Thor ha estado buscando a Loki por la última media hora. Ya le preguntó a varios guardias y sirvientes la ubicación de su consorte, pero no tiene suerte. Loki tiene estos momentos donde necesita estar solo y nadie puede encontrarlo hasta que es él quien regresa feliz a los brazos de Thor.

Entra al jardín, pensando que tal vez debe buscar en su propio despacho. Se detiene a mitad de camino y un alivio repentino se apodera de él cuando ve a Loki sentado en un banco del jardín, tarareando para sí mismo.

"Así que aquí has estado todo este tiempo. Te extrañé a ti y a nuestro hijo." Una vez más, la sensación de déjà vu lo golpea y Thor mira el árbol más cercano al banco, casi esperando que alguien esté de pie allí. 

Loki se gira para sonreírle, su mano está sobre el bulto de su vientre. Pero cuando ve el ceño fruncido que adorna el hermoso rostro de Thor, se preocupa inmediatamente. "¿Pasa algo?"

Thor sacude la cabeza. "Nada."

Lo olvida de nuevo, la peculiar sensación ya no está allí para atormentarlo y él se vuelve más apegado a su vida actual. Loki da a luz a su hijo y Thor es el hombre más feliz. Si hace diez años alguien le hubiera dicho que Loki y él se casarían y tendrían un hijo, lo habría considerado delirio.

Diez años de bendita felicida, y Thor no los cambiaría por nada.