Capítulo 67. Mal día
Un día había pasado desde que las chicas habían amanecido y desayunado juntas. Y aún así tenían ganas de otro día tan genial como el que pasaron.
Pero el día de hoy no iba a poder ser, pues Nora ya se está enfrentando a los exámenes de su curso actual de la Universidad. Y Lara y Raph tenían que estar en las alcantarillas, así que no era el mejor día.
Actualmente, Sara y Leo se encontraban en el apartamento, y sí, lo aprovechaban dada a la ausencia de la pareja que habitualmente pasaba el mayor tiempo en el.
Leo: Me está gustando esto de que tú padre les mande ir a la guarida. —Soltó junto con una leve risita. Pues gracias a Roth el apartamento estaba libre para él y para su chica.—
Sara: Estoy pensando en decirle que lo haga casi todos los días. —Le responde riéndose levemente.—
Leo: Bueno, ya que no tenemos nada mejor que hacer, y hoy no hay capítulo nuevo de Gotham, ¿me equivoco? —Le pregunta.—
Sara: No, hoy no hay capítulo. —Responde con un tono desanimado, por desgracia hoy no había capítulo nuevo de su serie favorita.—
Leo: Precisamente por eso he pensado que podríamos aprovechar el tiempo, haremos una sesión de entrenamiento. ¿Te parece? —Le pregunta mientras la abraza por la cintura, dedicándole una sonrisa.—
Sara: Bueno, no es el plan más romántico, pero no me disgusta. —Le responde junto con una leve risita.—
Leo: Aún tendremos tiempo para más planes. Por eso no te preocupes. —Le responde mostrándose coqueto atrayéndola más hacia él.—
Sara: Me quedo tranquila. —Le responde igual.— Pero antes de entrenar, me gustaría meditar un rato. —Dice mientras lo abraza por el cuello dedicándole una sonrisa.—
Leo: Claro, eso tampoco puede faltar. —Le responde, y le deposita un pequeño y cariñoso beso en los labios.—
Sara: Todavía es pronto para subir a la azotea, así que igual es mejor meditar aquí, si te parece. —Le dice encogiéndose de hombros. No era el dojo, pero al menos tenían espacio para poder tener una sesión de meditación.—
Leo: Sí, en eso estaba pensando. —Le responde con una sonrisa.— Bien, veamos cómo nos va esta vez. —Le dice mientras se colocaba en el espacio que había frente a la habitación de Lara, y cerca de la ventana que se encontraba al lado de dicha habitación.—
Sara: No sé porqué, pero siempre acabo saliendo del trance antes que tú. —Le dice riéndose mientras se colocaba a su lado.—
Leo: Es normal, pero cada vez te pasará menos. Aunque siempre puedes intentar volver a entrar en trance. —Le aconseja mientras se arrodillaba, poniéndose en posición para meditar.—
Sara: Lo intentaré. —Le responde con una sonrisa, y también se arrodilló frente a él para meditar.—
Leo: Aunque me parece que ya sé porqué no logras centrarte lo suficiente.
Sara: ¿Hm? ¿Por qué? —Le pregunta con curiosidad ladeando la cabeza.—
Leo: Estamos cara a cara frente al otro, y estoy seguro de que te quedas mirándome hasta que termino de meditar. ¿Me equivoco? —Le pregunta burlón junto con una sonrisita atractiva.—
Sara: ¿Qué? Claro que no, simplemente espero hasta que termines. —Le responde junto con una sonrisita. Aunque sabía que era evidente de que Leo estaba en lo cierto, pero no quería tener que reconocerlo.—
Leo: Bueno, si tú lo dices. —Le responde burlón.— Bien, veamos qué tal. Y céntrate. —Le dice burlón, pues estaba seguro de que Sara no se centraba lo suficiente por quedarse viéndolo.—
Sara: Sin problema. —Le responde con el mismo tono burlesco junto con una sonrisita. Y sin tardar más se dispuso a comenzar con la meditación.—
Leo: —Se quedó mirándola unos cuántos segundos. Él sabía que estaba en lo cierto, pero le hacía gracia como Sara trataba de desmentirlo. Soltó un pequeño suspiro, y también empezó con la meditación.—
❇
La casa de la rubia se había quedado casi sola, sólo quedaba Nora, quien tenía que estudiar para el examen de mañana.
A pesar de decirle a sus padres que estaría sola en casa, Nora tenía un plan un tanto diferente.
Nora esperaba la visita de alguien, de un amigo que podía ser de gran ayuda para sus estudios.
Unos golpecitos sonaron en el cristal de su ventana, la rubia sabía que se trataba de su visita.
Se acercó para abrir la ventana, y recibió a su amigo y compañero de estudio.
Nora: Es la primera vez que recibo a un amigo por la ventana en vez de por la puerta. —Bromeó junto con una leve risita.—
Donnie: Probablemente porque ninguno de tus amigos son mutantes. —Le sigue la broma junto con una pequeña sonrisita.—
Nora: Llegas justo a tiempo, mis padres no hace mucho que se han ido, y mi hermano se ha ido con mi hermana. Desde el secuestro de Alex mi madre no nos deja salir solos. —Le dice mientras cerraba la ventana después de que Donnie entrara en su habitación.—
Donnie: Es entendible. —Le responde mientras no pudo evitar quedarse mirando su habitación, cada rincón y cada ángulo.— Vaya, bonita habitación. No se parece en nada a la de Lara y Sara.
Nora: Gracias, y así es. —Le responde junto con una risita.—
Donnie: —Cuando todavía seguía mirando su habitación, sintió algo blando y peludo pasar por sus pies. Miró abajo, y se trataba de una gata siamesa.— Así que tú eres Dana. —Saludó a la gatita con unas caricias, las cuales le gustó a la gatita, haciéndolo saber con leves ronroneos.—
Nora: Tiene la costumbre de colarse en mí habitación siempre que estoy estudiando. —Le dice mientras observaba con una sonrisa las caricias que Donnie le daba a la gatita.—
Donnie: Puede quedarse, mientras nos deje con el estudio. —Dice con una leve risita.—
Nora: Es menos molesta que mí hermano, eso te lo aseguro. —Le dice riéndose dado de que así era.—
Donnie: En cuanto a hermanos sabes que te entiendo. —Le responde riéndose levemente.— Bien, ¿de qué se trata el examen de mañana?
Nora: El examen es de métodos de investigación en ciencias sociales. Lo sé, puede sonar fácil, pero es un poco complejo. —Le dice mientras se sentaba sobre su cama.—
Donnie: No es que no quiera ayudarte, pero según tú estos estudios son tú pasión. Puedes hacerlo sin la ayuda de nadie tratándose de tú pasión. —Le dice sin el más mínimo de ofender. No entendía el porqué necesita su ayuda cuando se trata de sus estudios más apasionados.—
Nora: Sabes mucho de la ciencia y la psicología, y entre los dos formamos buen equipo en cuanto a ese tipo de conocimientos. Simplemente pensé que me vendría bien que me echaras una mano. —Le dice encogiéndose de hombros mostrándose un tanto tímida, tener que reconocer que quería su ayuda para los estudios que tanto le apasionan en cierto modo le avergonzaba.—
Donnie: En ese caso no puedo decirte que no, aunque tampoco iba hacerlo. —Le responde aceptando su petición de ayuda junto con una amigable sonrisa.—
Nora: Gracias Donnie, realmente te lo agradezco. Se trata de la notoria dificultad examen tras examen, es lo que me pone tan nerviosa. —Le dice cruzándose de piernas y brazos, realmente se ponía bastante nerviosa de pensarlo.—
Donnie: Lo entiendo, yo estaría igual. Bien, vayamos al asunto. —Se sienta en la silla de escritorio de la rubia colocándose frente a ella.—
Nora: Aquí tienes el libro, por si quieres echar un vistazo. —Alcanza el libro, el cual estaba sobre la cama cerca de su almohada, y se lo da a la tortuga.—
Donnie: Cierto, tengo que echarle un vistazo primero. —Fácilmente pudo saber gracias a un posit qué páginas eran las que Nora debía estudiar. Revisó cada una de ellas, y precisamente no era poco lo que debía estudiar.— Es demasiado. Espero que al menos sepas muchos puntos.
Nora: Sí, tranquilo, me sé muchos puntos. Pero hay otros que me cuestan un poco, y otros que casi no entiendo. —Le responde pensando en todos los puntos que debía comprender aún para estudiarlos.—
Donnie: Ya veo. Bueno, no te preocupes, iremos poco a poco. Te recomiendo que primero repasemos todo lo que sabes, así avanzaremos más rápido. —Le dice sugerente junto con una amigable sonrisa.—
Nora: Es justo lo que siempre hago. —Le responde devolviéndole la misma sonrisa. En ese momento, vio como Dana subió a la cama para acostarse a su lado.— También te apuntas, Dana. —Ríe levemente mientras la acaricia.—
Donnie: Genial, entonces empecemos por la primera página, y a medida que vamos repasando también vamos avanzando. —Le dice mientras buscaba la primera página para empezar. Una vez encontrada, ya podían empezar.— Bien, quiero que me expliques todo lo que sabes de este primer punto.
Nora: Vale, ese me lo sé. —Dice junto con una pequeña sonrisita, y empezó a explicar todo lo que sabía del primer punto.—
A medida que iban pasando los minutos, Nora y Donnie avanzaban con rapidez en cuanto al repaso.
Les llevó menos de treinta minutos hasta llegar a lo importante, lo que Nora aún tenía que entender y estudiar.
Pero tampoco fue para tanto, gracias a la ayuda de Donnie claro está.
Ambos leían y repetían conceptos y parte de la teoría, hasta lograr dar esos puntos por estudiados.
Y así avanzaban con el resto, hasta que llegaron al último punto.
Terminaron todo lo que Nora dejó por estudiar, pero aún así tenían que realizar otro repaso, pero esta vez de principio a fin.
Pero antes, decidieron tomar un descanso, pues no querían sobrecargar tanto la mente, necesitaban un respiro para llevar más ligero el último repaso.
Nora preparó dos cafés con una cafetera muy popular hoy en día.
Una cafetera de cápsulas, obviamente de una buena marca.
Ambos estaban sentados en el sofá del salón, pues ya que estaban, querían al menos charlar de otra cosa que no fueran del examen de mañana.
Donnie: Entonces, ¿cómo lo lleva Alex? ¿Está mejor? —Le pregunta mostrando preocupación.—
Nora: Sí, bueno, mejor que aquella noche sin duda. Aunque la verdad es que no la encontré tan asustada cómo esperaba. Supongo que...se ha acostumbrado a esta ciudad mucho mejor que yo. —Le responde pensativa, reflexionando sobre su hermana. Y al terminar, le da el primer sorbo al café.—
Donnie: Bueno, ya hace seis años que estáis aquí, y además, vuestro padre es el capitán de Policía. —Le responde reflexionando también, mientras le daba un sorbo a su café.—
Nora: Sí, pero sigue siendo una niña. Me sorprende que ella no tenga el mismo miedo que tengo yo. —Al concluir no pudo evitar preguntarse lo mismo en su mente.—
Donnie: Porque tú te centras únicamente en lo peligrosa que es la ciudad. Tienes el miedo en tu cabeza desde siempre, cosa que Alex no. Tú lo piensas, pero ella no lo piensa. Esa es la respuesta. —Le responde seriamente, comparando los temores de Nora con que no los que tiene Alex.—
Nora: —Se sorprendió ligeramente ante lo que acababa de escuchar. En realidad era predecible, es decir, es una niña, Alex no iba a tenerle miedo a salir con sus amigas. Pero Nora acababa de darse cuenta de que Donnie estaba en lo cierto, eso mismo la sorprendió.— Tienes razón. Seguramente, ese sea mi gran problema con esta ciudad.
Donnie: Sí, pero puedes hacer desaparecer ese miedo. —Le responde, y volvió a tomar de su café.—
Nora: De hecho, tengo que hacerlo. Se supone que voy a ser Criminología, no puedo permitirme tener ese miedo. —Dice mostrándose pensativa, pues desde luego que debía deshacerse de su miedo. Sin dejar de darle vueltas a la cabeza, continuó con su café.—
Donnie: No será difícil. Sólo tienes que venir con nosotros en ciertas ocasiones. Aunque, tus padres lo pondrán difícil para que salgas por las noches... —Después del secuestro de Alex, claro estaba que Nora ya no tiene la misma libertad que antes.—
Nora: No será problema. Siempre me las puedo arreglar con decirles que estaré con las chicas. Desde que las conocieron parecen más tranquilos y seguros, y menos mal. —Concluye con una leve risita, y continúa tomando su café.—
Donnie: Entonces eso facilitará mucho las cosas. —Le responde con una leve risita, y toma de su café.—
Nora: —Justo recordó lo que las chicas le dijeron sobre Donnie en la noche en la que durmieron juntas. Le avergonzaba tener que preguntarle, pero le daba auténtica curiosidad.— Oye, en estos días, me han dicho que te gusta April.
Donnie: —Al escuchar a la rubia, el último trago de café casi salió disparado de su boca, por tremenda sorpresa que fue oír eso de repente. Pero lo tragó fuerte antes de que saliera disparado, y la miró con cierta expresión sorprendida.— S-sí, bueno, yo...
Nora: No tienes que decirme nada si no quieres. Igual debí no haberlo dicho. —Le responde un tanto avergonzada tras ver su reacción.—
Donnie: No, no, sólo que no lo esperaba. Ha sido tan de repente que ni siquiera lo vi venir... —Le responde mostrándose tímido, pues desde luego que no lo esperaba.— Y, respondiendo a tus dudas, es cierto... —Admite totalmente avergonzado.—
Nora: Me pareció muy extraño que no me lo dijeras. Es decir, se supone que somos buenos amigos. Aunque tampoco estabas obligado a decírmelo. —Le responde torciendo los labios encogiéndose de hombros.—
Donnie: No, tienes razón. Pero no te lo he contado por el simple hecho de que...Lo mío con April no va a llegar a ninguna parte. No puedo evitar hacerme ilusiones, pero aún así sé que no hago más que perder el tiempo. Así que, decidí no contártelo por esa razón... —Le responde mostrando frustración y decepción.—
Nora: —Se quedó mal de verlo así. Aunque realmente le entendía, pero aún así no quería verlo mal.— Lo entiendo. Pero tampoco tienes porque tomártelo así. Como Sara diría: ¿Quién sabe lo qué puede pasar?
Donnie: Precisamente por eso me hago ilusiones. Pero soy consciente de que no sirven... —Responde desanimado, terminándose lo poco que quedaba de su café.—
Nora: Donnie... Agh, la he fastidiado. Perdóname, no quería que te pusieras así. Por favor, discúlpame. —Se disculpó llena de culpa al verlo de esa manera.—
Donnie: No, no, perdóname a mí por ponerme así. Este comportamiento está fuera de lugar en este momento, yo tengo la culpa, no tú. —Le responde junto con una pequeña sonrisita. Desde luego entendía a la rubia, si estuviera en su lugar probablemente habría hecho lo mismo.—
Nora: Claro que no, ha sido mí culpa. De veras lo siento. —Se disculpó de nuevo mostrándose arrepentida, y dejando una mano sobre su hombro como apoyo.— Para arreglar mí cagada, quería decirte que gracias a ti he avanzado bastante rápido con el estudio. Agradezco un montón el favor que me estás haciendo.
Donnie: No es nada, además he venido encantado. No podía resistirme a una sesión de estudio. —Le responde junto a una leve risita.—
Nora: Sin duda eres la mejor ayuda que podía tener. —Le responde riéndose levemente con una sonrisa amigable.—
Donnie: —No pudo evitar quedándose mirándola por varios segundos tras escucharla. Oír eso era como una ventisca de aire fresco que notoriamente le subió el ánimo. Le reconfortó saber que era la mejor ayuda para alguien, para una chica.— Me alegra saberlo. —Le responde dedicándole una sonrisa.—
Nora: Solamente soy sincera. —Le responde con una sonrisa.— Bueno, cuando estés dispuesto continuamos. —Le dice para después terminarse su café.—
Donnie: Nos queda muy poco, será mejor rematar la faena que queda. Además, viene la mejor parte, la de ponerte a prueba. —Le dice mostrándose retador. Pues iba a ponerla a prueba con todo lo que había estudiado.—
Nora: Ah, ¿así qué me vas a poner a prueba? Muy bien, verás como te vas a quedar sin palabras. —Le dice burlona.—
Donnie: Bueno, vayamos a comprobarlo. —Le responde en el mismo tono.—
Cuando llevaron las tazas del café al fregadero de la cocina, regresaron de nuevo a la habitación.
Donnie la puso a prueba preguntándole aleatoriamente los puntos que había estudiado, y que saldrían en el examen de mañana.
Y como era de esperar, Nora supo responder a todo lo que Donnie le había preguntado.
Ambos quedaron bastante contentos con el resultado de la sesión de estudio, y lo más importante, Nora estaba más segura de sí misma frente al examen que le espera.
Se les fue toda la tarde entera con la sesión de estudio, pero sin duda les valió la pena.
Llegó la hora de que Donnie regresara a la guarida, además de que la madre de Nora estaba de camino tras terminar su turno de trabajo.
Nora: Bueno, la verdad es que me lo he pasado bastante bien. —Le dice contenta.—
Donnie: Yo también, nunca había tenido una sesión de estudio tan divertida. —Le responde junto con una leve risita.—
Nora: Yo tampoco. —Le responde igual.— Mañana te cuento cómo me ha salido el examen cuando haya salido.
Donnie: De acuerdo. Te deseo mucha suerte, aunque sé que lo harás bien. —Le dice en un tono animado, tratando de darle apoyo.—
Nora: Eso espero, y gracias. Gracias por la ayuda, Donnie, en serio. —Le agradece junto con una cálida sonrisa.—
Donnie: No hay de qué, gracias a ti por pedirme la ayuda. —Le agradece riéndose levemente mostrándose un tanto tímido.—
Nora: Para la próxima cuento contigo, tenlo por seguro. —Le dice junto con una leve risita.—
Donnie: Genial. —Le sonríe mostrándose contento.— Seguiremos hablando, hasta luego. —Se despide con una sonrisa.—
Nora: Nos vemos. —Se despide devolviéndole la sonrisa.—
Donnie: —Al salir por la ventana, escaló hasta subir a la azotea, y salir corriendo dirigiéndose hacia su hogar.—
Nora: —Después de cerrar la ventana, se quedó unos cuantos segundos recordando la tarde que habían tenido. Aunque lo más destacable es que le pareció realmente agradable la ayuda de Donnie, y eso que era la primera vez que había pedido ayuda para estudiar.— Bueno, espero tener buenos resultados después de todo.
❇
La parejita que se encontraba actualmente en el apartamento había bajado a casa de estar en la azotea.
Terminaron bastante sudorosos, pues cuando empezaron todavía había luz del sol que les daba calor en el entrenamiento. Y no terminaron hasta el anochecer.
Sara: Creo que es de los pocos entrenamientos más intensos que he tenido. —Le dice junto con una leve risita.—
Leo: Estarías mejor si entrenaras todos los días, aunque sea un rato por la mañana. —Le aconseja junto con una sonrisa.—
Sara: Bueno, tal vez lo intente. —Ríe levemente.— Agh, necesito quitarme esta sudor. —Dice mostrando repugnancia por la sudor que había por todo su cuerpo.—
Leo: —Una juguetona idea se le pasó por la cabeza, y desde luego no iba a ignorarla.— Por cierto, ¿dices qué Lara y Raph no vienen a dormir?
Sara: No, hace un rato que me avisó. ¿Por? —Le pregunta con curiosidad ladeando la cabeza.—
Leo: —Al escuchar la esperada respuesta, la cogió suavemente en brazos.— Porque tenemos pendiente nuestro plan romántico, ¿no crees? —Le pregunta con una sonrisa atractiva.—
Sara: Cierto, tienes razón. —Le responde con una leve risita, y dedicándole una cálida sonrisa mientras lo abraza por el cuello.—
Leo: Una ducha juntos es lo que más necesitamos justo ahora. —Le dice coqueto mientras le deposita pequeños y cariñosos besos en los labios.—
Sara: Siempre tienes razón, mí intrépido líder. —Le responde en un coqueto susurro, y en uno de sus besos atrapó sus labios, haciendo un beso apasionado.—
Leo: —Corresponde gustoso el beso, y mientras se dirigió al cuarto de baño sin romper el beso. Una vez dentro, se detuvo frente a los muebles del baño para dejar a Sara sentada, continuando con aquel apasionado beso.—
Sara: Pensé que...estarías cansado. —Le dice entre cortado sin romper el beso, mientras acariciaba su mejilla.—
Leo: Guardé energía para nuestro plan romántico. —Le responde igual, mientras bajaba los besos hacia su cuello, al mismo tiempo que con las manos empezó a acariciar las caderas y los muslos de su novia aún vestida.—
Sara: —Justo al sentir sus besos en en cuello sintió unos agradables cosquilleos, los cuales le sacó jadeos y algún que otro gemido.—
La tortuga no esperó más a empezar a sacarle la ropa, lo mismo hizo Sara, empezando a sacarle su equipo.
Las manos de Leo exploraban todo el cuerpo semidesnudo de Sara, mientras depositaba húmedos besos por su cuello y clavícula.
Sara no hacía más que dejarse llevar, y hacer saber que lo disfrutaba con jadeos y leves gemidos.
La tortuga tuvo que separarse de ella por un momento, preparaba la ducha para ducharse juntos, y algo más por supuesto.
Una vez que la ducha ya estaba preparada, Leo volvió con su novia, quien se estaba quitando el sujetador.
Fue por unos pocos segundos, pero igualmente eso le excitó a la tortuga.
Entre besos empezó a quitarle la última prenda, las bragas de su novia.
Mientras ella abrazando su cuello, desató el nudo de su máscara, y se lo quitó.
La chica sintió una pequeña corriente placentera al ver el rostro de Leo sin su máscara azul. Le enloquecía, la dejaba totalmente embobada, su mirada lo demostraba, solo faltaba que de sus labios un poco de baba quedara colgando.
Ya dentro de la ducha, ambos se dejaron mojar todo su cuerpo por el agua caliente. Pero las caricias entre ambos no tardó en reanudarse.
Las caricias dejaron de ser solo caricias cuando la tortuga empezó a recorrer todo el cuerpo de su novia.
Cuando llegó a sus pechos los apretó y masajeó de manera tan placentera que Sara empezó a gemir notoriamente.
La chica solamente se limitaba a acariciar sus músculos y su zona pectoral, mientras disfrutaba de las acciones que hacía la tortuga.
La tortuga optó por ir más allá, y empezó a masturbarla con los dedos en su intimidad.
La chica se sujetó de sus hombros mientras sacaba gemido tras gemido a medida que inclinaba más la cabeza, y se sujetaba a Leo con algo de fuerza.
Con la otra mano le daría aún más placer, masajeando uno de sus pechos, mientras con la boca jugaba con el otro.
Así estuvieron hasta que Sara se corrió, pero la cosa no iba a quedarse hasta ahí.
Leo la sujetó por debajo de los muslos, la levantó apoyando su espalda en la pared, y se acomodó entre sus piernas mientras la sujetaba por las caderas.
Por su parte, Sara lo abrazó por el cuello y abrazó sus caderas con sus piernas.
Ambos se dieron un apasionado beso, mientras Leo se preparaba para entrar en ella.
Y cuando ya estaba listo, con cuidado y suavidad entró.
Ambos dejaron salir un gemido lleno de placer. La tortuga no esperó más, y empezó con unas lentas embestidas, mientras escondía el rostro en el cuello de su novia.
Sara inclinaba la cabeza mientras dejaba paso a todos los gemidos que debían salir de sus labios.
Ya no sentía tanta vergüenza a la hora de gemir, le daba igual si gemía demasiado, o si gemía a gritos.
Sólo quería disfrutar del amor que entre ambos se brindaban.
Lamidas, mordiscos, y besos era lo que Leo le daba en el cuello a su novia, y como respuesta escuchaba sus placenteros gemidos.
Esos gemidos fueron más continuados cuando la tortuga aceleró el ritmo.
Ambos se miraron entre ellos, con un sonrojo en sus mejillas, pero con una mirada apasionada por el otro.
Y se besaron apasionadamente, ahogando los gemidos que podían.
Leonardo aceleró aún más, y el placer había llegado a un nivel muy elevado.
Ambos se retorcían y disfrutaban de aquel placer.
Hasta que ambos alcanzaron ese punto tan delicioso en el que estaban a punto de llegar al orgasmo.
Entonces Leo aceleró aún más, al mismo tiempo que Sara gemía a gritos.
Los dos compartieron el mismo gemido lleno de placer, con un leve gruñido placentero por parte de la tortuga, cuando ambos llegaron al orgasmo.
Volvieron a mirarse como antes, pero esta vez agitados después de haberlo hecho en estos minutos.
Y se besaron llenos de amor por el otro.
Cuando acabaron de ducharse, todavía no se habían puesto al menos parte de su ropa.
Vieron que todavía no era tan tarde como para irse a dormir, y tampoco estaban tan agitados hasta el punto de irse ya mismo a dormir.
No querían desaprovechar la noche, y todavía tenían energía para una vez más.
Encontrándose en la habitación de Sara, ambos volvieron a besarse enamorados y apasionados.
Leo la abrazó por la cintura, y Sara lo abrazó por el cuello.
La cama la tenían justo detrás, así que Leo se acostó atrayendo a su chica con él.
Ambos estaban acostados de lado, besándose llenos de amor y pasión, acompañando cariñosas caricias.
Pero Sara esta vez se atrevió a ser la líder, y giró sobre él quedando encima suya.
Leonardo continuaba con el beso mientras la sujetaba de la cintura, y la sentó sobre su entrepierna.
La poca intimidad que tenían en la guarida, la compensaban con la ocasión que tenían de tener el apartamento para ellos solos.
Y esta noche era para ellos dos.
❇
El día siguiente Sara y Leo volvieron a las alcantarillas. Se reunieron con todos, incluidos Lara y Raph, quienes todavía estaban allí pasando el día.
Ya en la tarde, Nora empezó a enviarle mensajes de Whatssap al grupo donde estaba ella con Sara y Lara.
Nora: ¡Hey, chicas! Quería deciros qué el examen me ha salido genial. 😄
Sara: ¡Qué bien! ¡Me alegro un montón!
Lara: Genial, sigue así, rubita. 👌😉
Nora: Por ahora quedo libre. Así que estaba pensando que podríamos vernos un rato. ¿Os parece?
Lara: Claro, ¿por qué no?
Sara: ¡Genial! 😄
Nora: Estupendo, entonces nos vemos después. 🙌
Ambas hermanas estaban contentas por lo bien que le ha salido a Nora el examen, pero estaban más contentas de pensar que iban a estar pasándoselo bomba esta tarde.
Aunque fuera por un rato, pero igualmente las tres se lo pasaban bien.
Lara: Todavía no voy a subir al apartamento. No hasta al menos entrenar un poco, y ver si papá ya se ha quedado tranquilo. —Dice dirigiendo la vista hacia su padre, quien estaba hablando con Raph y los demás.—
Sara: Yo sí voy a subir. Quisiera arreglar un poco el apartamento, y estar con Brandy, claro. Además, le tengo que dar de comer. —Le responde.—
Lara: Ya te he dicho que te lo traigas aquí, pero no me haces caso. —Le dice cruzándose de brazos.—
Sara: Allí está bien. —Le responde con una sonrisita.— Voy al apartamento, ve en cuanto acabes.
Lara: Claro, como no. —Le responde y se dirige a donde estaba su padre hablando con Raph y los otros.—
Sara: —Se acercó a Leo y le da un abrazo.— Me voy arriba, Nora va ir a visitarnos en un buen rato. Y quiero subir para recoger un poco, y darle de comer a Brandy.
Leo: ¿Quieres qué me vaya contigo? —Le pregunta en un susurro mientras la abraza por la cintura. Pues a parte de que quería ir con ella, tal vez podían jugar aunque sea un ratito.—
Sara: Me encantaría, pero mejor no porque me distraes. —Le responde en un susurro con un tono coqueto. Y le da besos en sus labios.—
Leo: Está bien. —Corresponde cada uno de sus besos.—
Sara: Hablamos luego. —Le dice junto con una cálida sonrisa, y se acercó a su padre para despedirse.— Voy al apartamento, Nora va a ir, y tengo que darle de comer a Brandy.
Roth: Bueno, pero después vuelves, eh. —Le responde.—
Sara: Sí, tranquilo. Nos vemos luego. —Se despide de todos, y se dirige hacia la salida.—
❇
Sara optó por pasar tiempo en el apartamento para recoger algunas cosas, limpiar un poco, y darle de comer a su perrito. No le llevó demasiado tiempo, tampoco había mucho que hacer.
Cuando terminó, se quedó sentada sobre el sofá, con su perrito achuchándolo y dándole besos y caricias. Pero mientras le daba cariño a su mascota, no pudo resistirse a la tentación de pensar en Leo, y por supuesto, en recordar lo que hicieron anoche.
Sara: Creo que nos pasamos un poco... Aunque... —Pensativa pensaba en la tortuga que la volvía loca de amor. Visualizaba su rostros, sus ojos, sus labios, su mirada, su sonrisa,...y de visualizarlo sintió su cuerpo derretirse de lo tan enamorada que se siente por él.— Bueno...la verdad es que estuvo muy bien... —Concluyó con un gran sonrojo junto con una sonrisa embobada.—
Escuchó a su perrito ladrar, sacándola de sus pensamientos, aunque eso no hizo que la chica dejara de pensar en el líder.
Sara: No lo puedo evitar, la verdad es que desde que lo vi por primera vez es como si estuviera hipnotizada por él. Sé que puede sonar enfermizo, pero...nunca sentí qué era amar y ser amado, ni en la vida me había sentido tan bien desde que lo conocí... —Pensaba en voz alta, reflexionando sobre lo que siente, mientras le brindaba cariñosas caricias a Brandy.—
El perrito la miraba, ladeó la cabeza al escuchar todo lo que decía, claro que no la entendía. Pero le llenaba de curiosidad verla tanto sonreír, esa carita que mostraba felicidad e indudablemente lo enamorada que se siente.
Sara: Me siento tan afortunada... Estar con él es como el mejor sueño que existe. Y amarlo a él es sin duda lo mejor que me podría pasar. —Comentó sonrojada con su embobada sonrisa. Cuando vio la carita de su perro, se dio cuenta que estaba hablando demasiado.— Perdóname, chiquitín. Llevas poco tiempo aquí, pero no sabes el cariño que te tengo, cosita linda.
Sara abrazó a su querida mascota con cariño, frotando suavemente la cabecita con la suya. Eso a Brandy le encantaba, esas dosis de cariño y afecto que no había tenido hasta que Sara lo adoptó era lo que más le gustaba a la pequeña criaturita.
El abrazo fue interrumpido cuando se escuchó tres golpes que procedían de la puerta de entrada del apartamento. Sara dejó a Brandy suavemente en el sofá, y se levantó.
Sara: Debe de ser Nora, o Lara. Igualmente, ha llegado pronto. ¡Ya voy! —Exclamó, y se dirigió hacia la puerta. Le parecía pronto que Nora o Lara ya hayan llegado, pero no iba a dejar fuera a alguna de las dos. Giró la manivela de la puerta, y la abrió.— Has llegado bastante pronto,... —Estuvo a punto de nombrar a una de las chicas, pero su expresión de contenta cambió radicalmente al ver de quien se trataba.—
Su rostro expresaba sorpresa, confusión. No se esperaba en absoluto encontrarse detrás de la puerta a la persona que tenía frente a ella. Alguien que conoce muy bien, y de hecho le habían seguido la pista estas semanas...
Jack.
Pero no venía de visita, no era lo que aparentaba. Llevaba una pistola en su mano derecha, y con una sonrisa que era de todo menos amistosa.
Acercó la pistola hacia el abdomen de Sara, con el gatillo a punto de apretar. Sara miraba aquella pistola con una expresión de angustiosa, de sorpresa, dirigiendo aquella misma mirada hacia Jack.
Este apretó el gatillo, y le disparó.
Sara cayó al suelo de espaldas tras el impacto del disparo que recientemente acababa de recibir. Brandy exaltado saltó del sofá, y se acercó tratando de averiguar lo que estaba sucediendo.
Jack se acercó a Sara, quien se hallaba tirada en el suelo, saliendo lágrimas de sus ojos por el tremendo dolor que estaba sintiendo, mientras estaba desangrándose.
Jack: No sabes cuánto lo siento, aunque no me creas, me duele igual que a ti. Pero no tenía opción, ella me obligó hacerlo... —Confiesa seriamente, mostrándose en cierto modo arrepentido del acto que acababa de cometer.— Me temo que este es un mal día para ambos.
Sara: —Estaba realmente invadida de dolor, pero aún así, se esforzó en mirarle, el chico que estuvo con ella estos diez años en la mafia. No daba crédito a lo que acaba de suceder, de lo que ha sido capaz de hacer. Le dedicó una mirada llena de rabia, a pesar de reflejar en su totalidad el dolor intenso que le invade.—
Jack: —No era algo de buen gusto, ni tampoco quería hacerlo, pero con su móvil le sacó una foto a la gravemente herida Sara, tirada en el suelo y desangrándose. Guardó su móvil y su arma, y le dedicó una mirada llena de lamento.— Nos volveremos a ver. No me odiéis mucho...
Tras decir aquello último, Jack se esfumó del lugar. Brandy se acercó a Sara, un llanto del cachorrito empezó a sonar del pequeño perrito. Miraba triste y asustado a una gravemente herida Sara.
Sara no podía moverse, el intenso dolor le impedía moverse. Trataba de mover una de sus manos para alcanzar su móvil, para llamar a Lara o a Leo, pero el dolor no se lo permitía.
Afortunadamente, no pasó ni cinco minutos hasta que la pelirroja llegó. La puerta se encontraba abierta, y eso ya le hizo sospechar a Lara. Pero cuando entró, sintió cómo se le congeló la sangre al encontrarse a su hermana pequeña tirada en el suelo, llorando, rodeada de sangre...
Lara: ¡Sara! ¡Oh, Dios...! —Exclamó completamente angustiada. Rápidamente se acercó a ella hasta arrodillarse a su lado. Su rostro quedó congelado cuando vio que se trataba de un disparo en el abdomen. Alguien le había disparado. Sin más tardar, usó lo primero que encontró para tratar de al menos ralentizar el desangrado.— ¡¿Quién demonios...?! Da igual, ahora no importa. ¡Tengo qué llamar a la ambulancia ya mismo!
Sara: L-Lara... —La llamó entre cortado, con la poca fuerza que disponía.—
Lara: —Dirigió su mirada a ella, haciendo notar su agitada respiración, y la angustia que la invadía.—
Sara: L-llama a...las...tortugas... —Entre cortado y en un tono débil, se lo pidió.—
Lara: —Era obvio, pero no se esperaba que se lo pidiera en ese momento. Efectivamente, debía llamar a las tortugas para que supieran de lo que estaba ocurriendo. Pero antes debía llamar al hospital, era lo primero que debía hacer.—
❇
En la guarida, todos estaban en sus quehaceres de siempre. Mikey viendo Crognard, Donnie en el laboratorio, Raph leyendo, y Leo justo había salido de meditar.
Un contento Roth se acercó a las cuatro tortugas.
Roth: Estoy preparando una deliciosa cena para todos juntos. Pero nadie la va a tocar si Lara y Sara no nos acompañan. —Les dice seriamente.—
Mikey: Leo, Raph, decirles a las chicas que si no vienen será el fin del mundo. —Les dice a ambos suplicante, no quería perderse esa cena.—
Raph: Nos seas paranóico, se pasarán por aquí más tarde. —Le contradice a su hermano para volver a su lectura.—
El T-Phone de Leonardo empezó a sonar, se trataba de una llamada. La tortuga cogió su T-Phone, y vio que se trataba de la pelirroja.
Leo: Hablando de ellas, me está llamando Lara. —Comentó al ver la llamada entrante.—
Raph: ¿A ti? —Preguntó en un tono de confusión, pues normalmente Lara no solía llamar a Leo.—
Leonardo contestó la llamada. Sentía la misma confusión que Raph al comprobar que la pelirroja lo estaba llamando a él. Le preguntó a qué era debido su llamada.
Ante la respuesta, Leonardo dejó caer su T-Phone al suelo. Su cuerpo se había quedado petrificado, y su rostro reflejaba mil emociones a la vez, pero ninguna agradable.
Los tres hermanos, incluido Roth, lo miraron con incertidumbre, pues estaba claro de que no se trataba de algo bueno. Leo se dirigió a ellos, y sin querer tener que decirlo, les informó de lo que estaba ocurriendo.
Leo: Lara acaba de llamar al hospital... Alguien ha disparado a Sara...
Todos se habían quedado igual de petrificados que él cuando escuchó la noticia. Splinter salió del dojo con el mismo rostro que todos.
Los que se mostraban más notoriamente afectados eran Leonardo y Roth. Pero sin duda se trataba de algo que a todos les afectaba, y no pensaban quedarse ahí parados, y mucho menos con los brazos cruzados.
❇
Nada, que por mucho que lo intento últimamente acabo haciendo los capítulos más largos. Disculpadme por eso, trataré de acortarlos cuando haga una revisión para la edición.
Bueno, bueno, la cosa se pone más interesante, ¿eh? Pues a esperar hasta el próximo capítulo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro