Ambos se encontraban más calmados acomodando todo en el salón para comenzar con su ensayo y a la espera de Chery, quién le había confirmado a Jungkook estar en camino.
-Tu amiga... -soltaba el profesor-, ¿Es la chica castaña de tu grupo que te mira como si quisiera devorarte?.
Seok Jin pintaba una sonrisa dulce, pero muy en el fondo le carcomía la duda sobre si en algún momento, alguien tan joven y curioso como JungKook simplemente pudiera llegar a aburrirse o cansarse de su faceta homosexual.
-¿Ahora el celoso es otro, Hyung? -cuestionaba con una sonrisa que dejaba sus dos dientes delanteros a la vista.
«Precioso»
La puerta sonaba y se abría con cierta duda y una pequeña cabeza se asomaba.
-Kim Chery -exclamaba Seok Jin reconociendo a su estudiante de los viernes.
La chica se había sonrojado en gran manera, no se esperaba que el profesor de sus sueños recordara-entre tantos-su nombre y apellido.
-Buenas tardes -hacía una reverencia-, no creí que me reconociera
-Admito haber estado confundido cuando su cabello estaba rosa pastel la primer clase y a la semana había vuelto con el cabello marrón -exclamaba sutilmente.
Chery sonreía dulcemente, se veía despampanante aquella tarde de viernes, JungKook pensaba si debía preocuparse o no, Seok Jin también se lo preguntaba. La chica era realmente hermosa.
El mayor estiraba su mano para estrecharla con la dulce chica y la invitaba a sentarse cerca de ellos.
-Me alegra que estés aquí -exclamaba el mayor con sinceridad.
JungKook fruncia el entrecejo, Chery se sonrojaba, otra vez.
-Tenía mucha curiosidad de escuchar la canción que escribió, la del año pasado mi hermana me la mostró y había sido preciosa -elogiaba la chica.
-¿Cuál fue esa canción? -preguntaba JungKook tomando lugar al lado de Chery y observando a Seok Jin.
Se sentía fuera de lugar.
-¿Su hermana estudió conmigo? -preguntaba sonriente y curioso.
-Si, no sé si la recuerde, es Kim Dahyun -respondía-. Ella había intentado cantar su canción
-Kim Dahyun, la recuerdo, si si -sonreía dulcemente-, había audicionado, pero no lograba llegar a la nota. Aunque es dueña de una voz peculiar, se le daba más rapear.
Chery asentia con una sonrisa-, ella dijo que usted era un excelente profesor y tenía muchas ganas de que me tocará en alguno de estos cuatro años -soltaba tímida.
Seok Jin le sonreía nuevamente con dulzura y Chery se quedaba embobada, JungKook carraspeaba su garganta.
-Pregunté que ¿cuál había sido la canción del año pasado? -se cruzaba de brazos con un puchero inevitable.
"Butterfly" decían al unisono.
Otra sonrisa hermosa se le escapaba al mayor con la muchacha, claro estaba que él realmente no sospechaba que ella sintiera algo en absoluto. No era la primera vez que los alumnos lo halagaban o lo recordaban, el tipo era realmente bueno, se hacía apreciar y respetar y, definitivamente era de recordar también.
-Puedo hacerlo escucharla algún día, jóven Jeon -soltaba con mirada fija al azabache-, ahora enfoquemonos en Euphoria.
El azabache asentía y Chery miraba a ambos, sus tímpanos comenzaban a deleitarse con las primeras notas del piano de cola que Seok Jin tocaba, luego comenzaba la primera estrofa por parte de Jungkook.
La chica se encontraba gratamente sorprendida con la voz de su amigo, JungKook jamás había cantado para ninguno, por lo cual verlo cantar a él, también era parte de su curiosidad. Atentamente escuchaba la letra y observaba como el mayor tocaba cuidadosamente las teclas, tenía un porte y una elegancia, que de solo verlo, cualquiera podría enamorarse del tipo.
Al finalizar, Chery daba pequeños aplausos a ambos.
-Hay algunas notas que debes de manejar mejor, pero me gusta como lo hace, Jeon -halagaba Seok Jin.
JungKook sonreía como imbécil.
-¿Qué le pareció, señorita Kim? -preguntaba más tranquilo el mayor.
-No puedo esperar a ponerla en práctica
-¿Alguna vez tocó el piano o algún instrumento? -preguntaba Seok Jin asegurándose de no dejar a ningún estudiante fuera de la conversación.
-El órgano cuando era pre adolecente -respondía con timidez.
-Eso es genial ya tiene conocimiento -elogiaba el mayor.
-Podría decirse -soltaba con timidez.
-Es genial, porque me gustaría escoger entre mis alumnos de primer año alguien que pueda estar a cargo del piano
-¿No lo hará usted, Hyung? -cuestionaba JungKook.
Éste negaba-, me gustaría desfrutar detrás de bambalinas o en el público a mis estudiantes y la canción.
Chery sonreía-. Es una letra hermosa ¿La escribió solo?.
Ambos se miraban de forma cómplice y el profesor respondía.
-Tuve un poco de ayuda -admitía.
-Es realmente muy bonita -soltaba con dulzura la chica-. La parte de la utopía... -decía tímidamente-. ¿La hizo usted? es una frase muy fuerte, definitivamente debe tener a alguien especial en su vida.
Seok Jin se ponía pensativo y JungKook se sentaba erguido.
-A decir verdad -respondía-, justo en esa parte fue la ayuda
-Oh, esa persona tiene sentimientos fuertes.
La chica hablaba desde su inocencia y curiosidad, Seok Jin volví a re plantearse aquella frase.
-Tiene razón, señorita Kim -soltaba con algo de diversión en su voz-, quizás debería preguntarle a quien le dedicó esa parte -sonreía ladino y JungKook sentía sus mejillas arder-. Debe ser alguien importante o muy bueno con la rimas, yo no podía salir del Euphoria en loop.
Todos se echaban a reír, luego habían acordado practicarla una vez más, pero estaba vez le pedía a Chery que se sentara a su lado para verlo tocar. JungKook no quería sentir celos, Seok Jin era cien por ciento homosexual.
¿Cierto?.
Con el pasar de los minutos, comenzaban a despedirse y ahora Seok Jin había invitado a Chery personalmente al próximo ensayo, la chica tenía dedos ágiles. Ella se retiraba antes despidiéndose de ambos, ya que JungKook debía de ir al turno del Pernoctar.
Ambos salían después de forma tranquila y hablando sin preocupaciones ni doble sentido, hasta que salían de la universidad y llegaban al estacionamiento.
-¿Entonces ahora Chery estará en el ensayo? -preguntaba en puchero.
-Por favor, por favor -rogaba el mayor-, quita ese puchero de tu bonito rostro. No puedo robarte un beso cuando se me antoje.
JungKook sonreía involuntariamente ante aquello.
-¿Me vuelvo irresistible? -preguntaba divertido y victorioso.
-No lo hagas -ordenaba con dulzura-. ¿Puedo saber si vendrás a casa luego de tu turno?.
JungKook asentía demasiado feliz y de acuerdo con eso.
-Prometo no marcarte, Hyung -susurraba.
Seok Jin sentía un calor en su nuca, negaba dulcemente y abría la puerta de su auto-. Camina dos cuadras hacía arriba, te estaré esperando para llevarte. No quiero que vuelvan a vernos, por si las dudas.
JungKook arrugaba el entrecejo ante aquel pedido, pero asentía retrocediendo y echándose a andar luego de una última reverencia al mayor.
Cuadras más adelante se encontraban y el menor subía en el auto ajeno bajo la atenta mirada del profesor, se ajustaba el cinturón y regalaba una dulce sonrisa casta al profesor. Iba muy en silencio sumido en sus propios pensamientos, pensando una y otra vez si debía preguntarle sobre su hermano, el nuevo director a cargo.
¿Será que esa relación arruinaría lo que ellos tenían? ¿Pregúntarle que eran, sería muy precipitado?.
-Hyung... -exclamaba con voz temblorosa.
-¿Qué sucede, bebé? -cuestionaba naturalmente el mayor mientras conducía sin apuro.
Rápidamente sonreía-. Hay algo que quiero hablar contigo
-Yo también quiero hablar contigo -soltaba más relajado-. Chery me recordó que me gustaría mucho saber en quién te inspíraste para la famosa parte donde te sientes en utopía.
Sonreía adorablemente al menor, algo divertido, pero interiormente si estaba interesado en saberlo.
-¿Soy bueno con las rimas? -cuestionaba JungKook.
-Creí que había o hubo alguien especial en tu vida -exclamaba bajito, sin apartar su vista del camino.
-¿Y si te digo que me inspiré pensando en ti? -preguntaba.
Los latidos del profesor se habían acelerado en demasía, imposible no sonreír ante aquellas palabras.
-Diría que es muy pronto -exclamaba con dulzura.
-Oh...
El puchero en sus facciones se le estaba haciendo costumbre y Seok Jin quería comerle la boca ahí. Así que hacía unas cuadras mas y ya se encontraban en la esquina del Pernoctar.
JungKook desabrochaba el cinturón sintiéndose pequeñito, intimidado y definitivamente como un adolescente hormonal por lo que había dicho. Seok Jin le había dejado en claro que era demasiado pronto para lo que fuere que quisiera colarse en sus pensamientos.
Los largos dedos del mayor tomaban con delicadeza su mentón obligándolo a levantar su rostro para así cruzar miradas.
-Tus pucheros -decía Seok Jin-. ¿Por qué estás puchereando ahora?
-Nada, debería bajar -se acomodaba su ropa y tiraba su cabello para atrás-, en treinta minutos es mi turno. Nos vemos Hyung y no es necesario que todo los viernes me traiga hasta aquí.
Sonreía y estaba a punto de abrir la puerta, pero al mismo tiempo que escuchaba su nombre salir de los labios de Seokjin, sentía su gran mano posarse en su hombro izquierdo.
-Jungkook -el menor suspiraba y volteaba en cámara lenta-, ¿En serio te sientes de esa forma conmigo?.
SeokJin hacía la pregunta y se acomodaba poco más cerca del menor, mientras volvía a poner su mano en la filosa mandíbula de la que Jungkook era dueño. El más joven se mordía inconcientemente su labio inferior y jugaba con el dobladillo de su camisa.
-Es extraño que lo sienta tan pronto, lo sé -explicaba-, pero así me siento contigo. Soy una persona completamente diferente de cuando me conociste
-Eras más irreverente -soltaba divertido.
-Lo sigo siendo -respondía y finalmente lo miraba-. Pero contigo, yo me vuelvo...vulnerable -exclamaba. Seok Jin lo observaba detenidamente y le incitaba a continuar hablando-, eres como mi kriptonita -reía divertido-, no sabía que podía llegar a un estado de dulzura que jamás había experimenta~...
-Eres hermoso -decía Seok Jin observándolo con detenimiento.
JungKook negaba algo intimidado ante aquella mirada tan intensa-. Dudo ser hermoso, Hyung
-Lo eres...
-Mi punto es... -suspiraba entre divertido y nervioso-. Alcanzo un estado de paz interior que no sabía que existía y eso me pasa solo contigo -relamía sus labios y lo observaba con aquellos ojos negros que brillaban como si guardarán millones de constelaciones dentro, sus ojitos eran tan brillantes ¿O solo era por estar mirando a Seok Jin?-, contigo me olvidó de todo y eso me gusta.
Seok Jin seguía hipnotizado por el bonito rostro de aquel chico, sus ojos brillantes, sus finos labios brillando por estar relamiendolos constantemente. JungKook era un poema, uno que a Seok Jin le gustaba leer una y otra vez.
Así que respondía con un beso, juntaba sus labios, atrapando el inferior del menor a la perfección entre los suyos y soltaba todo el aire por sus fosas nasales. Ambas manos tenían cautivo el rostro perfilado del menor, quién comenzaba a mover sus labios para permitirle a Seok Jin inspeccionar con su lengua su cavidad. Las manos de Jungkook se habían aferrado a los hombros del profesor y tiraba su cuerpo en dirección a este, ladeando su cabeza, intensificando el beso.
Los sonidos de chupones inundaba el espacio de aquel auto y prontamente estaban empujándose por estar cada vez más cerca, así que corto de aire Seok Jin se separaba de la boca ajena.
-Espera...
-¿Qué qué? -preguntaba JungKook con su respiración pesada.
Seok Jin empujaba su asiento más atrás-hasta tocar el asiento trasero-y palmeaba sus muslos.
-Ven aquí -ordenaba tirando de la ropa del menor.
Éste con sonrisa de oreja a oreja pasaba por la manija de cambios con cuidado y se sentaba a horcajadas encima de Seok Jin quien no tardaba en tomar su rostro y atraerlo hacía su boca otra vez.
Un beso sucio y subido de tono, rápidamente sus manos abandonaban el rostro ajeno para bajar por todo el torso de JungKook, e insitarlo a que se moviera sobre su ya, creciente erección.
Los movimientos pélvicos de JungKook eran perfectos, deliciosos y causaban una fricción exquisita sobre el bulto del profesor.
JungKook tenía el rostro bonito ajeno, atrapado entre sus suaves manos, pero rápidamente abandonaba los labios y bajaba al largo cuello de Seok Jin para besar con suavidad. Sin dejar de moverse, las manos del mayor se iban a marcar a los lados de su cintura, porque realmente apretaba para sentirlo más de lo que ya lo estaba sintiendo.
-Oh, dios...¿Puedes faltar y venir a casa ahora conmigo, bebé? -sollozaba embrujado bajo los besos del menor.
Seok Jin quería hacerlo suyo ahí mismo de una jodida vez, luego llegar a su casa y apoderarse de JungKook otra vez.
-No puedo, cariño -soltaba JungKook en su oído mordiendo suavemente su lóbulo.
"Cariño"
Aquella forma en la que el estudiante lo había llamado le había puesto su piel aún más de gallina-cariño, amor-si, quizás ser llamado así por JungKook sería hermoso.
-Espera... -pedía el mayor.
JungKook se separaba confundido y lo observaba llevar sus dedos a su camisa para comenzar a desabrocharla. El menor, era astuto y continuaba su vaíven sobre la polla demasiado endurecida del profesor.
Finalmente el torso bien trabajado y blanquecino de JungKook estaba a su merced. Así que sus labios atacaban uno de sus pezones sonrosados.
-Ah...Hyung -soltaba casi sin aliento echando su cabeza hacía atrás.
Seok Jin comenzaba a estimular aquel botón que sobresalía de su pectoral, lamiendo mordiendo y succionando.
"Mmm..."
Los vaivenes de JungKook eran más desesperados, poco les estaba importando que por fuera los movimientos comenzarán a relucir en el vehículo. La mano del mayor viajaba a su pantalón y desabrochaba el botón, bajaba la cremallera y con dedos hábiles, sin dejar de lamer e intercalar de pezón en pezón, liberaba la erección necesitada del más joven.
Con fuerza, pero no tanta, apretaba por la mitad.
-Oh, joder, joder -sollozaba el menor por recibir tal atención.
Seok Jin besaba su torso y atacaba de nuevo sus pezones para estimular aquella zona mientras que suavemente comenzaba a bombear la erección de JungKook.
El menor ya tenía sus sentidos nublados por el placer, ahora sus vaivenes no solo eran para hacer fricción sobre sobre la polla de Seok Jin, sino que también tiraba más la suya propia a la mano ajena que lo estaba masturbando.
-Sss....oh, dios -siseaba y sollozaba bajito, con voz temblorosa. Una mano estaba en el hombro del mayor y la otra se apoyaba con cuidado en el volante-, sigue, sigue, sigue así.
Seok Jin tenía su lengua bailando descontroladamente sobre el delicado pezón de JungKook, lamiendo superficialmente unos segundos y luego lo atrapaba y mordía sin aviso.
JungKook no sabía que podía ser tan jodidamente placentero ser masturbado y estimulado en sus pezones de aquella forma, ninguna mujer de su lista lo había estimulado de esa manera, en la zona de sus pectorales, así que esta nueva sensación le encantaba.
Y aquella fuerte mano bombeando de arriba hacía bajo con sutileza y luego fuerza y nuevamente pasando su pulgar por su glande, lo estaba haciendo ver las estrellas y sudar como un condenado.
-Hyung, voy a... -el más joven parecía estar sufriendo por gemir de aquella forma tan deliciosa con aquella voz tan dulce que tenía.
Seok Jin dejaba de besar su torso, el cual estaba rojizo por los chupones que dejaba cuando intercalaba de pezón en pezón y susurraba:
-Si, bebé...solo vente para mí
-No... -exclamaba sufriendo y empujándo apenas a Seok Jin-. Voy a mancharte. Oh, dios...
-No me importa -soltaba con ojos llenos de lujuria. Oscuros por culpa de tenerlos dilatados a causa de la exquisita imagen frente a él.
JungKook estaba hecho un lío con su frente sudada y su rostro con muecas hermosas y excitantes por estar aguantando su orgasmo. Seok Jin escupía con precisión sobre la punta de su polla y sentir aquella saliva caliente tocar su glande y luego ser desparramada por todo su falo, había sido la maniobra final, que terminaba por hacerlo venir.
-¡Oh, Seok Jin!.
Toda su esencia se vertía en finos hilos blanquecinos sobre la camisa de su profesor preferido, quién seguía bombeando hasta soltar la última gota de su semilla sobre él.
JungKook había echado su cabeza hacía atrás completamente ido por las sensaciones, no se esperaba nada de aquello, pero había sido perfecto. Luego abría lentamente sus ojos y se encontraba con Seok Jin llevando a su boca hasta la última gota derramada.
JungKook estaba sorprendido, se veía tan lascivo, tan sensual que solo pudo recomponerse para besarlo de forma desesperada y morderlo, morderlo con tanta rabia porque debía bajarse del jodido auto para ir a cumplir su turno.
-¿Por qué hiciste eso? -preguntaba al soltar al mayor quién sonreía victorioso-, ahora no quiero bajar, Hyung -decía en puchero.
-No bajes, ven a casa y hazte cargo de mi problema dentro de mis pantalones -susurraba y mordía el puchero que JungKook le brindaba por enésima vez en el día.
El menor se recomponía y acomodaba su ropa, se bajaba de inmediato bajo la mirada sorprendida del mayor y en su asiento ya listo se abalanzaba sobre la entre pierna de Seok Jin.
-No, no, no -decía el mayor empujando sus hombros-. Cuando llegues a casa, bebé
-Pero estás duro ahora y tengo muchas ganas de comerte
-No, bebé. Puedo esperar, llegaré y me haré un paja pensando en tí -decía de forma jodidamente sensual.
JungKook volvía a inclinarse, pero de nuevo era apartado entre risas por su profesor.
-Aish, Hyung -decía suplicante-, es una mamada
-¿Esa es forma de hablarle a tu profesor, mocoso? -soltaba divertido con voz grave-. Tienes que entrar a trabajar y yo estuve todo el día trabajando -hacía obvia su falta de higiene.
-Hyung, eres delicioso de igual forma
-Lo sé, pero quiero tenerte en mi cama y ya es hora de que entres -señalaba el horario en el estereo.
JungKook resoplaba, otro puchero, era un bebé gigante con músculos.
-Iré de inmediato apenas termine -prometía metiendo su camisa dentro de su pantalón y acomodando su pelo. Luego miraba la camisa de Seok Jin totalmente apenado-. Lo siento, cariño.
Nuevamente aquel apodo adorable.
-No lo sientas, fue un deleite hacerte venir -tomaba la nuca del menor y lo besaba, lo besaba apasionadamente y a duras penas lo alejaba-. Ven a casa pronto
-Si, Hyung -susurraba sonriente.
Un beso casto y bajaba del auto ajeno. Seok Jin estaba adolorido, pero Jungkook valía la espera. El menor, había perdido su eje, pero se dirigía camino al bar aún peinando su cabello.
Una estúpida sonrisa enamorada era la que tenía pintada en su rostro, la horas pasarían rápido, lo sabía. Estaba seguro.
Llegué finalmente, solo diré que se vienen momentos....
Bais...
Con amor Niñita Nany 💜
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