15. Mis ojos ven y mis oídos escuchan
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Controlar las emociones, es algo que considero sorprendente.
Una gran parte de personas en la tierra, no suelen controlar de manera adecuada, sus impulsos. Y lo podemos notar en los índices de embarazo adolescente, grandes cantidades de muertos a manos de individuos incapaces de mantenerse en un estado normal.
Las emociones pueden llegar a perjudicarte de una manera que puede hasta cambiar tu vida.
—Es un gusto que hayan venido, El príncipe y la señorita Amira, siempre serán bienvenidos en nuestros condominios. Al igual que el joven Rahîm. Fue agradable conocer a un amigo de la familia —el joven Han, comenta de manera muy agradable. Creo que el es del tipo de persona que se sienten felices de estar al lado de alguien.
Karim se le acerca y le abraza.
—Espero verlos pronto —dice sin más, la señorita Akame volteando a verme de manera discreta.
Siento que tengo que decir algo un poco inspirador pero lo único que sale de mi boca es... —. Gracias por todo.
Ellos sonríen y asienten.
—Sí gracias, estuvo muy interesante la velada —comenta Amira.
Karim se acerca a Akame y le da un fuerte abrazo al igual que ella —. Que tu belleza nunca sea apagada —comenta este de manera seductora.
¡Hermano!
¿Será que le gusta? Bueno, hoy en día es normal alabar a las mujeres sin ninguna discreción.
—Gracias príncipe, viniendo de usted si se sienten en la piel las palabras.
¿Desde cuándo somos tan poéticos? Hasta tengo ganas de decir alguna frase cursi.
Sonrió porque al igual me gusta este juego de frases, cómo ya saben, puedo llegar a hacer muy romántico, aunque se escuche raro.
En eso nos despedimos de ellos.
•••
Karim Farûq.
—¿Amira?
—Ya te dije que no se nada, no se que sucedió.
Hay hermana mía.
Dadme paciencia Ala.
—Tampoco es para que me grites —ella puede llegar ha hacer una chica alterada, cuando algo le molesta se pone como los mil demonios.
—Karim no pasó nada, ok. Mejor no te hubiera dicho que los ví hablando. No se porque sigues con conquistar a Akame recuerda que papá ya tiene a una joven hermosa para tí.
—Hermana, es la mujer que quiero, acaso no puedes entender eso —el destino es cruel que más puedo decir.
—Si pero recuerda que tú eres el heredero de la familia y si sigues con eso puedes hacer enfadar a papá. Y estoy segura que no quieres eso —Amira me dice sin lastima alguna, en eso se parece a mi padre.
Ella tiene razón, debería de olvidar esa fantasía absurda de querer tener a alguien que no me conviene. Mi padre es demasiado rústico, cuando a él lo juntaron con mi madre, ni siquiera importo de dónde viniese contal hubiera alguna conveniencia. Pero ahora a mi padre se le ha ocurrido la idea de juntarme con alguien de mi mismo orígen árabe.
Y ni siquiera soy completamente árabe.
Solo espero que por lo menos la chica sea hermosa.
—¿Crees que ha sido buena idea llevar a Rahîm a la reunión con los gemelos? —digo ya que este chico no provoca en mí, mucha confianza.
—¿Porque no lo sería? Rahîm es un chico bien educado y alguien muy inteligente.
Mi hermana hablando así de un chico, esto si que es raro.
—Hermana mía —la volteo a ver sonriente —. Dime una cosa ¿Acaso te gusta Rahîm?
Ella me voltea a ver sorprendida.
Y tiene porque.
—¿Como se te ocurre decir tal cosa?
—No soy estúpido Amira, mis ojos ven y mis oídos escuchan —talvez me este equivocando con ella pero es que escucharla hablar de un chico así es sorprendente. Siempre trata de alejarlos hasta pensé en un momento de que podría tener gustos peculiares.
—Mira Karim, nada de mí te incumbe —esto si que me sorprende, nunca la había visto de esta manera.
—Equivocada hermana mía, todo de tí me interesa y por favor no te pongas a la defensiva conmigo. ¿Acaso no puedes confiar en mí? —le digo a Amira, hay momentos que se le olvida el respeto a mi persona.
—Es mejor que te retires Karim, de mi habitación —al parecer mi hermana se ha enojado, vení por un motivo para saber algo y me voy a las malas por algo que nada que tiene ver.
—Como desees hermana pero recuerda que tú me importas mucho, más de lo que imaginas. Y no quiero que cometas locuras —le digo.
Nunca se me hizo difícil decir este tipo de cosas a mi familia, pienso que expresarse de esta manera te hace una gran persona además que te vincula más con los que aprecias.
Ella se acerca a mí.
Y me abraza.
—Lo se Karim, disculpa que haya Sido un poco grosera contigo.
—Ya no importa, bueno ya me voy tengo que ver a alguien.
Ella sonríe.
—Que Ala te bendiga y te de muchos años de grandeza.
—Amen hermana.
Salgo de la habitación de mi hermana y camino al lugar a donde me voy a encontrar con la persona que se roba mis suspiros.
La señorita Akame.
Ella siempre ha sido la chica que me ha gustado, desde que la conozco. Apenas tenía 10 años cuando la ví, quedé enganchado con solo mirarla.
Desde entonces siempre que la veo, sonrió como sino mi vida hubiese recibido la mejor noticia. Talvez esté siendo muy cursis al decir todas estas cosas. Según mi abuelo no va de acorde a un líder de categoría como lo soy yo el expresar de manera bien abierta mis emociones. Intento pensar en otra cosa cuando se trata de ella pero todo se me dificulta.
—Joven, su padre envío un mensaje diciendo que pronto regresará a casa —uno de los sirviente se acerca a mí a decir.
Yo sonrió.
—Ala mediante él este pronto con nosotros —me gusta que papá se encuentre en casa, nuestra relación es de las mejores, hasta diría que es mejor que con mi madre —. Entonces preparen bien su habitación.
—Así será mi señor.
Sigo mi camino y en eso algo llama mi atención. veo a alguien sentado en el gran salon, frente al piano de papá. Me adentro rápidamente, ya que ese piano es prohibido utilizarlo.
—Acaso no sabe que está prohibido tocar el piano de mi padre —le digo a la persona.
Él se da la vuelta rápido y se levanta un como asustado.
—¡Lo siento, no lo sabía! —Me sorprendo un poco al ver de quién se trata.
El joven Rahîm.
—Descuida Rahîm, pensé que eras otra persona. Pero sí, el piano de mi padre ni siquiera yo lo tocó es algo muy importante para él.
—¡Enserio no lo sabía!
Sonrió.
—Tranquilo —este chico es agradable pero como que algo no me termina de convencer en él. Solo espero que sea pura superstición mía.
—¿Y usted puede tocar piano? Joven Karim —pregunta esté de la nada.
Me acerco un poco a él.
Me siento en uno de los muebles.
—Desde pequeño me han enseñado a usar diferentes tipos de instrumentos, aunque te diría que mi favorito es el violín. Es al que más fácil le agarre.
—Seguramente ha de ser muy bueno —comenta.
—No diría que como un profesional pero si puedo tocarlo muy bien.
El chico me queda viendo un poco maravillado, al parecer esto le sorprende un poco y en parte le comprendo. El nunca ha tenido las oportunidades que mi hermana y yo hemos tenido.
Después de todo, nacimos en cunas de oro.
Y no me da miedo decirlo.
Al igual que decir que soy el heredero de la gran dinastía árabe creada por mis ancestros.
Que Ala los tenga en su santo reposo.
—Es increíble —dice de presto.
Lo volteo a ver un poco confundido.
—¿El qué Rahîm? —preguntó pensando en que me dirá mi habilidad con los instrumentos pero su manera de decir Increíble me pareció más emocional.
—Ustedes y todo a su alrededor —suelta.
Sonrió.
—¿Y que te parece increíble de nosotros? —comento sin aún entender lo que dice.
—El ver como disfrutan, ver como los demás los voltean a ver y hasta su manera de ser. Eso me parece increíble. Sin contar obviamente todos sus tesoros.
Rahîm comenta pero hay algo en su voz que no parece decirlo de una manera, cómo decirlo, halagadora. Puedo sentir un poco de resentimiento en sus palabras.
—¿Por que me dices esto Rahîm?
El me queda viendo para después sonreír —. Por nada —dice y se sienta en uno de los muebles.
Me levanto ya que recuerdo que tengo que verme con alguien. Pero creo que la conversación continuará, siento algo raro en él.
—Bueno, me retiro Rahîm. Si necesitas algo solo pídelo, los sirvientes lo traerán.
—Gracias Karim —sonríe.
Camino a la salida y me da por voltear para atrás y Rahîm se encuentra como estatua, no se mueve.
Este chico es raro. No se porque siento que algo esconde, es como esa sensación rara que te da cuando ves a alguien que piensas que tiene malas intenciones, así me sucede. Pero a de ser pura psicosis mía, después de todo mi tía Tahira lo trajo, ella no sería tan imprudente como para traer a alguien así por así.
Alguna razón ha de existir.
Solo qué, ¿Que podría ser?
—Joven, los aposentos del señor Ibrahîm pronto estarán listos —comenta Gregor.
—Perfecto, todo tiene que quedar impecable.
Sigo mi camino.
La reunión con Akame siempre suelen ser reuniones sobre futuros proyectos, fundaciones, ayudas, negocios, etc. Siempre resulta ser sobre temas serios para ayudar a nuestras futuras generaciones.
Está ves la solicite con motivos diferentes, quiero entablar una relación más unida entre nosotros. Mi hermana dice que no es buena idea, que mejor la dejé en algo más de socios pero la verdad es que no quiero y no me gusta imaginar algo cuando se que se podría lograr.
Y ni mi padre podría hacer algo. Después de todo soy él heredero de la familia Farûq.
Karim el brillante.
Salgo de la mansión y me monto en uno de los vehículos que tengo a mi disposición, que son muchos.
Soy un coleccionista.
Decidí ir solo está ves.
Nuestro encuentro será en un lugar exclusivo, creado por mí para momentos como este. Deseo que todo sea perfecto, ella lo es, así que merece que todo a su alrededor lo sea.
Mi vida siempre se ha enfocado en algo, en eso que explota tus pensamientos cuando intentas dormir en las noches y que cuándo imaginas te ahogas en un mar de preocupaciones y tú piel se abruma.
El futuro.
Admito que me provoca temor.
Ala siempre conmigo.
Está ves fui vestido de manera un poco casual, nada formal. Quiero que esté encuentro sea lo más natural que se pueda, que nos podamos reír con libertad, que comamos lo que queramos y cantemos si así lo anhelamos. Bueno deseo que todo sea como siempre lo he querido.
Cuando llegó al lugar me bajo rápidamente.
Ella no ha llegado aún pero está por llegar, ya ha avisado. Me adelante un poco ya que quería que todo en el lugar se encontrará en el mejor estado posible. Me encargue de todo para poder tener una cena agradable entre los dos.
Ya dentro del lugar, sonrió. Es tal y como lo había visualizado el lugar, nada exagerado, adornos florales cómo le gustan a Akame. Su flor favorita es el girasol. Una iluminación agradable, nada irritante y todo el personal listo para atender nuestras necesidades.
—Joven Karim, ya está todo preparado —comenta Yahir el hombre a cargo de hacer esto realidad.
—Bien hecho, todo es hermoso —digo alegre por el resultado.
Él se retira.
—Joven, la señorita Akame ha llegado —comenta uno de los sirvientes.
Nervios activados.
—Ok, ya saben que hacer —digo tratando de no alterar un poco mi pulso. No quiero que note que la reunión la solicite para algo más íntimo.
Me siento en uno de los muebles y trato de actuar normal. Me siento estúpido.
—Karim.
Su dulce voz, endulza mis oídos.
Me levanto del asiento y saludo a Akame con un abrazo moderado y un beso en la mejilla.
—Que bueno que llegaste Akame.
—Cuando me dijiste que querías hablar conmigo, no pude decir que no —sonríe.
Escucharla hablar me hace más que feliz.
—Claro —carraspea un poco mi garganta, creo que los nervios ya me están atacando —. Quería hablar contigo como amigos y conocernos más.
Ella refleja un poco de asombro.
—¿Así? Pensé por un momento que sería algo sobre algún proyecto.
—Espero no hayas tenido que cancelar alguna reunión solo por verme. Disculpa que no te haya dicho antes que era algo solo para compartir.
—Aunque hubiera cancelado algo, igual vale la pena no tienes porque disculparte —comenta sonriente.
Me siento en los aires cuando sus palabras salen de su boca. Y aunque se que es por pura cortesía igual me ilusiono.
—Eres grandiosa Akame.
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¡Hola chic@s!
Un Nuevo capítulo
Y como ya se abran dado cuánta, aquí va a arder Troya.
Bueno esperemos a ver qué sucede.
¡Los quiero un chingo!
Voten y Comenten
Me ayudarían un montón.
Hasta la próxima.
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