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Fuegos artificiales

Hiro sonrió y beso la frente de GoGo. No sabía que hacer o como llevarla de vuelta sin despertarla.

Se quedó viendo como dormía bastante rato. Por alguna razón, le tranquilizaba e inclusive le daba confianza el verla dormir. Tan relajada, tan… hermosa.

El chico hizo varios movimientos ágiles para lograr cargar a su novia en brazos y poder regresarla a la cabaña.

Cuando Mabel vio a su primo entrar con Leiko cargada en brazos al estilo nupcial, arqueó las cejas y “discretamente” tomó una foto de los dos.

Con cuidado, Hiro llevó a GoGo a su cuarto en la cabaña y la pusó en su cama, acurrucándola bajo las cobijas y dándole un suave beso de buenas noches.

-Descansa, hime.-Murmuró antes de salir del cuarto

(…)

-¿Es enserio, Hiro? ¡¿Te fuiste a dormir al sillón solo por dejarla dormir en TÚ cuarto?! Es como decir que…-Espetó Wendy

-Yo creo que es lindo.-Interrumpió Mabel

-Un gran gesto, de hecho.-La apoyo Pacífica

-Gracias, bebé.-Murmuró GoGo hacia Hiro

Los dos pelinegros se sonrojaron levemente.

-¡Hey! ¡Tamy!-Llamó Robbie desde la entrada de la cabaña

Las dos chicas con mechas en el cabello alzaron la mirada, GoGo bajándola rápidamente después de darse cuenta de que no era para ella.

-¿Nos vamos?

La chica castaña asintió y se despidió de todos antes de salir al festival de fuegos artificiales con su novio, Robbie.

-¡¿Tienes idea de lo anti-higiénico que es eso?!-Gritó el chico No-Ginger

-Sabi ya déjalos. Pueden hacer lo que quieran, son novios.-Aclaró Honey

-Pero… ¡Es demasiado anti-…!

-¡Miren chicos! ¡Hoy van a lanzar pirotecnia en Clarity Ups! ¡Eso está súper cerca de aquí! ¿Podemos ir, Dipper?-Interrumpió Mabel, mientras leía el nuevo estado de Facebook de Tamy

Los gemelos se quedaron viendo bastante rato, poniéndose de acuerdo en silencio.

Al final, Dipper tomó las llaves de la camioneta de Wasabi y los llevó hasta el pueblo.

(…)

-Dipper, ¿Nos podemos bajar? Tengo que ir al baño.

-Mabel, te pregunte hace cinco minutos que si querías ir al baño.

-¡Hace cinco minutos no quería!

-Mabel, ya te dije que…

-¡Dipper, tengo hambre!-Interrumpió Pacífica

-¡A mi me duelen las piernas!-Apoyó Fred

-¡Yo quiero comprar una bolsa!-Agregó Honey

-¡Yo no he comido ositos de goma desde hace dos horas!-Se quejó Hiro

-¡La goma de mascar se me acabó hace media hora!-Reforzó GoGo

Uno a uno, los presentes fueron llenando a Dipper de quejas hasta que no le quedó más que detener el carro en Sydvania para que sus amigos pudieran hacer lo que querían.

Cada uno se fue por un lado distinto y quedaron de verse en el McKing en una hora.

Honey tomó la mano de su amiga pelinegra que no estaba entrelazada con la del chico Hamada.

-Sigueme.-Ordenó y los jalo a ambos a una tienda de ropa

(…)

La chica pelinegra pasó su mano por el mostrador y pegó con las yemas de los dedos al vidrio.

-¡Honey! ¡Ya vámonos!-Se quejó

-Ya voy. Solo déjame probar este y…

-¡Nunca saldremos!-Se quejó Hiro y escondió la cabeza en el cuello de su novia

-¡Ay por favor! Es solo un vestido más. Solo llevamos aquí media hora.-Intentó razonar Honey

Los dos pelinegros la miraron con cara de pocos amigos.

-¡No me vean así! ¡Yo solo…! ¿Ya vieron este vestido? ¡Está genial!-Habló la rubia mientras corría a un estante y sacaba un vestido rosa con diseños de flores blancas y moradas

Los dos pelinegros soltaron un gruñido de exasperación.

Hiro fue a checar el precio de una bolsa que encontró para su tía Cass y GoGo se volteó al mostrador.

Iba a preguntar a que hora cerraban la tienda cuando vio algo que llamo su atención.

La pelinegra se quedó viendo el collar de diamantes morado con destellos negros y cadena de plata y un asistente de la tienda se le acercó.

-Hermoso, ¿No es así? Es aprueba de agua y data del siglo antepasado.-Le explicó la señorita

-¿Cuánto cuesta?-Preguntó GoGo, sin quitar la vista del objeto

-$3, 965.90, señorita.

Los ojos de GoGo se abrieron como platos y se alejó unos pasos del mostrador.

-No, gracias.-Murmuró

La señorita asintió y se alejó sonriendo.

Unas manos taparon los ojos de GoGo y una voz demasiado aguda murmuró:

-¿Quién soy?

La chica sonrió y le siguió el juego.

-No lo sé. Pero, si no me sueltas, voy a llamar a mi muy atlético y ardiente novio para que te dé una lección.-Murmuró

-¿A sí? Dime, ¿Tú quieres a tu novio?-Le preguntó la voz

-Más que a nada.

-¿Y confías en él?

-Con toda mi alma.

-¿Y qué pasaría si algún día muere?

-Me voy con él. Y si no puedo, sufriría eternamente y no me acercaría a nada ni a nadie.-Aseguró ella

Hiro sonrió y quitó las manos de los ojos de su novia, moviéndose hacia el frente de ella.

-Tranquila. No me iré a ningún lado. Estaré aquí para darte muchos problemas mucho tiempo más.-Prometió el chico con su voz normal

GoGo sonrió y lo beso.

Honey, que vio la escena desde lejos, tomó una rápida foto con su celular antes de volver a elegir vestidos.

-Entonces, ¿Soy ardiente?-Preguntó Hiro con una voz seductora

GoGo sonrió y le dio un suave golpe en el estómago a su chico.

-Cállate, nerd.-Le espetó en un tono burlón

(…)

Fred mordió la hamburguesa y se quedó contemplando la escena, con una mezcla entre furia, celos y tristeza.

Unos metros frente de él, enfrente del lago y contemplando como los fuegos artificiales relucían creando todo tipo de figuras frente a las estrellas estaban Hiro y GoGo. Hiro tomó una cucharada de helado y alimentó a GoGo, mientras ella hacia lo mismo con unos ositos de goma.

El chico Lee aparto la mirada e intentó concentrarse en su hamburguesa, no pudo hacerlo mucho tiempo.

Cuando volvió a alzar la mirada, Hiro estaba colocando un collar en el cuello de GoGo mientras ella le veía con cara soñadora. Momentos después, los dos pelinegros estaban besándose como si no hubiera un mañana.

-Cómprale el colar que quiere a la chica sin que se dé cuenta y después regálaselo en un momento romántico. ¡Eso es completamente original, Hiro! No podría haber algo más cliché.-Murmuró disgustado el chico pelirrojo

Fred tomó un sorbo de su refresco y volteó a ver la escena. Dipper y Pacífica estaban abrazados, viendo los fuegos artificiales en el cielo. Mabel estaba persiguiendo a Pato y a Soos en un juego como ‘las traes’. Wasabi contemplaba el cielo, nostálgico. Honey establecía una pequeña platica con el tío Stan sobre no robar. Baymax se había quedado en la cabaña y los pelinegros… ellos eran la clásica definición de las películas estadounidenses de lo que las parejas deberían hacer en la playa.

El chico pelirrojo suspiró fuertemente y se mordió el labio mientras miraba a el suelo. Definitivamente, este no iba a ser un buen año.

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