los señores Min frente a los Park y la "pareja" de comprometidos uno frente al otro, nadie hablaba, solo se escuchaba el sonido de los cubiertos al tocar el plato y las respiraciones calmadas.

El señor Min fue el primero en hablar — Y dime Jimin, ¿Cómo planeas manejar las empresas, dejarás que Yoongi te ayude?

Jimin levantó la mirada de su plato y respondió — Creo que eso debo hablarlo con él, señor, aunque si por mí fuera podemos manejar ambos la empresa. — habló Jimin y es que sí, él no se quería casar, sin embargo sabía que Yoongi tampoco y no le iba a quitar algo que también era de él.

Terminaron la cena, los dueños de cada empresa hablaban entre si y sus esposas los acompañan, hasta que el señor Min habló hacia su hijo. —Yoongi ¿Por que qué no llevas a tu esposo a tu habitación?

Yoongi observó a su padre levantando una ceja. — Claro... — no quería problemas, así que no objetó, guió al chico de increíble olor (se regañó de nuevo), a su habitación.

— Yoongi — le llamó el alfa — sé que tú tampoco quieres esto, pero creeme que si quieres liderar la empresa yo respetaré eso. — habló Jimin tranquilo, él no era una mala persona y jamás discriminaría a Yoongi, ni mucho menos le quitaría algo como su empresa la idea de que se casen solo porque es Omega se le hace estúpida.

Yoongi respondió — No puedo liderar la empresa solo, idiota — Jimin se sorprendió y Yoongi siguió hablando — ¿Te das cuenta que me estoy casando contigo porque no me pueden dejar la puta empresa a mí? — okay, había sido muy grosero con el Alfa, pero le enojaba, le enojaba que lo tratara bien cuando sabe que solo hace todo esto por el dinero, seguro sus padres le hicieron creer que al casarse lograrían ser más ricos y por lo mismo lo trata bien

— Mira, creo que he estado hablando muy tranquilamente y con el debido respeto, te pido lo mismo y sí, entiendo perfectamente el porque del matrimonio, pero debemos aceptar que debemos al menos saber convivir, vamos a vivir juntos y debemos al menos tener una buena comunicación, yo no te odio ni hago esto por dinero, lo hago por obligación de parte de mi padre y si quieres podemos liderar juntos las empresas.

Yoongi escuchó detenidamente cada una de las palabras del Alfa y se acercó peligrosamente a él, lo observó con odió y a la vez con desconcierto — ¡¿Me estás hablando en serio?! ¡Por Dios, nos van a casar! ¡¿Y tú solo lo aceptas?! No, Jimin — tocó con su dedo índice el pecho de este y le miró a los ojos — yo tampoco te odio, pero no voy a llevar una relación de amistad ni de una mierda contigo porque no hay ninguna razón, nos vamos a casar el viernes, quedan cinco putos días, sí, pero eso no hace que cambie de opinión; yo solo lo hago porque mis padres son una mierda de personas y tal vez contigo pueda escapar de esto, pero ten muy en claro Park, tú y yo no nos llevaremos bien, nunca. — el Omega salió de la habitación dejando al Alfa muy sorprendido por tal actitud.

— Tiene carácter. — soltó una leve risita y sí, es que a Jimin le llamó la atención ese Omega, tan seco y mal educado.