-¡Hiro! ¿Por qué traes puesto tu traje de súper héroe? No traías eso puesto hace dos horas...-Preguntó la pelinegra mientras abría la puerta.

-Lo mismo digo, Tamy.-Señaló el pelinegro.

-¿Tamy?-Preguntó desconcertada la chica.

-De Tomago. Pasa a Tamago y de ahí a Tamy.-Explicó sonriente el chico.

-¿Okey? ¿Y que vamos a hacer?-Preguntó la chica mientras salía de su casa y la cerraba con seguro.

Hiro puso una mano en las caderas de GoGo, apretandola firmemente contra él.

Una sonrisa se formo en los labios de el chico al contacto.

-¡¿Pero qué estas..?!-La pelinegra fue interrumpida por el repentino cambio de suelo.

-¡Agárrate firmemente!-Anunció Hiro antes de que sus pies se despegaran de la tierra.

-¡Hiro! ¡Te juro que si me sueltas, yo...!-GoGo enterró su cara en el cuello de Hiro

-Shh, mira.-La interrumpió el chico mientras despegaba lentamente la cara de GoGo de su cuello.

GoGo lentamente fue volteando la cabeza, obligándose a ver hacia abajo.

La pelinegra se vio forzada a tragar saliva mientras veía como el suelo se encogía bajo sus pies.

Ya estaban a unos cuantos metros de altura cuando decidió hablar.

-Te juro que si me sueltas, Hiro Hamada, te mataré apenas encuentre una manera de salir viva.-Le aseguró con voz ronca. 

-Tranquila, si algo te llegará a pasar, yo sería el primero en matarme.-Explicó el pelinegro sonriendo.

-¿Por?

-Eres mi mejor amiga, te quiero.-Aseguró el chico.

Hubo un silencio hasta que llegaron a su destinación.

-¿Qué es esto, Hiro?-Pregunto la pelinegra, por fin poniendo sus pies en el suelo.

-Esto es el lado Sureste de San Fransokyo, Tamy.-Contestó campante con una gran sonrisa el chico pelinegro.

-¿Y esto es?-Preguntó la pelinegra desconcertada.

-Mi lugar. Así como tu lugar es la montaña Leiko Tanaka y el de Tadashi era la azotea del café "Rocket's," este es el mío.

-Es hermoso, puedes ver todo San Fransokyo aquí.-Alagó GoGo.

-Justo como en la montaña.-Respondió Hiro mientras se acercaba a su amiga.

-Justo como en la montaña.-Repitió ella, acercándose un poco más a su amigo.

-Y no has visto la mejor parte.

-¿Y esa sería?

-Son las 6:00, esta anocheciendo temprano en San Fransokyo. Entonces, según mis cálculos, en cualquier momento...

-¡Hiro al punto!-Ordenó GoGo.

-Bueno, pues... verás... ¡Ajá!-Exclamó el chico. 

El sol se estaba ocultando del lado Oeste, mientras que ellos dos tenían una perfecta vista en diagonal de la luna saliendo.

GoGo abrazo a Hiro mientras veían el anochecer.

No tardo más de unos diez minutos para que el sol se ocultara completamente y el cielo se oscureciera mientras se llenara de estrellas.

-Es precioso.-Murmuró GoGo.

-Como tú.-Murmuró de vuelta el chico, lo suficientemente bajo para que ella no lo oyera.

-Tu tampoco eres feo.-Soltó de golpe GoGo.

El chico se sonrojó, pero gracias a la oscuridad, su compañera no pudo notarlo.

Se quedaron abrazados otro rato más hasta que GoGo decidió hablar.

-¿Y tu qué harás mañana, nerd?

-¿Mañana?-Preguntó confundido el chico.

-Sí, mañana. San Valentín.

-¡Ah! No lo se, probablemente llegué hoy a desvelarme hasta que los adornos queden listos. Mañana me levantaré tarde, haré tarea y le ayudaré a la tía Cass en el café.

-¿Cass sigue con esa manía de poner los adornos el día anterior?

-Sí, dice que no puedes adornar antes porque no es el día apropiado. ¿Y cómo fue que llegó a dejarte que le dijeras Cass?

-Cuando tenía el brazo roto y me quedé con ustedes. Insistió en que no le llamara señora, y como no es mi tía, me dejó llamarla Cass.-Explicó la chica mientras masticaba su chicle.

-Interesante. ¿Tu qué harás mañana?

-No lo sé, probablemente ver películas de terror y maldecir a todas las parejas felices que me encuentre.

-Buen plan. ¿Me puedo unir?

-Claro, solo llama una hora antes.

-Seguro.

 Los dos pelinegros sonrieron levemente, era seguro que tenían una cita el día siguiente.