Estaba sudando. Sentía como se le pegaba el traje a la espalda y podía escuchar sus respiraciones agitadas.

Lo estaba haciendo, nunca creyó que pasaría en realidad. Pero lo estaba haciendo, era tiempo de empezar una nueva vida.

Quería esto, demasiado. Necesitaba esta nueva vida con GoGo. Estar cerca de ella, protegerla. Haría lo que fuera por conseguirlo.

Podía imaginárselos a ambos, sentados en el techo de alguna casa, crecidos de edad. Ella estaría sosteniendo algo entre sus brazos. Un bebé. GoGo estaría sosteniendo el hijo de ella y Hiro entre sus brazos, y él la estaría mirando. La miraría con esos ojos soñadores, con las arrugas debajo de ellos, indicando que realmente le gustaba.

Podía sentir ese momento tan cerca, podía dibujarlo y hacer que fuera realidad.

Si tan solo pudiera superar esto...

Frustrado, se desplomó en el puff del suelo de su cuarto.

¿Cómo iba a decirle a todo San Fransokyo qué los Seis Grandes Héroes se retirarían?

Necesitaba liberar estas ataduras, necesitaba hacerlo si quería un futuro con Leiko.

Quería un futuro con ella donde no fueran súper héroes, donde pudieran criar a sus hijos como se le cría a cualquier niño normal.

Anhelaba con todas sus fuerzas ese momento.

Inhalo profundo y se hizo a sí mismo una promesa.

No importa que tanto tuviera que luchar, o que tan devastador fuera... Le daría a Leiko el futuro que merecía.

Le compraría una linda casa bien ubicada, tendrían hermosos hijos y un trabajo de ingresos altos. Serían felices, la amaría y la protegería como a nadie. La cuidaría y nunca dejaría que nada malo le pasará.

Y todo porque la amaba.

-¿Hiro? Bebé, tenemos que irnos.-La dulce voz lo sacó de sus pensamientos.

Sonrió.

-Claro, hermosa. Enseguida bajo.

La chica sonrió y le guiño un ojo antes de bajar por las escaleras.

Hiro miró su cuarto una última vez. Estaba desordenado y las cosas de GoGo estaban encima de la cama de Tadashi.

Tenía que hacer esto, por ella.

(...)

Y la voz se le cortaba.

Tenía que hacer esto, quería hacer esto, necesitaba hacer esto.

¿Por qué no podía escupir las palabras?

Una palabra vino a su mente: 'Traición'.

Pero, ¿A quién?

No podía ser a su equipo, estaba haciendo esto para ayudarlos.

¿A San Fransokyo? No. Tampoco. Estaban bien sin los Héroes.

Entonces, ¿A quién?

El recuerdo de las cosas de Leiko amontonadas en la cama de su hermano se mostró en su mente rápidamente, como el flash de una cámara. Y desapareció con la misma facilidad.

Tadashi.

Pero, ¿Por qué?

Una oleada de temor le recorrió la espina dorsal. Justo como el día de la feria de ciencias donde anunció sus Microbots.

Había creado el grupo de los 6 Grandes Héroes para hacer algo que Tadashi nunca pudo concluir... ayudar a la gente.

Sentía que había defraudado a su hermano, que lo estaba traicionando.

Se lo imagino parado frente a él, viéndolo con tristeza y enojo. Desaprobando su decisión.

No. Tadashi no era ese tipo de hermano. Cerró los ojos e intentó verlo con más claridad.

Ahora estaba a su lado, sonriéndole. Por un momento, dirigió la mirada a GoGo y sonrió.

-'Vamos, cabeza dura. Anda, te lo mereces.'-Lo alentó, mientras sonreía.

Hiro sonrió y se imaginó a si mismo dándole las gracias a Tadashi antes de que este desvaneciera en el aire.

Era hora.

Tomó aliento, pudo sentir a GoGo detrás de él, apoyándolo.

-Ciudadanos de San Fransokyo, estamos aquí hoy porque queremos anunciarles algo.-Empezó.

Las personas de la multitud se inclinaron para delante, ansiosas de escuchar lo que el líder estaba a punto de anunciar.

Sintió un nudo en el estómago y las repentinas ganas de vomitar allí mismo.

Por suerte, su chica le apretó la mano.

-Tu puedes hacerlo, héroe. Vamos, confío en ti.-Susurró en su oído.

Y de alguna manera, las palabras le tranquilizaron.

La confianza lo inundó de repente.

-Queridos amigos, estamos aquí para anunciar el retiro de nuestro grupo de súper héroes.

La multitud farfulló y musitó cosas.

Haciendo caso omiso, Hiro prosiguió.

-Queremos dejar claro que esto no es un acto de cobardía, sino de humanidad. San Fransokyo se encuentra a salvo y no queremos seguir interponiéndonos en su camino a la paz, por eso nos retiramos.

Varias personas parecían decepcionadas.

-Queremos decirles que ha sido un honor que nos hayan permitido protegerlos, y todo un placer que nos hayan confiado la seguridad de su ciudad. Pero ahora están a salvo, y nos necesitan más. Sin embargo, si el mal regresará algún día nosotros también lo haremos.

-Ha sido una muy vasta experiencia, amables ciudadanos. Pero es tiempo de cambiar de página.-Ahora era el turno de GoGo de hablar.-Nos despedimos, deseándole lo mejor a este pueblo y a sus habitantes.

Honey tomó la palabra.

-La Princesa Rosa,

-FredZilla,

-El Ninja Verde,

-La Guerrera Amarilla,

-El Soldado Morado,

-El Gran Rojo

-Y La Defensa Azul se despiden de ustedes.

Hiro miró a su equipo de reojo.

-Y esto no es un '¡Adiós!' sino un '¡Hasta luego!'

Y, usando eso como señal, los cinco héroes se montaron en Baymax y salieron volando por los aires con Emma siguiendo detrás.

(...)

Estaban todos en un callejón, sentados. Temiendo por sus, ahora sin sentido, vidas.

-¿Qué hacemos ahora?-La voz de Fred sonaba distante, pero reconocible.

Todos levantaron las cabezas.

Hiro tomó a GoGo por la cintura.

-Hay un restaurante donde venden 'Swharma' unas calles más abajo. No tengo idea de que es pero suena interesante y tengo hambre.-Admitió, sonriente.

Leiko pateó una piedra.

-Vamos, nerd.

(...)

Estaban todos sentados en la tienda que estaba ya cerrando, comiendo sin decir palabra.

Una vez que Fred devoró todo su sandwitch como ave de rapiña a un animal muerto, empezó a hablar.

-¿Ahora qué, campeón?

Hiro tragó su pedazo de comida.

-No lo sé, ¿Creo que intentamos olvidar?

Los ojos de GoGo se abrieron de golpe y se aferró a su novio con toda la fuerza posible, sin importarle si le hacía daño o no.

-Pero yo no quiero olvidar.-Murmuró.

Honey rodó los ojos.

-Referencia de 'Los Juegos Del Hambre'.-Aclaró, para todos.

Hiro asintió, claramente sabía de la referencia antes de que ella la aclarara.

La tomó delicadamente y empezó a susurrar cosas en su oído.

La chica se tranquilizó después de unos segundos.

Eso era amor del bueno.

I'm back!!

No se pueden deshacer de mi por tanto tiempo, ¿Lo sabían?

¡Estoy de vuelta! ¡Más viva que nunca!

Quería agradecerles porque esta historia está teniendo tanto éxito, ¡Las amoadoro!

¡Somos el #757 en Fanfic! Osea... ¡Las amo!

Ahora, explicando algunas cosas de este capítulo para que tengan algo más por lo que odiarme hoy.

¿Notaron cómo Hiro estaba todo nervioso antes de empezar a hablar? Pero después, cuando GoGo le dijo que él podía hacerlo, el le creyó. Y todo resultó más fácil, para todos. Esto es lo mismo que pasó en el concurso cuando Hiro enseño los Microbots. Estaba muy inseguro de sí mismo, pero cuando Tadashi lo alentó, todo se volvío más fácil.

Hiro es una de esas personas que cree en si mismo cuando otras lo hacen, no antes. Pero una vez que logra hacerlo, se sigue sin límites.

Estas personas son algunas de las mejores. Así que, si tú eres como Hiro, no dudes en creer que todo es posible. ¡Las posibilidades de que algo bueno pase son inimaginables!

2.-GoGo lloraba al recordar algo de su libro favorito (Fanfom Feels) y Hiro la consoló. No la apartó ni le dijo que se callará, simplemente la sostuvo y le susurró cosas para que ellas se tranquilice. Ahora, esto tiene dos lados.

A) ¡Eso es lo que un buen novio hace, chicas! Un buen novio no te aparta o te dice que dejes de ser como eres. Un buen novio te entiende y te consuela hasta en lo más ridículo. Pero, cuidado chaparritas, tampoco excedan de la caballerosidad de un hombre. Hay que saber tener filtros.

B) ¡Finnick y Annie! Para los que ya leyeron la saga, esto ha de ser destrozante. Pero me pareció que tenía que agregar un poco de esta pareja tan menospreciada por alguna parte.

El unicornio sigue molestando, iré a darle una lección. Así, ustedes tendrán más tiempo para planear mi muerte.

Besos robóticos congelados:

   -Valery

*Me voy a Hogwarts*