Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 88. Tan cerca y tan lejos

Tal y como estaba previsto, acabó sucediendo exactamente lo mismo que la noche anterior. Lara llegó a casa de madrugada, y de nuevo se durmió en el sofá.

Esta vez ni se molestó en sacarse la ropa para dormir, pues lo poco que había bebido, ya le provocaba cierto mareo y aturdimiento.

No le importaba que se la encontraran tirada en el sofá como la mañana anterior, le daba igual todo aquello que pensaran nada más verla.

De hecho, le empezaba a traer sin cuidado lo que digan o piensen los demás. Tenía la suficiente edad como para hacer lo que le plazca, sin dar ningún tipo de explicación.

En la mañana siguiente, por muy poco se repite la historia. Sara se levantó más temprano, puesto que cada vez estaba más preocupada por lo que hiciese su hermana.

Cuando bajó al salón, de nuevo se la encontró dormida sobre el sofá. Estaba convencida de que Raph aparecería de nuevo para verla.

La morena era consciente de que las cosas podrían empeorar si de nuevo se encontrara a la pelirroja en el sofá.

Sara: Lara, despierta. Arriba, Lara. —Trató de despertarla zarandeándola suavemente.—

Lara: M-mg... —Empezó a medio despertarse gracias al zarandeo.— Pero... ¿Pero otra vez, joder...? —Preguntó agotada aún casi sin despertar.—

Sara: Lara, déjate de rollos. Levanta, venga. —Terminó de hacerla despertar haciendo bruscos los zarandeos.—

Lara: Agh... —Se quejó agotada ya cuando al fin se desveló, y tras despertarse vio que se trataba de Sara.— Ah, eras tú...

Sara: Y agradece que me halla levantado antes de que Raph aparezca por aquí. —Dijo.—

Lara: Espera, ¿cómo dices? —Cuestionó levantándose del sofá bruscamente.— Ya entiendo qué pasa... ¿Estáis compinchados, verdad? ¿Eres tú la qué le dice que venga a fastidiar?

Sara: ¿Qué estás diciendo? —Preguntó confundida frunciendo el ceño.— Yo no... —No terminó de hablar cuando le llegó un leve olor a cerveza.— ¿Qué es ese olor?

Lara: ¿Qué olor? —Bostezó a la vez que se estiró terminando de desperezarse.—

Sara: Lara, ¿has bebido? —Preguntó seriamente cruzando los brazos.—

Lara: ¿Yo? ¿Para qué? Sólo me tomé un par de refrescos, no es para tanto. —Replicó sin darle importancia.—

Sara: Dirás un par de copas... —Insinuó frunciendo el ceño.—

Lara: También... —Reconoció trayéndole sin cuidado.—

Sara: —Soltó un pesado suspiro frotándose la cabeza, era consciente de que su hermana cada vez iba de mal en peor.— Bueno, mira, dejaremos esta situación desenfrenada para otra ocasión. Ahora vete a la ducha.

Lara: Ya me duché ayer, no me hace falta. Y ducharse todos los días no es bueno, ¿sabes? —Cuestionó reacia a ducharse. Pero cuando optó por olerse a sí misma, cambió de opinión.— Sí, mejor me voy a la ducha.

Sara: —Se quedó mirando a su hermana con el ceño fruncido. Cuando se fue al baño, dejó caerse hasta sentarse sobre el sofá, soltando un pesado suspiro.— Esto no va acabar bien... Y me está superando por momentos...

Al cabo de unos cuantos minutos, la pelirroja al fin se estaba duchando. Mientras tanto, Sara optó por salir al patio para jugar con los perros.

Jugaba con Luna y Brandy al tirar la pelota, y cuál de los dos era el más rápido para atraparla primero.

Y, como era de esperar, llegó una visita. Sara acudió a la entrada para abrir a la visita.

Cuando abrió las puertas, era Jack quien había llegado.

Sara sabía a lo que había venido, y era precisamente por eso por lo que debía intentar deshacerse de él.

Jack: Buenos días, Sara. —Saludó.—

Sara: Hola. Em... ¿Necesitas algo? —Preguntó ladeando la cabeza.—

Jack: No. Sólo venía a ver a Lara. —Dijo.— ¿Está en casa?

Sara: Se está duchando. Oh, y va a estar ocupada el resto del día. Una lástima... Pásate otro día. —Trató de concluir la conversación para así cerrar las puertas.—

Jack: —Le impidió cerrar las puertas usando el pie para bloquear el cierre.— Puedo esperarla, y así hablar rato con ella.

Sara: No, porque tiene otras cosas que hacer. En otra ocasión. —Replicó tratando de impedirle la entrada.—

Jack: ¿Tan rápido quieres qué me vaya? Y yo que pensaba que querrías que hablásemos. —Indicó tratando de captar su atención, y así dejarla con la incertidumbre.—

Sara: —Reaccionó con asombro, pues al instante le hizo recordar eso tan extraño que le dijo justo antes de irse la última vez.— ¿De qué va esto?

Jack: ¿Puedo? —Preguntó dirigiendo la mirada hacia adentro de la casa, pidiéndole pasar.—

Sara: —Sabía que debía deshacerse de él para que Raphael no se lo encontrara. Pero necesitaba respuestas.— Sólo cinco minutos. —Accedió ladeando la cabeza hacia adentro.—

Jack: Gracias. —Agradeció dirigiéndose hacia el salón.—

Sara: —Cerró las puertas de la entrada, y se reunió con él en medio del salón.— Bien, te escucho.

Jack: Si te soy sincero... No sé por donde empezar. Se trata de algo muy complicado. —Anunció indeciso desviando la mirada.—

Sara: Empieza por la pregunta que te he hecho antes... —Indicó seriamente cruzando los brazos.—

Jack: —Suspiró pesadamente dado al nerviosismo que esto le provocaba. Ni siquiera sabía qué palabras emplear para contarlo.— Recuerdas la red mafiosa en la que creciste, y la misma que ahora es mi propia banda, ¿cierto?

Sara: ¿Cómo quieres qué me olvide de todo aquello? Todavía me perturba cada recuerdo en mis sueños... —Respondió soltando un pesado suspiro de frustración, detestaba que, a día de hoy, todo por lo que ha vivido le continuara perturbando.—

Jack: Entonces vas a tener que estar preparada para volver... —Anunció insinuando su regreso. Decidió no darle explicación alguna... No ahora.—

Sara: —Se asombró notando un leve escalofrío tras sus sombrías palabras. Dio unos pasos hacía él cortando la distancia, manteniendo una mirada  amenazante.— ¿Cómo dices...?

Ambos se exaltaron cuando escucharon la voz de la pelirroja llamar a su hermana a gritos. Esta le gritaba pidiéndole que le llevara ropa limpia al baño. 

Jack no pudo evitar reírse de imaginar a Lara en la situación en la que se encontraba: Recién duchada y sosegada, cuando se da cuenta de que no tiene ropa limpia con la que vestirse. 

La morena le respondió también a gritos, pero no se iba a marchar sin más.

Sara: Esta conversación no acaba aquí. —Sentenció dedicándole una mirada amenazante, y se retiró subiendo por las escaleras, en busca de ropa limpia para Lara.—

Jack: —Rió levemente.— Dalo por hecho...

Raph llegó a la mansión, directamente se dirigió al salón en busca de su pelirroja. Pero para su sorpresa, no estaba.

Fue entonces cuando llegó otra visita. No se trataba de Nora, tampoco de Roth, puesto que todavía seguía fuera, trabajando. 

Se trataba de nadie más y nadie menos que de Raphael

Al igual que siempre, se colaba por una de las ventanas por las que tenía un fácil y rápido acceso a la casa. 

Cuando llegó al salón, sus ojos no dieron crédito a la persona con la que se encontró. 

Raph: ¡¿Pero qué...?! ¡¿Tú... Aquí...?! —Exclamó con asombro y confusión.—

Jack: Vaya, mira por donde. Pero si es Raphael. —Indicó con sorpresa.— Me extraña no haberte visto por aquí antes.

Raph: No me dice nada bueno verte aquí... —Respondió fríamente nada alegre de encontrarlo en la mansión.—

Jack: Ha pasado un tiempo desde que nos vimos por última vez. Al menos un "¿qué tal estás?" no está de más. —Dijo tratando de mantener una conversación formal con la tortuga, aunque fuese por una vez.—

Raph: ¿Qué demonios haces tú aquí? —Cuestionó seriamente dedicándole una mirada despectiva.—

Jack: Bueno, algo es algo... —Dijo sarcástico.— He venido para hacerle una visita a Lara. —Respondió.—

Raph: ¿Tú... Hacerle una visita? ¿Para qué? Nunca ha sido amiga tuya. —Indicó cruzando los brazos.—

Jack: Tienes razón, nunca lo había sido... —Respondió destacando lo último como una notoria insinuación.—

Raph: —Frunció el ceño siendo consciente de la tan extraña y sospechosa insinuación.— ¿Dónde está? —Preguntó por la pelirroja.—

Jack: Duchándose. Hace un momento ha tenido que pedir a gritos ropa limpia para ponerse. —Río pareciéndole divertido.—

Raph: —Escuchar aquello no le hizo ninguna gracia. No quería tener que pensar que había hecho cualquier cosa con su pelirroja.— ¡¿Te estás quedando conmigo?!

Jack: No, que va. Si hubieras llegado un par de minutos antes, lo habrías oído también. —Respondió un tanto burlón, siendo consciente de que a la tortuga le fastidiaba.—

Raph: ¡Tienes un serio problema si crees qué vas a llegar a algo! —Exclamó notándose la rabia que sentía, pues estaba convencido de sus intenciones.—

Jack: No lo niego, puesto que a Lara le atrae una tortuga ninja mutante parlante como tú. Pero tampoco lo descarto. —Respondió con indiferencia, dedicándole una sonrisita burlona de lado.—

Raph: ¡¿Te parezco estúpido?! —Preguntó frunciendo el ceño.— ¡A diferencia de ti, no soy ningún idiota!

Jack: No he sido yo quien que le ha provocado un cabreo constante. ¿Quién es él idiota? —Cuestionó indiferente con una muesca victoriosa.—

Raph: ¡Escúchame bien, estúpido! ¡Si diera el improbable caso de qué llegues lejos... Yo mismo me encargaré de hundirlo! ¡¿Me has oído?! —Exclamó furioso dedicándole una mirada amenazante.—

Jack: Alto y claro. —Respondió con vacilación dedicándole una sonrisita burlona.—

Sara: ¡¿Qué está pasando aquí?! —Exclamó alarmada por los gritos que durante estos minutos resonaban por la casa, bajando hacia el salón llevándose consigo ropa para Lara.—

Raph: ¿Qué hace éste tío aquí? —Cuestionó despectivamente señalando a Jack.—

Jack: Lo mismo que tú. —Respondió con vacilación—

Raph: Tú no tienes motivo para estar aquí. —Reprochó notándose la rabia que le provocaba encontrarse con él en el hogar de su chica.—

Jack: Oh, ¿eso crees? Pues resulta que Lara y yo nos hemos hecho muy amigos. ¿No te lo ha dicho? —Cuestionó burlón.—

Raph: ¿Qué dices? No te quiere ver ni en pintura. —Respondió con desprecio.—

Jack: Vaya, pues es verdad que no habláis mucho últimamente. ¿Qué habrás tenido que hacer para que esté tan malhumorada todo el tiempo? —Preguntó con curiosidad frunciendo el ceño y dedicándole una sonrisita, cortando así la distancia entre ambos.—

Raph: ¡No te metas en nuestros asuntos! —Respondió enfurecido. Como amenaza, también acortó aún más la distancia entre ambos.— ¡Será mejor qué abandones todo intento por ella, o te voy a

Sara: ¡Basta ya, los dos! —Exclamó interponiéndose entre ambos para separarlos.—

Raph, Jack: —Ambos se quedaron inmóviles tras la intervención de Sara. Pero eso no les impedía continuar enfrentándose con la mirada.—

Sara: Mirad, aquí los dos sois bien acogidos. Lo que pase entre vosotros con Lara es cosa vuestra. Pero no voy a tolerar que os peleéis cuando ninguno es más que el otro, ¿estamos? —Aclaró seriamente dedicándole una mirada intimidante a ambos.—

Raph, Jack: —Ni uno ni el otro respondió con palabra alguna. Entendían a la morena, pero entre ambos siempre ha tenido lugar una competencia, todo por la chica que consideraban perfecta.—

Sara: No quiero peleas, y menos en mí casa. Además, a Lara no le hará ninguna gracia que os enfrentéis como críos. Calmaros de una vez, o ninguno pisará más esta casa. —Amenazó a ambos, tratando de apaciguar la tensión entre los dos.—

Jack: Bien, en ese caso, me voy. —Anunció dispuesto a dejar a un lado el enfrentamiento con Raph.— Ha estado bien verte, Raphael. Lástima que no sea la última vez... —Indicó con vacilación, para finalmente abandonar la mansión.—

Raph: Creía que ibas a ayudarme... ¿De parte de quién estás? —Cuestionó decepcionado cruzando los brazos.—

Sara: ¿En serio eres capaz de dudar de mí? —Preguntó un tanto ofendida.—

Raph: No me has avisado que ese tío se está haciendo "amiguito" de Lara. Cuando los dos sabemos que pretende llegar lejos con ella. —Indicó rabioso de tan sólo pensarlo.—

Sara: Estaba convencida de que si te lo contaba, empeoraría la situación. Y, ¿adivina qué? No me he equivocado. —Respondió seriamente.—

Raph: ¿Y ahora qué? Justo lo que me faltaba... —Indicó con la respiración empezando a agitarse, siendo cada vez más dominado por los nervios.— ¿Qué se supone que debo hacer ahora?

Sara: Lo que debes hacer ahora es irte. Todos los días vienes aquí, y no conseguirás nada si continúas agobiándola. Ahora que Lara sigue en el baño, aprovecha antes de que te vea. —Aconsejó tratando de calmar a la tortuga.—

Raph: Sara... Nunca te he pedido nada, y todos queremos que todo vuelva a ser como antes... —Rogó notándose lo mal que le hacía sentir esta angustiosa y dolorosa situación.—

Sara: Vale, vale. Atento al T-Phone. Ahora, vete. —Indicó susurrando y señalando la salida.—

Raph: —Asentó para finalmente salir de la mansión. Llevándose consigo un mal sabor de boca, su preocupación y angustia habían aumentado.—

Sara: —Suspiró pesadamente tras haber logrado intervenir en la tensión entre Raph y Jack. Pero aún así, no podía quedarse tranquila.— Y tenía que aparecer Jack en el peor de los momentos...

Era de esperar que Charles quisiera ver a Nora de nuevo, pues no hace mucho, le había enviado unos cuantos mensajes invitándola a quedar.

La rubia no sentía muchas ganas de pasar el rato con él, ya que la visita del día de ayer le resultó un tanto forzada.

Tenía la impresión de que algo no encajaba con Charles. Su manera de hablar, sus acciones, las sensaciones que le transmiten...

De lo que estaba convencida, es que no era el mismo que recuerda de San Francisco. Incluso Alex era consciente de ello.

Ambas reflexionaron entre ellas tras leer los mensajes de Charles, invitando a Nora a verse después.

Alex: Sabes qué responder, ¿verdad? —Preguntó frunciendo el ceño.—

Nora: Lo que sé es que cada vez me resulta más extraño. —Dijo pensando en voz alta.—

Alex: De mamá no podemos esperar mucho... Pero a papá también le resultó raro, y razón no le falta. —Rememoró el comportamiento de su padre.—

Nora: ¿A qué vino qué viniera a verme? ¿Por no responder sus mensajes? ¿Pasaba por aquí y decidió subir a verme? Es que... Todo es tan extraño... En San Francisco no venía a verme porque sí... —Pensaba cada vez más confusa.—

Alex: Empiezo a pensar que su forma de actuar es de acosador, y este tío sí que muestra serlo. —Señaló sintiendo un ligero escalofrío.—

Nora: No, no lo creo... —Negó, aunque segundos después se quedó un tanto indecisa.— ¿Tú crees?

Alex: Tú misma lo estás diciendo, en San Francisco no iba a verte porque sí, ni te buscaba todos los días.

Nora: Pero eso es ir demasiado lejos... —Dijo preocupada.— Charles nunca ha actuado cual acosador. Nunca me he sentido acosada por él, ni forzada, nada. —Negó encogiéndose de hombros.—

Alex: Vale, eso era antes. Pero... ¿Y ahora? —Cuestionó frunciendo el ceño.—

Nora: —Se quedó analizando en la cuestión. La realidad es que ni siquiera podía llegar a alguna conclusión. Pero tampoco debía ignorar su extraño comportamiento constante.— No lo sé...

Alex: —Soltó un suspiro de agotamiento. De pensarlo le resultaba aún más evidente.— Dile que hoy no te apetece, anda. A ver qué pasa.

Nora: —Pensó en la sugerencia, y también estaba de acuerdo. Hasta ahora, se han estado viendo todos los días. Quería averiguar cuál sería su reacción de que hoy no iban a verse.—

La rubia agarró su teléfono móvil de nuevo para finalmente responder a Charles.

Realmente no tenía ganas de verse hoy con él. Por eso, y por las sospechas de su hermana, quería ver cuál era su reacción.

Nora: Hola, Charles.

Nora: Resulta que hoy no tengo muchas ganas de salir.

Nora: A parte, estoy ocupada con mis cosas, y quiero dedicarme a ello hoy.

Charles: Oh, vamos.

Charles: Aunque sea sólo por un rato.

Charles: Es genial verte y pasar el rato contigo.

Charles: ¿Quieres qué vaya a tú casa? Así no tienes que salir.

Tras el recién mensaje, ambas hermanas se miraron entre ellas frunciendo el ceño.

Ya no sólo por la insistencia del joven, sino por la incómoda sugerencia de venir a visitarla por tal intento para verla.

Nora: Em... No, no hace falta...

Charles: Entonces, ¿nos vemos?

Nora: Hoy no.

Nora: Así puedes pasar la tarde con... Tú colega... ¿No?

Charles: Bueno, está bien. A ver qué me dice.

Nora: Está bien.

Charles: ¿Nos vemos mañana?

Nora: Ya veremos.

Charles: Entonces iremos hablando. 😉

Nora: ... 👍

Ambas se quedaron con cierta sensación desagradable por la extraña y "para nada" incómoda conversación.

Alex: ¿Qué ha sido eso? —Preguntó incómoda frunciendo el ceño.—

Nora: No lo sé... Pero voy a tener que quedar mañana con él, así sabré lo que de verdad pasa aquí. —Sentenció  sintiendo que todavía hacía falta estar más con él para llegar a una conclusión.—

Alex: Déjalo ya. Ese tío da muy mal rollo. Hasta mi instinto me dice que no es trigo limpio. —Replicó a su hermana en desacuerdo con la idea.—

Nora: Alex, no puedo actuar sin antes averiguar que tan sólo se comporta así, o... Si estamos en lo cierto con nuestras sospechas. —Respondió seriamente.—

Alex: ¿Sabes? Me gustaba más cuando todos los días me contabas cosas de tú amigo... El tan mencionado Donnie. —Admitió mostrándose decepcionada por su recurrente encuentro y empeño por Charles, ya que estaba claro de que algo no estaba bien con él.—

Nora: —Reaccionó con asombro, pues no esperaba que su hermana mencionara a Donnie, ni que le gustaba cuando hablaba de él.—

Alex: Siempre que hablabas de él lo hacías con ilusión, te veías alegre. Incluso había veces en las que sonreías como una tonta... —Señaló totalmente consciente de ello.—

Nora: —Aquello resonó en su cabeza. Hasta ahora no era consciente de cómo reflejaba sus emociones siempre que le contaba sobre Donnie.—

Alex: ¿Qué ha pasado con él, Nora? —Preguntó hasta el punto de preocuparse.—

Nora: Nada. Tal vez... Sólo... Estar este tiempo con Charles ha provocado que me descuide de pasar tiempo con Donnie... —Respondió sintiéndose mal consigo misma. Adoraba pasar tiempo con Donnie, no quería hacerle ningún vacío por Charles. Cosa que acabó sucediendo.—

Alex: Ojalá vuelvas a pasar tiempo con él. —Dijo preocupada, pues estaba convencida de que su tan mencionado amigo le hacía mucho bien a su hermana. Finalmente, salió de la habitación.—

La rubia se quedó notoriamente afectada. Alex estaba en lo cierto, pasar tiempo con Donnie le resultaba de lo más gratificante, lo demostraba cuando hablaba sobre él.

Cierto es que ambos han continuado manteniendo el contacto, pero ya no se veían, no hablaban por llamadas, y tampoco pasaban tiempo juntos.

Nora se sentía fatal consigo misma tras caer en la cuenta. Necesitaba hacer algo para arreglar el vacío que sin quererlo, le estaba haciendo a la tortuga.

Guardó su móvil en el bolsillo del pantalón, y con el intento de no alarmar a nadie, salió de su habitación hasta llegar a la puerta de su casa.

Tras salir al rellano, se dirigió hacia las escaleras que subían hasta los pisos superiores, y hasta la azotea.

Al salir, la rubia observó todo su alrededor. Sabía que ni Donnie ni las demás tortugas andaban por la superficie, ya que todavía era pleno día.

Pero, aún así, no pudo evitar revisar cada una una de las direcciones con la pequeña esperanza de ver a Donnie cerca. No estaba en ninguna parte.

La rubia sacó su teléfono móvil mientras se sentó sobre el suelo del tejado de su casa. Encendió el móvil hasta dar con el número de Donnie.

Temía que la tortuga estuviese enfadado con ella, o simplemente, que su comportamiento no sea el de siempre. Pero tenía que llamarle.

Al mismo tiempo, Donatello se encontraba sentado en el escritorio del laboratorio, decaído. Realmente le angustiaba pensar que Nora estaba pasando tiempo con su ex, pero la realidad es que la echaba de menos.

Para su sorpresa, su T-Phone colocado a un lado sobre el escritorio, empezó a sonar. La tortuga lo agarró, y se llevó una tremenda alegría de ver que la rubia lo estaba llamando.

Por su parte, Nora estaba nerviosa de escuchar cada pitido que sonaba en lo que la tortuga no contestaba la llamada.

Se reflejó una amplia sonrisa en su rostro cuando finalmente Donnie contestó.

Donnie: ¡Nora!

Nora: Hola. No había nada bueno en la tele, ni tampoco me apetecía salir. Así que pensé que la mejor idea era llamarte.

Donnie: Oh, qué bien oír eso... Em, digo... Me alegra que pensaras en llamarme.

Nora: Dime, ¿qué tal vais estos días?

Donnie: Bueno, todo en calma, por ahora. Ni una señal de los del pie, ni de cualquier otro enemigo.

Nora: Esas son buenas noticias.

Donnie: Sí. ¿Y tú qué tal? ¿Todo bien?

Nora: Sí, bueno... Más o menos. No sabría cómo explicarte.

Donnie: ¿Es sobre Charles?

Nora: Sí. Es que... Últimamente siento algo muy extraño. Hay algo que... No sé definir lo que es, pero...

Donnie: ...

La tortuga no dijo palabra alguna. Estaba cada vez más convencido de que su temor se estaba haciendo realidad:

Que Nora volviera a tener sentimientos por Charles.

La rubia notó aquel incómodo silencio por parte de la tortuga.

Nora: Perdona, son sólo especulaciones que no puedo ignorar...

Donnie: Entiendo...

Nora: Oye, Donnie... Quiero que no sientas que te estoy dejando de lado, porque no es así.

Donnie: Tranquila, no es lo que pensaba. Aunque viene bien que lo menciones.

Nora: Lo menciono porque... Me importas, y no quiero que tengas una impresión equivocada.

Oír aquellas palabras realmente reconfortó a Donnie, sacándole una sonrisita de alegría.

Donnie: Descuida, no te preocupes por eso. Porque no va a pasar. Sólo espero que estés bien.

Nora: Estaré mejor cuando nos volvamos a ver. No sé si mañana, o pasado. Pero te aseguro que muy pronto.

Donnie: Genial. Estaré cuando quieras.

Nora: Te echo de menos, D...

La tortuga reaccionó asombrado y con ilusión a las palabras de la rubia. Incluso sus mejillas se sonrojaron ligeramente.

Donnie: Yo también, Nora.

Nora: Nos veremos pronto.

Donnie: Cuando quieras.

Nora: Genial. Hasta luego, Donnie.

Donnie: Hasta luego.

Tras colgar la llamada, la tortuga esbozó una sonrisita embobada. Pues hasta ahora, nunca había escuchado a la rubia admitir que lo echaba de menos. Sobre todo por cómo lo dijo, con una calidez que lo atontaba.

En cambio, la rubia se quedó unos instantes reflexionando en la recién conversación. Pero, sobre todo, en sus confusas sensaciones.

Cuando llegó la noche, con ella la hora de Lara para prepararse, y salir de fiesta con Jack de nuevo.

Sara había hecho el intento de convencerla de que se quedara en casa, pero fue en vano.

Raph le insistió por Whatsapp que la convenciera de alguna manera, pero resultó imposible.

Lara: No sé a qué hora volveré. Pero supongo que a estas alturas ya estarás acostumbrada. —Dijo.—

Sara: ¿Cómo voy a acostumbrarme? Lara, creo que será mejor que te quedes, aunque sea por esta noche. —De nuevo trató de detenerla.—

Lara: ¿Otra vez? He dicho que me voy. Hay que ver, no está papá y aún así es como si estuviera. —Refunfuñó quejándose de su insistencia.—

Sara: Lara, sabes que tenemos que hablar. —Sentenció seriamente.—

Lara: Pues ahora no. Hala, hasta mañana. —Se despidió dispuesta a dirigirse hacia la puerta.—

Sara: —Suspiró pesadamente con resignación negando con la cabeza.—

En realidad, Lara era consciente de que debía hablar con Sara, puesto que estaba pasando por una situación difícil, y no era capaz de superarlo.

Pero antes de que llegase el momento de hablar, necesitaba distraerse y desahogarse un poco. Sí, aunque fuese con Jack.

Tras llegar al mismo local que siempre, Jack estaba en la barra, todavía sin haber pedido nada.

La pelirroja se sentó junto a él al mismo tiempo que lo saludaba.

Lara: ¿Qué pasa? —Saludó sentándose a su lado.—

Jack: Oh, has venido. Esperaba que no vinieras, la verdad. —Dijo.—

Lara: No hemos hablado, pero igualmente no tenía nada mejor que hacer. Y casi que le estoy cogiendo el gusto a esto. —Río levemente.—

Jack: ¿En serio? Vaya. No será gracias a mi, ¿no? —Preguntó riéndose levemente.—

Lara: Puede. —Respondió con una sonrisita.— Esta noche quiero divertirme de verdad, y voy en serio. —Indicó más que dispuesta.—

Jack: ¿Qué ha tenido que pasar para que cambies de idea? —Preguntó con curiosidad ladeando la cabeza.—

Lara: Nada. Sólo... Quiero salirme de mi continuo camino por una vez. Tener mí propia libertad, sin importar nada ni nadie. —Sentenció seriamente dispuesta con su decisión.—

Jack: Eso no es una invitación, ¿verdad? —Preguntó coqueto con una sonrisita de lado.—

Lara: —Río levemente.— Dime, ¿tienes pase vip? —Bromeó junto con una sonrisita.—

Jack: Aún no, pero dame sólo unas horas, y lo tendré. —Respondió continuando la broma, aunque dedicándole una sonrisa de picardía.—

Lara: —Río levemente sonriendo burlona.—

Ambos pidieron un par de cervezas, una para cada uno. Tras tomarlas, se dispusieron a bailar un poco en la zona disponible en la que los jóvenes bailaban.

Tras unos cuantos movimientos de baile, les entró sed de más cerveza. Se dieron el gusto de pedir de nuevo unas cervezas.

El tiempo en el pub pasaba, y ellos continuaron bebiendo y bailando. Tanto que llegaron al punto de bailar pegados.

Entre ambos compartían las miradas, y se miraban a los ojos. La pelirroja cayó en la cuenta de aquellas miradas, y como excusa optó por pedir otra cerveza y tomarla sobre la barra.

Jack se sentó junto a ella, también pudiéndose otra cerveza igual que la pelirroja.

Ambos empezaban a encontrarse un tanto ebrios, por lo que decidieron sentarse y conversar un poco.

Lara: Oye, Jack... Queda claro que eres un capullo, pero... ¿No te has echado novia aún? —Preguntó llena de curiosidad.—

Jack: No siento esa necesidad ahora mismo. Lo cierto es que he tenido oportunidades, pero no, paso. —Respondió.—

Lara: Haces muy bien... Las relaciones son un coñazo... Primero... te quieren hacer creer que eres lo mejor de su vida... y después... Te clavan la puñalada por la espalda... —Dijo entre cortado, expresando su frustración.—

Jack: —Tras oír a la pelirroja, pensó que era el momento acertado para preguntar sobre lo que estaba sucediendo entre ella y Raph.— Lara, ¿qué te ha pasado con Raphael?

Lara: —Reaccionó con asombro a la pregunta. No tenía ningunas ganas de contarlo, pero estaba cansada de reprimirse.— ¿Crees en los alienígenas?

Jack: —Río levemente.— Después de servir y enfrentarme a una bruja de verdad, creo en cualquier cosa. —Respondió.—

Lara: La Tierra se fue a la mierda... Nosotros habíamos sobrevivido... Tuvimos que explorar por el universo en busca de la cosa que se había cargado al mundo... Y después... Ahí estaban... Raph y una puta lagarta espacial... Besándose... En mi cara... —Narró entre cortado, mostrando cada vez más su rabia y frustración.—

Jack: —Tras oír el particular relato, no supo ni siquiera cómo reaccionar. Lara estaba borracha, y eso ya lo hacía difícil de creer. Pero la voracidad se reflejaba en las emociones que transmitía en sus palabras.— Quién lo diría...

Lara: —Tras explicar su angustioso relato, notó que el joven de al lado la miraba totalmente extraña.— ¿Qué miras? —Cuestionó despectiva.—

Jack: —Una brillante idea pasó por su mente, y era demasiado buena como para dejarla escapar.— Oye, Lara, una más y nos vamos.

Lara: ¿Irnos? Tú eres tonto... Esto es la caña... Nunca mejor dicho... —Río levemente par después terminar su cerveza.—

Jack: Quieres disfrutar de tú propia libertad, ¿no? Yo sé cómo. —Dijo con una sonrisita traviesa.—

Lara: Vale... Pero antes... Una más... Vamos... —Exigió golpeando la barra.—

Los dos continuaron en la fiesta un rato más, tanto que ambos acabaron un poco más ebrios.

Jack todavía mantenía su propio control, ya que estaba más acostumbrado. En cambio, la pelirroja estaba mareada, sin saber lo que hacía, o decía.

Ni siquiera era consciente de dónde se encontraba, ni qué pasaba a su alrededor. Fue entonces cuando llegó la hora de irse.

Jack la sujetó abrazándola por la cintura, y pasando uno de los brazos de ella por la nuca de él. Al salir del local, en vez de dirigirse hacia la mansión...

Prendió camino hacia el apartamento donde Jack se alojaba desde siempre.
Con cierta dificultad y lentitud, llegaron al apartamento de Jack.

Tras entrar cerró la puerta, y con cuidado se la llevó hasta el dormitorio. Ni se molestó en encender las luces, pues la oscuridad resultaba tentadora para ambos.

Este continuó sujetándola de la cintura, pero se dio el gusto de acariciar su rostro. Las caricaturas descendieron cada vez más hasta llegar a su trasero.

La pelirroja sólo se dejaba llevar, dejando escapar ligeros jadeos. Además de brindarle a Jack total libertad gracias al alcohol.

Jack dejó de impacientarse, y la acostó sobre su cama colocándose sobre ella. Sus labios besaban su cuello mientras se deshacía del vestido que llevaba puesto la pelirroja.

Este se deshizo de su camisa, dejando ver su abdomen ligeramente musculado. Después logró desvestirla dejándola en ropa interior.

Sentía que lo había conseguido, que al fin tenía a Lara para él, y sólo para él. Aunque fuese por una noche, pero la tenía.

Estaba más que dispuesto a hacerlo con ella. Sus dedos recorrían su abdomen brindándole cosquilleos mientras besaba su cuello.

Pero la pelirroja finalmente reaccionó ante la tentación brindada por Jack y el alcohol.

Lara: Ra... Raph... Por favor... No me hagas esperar más... Te necesito... —Admitió entre cortado mordiéndose el labio inferior.—

Tras aquellas palabras, Jack se separó del cuello de la chica. Por si no fuera bastante, verla casi dormida terminó de devastar la victoria de esta noche.

Estaba más que dispuesto a saborear a la tan deseada pelirroja, pero después de escucharla, se arruinó.

Además de caer en la cuenta de que habría sido la forma más ruin y repugnante, aprovechar su ebriedad.

Tan cerca y tan lejos...

La clara demostración en tan sólo una imagen, la cual hasta le resultaba vergonzoso.

Quizá la madurez, quizá el paso del tiempo. Pero no estaba dispuesto a manchar su identidad más de lo que la había ensuciado.

Por muy poco...

Pero no.

Y otro capítulo que me sale largo... Vaya sorpresa. 😅😂

No era ninguna broma cuando os dije que se venían cosas turbias.

Y todavía faltan aún más por llegar. 😁

Atent@s a los próximos capítulos. 😉

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro