Capítulo 11: Pensamientos enfermizos.
Notita gay c:
Vaaale, como pudimos ver en capítulos anteriores, la obsesión de Lars por James se estaba yendo de control, y en el cap anterior a éste, notamos cómo se confundía y rápidamente se olvidaba de lo que pensaba y se frustraba por casi cualquier cosa, sin tener motivo aparente.
Al haber un pequeño salto temporal, es obvio que se mostrará un cambio mucho más brusco en la personalidad de Lars, lo digo pa' que no se asusten. Aquí sí que se pone la cosa fea, muy fea.
Gracias por todo el apoyo uwu
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¿Clases? ¿Entrenamientos? ¿Qué son esas cosas? ¿Se comen?
Me muero de risa ante mi forzada ironía. La policía sigue aquí metida en busca del culpable de los dramas anteriores, no estudiamos, no entrenamos ya que ahora están encargados de examinar a los profesores y otros funcionarios.
Parece como si nos hubiera dado una limitada libertad aquí... Esperen, ¿"limitada libertad"? ¿Mis palabras tienen sentido alguno? Parece que no, igual que mi existencia.
Me siento tan... tan raro, ya me da igual a estas alturas ser un "basura", ser la escoria de aquí. Ya me da igual un castigo o deambular aburrido. Este día quise ocupar mi ocio, lo he vencido pero no para hacer orgullosa a mi madre, es cierto de que no he caído de rodillas ante la depresión, sin embargo... Oh, este ocio ya no existe puesto que lo he querido utilizar para salirme con la mía.
Lars quiere saber, quiere curiosear. Y tengo que obtener respuestas.
Diría que me fugué de clases y es mentira, no había un maestro en el salón y era un caos el que mis compañeros formaban. Richard y yo salimos como si nada, con los parches "basura" reluciendo al máximo esplendor, a flor de piel... Um, creo que adoro enredarme con mis palabras, es grato, divertido, ni sé qué digo ni qué pienso, ¿será una señal de que ya estoy ido de la olla? Qué sé yo, si lo supiera, pues, menuda maravilla de la vida.
Nos separamos a medio camino, Rick tiene a su mejor amigo Gary para confiar secretos y divertirse, fumar y beber alcohol a espaldas del mundo. No por algo el portón trasero es sagrado para muchos, allí es donde se paran los vendedores de sustancias ilícitas. ¿Creen que pagan con el dinero que no nos permiten tener? ¡Nope! Ellos pagan robándole a otros y así costear su mierda.
Tienen cojones, no lo niego aunque me apuñalaran si no decía lo contrario.
Yo me metí en un salón de clases, que, por desgracia, sí tenía profesor. Me hice el tonto y dije que me llevaría a Kirk porque su hermano mayor tuvo un problema y blah, blah, blah. Pura mierda. Se la tragaron completa y atravesada, me llevé al niño a su habitación para hablar.
Que pasara lo que pasara, yo sabía que este niño era un enfermo mental, un puto retrasado y pretendía exprimirlo, quería información, es tan manipulable el chaval, que da mucho gusto poder tener el control de sus emociones. Abrazar para tenerlo calmado y empujar para verle llorar, tan fácil y tentador...
Sentirme como un Dios es precioso.
James, mi dulce amor, no eres nadie para castigarme por desobedecer tu petición de alejarme del enfermito mental, no eres nadie ahora para detenerme. Te adoro como a ningún otro, te lo juro, doy mi vida por ti, pero no puedo controlar a mi mente.
Di un portazo y lo empujé contra la cama, el cambio en su expresión facial al percibir mi agresividad fue tan amplio que resultó... gracioso de ver. No le dije nada del aula hasta acá, silencio y misterio absoluto, así la cosa es divertida, ¿verdad?
— Oye, qué nervioso tú—lo señalé, con una mirada juguetona—. Es como si tú supieras toooodo lo que ocurre en este internado, como si supieras el significado de las matanzas y de la guerra en el mundo, ¡parece que ocultas algo!—eso último lo grité, junto a una risa sarcástica.
Reventó en llanto, mientras negaba con la cabeza, como si su cuerpo estuviera programado sólo para negar cualquier petición que le hagan. Parpadeé, como que algo sucedió dentro de mí, una punzada en mi pecho que dictó algo.
Creo que se llama "sensibilidad", ¿o era "empatía"? Ni puta idea.
A pesar de todo ésto no quería detener la dominación. Jugar a ser Dios es muy divertido, vale, le he hecho llorar, ahora que deje de temblar y lloriquear como marica, hagamos que se tranquilice y tenerlo a mis pies como un sirviente.
No quiero quedarme en silencio, soportar sus estupideces, morir de aburrimiento, hundirme ante el horripilante ambiente de futuros asesinos de la milicia, los drogadictos como Richard, y OBVIO lo que más odio, al pedazo asqueroso de psicópata que anda metiéndose con nosotros. ¡Yo no tengo que enfrentar estas cagadas!
¡Debo ocupar mi mente y la ocuparé para mi satisfacción!
Me posicioné enfrente suyo, tomé sus mejillas y su cuerpo quedó rígido como piedra.
Debería escribir un libro acerca del arte de controlar a las personas.
Acerqué mis labios, quería besar su frente, no obstante, él aprovechó que yo tuviera los ojos cerrados y sentí sus labios contra los míos. Me eché para atrás, él negó y se lanzó sobre mí, me besó de nuevo. Está tomando el control y eso no me está gustand...
— ¿M-mamá?—dudó, al separarse de mí.
— ¡Me gusta tu hermano!—grité sin miedo— ¡Asqueroso, acéptalo!
De pasar a relajado, triste otra vez. Pareciera como si sufriera de bipolaridad el bien desgraciado. Mierda, qué aburrido estoy, igual que cuando pedí que el drogadicto Hunolt me golpeara, cerré los ojos y pensé mi en adorado Hetfield, me digné a besar a este pobre desgraciado que no se resistió a mí.
Lo tengo para mí, es mi propiedad ahora, me siento como un gran líder. Si tuviera a cargo una nación, ésta estaría orgullosa de mi persona al ver lo bien que logro manejar las situaciones.
Desperté de mi inmensa torre de pensamientos derrumbándose. Sollozos. Él sollozaba entretanto me besaba, antes parecía apasionado, ahora estaba tan herido. Rompí el gesto, acaricié su mejilla que iba tomando calor...
— ¿Por qué no disfrutas de mis besos, Kirk?—hice un puchero, tratando de verme tierno.
Aveces me cuestiono porqué hablo, sabiendo que no responderá. En todo caso, ¿por qué este imbécil me besa? ¿Le gusto? ¿Cómo es que un niño con retardo puede sentir amor si ni hablar puede?
— ¿Estás nervioso? ¿Soy tu primer beso?—tomé sus manos y las acaricié, me siento como un patán y eso es genial.
Algo que me cuestionaba desde niño, era cómo debían sentirse los malotes populares que juegan con los corazones de las chicas, sin duda, es espléndido.
Sin respuesta, adoro hablar y Kirk adora el silencio, lo siento, niñito, el romance entre tú y yo no funciona.
El temita no daba para más, me fui de allí sin despedir. Seguro Richard me entretiene con... lo que sea, debe estar más drogado que la mierda, igualmente iré a verlo, a ver si me hace reír con sus delirios y paranoias de adicto a las drogas.
...
— ¿Pero qué...?—musité a media noche, miré el reloj de pared, dos de la mañana, luz encendida, sonidos extraños, papel higiénico usado por varias partes...— ¡Richard, joder, guarro!—le regañé.
— Ugh... —reprochó, deteniéndose— No grites, imbécil.
— ¡Te estás tocando!
— ¿Y?
— ¡Estoy aquí!
— ¿Y te crees que me importa?
Rodé los ojos.
— Ve al jodido baño, o hazlo en las duchas como lo hacen varios, ¿no crees?
— A mí me daría igual si tú te tocas mientras duermo, ¿sabes?
Tosí, repulsivo.
— Puto asco, Richard.
— ¡No tengo puta privacidad, tú tampoco! No me digas que tú no haz hecho nada en estos meses de internado.
Mierda, tiene razón. ¿Y si toda esta frustración de mierda es a causa de que no he podido hallar un momento para auto-complacerme? ¿Y si este revoltijo que causa el tornado mental es porque necesito satisfacción del tipo sexual?
Pensé en Kirk por un segundo y su débil cuerpo, en que no importa cuánto sufra, sigue callado hasta el fin del mundo.
Eso llamado "sensibilidad" regresó, joder, ¿qué acabo de imaginar? ¡Es un jodido niño pequeño!
Un débil niño pequeño que es tan manipulable...
¡Eso sería violación!
Y el peligro que implica dominación es curioso, hacerlo llorar mientras yo...
Es ilegal, ¡sería rebajarme al mismo nivel de lo que tanto odio de este lugar!
Si no puedes con el enemigo, únete... ¿Aplicará para este caso?
Abrí los ojos al percibir un caliente líquido sobre mi cara, Richard se había corrido encim...
— ¡Hijo de...!—y recibí una bofetada.
— Sé lo que estás pensando, pedófilo—me interceptó—. No vas a cogerte al hermano de James, eso es lo último de imbécil que puedes hacer, marica de mierda.
— ¿C-cómo supist...?
— Piensas en voz alta—se subió los pantalones y se lanzó sobre su cama—. Buenas noches, putazo, no disfrutes demasiado la lefa que no te daré más.
Gruñí enfurecido, cada vez me desagrada más. Arranqué la sábana y con eso me limpié, que bueno que no tenía la boca abierta, o sino, ya estaría vomitando. Las ganas de partirle la cara me las reservé, no tenía ganas de tener problemas a media noche.
Mi rabia fue lo que me arrulló esa madrugada.
Si de esas casualidades Richard Hunolt acaba en la cárcel por consumir drogas, ya sabrán quién le delató.
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