Capítulo 76. Guía
Una semana le costó a Sara prepararse para el reto que se le avecinaba. Debía prepararse adecuadamente, pues el reto espiritual no es ninguna tontería.
Se empleó a fondo entrenándose tanto en la guarida de las tortugas como en la sala de entrenamiento que hay en el patio interior de la mansión.
Afortunadamente, el entrenamiento ayudó notoriamente a Sara, podía decirse que había reforzado sus habilidades.
Llegado el día, todos se encontraban en la guarida de las tortugas, esperando a la partida de Sara.
Pero antes, necesitaba los sabios consejos y ayuda de Splinter.
Splinter: Sara, antes de que comiences tú camino, me gustaría decirte algo. —Dijo seriamente.—
Sara: Soy todo oídos, sensei. —Respondió junto con una sonrisa.—
Splinter: Desde que te conozco, he podido notar que tienes una increíble facilidad de crear vínculos con el entorno. Te adaptas rápidamente a las circunstancias, y formas vínculo con lo que te rodea. Eso es una ventaja que te ayudará en este reto. —Dijo tras recordar aquellas observaciones que ha tenido en cuenta de la morena.—
Sara: Sí, bueno, siento que inconscientemente me adapto. Supongo que simplemente me centro en la situación. —Respondió encogiéndose de hombros.—
Splinter: Además de eso, también he observado que al igual que Lara tienes mucho aguante. Eres persistente, luchas hasta lograr tus objetivos, por mejorar las cosas. Y esos son virtudes de un guerrero digno. —Terminó junto con una amplia sonrisa.—
Sara: Espera... ¿guerrero? ¿Yo, una guerrera? —Preguntó notoriamente asombrada. No esperó que Splinter se refiriera a ella como tal, le parecía demasiado.—
Splinter: Aún no puedes verlo, pero puedo ver a la guerrera que llevas dentro. Sólo debes hacerla salir, y sé que tarde o temprano lo harás. —Colocó una de las manos sobre el hombro de la joven, apoyándola junto con sus palabras.—
Sara: Yo... Sólo quiero mejorarme a mí misma para enfrentar los obstáculos que nos esperan, y ayudar al resto para superarlos. Simplemente, quiero estar a la altura. —Respondió seriamente.—
Splinter: Lo estás, pero te falta subir unos peldaños más. Precisamente, es lo que lograrás después de este reto espiritual, y confío en que lo superarás. —Sentenció mostrándose muy seguro por la joven, dedicándole una tenue sonrisa.—
Sara: —Aquellas palabras de Splinter la reconfortaron, la hicieron sentirse más segura de sí misma, y más preparada.— Gracias, sensei. —Agradeció junto con una sonrisa.—
Splinter: Doy por hecho de que conoces todo sobre el reto espiritual. Pero debo decirte que la naturaleza es el mejor elemento que te ayudará para tú desafío, es una ventaja que no debes ignorar. —Aconsejó seriamente.—
Sara: Lo tendré en cuenta, sensei, no hay problema. —Respondió junto con una sonrisa.—
Splinter: Antes de comenzar tú camino, me gustaría te lleves esta katana. —Se acerca a una de las estantes del dojo, y le entrega una katana más simbólica y mejor en todos los sentidos.— Si superas el reto espiritual, eres la adecuada para adueñarte de ella.
Sara: —En su rostro se reflejaba una amplia sonrisa junto con una expresión de asombro. Sujetó la katana con ambas manos, la desenvainó para apreciar su fuerte y afilada hoja.— Es preciosa.
Splinter: Es una de las katanas que me acompañaron durante mi juventud, una de las que más recuerdo entre recuerdos reconfortantes. Espero que te ayude tanto como a mí en su día. —Dijo junto con una amplia sonrisa.—
Sara: —Sonrió reconfortada y emocionada por el significativo apoyo del sensei.— Muchas gracias. —Guardó la katana con cuidado, y se la equipó.—
Splinter: Te deseo mucha suerte, estoy seguro que lo conseguirás. —Dijo junto con una amplia sonrisa.—
Sara: Gracias, sensei. —Agradeció con una cálida sonrisa acompañado de una reverencia.—
La morena salió del dojo, pero antes de empezar el reto espiritual, se pasó por la habitación de Leo para equiparse con algo más.
No es que estuvieran totalmente preparados, pero aquellos brazaletes metálicos sin duda serían de gran ayuda para su viaje.
De hecho, así probaría de verdad la auténtica eficacia de los brazaletes metálicos que había creado con Leo.
Antes de salir, Leo se adelantó entrando en la habitación.
Leo: Te veo muy preparada. —Dijo al verla equipada con aquella katana y las brazaletes.—
Sara: Debo estarlo. Si a vosotros os costó, no quiero ni pensar cómo me las arreglaré yo. —Respondió junto con una leve risita.—
Leo: Ya estabas preparada, sólo no te has dado cuenta. —Respondió junto con una sonrisa.—
Sara: ¿Por qué todos me decís lo mismo? —Preguntó con confusión.—
Leo: Porque en todo este tiempo ya te has preparado, créeme. —Respondió abrazándola por la cintura y dedicándole una cálida sonrisa.—
Sara: Aún así debía prepararme lo suficiente. —Dijo acariciándole la mejilla devolviéndole la sonrisa.—
Leo: Ten cuidado, no quisiera que te pasara nada. —Dijo mostrándose preocupado, temía que le pasara algo a su novia, sobre todo porque no podría estar ahí para ayudarla.—
Sara: Volveré de una pieza, no me vas a perder aún. —Respondió junto con una leve risita, y le dedicó una cálida sonrisa.—
Leo, Sara: —Ambos se dieron un pequeño beso, dedicándose una cálida sonrisa entre ambos. Pero Sara debía irse, así que el líder la acompañó.—
Al salir, todos la estaban esperando, incluidos Roth y Nora, para darle la buena suerte y una calurosa despedida.
Sara simplemente se despidió con un hasta luego, junto con una de sus sonrisas.
Lara le ofreció la moto a su hermana para facilitarle el viaje, pero esta lo rechazó. Optó por ir andando escuchando música con sus auriculares.
Afortunadamente, era temprano, por lo que Sara tenía todo el día para llegar al bosque más cercano, en donde podrá realizar su reto espiritual.
Sí, se trata del mismo bosque al que Lara fue para su reto espiritual, pero Sara intentaría ir por otros caminos, y así llegar a una zona de tierra amplia y perfecta para ella.
Sin perder más tiempo, se puso en marcha, ayudándose con la motivación que le brindaba la música que escuchaba con sus auriculares.
❇
Cuando por fin llegó al bosque, pudo contemplar el precioso anochecer sobre la ciudad. Una bonita y memorable imagen que ayudó a Sara a sentirse más motivada y unida con el mundo.
Por no decir que le iba a hacer real falta, pues sería una ventaja para su reto inminente.
Al igual que Lara en su momento, Sara optó por crearse un mini refugio, acompañado del calor de una hoguera.
Supo que necesitaría recobrar fuerzas y estar lo más dispuesta posible para lo que le esperaba al día siguiente.
Así que no tardó mucho en quedarse dormida.
❇
La morena se había despertado justo antes del amanecer, lo que le brindaría mayor tiempo para el duro día que le esperaba.
No esperó para retomar su camino, pues debía llegar hasta una amplia zona de tierra, en la que podrá luchar más cómodamente.
Pero el peligro no esperaría hasta que llegara. Afortunadamente, algo la guiaba por el buen camino.
Sara: —Caminando empezó a sentir una extraña sensación, alrededor de ella. No pudo evitar exaltarse cuando sintió algo extraño detrás de ella, volteándose rápidamente.— ¿Quién anda ahí?
Volvió a sentir aquella extraña sensación a su espalda. Se giró de nuevo, y se encontró como una especie de cortina blanca transparente.
Sara se quedó congelada, estaba convencida de que se trataba de algún espíritu. Pero no sintió ningún tipo de miedo, sintió algo familiar en ese espíritu.
Le resultaba tremendamente curioso. Se acercó a aquella presencia, pero como respuesta, se alejó de la morena.
Sara: ¡Espera! —Exclamó empezando a perseguir a la presencia. Sin darse cuenta, iba siguiendo a la presencia por un camino alternativo de los que había por el bosque.— ¿A dónde lleva este camino?
Aquella senda llevó a una zona llena de árboles, amplia pero con demasiados árboles para poder luchar.
Aquel espíritu había desaparecido, y Sara se encontraba en el centro de aquella zona.
Sara: ¿Dónde se ha metido? —Preguntó llena de incertidumbre. Justo después volvió a notar otra presencia, pero no se trataba del espíritu de antes. Miró de reojo, y supo identificar al enemigo.—
RoboPie 01: —Detrás de ella la ataca con la espada.—
Sara: —Volteó rápidamente logrando detener el ataque con uno de los brazaletes metálicos. Rápidamente, sacó la katana con la otra mano libre, y le corta la cabeza.— ¡Ah!
RoboPie 01: —Desaparece convertido en humo.—
Sara: —Tras ver desaparecer al robopie se quedó totalmente confundida mientras guardó la katana.— ¿Era... un soldado del Pie? No esperaba que fuesen a aparecer aquí... —Susurró y se quedó mirando al espíritu, que nuevamente se apareció en una senda a su derecha.— Esto es una locura...
RoboPie 02: —Acechándola desde lo alto de un árbol, se preparó para atacarla.—
Sara: —Se detuvo en seco cuando volvió a sentir la presencia de otro RoboPie.—
RoboPie 02: —Salto hacia ella y la atacó rápidamente.—
Sara: —Dio haciendo una voltereta logrando esquivarlo, y se puso en posición de combate.—
RoboPie 02: —No perdió ni un segundo más, y la atacó de nuevo con la espada.—
Sara: —Rápidamente esquivó el ataque, y contraatacó con la katana.—
RoboPie 02: —Logró detener a tiempo el ataque con la espada, y la contraatacó.—
Sara: —Bloqueó el ataque con uno de los brazaletes, y le lanzó una patada giratoria.—
RoboPie 02: —Tras recibir la patada se alejó un poco, y dio pasos atrás para recuperar distancia y espacio.—
Sara: —Dio un salto haciendo una voltereta hacia él, aterrizando sobre el robot, y lo atacó con la katana.— ¡Ah!
RoboPie 02: —Tras ser destruido desaparece convertido en humo.—
Sara: —Miró su alrededor asegurándose de que no habían más, al menos a simple vista. Soltó un leve suspiro guardando la katana.— No hay duda que voy en la buena dirección. —Justo antes de retomar el camino, sintió de nuevo una presencia enemiga.—
RoboPie 03: —Salió corriendo de su escondite, y se dirigió hacia ella a punto de atacarla.—
Sara: —Sacó de nuevo la katana volteándose rápidamente, y lanzó la katana hacia el robot.—
RobpPie 03: —La katana lo alcanzó justo en la cabeza, quedando clavado junto al tronco de un árbol.—
Sara: —Se acercó para recuperar la katana, sacándola del tronco atravesado y la cabeza del robot.—
RoboPie 03: —Al igual que los otros, desapareció convertido en humo.—
Sara: —Guardó la katana al verlo desaparecer.— Ya a van tres, y habrán más esperándome. —Volvió a sentir la presencia del espíritu, quien estaba como esperándola. De nuevo, empezó a alejarse adentrándose por esa senda.— Nada mejor que un guía fantasma... —Susurró sarcástica, y siguió al espíritu.—
No sabía cómo, ni porqué, pero no había duda de que el espíritu la estaba guiando.
Además, seguía convencida de que se trataba de alguien conocido, alguien realmente familiar.
Persiguiendo al espíritu, llegó hasta un camino separado. El camino estaba separado entre bastante espacio, y en el camino de delante había que escalar, pues a lo alto continuaba su camino.
Dudó por un segundo, pero no había duda de que había que saltar. Cogió carrerilla, y saltó.
Logró agarrarse a una piedra que sobresalía de la superficie rocosa de aquella subida.
Emocionada, miró la distancia que había logrado saltar, y sonrió entusiasmada.
Dispuesta a empezar a escalar, repentinamente la piedra de la que se estaba agarrando se desprendió.
Sara empezó a gritar mientras estaba cayendo, apurada intentaba agarrarse a otra piedra, o donde pudiese para sobrevivir.
Logró agarrarse a un pequeño agujero que se hallaba en la superficie rocosa.
Se le pasó por la cabeza una idea que podría funcionar. Golpeó la superficie, logrando escarbar en la tierra de aquella superficie, y logró hacer un agujero en donde agarrarse.
Sara: Bien, esto va a ser agotador... —Susurró soltando un pesado suspiro, y como podía escalaba sin problema, aunque con esfuerzo.—
Con paciencia y esfuerzo, Sara escalaba aquella subida sin problemas.
Justo a punto de llegar a lo alto, Sara se detuvo por un segundo tras escuchar varios ruidos de RoboPies.
No había duda, la estaban esperando, y no eran pocos.
Sara no lo pensó más, y se lanzó al ataque.
Sara: —Se impulsó dando un gran salto girando en el aire haciendo una voltereta hacia delante, al mismo tiempo que sacó la katana, y aterrizó frente a ellos.—
RoboPies 01, 02, 03, 04 y 05: —Exaltados la miran y sacaron sus armas.—
Sara: ¿Vamos? —Preguntó con superioridad ladeando la cabeza.—
RoboPies 01 y 02: —Corren hacia ella para atacarla.—
Sara: —Dio un salto haciendo una patada giratoria y los golpeó.— ¡Ah!
RoboPies 01 y 02: —Tras recibir la patada giratoria cayeron al suelo. Pero se incorporaron enseguida, y fueron hacia ella para atacarla.—
Sara: —Logró detener los ataques con la katana. Dio una voltereta hacia delante, y en el aire cortó en dos al RoboPie 01.—
RoboPie 02: —Corrió hacia ella para atacarla.—
Sara: —Bloqueó el ataque con uno de los brazaletes metálicos. Rápidamente lo atacó con la katana, y le cortó la cabeza.—
RoboPie 03: —Estando justo detrás de ella, la atacó con la espada.—
Sara: —Pudo darse cuenta justo a tiempo, se cubrió con ambos brazaletes logrando detener el ataque.—
RoboPie 04: —Corrió hacia ella y la ataca sin dejarle tiempo defenderse.—
Sara: —Sin tener tiempo de defenderse, dio una voltereta hacia atrás logrando esquivarlo, y así ganar distancia.—
RoboPie 05 —Equipado con arco y flechas empezó a dispararle varias fechas.—
Sara: —Usó los brazaletes metálicos, obteniendo como resultado que las flechas se desviaban al chocar contra los brazaletes.—
RoboPie 03: —Aprovechando su distracción la atacó con la espada.—
Sara: —Se agachó rápidamente esquivando el ataque, dio un salto rodando por el suelo posicionándose detrás del robot, y con la katana lo corta en dos.—
RoboPie 04: —Se preparó para atacarla mientras se dirigía corriendo hacia ella para atacarla.—
Sara: —Ni se molestó en prepararse para atacarlo, o detener su ataque. Le lanzó la katana hacia la cabeza.—
RobiPie 04: —La katana lo alcanzó justo en la cabeza, cayó al suelo tras ser destruido.—
RoboPie 05: —Corriendo hacia ella le lanzó varios shurikens.—
Sara: —Desvió los shurikens con los brazaletes, y sin problema pudo acercarse a recoger su katana.—
RoboPie 5: —Corriendo hacia ella sacó sus armas integradas de los brazos.—
Sara: —Una idea se le pasó por la cabeza. Corrió en dirección a él, y dio un salto hacia él.—
RoboPie 05: —Se detuvo en seco tras ver a Sara saltando sobre él, quedándose mirándola en el salto.—
Sara: —Aún en el aire, sobre él usó la katana, se la clavó en la cabeza, y en la caída lo cortó en dos.—
Los cinco RoboPies que había destruido habían desaparecido convertidos en humo.
Pero la pelea no acabó ahí. Diez RoboPies más aparecieron en escena, dispuestos a dificultarle las cosas a Sara. Entre los diez la rodearon, preparando un inminente ataque.
Sara: Vamos, adelante, puedo pasarme así el día entero. —Dijo en un tono de superioridad, en una posición de combate.—
RoboPie 06: —Ya que ninguno había iniciado un ataque, se dispuso a ser el primero en atacarla.—
Sara: —Justo a tiempo logró detener el ataque con la katana.—
RoboPie 07: —Aprovechando su distracción le lanzó varios shurikens.—
Sara: —Desvió sin problemas los shurikens con ambos brazaletes metálicos.—
RoboPie 08: —La atacó rápidamente, logrando arrebatarle la katana lanzándola lejos de ella.—
Sara: —Vio que varios Robopies se pusieron en medio en el camino entre ella y donde se encontraba la katana. Decidida puso en marcha un plan. Corrió hacia la katana sin bajar la guardia.—
RoboPie 06: —No dudó en atacarla mientras la joven corría hacia su katana.—
Sara: —Sin detenerse logró esquivar el ataque apartándose a un lado.—
Robopie 07: —Tratando de detenerla, la atacó con la espada.—
Sara: —Fácilmente logró bloquear el ataque con uno de los brazaletes metálicos. Sin dejar de correr, ya casi había alcanzado la katana.—
RoboPie 08: —Con la espada la atacó en la cabeza.—
Sara: —Sin detenerse se agachó pasando por debajo de la hoja de la espada. Dio un salto hacia delante rodando sobre el suelo, y logró agarrar la katana.—
Los diez Robopies la miraban desafiantes, convencidos de que iban a lograr detenerla.
En cambio, Sara les dedicó una mirada de superioridad, y se lanzó al ataque.
Sara: —Corrió hacia ellos, y rápidamente pudo cortarles la cabeza a los Robopies 06 y 07.— ¡Ah!
Robopies 08 y 09: —Corriendo hacia ella la atacan a la vez.—
Sara: —Bloqueó los ataques con los brazaletes metálicos el ataque con los brazaletes. Con los brazos los empujó hacia afuera, y los cortó por la mitad con la katana.— ¡Aah!
RoboPies 10 y 11: —Corriendo hacia ella preparándose para atacarla.—
Sara: —Se deslizó por el suelo, y con la katana los atacó.— ¡Ah!
RoboPies 12 y 13: —Preparándose para atacarla corriendo hacia ella.—
Sara: —Esquivó los ataques apartándose a un lado. A uno de los dos le bajó el arma, le clavó la katana en la cabeza, y le cortó el cuello al RoboPie 13.—
RoboPie 14: —Corriendo hacia ella preparándose para atacarla.—
Sara: —Dio un salto hacia él haciendo una voltereta hacia delante y con la katana lo parte en dos.—
RoboPie 15: —Preparó para atacarla corriendo hacia ella.—
Sara: —Corriendo hacia el robot lanzó la katana hacia arriba.—
RoboPie 15: —Se detuvo en seco, mirando la katana en el aire.—
Sara: —Dio un salto hacia arriba logrando recuperar la katana en el aire. Empuñando la katana lo parte en dos.— ¡Aah!
Tras eliminar al último Robopie, los diez desaparecieron convertidos en humo.
Sara soltó un pesado suspiro, y guardó la katana. Creyó que se habían termiando los enemigos en esta zona... Creyó mal.
¿?: Parece increíble lo mucho que has mejorado, Sara.
Sara: —Reaccionó asombrada al escuchar aquella voz. Volteó y se quedó asombrada al verlo.— Y yo que creí que al fin me había librado de ti...
Gran Jefe: Bueno, ya me conoces, no me doy por rendido. —Dijo con superioridad.—
Sara: Lo único que siempre hemos tenido en común. —Respondió seriamente.—
Gran Jefe: Sí, pero como entenderás, no te dejaré salir de aquí. —Dijo con superioridad.—
Sara: Deberías saber que no me detengo hasta lograr mis objetivos, y ahora mismo, el objetivo eres tú. —Respondió seriamente cerrando los puños.—
Gran Jefe: Me habría gustado encontrarnos en otras circunstancias, pero, bueno, nunca cambiará la rivalidad entre nosotros. —Respondió con superioridad, y sacó una pistola.—
Sara: Eso no te lo discuto. —Dijo poniéndose en posición de combate.— ¿Listo para morir por segunda vez?
Gran Jefe: Ya veremos quien cae esta vez. —Respondió agresivo, y apretó el gatillo.—
Sara: Rápidamente usó uno de los brazaletes metálicos, alzando el brazalete derecho, y la bala se destruyó al chocar contra el brazalete.—
Gran Jefe: ¿Qué rayos...? —Reaccionó notoriamente asombrado. Lleno de confusión por lo sucedido, le disparó de nuevo.—
Sara: —Usó el mismo brazalete volviendo a destruir aquella bala.—
Gran Jefe: —Enfadado por sus disparos sin éxito le disparó varias veces.—
Sara: —Usó ambos brazaletes logrando destruir las balas, movía los brazos a cada dirección en la que iban las balas. Afortunadamente, logró destruirlas todas.—
Gran Jefe: —Disparando como un loco de repente se quedó sin munición.— ¿Eh?
Sara: —Aprovechó la oportunidad para lanzar un shuriken a la pistola.—
Gran Jefe: —El shuriken le arrebató la pistola de la mano. Notoriamente asombrado la miro.— ¿Qué eres ahora?
Sara: Pronto lo vas a averiguar. —Respondió con superioridad, y sacó la katana girando el mango de esta sobre la mano.—
Gran Jefe: —Miró su alrededor encontrándose con una piedra en sus pies, y se la lanzó.—
Sara: —Usó un brazalete para cubrirse de la piedra.—
Gran Jefe: —Aprovechando su distracción le lanzó un puñetazo.—
Sara: —Rápidamente logró bloquear su ataque con un brazalete.— Peleando sucio cómo siempre. —Dijo en un tono incrédulo.—
Gran Jefe: Ahórratelo. —Respondió indiferente y la atacó.—
Sara: —Fácilmente esquivó el ataque, y contraatacó con la katana.— ¡Aah!
Gran Jefe: —Logró esquivar el ataque, y rápidamente le arrebató la katana, para atacarla con esta.—
Sara: —Apartándose a un lado bloqueó el ataque con uno de los brazaletes.— ¡Ah!
Gran Jefe: —Atacó de nuevo tratando de ser más rápido.—
Sara: —Fue más rápida agachándose a la vez que se echó a un lado, logrando esquivarlo.—
Gran Jefe: —Rabioso por fallar en todos los ataques volvió a atacarla.—
Sara: —Fácilmente bloqueó el ataque de nuevo, y contraatacó lanzándole una patada.—
Gran Jefe: —No se esperó aquella patada, por lo que la recibió cayéndose al suelo.— ¿Sabes? Por mucho que lo intentes, no eres capaz de acabar conmigo. —Dijo mostrándose vacilón.—
Sara: Tiempo atrás no te lo niego, pero ahora, te voy a mostrar lo mucho que te equivocas. —Respondió con superioridad.—
Gran Jefe: —Tras oírla se incorporó rápidamente, y la atacó con la katana.—
Sara: —Se echó a un lado esquivando el ataque con facilidad.—
Gran Jefe: —Volvió a atacarla, pero sin éxito alguno.—
Sara: —Bloqueó rápidamente el ataque con un brazalete. Se impulsó girando de lado haciendo una voltereta giratoria, y al mismo tiempo le lanzó una patada.—
Gran Jefe: —Tras recibir aquella patada, chocó contra al suelo cayendo de espaldas, soltando la katana por el golpe.—
Sara: —Caminó hacia él, y al mismo tiempo recuperó la katana pisando el elevado mango de esta gracias a la piedra en donde había caído. Recuperó la katana en el aire, y se detuvo frente a su enemigo.—
Gran Jefe: Siempre supe que tenías potencial para muchas cosas, y de lo brillante que habrías sido con nosotros, qué desperdicio. —Dijo incrédulo negando con la cabeza.—
Sara: Todos tus intentos por hacerme igual a ti fracasaron, y por muchos intentos más que hicieras, sabías que fracasarías. —Respondió indiferente, echándole en cara que jamás sería como él, un monstruo.—
Gran Jefe: ... —Solo se limitó a soltar un pesado suspiro de resignación, notándose la rabia.—
Sara: ¿Sabes? No te pedí que intentaras ser mí padre... pero una parte de mí te estará agradecida. —Se sinceró con él, dejando a un lado todo lo malo por lo que pasó.—
Gran Jefe: Tantos años esperando oír eso, y lo conseguí. No serás igual a mí, pero estoy orgulloso de quien te has convertido. —También se sinceró, o al menos, no del todo.—
Sara: Quizá sí sea igual a ti... —Alzó la katana, y sin compasión se la clavó en el pecho.— Para dejar a un lado los sentimientos con alguien como tú.
Gran Jefe: —Ahogó un fuerte quejido, y la miró al rostro.— Al menos he podido sentirme orgulloso. —Respondió vacilón.—
Sara: Vete al infierno, y no vuelvas. —Sentenció fría, sacando la katana de su atravesado cuerpo.—
Gran Jefe: —Desapareció convertido en humo.—
Sara: —Guardó la katana soltando un pesado suspiro, y miró hacia el cielo.— ¿Cuánto más difícil va a ser esto...?
Tras aquella pregunta, el espíritu que estaba guiando a Sara, había vuelto a aparecer.
Esta se dio cuenta de su presencia, y llena de curiosidad e incertidumbre lo siguió de nuevo.
Quería averiguar de quien o qué se trataba ese misterioso espíritu.
Al igual que antes, el espíritu la llevó hasta una zona soleada, una amplia zona de tierra, donde la naturaleza mostraba su esplendor.
Sara admiraba el lugar junto con una amplia sonrisa. Pero volvió a prestarle atención al espíritu, necesitaba saber sobre él... o ella.
Sara: Dime, ¿por qué me estás guiando? ¿Quién eres? —Preguntó al espíritu con respeto.—
Como respuesta, el espíritu no le respondió con palabras, sino con solo una imagen.
Sara mostró una gran reacción de sorpresa. No podía creerse lo que estaba viendo, quien estaba justo delante de ella.
Su madre...
Sara: ¿Mamá? ¿Eres tú...? —Preguntó totalmente asombrada, sin dar crédito lo que estaba ocurriendo.—
Amelia: Sí, soy yo, hija mía. —Respondió alegremente junto con una sonrisa.—
Sara: Mamá... Pero... ¿Cómo es...? —No era capaz de formular la pregunta, la sorpresa de tener frente a ella a su madre la impactó notoriamente, y con razón.—
Amelia: Al igual que Ángel, yo también he podido manifestarme en el plano espiritual. Pensé que guiarte era la mejor forma. —Respondió dedicándole una gentil sonrisa, pasando el dorso de la mano sobre su mejilla con cariño.—
Sara: Te echamos tanto de menos... Te necesitamos tanto entre nosotros... —Dijo sin poder esconder la tristeza que la estaba invadiendo. Sus ojos empezaron a mostrarse cristalinos, y su labio inferior temblaba ligeramente.—
Amelia: No estéis tristes, siempre he estado con vosotros, y seguiré estándolo. —Respondió tratando de reconfortarla.—
Sara: —Su lucha por no derramar sus lágrimas acabó siendo en vano. Bajó la mirada, tratando de esconder sus lágrimas llenas de tristeza y dolor.—
Amelia: Hija, no debes llorar, debes ser fuerte. Aún tienes que enfrentar el peligro que te aguarda. Vamos, ensémañe la mujer que has logrado ser. —Dijo alzando su mirada con suavidad, y le secó las lágrimas.—
Sara: —Gracias a ella, se sintió reconfortada, y lo suficientemente fuerte como para mirarla a los ojos, y decirle lo que tanto siente por su madre.— Te quiero mucho, mamá...
Amelia: Y yo a ti, hija. —Respondió junto con una cálida sonrisa.—
Sara: —Sintió un fuerte impulso, y no pudo dejarlo pasar. La abrazó con fuerza, logrado sentir por un momento el dulce calor y aroma que recordaba de ella. Por desgracia, aquello duró poco. Se exaltó al dejar de sentir la presencia de su madre. Soltó un pesado suspiro, recuperándose del duro momento de derrumbe.—
¿?: Qué se siente cuándo pierdes lo que te importa?
Sara: —Reaccionó asombrada tras oír aquella voz, y se giró a ver a la responsable.— ¡Amanda!
Amanda: Me arrebatásteis la única familia que me quedaba. No puedes tener ni la más mínima idea del dolor que causa perder lo que queda de tu familia. Pero tranquila, voy a mostrártelo. —Rápidamente se lanzó a atacarla.—
Sara: —Logró esquivarla, y se puso en posición de combate.—
Amanda: —Corrió hacia ella para lanzarle un puñetazo.— ¡Ah!
Sara: —Dio una voltereta hacia atrás esquivando el ataque.—
Amanda: —Rápidamente la atacó, teniendo la ventaja de que no la vio venir.—
Sara: ¡Agh! —Cayó al suelo de espalda tras recibir el ataque.—
Amanda: ¡Arriba! Esto no ha hecho más que empezar. —Dijo amenazante con superioridad. Se posicionó frente a ella, e intentó pisotearle la cabeza.—
Sara: —Rodó por el suelo hacia un lado logrando esquivarla. Se reincorporó dando un salto y poniéndose en pie.— Amanda, no dejes que la venganza nuble tu juicio.
Amanda: ¡Cállate! Ni siquiera deberías atreverte a decir eso. ¿Cómo te atreves a ir en contra de la persona que te ha criado durante diez años? —Preguntó mostrando la profunda rabia que sentía.—
Sara: Amanda, no fue fácil para mí. Pero hice lo que tenía que hacer, y tú lo sabes. —Respondió tratando de mostrarse razonable.—
Amanda: Mereces acabar en la misma tumba que tú familia. —Sentenció llena de rabia, y se dirigió hacia ella para atacarla.—
Sara: —Tras escuchar aquellas palabras, cerró el puño con fuerza. Su buena fe había desaparecido, ahora estaba llena de rabia.—
Amanda: —Se lanzó rápidamente hacia ella y le lanzó un fuerte puñetazo.—
Sara: —Cerró el puño con fuerza, y logró bloquear su ataque con uno de lo brazaletes.—
Amanda: ¿Qué? —Preguntó llena de confusión.—
Sara: —Sacó la katana y la atacó varias veces.— ¡Aah!
Amanda: —Con ayuda de su rapidez la esquivaba con facilidad.—
Sara: —Mientras la atacaba, en su mente llegó a la conclusión de que debía cambiar de táctica. Ya que atacarla directamente no estaba funcionando.—
Amanda: —Aprovechó un espacio para lanzarle un puñetazo.—
Sara: —Fue lo suficiente rápida como para lograr bloquear aquel ataque con uno de los brazaletes.—
Amanda: ¿Crees qué vas a ganar? Mira la realidad, Sara. No eres lo suficientemente fuerte contra mí. —Dijo con superioridad, dedicándole una burlona sonrisa.—
Sara: Entonces, si tan convencida estás... Demuéstralo. —Respondió con incredulidad, poniéndose en posición de combate.—
Amanda: —No iba a dejar pasar la oportunidad. Corrió hacia ella preparando su ataque, y con sus fuerzas le lanzó su ataque.— ¡Aah!
Sara: —Justo a tiempo, cruzó los brazaletes en forma de x logrando bloquear su ataque. Sorprendentemente, no sufrió daño alguno, y le dedicó una burlona sonrisa.—
Amanda: —Se mostró asombrada por el cero daño que le había causado.— Imposible.
Sara: Nada es imposible. —Respondió indiferente dedicándole una burlona sonrisa. Como golpe de gracia, rápidamente sacó su katana, y la atacó.— ¡Aah!
Amanda: —Tras ser derrotada, desapareció convertida en humo.—
Sara: —Rendida y agotada, se arrodilló sobre la tierra mientras soltaba un pesado y aliviado suspiro. Asombrada por el éxito de sus brazaletes metálicos, se quedó viéndolos maravillada por las habilidades que podría desarrollar gracias a ellos.—
Tras sentir la calma después de salir victoria del reto espiritual, miró su alrededor en busca de su madre.
Ya no estaba.
Al menos, pudo estar frente a ella por un valioso minuto.
Sara se puso en pie, y miró su reflejo en la hoja de la katana.
Sara: Bueno, es hora de volver a casa. —Concluyó optimista junto con una sonrisa. Guardó la katana, y antes de partir, quiso despedirse de su madre.— Adiós, madre, descansa en paz. —Se despidió con un tono triste y desanimado, pero esperanzada y alegre, partió camino hacia regreso a casa.—
❇
Afortunadamente, Sara llegó a las alcantarillas justo a tiempo antes de que la oscuridad de la noche inundara la ciudad.
Al llegar, fue bien recibida con una calurosa bienvenida por parte de las tortugas y su familia.
Estaba agotada, y recién acababa de llegar, pero no pudo aguantarse decirles sobre el reencuentro con su madre.
Sara: No os lo vais a creer, pero... He estado con mamá, ha sido mi guía en el plano espiritual. —Confesó mostrando aquellas emociones que sintió cuando estaba frente a ella. Pero aún así, la recordaba con una amplia sonrisa.—
Roth: ¿Lo dices de verdad? —Preguntó mostrándose sorprendido por lo que acababa de escuchar.—
Lara: No nos importa lo cansada que estés. No te vas a ir sin contarnos todo lo que ha pasado con mamá. —Sentenció cruzando los brazos, y prestando su atención.—
Sara: —Soltó una leve risita al escuchar a su hermana. Dispuesta a contarlo, se sentó en el salón rodeada por todos. Y con emociones, contó su apasionante y emocional aventura.—
❇
Si os soy sincera, se me derramaron unas lágrimas en el reencuentro madre-hija.
Bueno, pues ya tenemos el reto espiritual de Sara. Y debo decir que este es el último reto espiritual que haré.
Así que espero que os haya gustado. 😉💚
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