Boda
-Despiértate tontín.-La voz de la pelinegra resonó a través de todo el cuarto del pelirrojo.
El chico abrió lentamente los ojos. Solo para encontrarse a dos pelinegros parados frente a su cama, agarrándose las manos.
-¡Hoy es el día!-Exclamó el más alto mientras sonreía.
-Yup, así que prepárate. No tenemos tu tiempo.-Le gruño la otra pelinegra.
El chico se levantó rápidamente y sonrió.
-¿Enserio es hoy?-Preguntó con cierto entusiasmo.
-Así es.-Respondió la chica después de reventar una burbuja de chicle.
-¡Es tan genial! Esperen... ¿Por qué ustedes no están vestidos?-Preguntó el pelirrojo.
-Pues... los chicos te están esperando a ti y yo no pienso sufrir de más.-Respondió GoGo.
-¿Sufrir de más?
-Sí. Honey la obligó a usar vestido. En el cuál, se ve hermosa.-Contestó por ella Hiro.
Fred ya se había hecho a la idea de que, en su boda, GoGo iba a usar traje. Nunca se la imaginó usando vestido.
GoGo se sonrojó ligeramente por el comentario de Hiro.
-Solo lo dices para hacerme sentir bien.-Murmuró ella.
-Nah. Te ves súper hermosa con vestido. Si te vieras mal, te lo diría.-Respondió el pelinegro sonriendo.
Los dos se sonrojaron mientras rozaban sus narices.
-¡Demasiado amor pelinegro por hoy!-Exclamó el chico Lee, rompiendo su momento.
Ambos pelinegros le lanzaron una mirada asesina.
Fred tragó saliva.
-De todos modos, me tengo que ir.-Exclamó GoGo.
-Está bien.-Le respondió el chico Hamada.
Fred sonrío un poco al verlos. Sabía que Hiro y GoGo habían empezado a salir juntos, pero no eran novios. Aunque lo parecían, y mucho.
Su relación era algo así como hermanos, solo que más amorosos.
-¡Ah! Y... Fred.-Llamó la pelinegra.
Fred sacudió la cabeza antes de contestar.
-¿Mande?
-Te estoy diciendo esto como mejor amiga de Honey, no tuya. Si alguna vez llegas a lastimar física o emocionalmente... morirás. Sin más.-Lo amenazó y después se alejo.
Fred tragó saliva.
-No le creas todo lo que dice.-Dijo el pelinegro mientras ponía un brazo sobre los hombros de su amigo.
-Vayámonos, Wasabi ha de estar esperándonos.-Fue lo único que el pelirrojo acertó a decir.
Las siguientes horas las pasaron en la mansión de Fred.
GoGo pasó la mayoría de ellas intentando calmar a Honey e intentando convencerla de que todo estaba bien.
Los chicos se bañaron, arreglaron y quedaron listos en menos tiempo que ellas.
Tomó un poco más para las chicas, pero después de varias horas todos estaban en la iglesia.
-Sigo sin entender el por qué tengo que usar vestido.-Gruño la pelinegra.
-Porque sí. Además, no es como si no lo hubieras usado antes.-Le respondió su amiga rubia.
-Pero lo usé con un casco puesto, y una medalla.-Respondió ella.
-Bueno, Hiro piensa que te ves linda con vestido.
GoGo se sonrojó y después tomó el brazo de su amiga.
-Vamos. No querrás llegar tarde al altar.-Le susurró antes de caminar con ella.
La boda fue linda. Fred y Honey dijeron sus votos, se besaron, salieron de la iglesia, todo el mundo fue a la recepción y... a diferencia de lo que todos pensaban, GoGo se quedó con el vestido puesto toda la ceremonia. Ella había decidido que se lo debía a sus amigos, se lo debía a Honey.
Pasada toda la fiesta, Honey les mensaje a sus amigos.
Hoy, en una hora, mi Cupcakeria. Vengan.
-H.L.
Los dos pelinegros y el castaño rodaron los ojos. Pero siguieron las indicaciones.
Una hora más tarde, todos estaban sentados en una de las mesas con vista a San Fransokyo en el balcón del segundo piso de la cupcakeria de Honey.
Todos ya se habían cambiado por algo más cómodo que trajes y vestidos.
Fue Honey la que empezó a hablar.
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