Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

ARE U HAPPY NOW?

En la sala de Nikko con la cerveza fría en su mano, Jungkook se sentía perdido ¿Por qué Nikko sabía sobre su romance fallido?.

—Espero que ahora entiendas tu lugar, Jungkook —pedía el menor poniéndose de pie—. Déjanos a Sujin y a mi en paz y tus padres no se enteraran que ahora eres un marica.

Aquellas palabras le habían dolido, Nikko estaba intentando alejarlo y lastimarlo de una forma definitiva. Jungkook se ponía en pie y observaba la sonrisa fría dibujada en el rostro de su amigo.

—¿Por qué haces esto? ¿Por qué quieres arruinar tu vida así? —preguntaba con suavidad.

—Dice el tipo que seguramente debe usar sillas de ruedas después de cada encuentro sexual —se burlaba de forma ruda y fría—. Vete kook, sigue tu vida y olvídate que alguna vez fuimos tus amigos, porque ciertamente no queremos tener nada que ver con un maricon pasivo como tú.

Jungkook mordía su labio, podía golpearlo, pero no. No haría lo que Nikko estaba buscando.

—Los rumores vuelan Kook y creeme que no soy el único —se acercaba con la intención de ser amenazante—. Estás advertido, ahora vete porque si G-Dragon se entera que estás merodeando cerca nuestro, se encargará de que todo el barrio se entere para que tus padres sean el hazme reír del barrio, por culpa de su hijo el marica chupa pollas.

La respiración de Jungkook era pesada y sus latidos se habían acelerado.

—Dejame hablar con Sujin —pedía nuevamente—. No creeré nada que venga de un cobarde como tú —añadía.

Nikko apretaba su mandíbula y reía secamente.

—Sujin no sabrá nada de ti ¿Y adivina qué? —añadía—. Una noche que estaba muy drogado, me encargué de desviar todos sus mensajes y llamadas a mi teléfono. Te bloquee de todas sus redes y no hay forma que puedas contactarlo porque verás... —decía con tono provocador—. La droga no me consumió todas las neuronas, sigo siendo un muy buen hacker

—Eres un maldito cobarde ¿A qué le temes? —preguntaba Jungkook—. ¿Te gusta el dinero fácil? ¿Vivir drogado sin dirección alguna? ¿Eh? Sal al mundo, maldito cobarde —le provocaba—. Sujin siempre tuvo más pelotas que tú y por eso te metiste en el medio. Te dejaría sin dudarlo por algo mejor, maldito egoísta

—Cierra la boca, maldito egocéntrico. Eres la misma mierda que Kai —empujaba a Jungkook con fuerza—. Se creyeron mejores, demasiado para el grupo y decidieron irse a la mierda olvidando la promesa de sangre

—¡Éramos unos niños, Nikko! —le gritaba en el rostro—. Ya no tenemos trece, hay que madurar, salir adelante ¿Acaso quieres terminar preso antes de los veinticinco?

—¡¿Y a ti qué mierda te importa?! —volvía a empujarlo.

Jungkook apretaba sus puños, no podía simplemente golpear a Nikko, no lo haría.

—¡Estoy aquí! ¡Me importa! —respondía.

—Eso se llama cargo de conciencia por haberte creído más que el resto —respondía con una risa helada que se metía bajo la piel de Jungkook.

Nikko estaba tan perdido.

—Déjame ayudarte. Kai y yo estamos aquí para ustedes —exclamaba intentando acercarse a Nikko.

Lamentablemente y para su sorpresa, un golpe le caía en su rostro.

—¡Cierra la maldita boca! —Nikko se echaba encima estampando al pelinegro contra la pared con fuerza—. ¡No hay nada allí fuera para un adicto como yo! —otro golpe.

Jungkook no quería pelear, así que solo forcejeaba.

—Deja de victimizarte, deja de tener miedo ¡Maldita sea, reacciona!—samarreaba a su amigo y otro golpe la caía, tirándole al suelo.

Nikko estaba agitado y sus ojos llenos de lágrimas.

—No hay forma que G-Dragon nos deje, estamos condenados y no conozco nada fuera de ese círculo —añadía con garganta seca—. Soy esto Jungkook, somos esto con Sujin

—No, no lo son —negaba.

Nikko lo observaba en el suelo apoyado sobre el sofá, su pómulo sangraba.

—Vete de mi casa y deja de meterte dónde no te llaman o tu madre recibirá fotos tuyas cogiendo en pleno auto con ese profesor —amenazaba—. Solo vete y olvidanos.

Jungkook sentía su vista nublarse a causa de las lágrimas acumuladas, esas no eran las palabras de Nikko, ese no era su Nikko. Era un chico asustado que no sabía cómo mierda liberarse de dónde se había metido. Nikko tenía miedo, estaba aterrado, pero exactamente por esas razones no diría nada. Pero esas mismas razones eran las que motivaban a Jungkook a seguir intentandolo con ellos.

Se levantaba y en silencio se retiraba, dejaría a Nikko creer que se estaba abriendo, que se estaba rindiendo, pero no lo haría. No había crecido con aquel chico como para no entender el grito de socorro que estaba pidiendo. Seguiría insistiendo hasta conseguir sacarlos de allí, sin importar los problemas que podría traerles, se los debía, él no los dejaría. No lo haría.

(...)

Al volver a su casa había evitado a su madre para que no viera su rostro, había pasado por la farmacia para comprar alcohol y bandas adhesivas y así curar el corte que le había dejado el puñetazo de Nikko. Había entrado a toda velocidad, pero su madre estaba prácticamente atenta a cada movimiento que Jungkook hacía.

—¡Kookie! —llamaba ésta.

Rápidamente caminaba, pretendiendo no haberla oído, pero la había encontrado en las escaleras. Los ojos de su madre se empañaban de lágrimas.

—No, hijo, no —exclamaba intentando tocar el rostro de Jungkook, pero este se alejaba.

—Oye, cálmate. No es lo que crees —mentía.

—¡¿Y que es lo creo?! —preguntaba completamente alterada.

Jungkook apretaba sus ojos, su cabeza dolía, últimamente discutía con todo el mundo y todo era una asquerosa debacle después de Seok Jin.

Luego de discutir con él y haber sido dejado irremediablemente, había seguido su pelea con Seonghwa, algún que otro desacuerdo con Holland, la pelea reciente con Nikko y ahora lo que le faltaba.
Su madre.

—Por favor no te pongas así —pedía suavemente.

—¡Dime la verdad entonces! —pedía con llanto—. ¡¿Que te paso en el rostro, quien te hizo eso?!.

—Ya no importa

—¿Así serán estas dos semanas aquí Jungkook? Creí que habías cambiado

—Fue un altercado. Solo eso, mamá —intentaba tomarla por los hombros, pero lo empujaba. Volvía a intentarlo hasta que su madre se dejaba abrazar.

La mujer comenzaba a llorar fuertemente, aferrada a su ropa. Un asqueroso nudo se formaba en su garganta y sus ojos comenzaban a derramar lágrimas.

—Ya, mamá —pedía con voz estrangulada—. No he vuelto a nada, solo fue un malentendido y no quería que me vieras...

—Prométeme —pedía la mujer levantando su mirada—, prométeme que estarás alejado de ellos, por favor jungkook.

Ese nudo se estaba volviendo difícil de tragar, pero lo hacía y asentía.

—Prometelo con palabras —pedía su madre samarreandolo.

Jungkook la abrazaba fuertemente—. Lo prometo mamá. Lo prometo.

Su voz no tenía fuerza alguna, había hecho una promesa que no sabía con certeza si podía cumplirla, porque estaba más que decidido a buscar a Sujin y arrastrarlo si era necesario. Con eso, tendría a Nikko, estaba seguro.

Eso esperaba.

Kai tenía varias llamadas perdidas del pelinegro, había estado de turno por treinta y seis horas seguidas en el hospital. Le parecía extraño haber recibido tantas llamadas, si bien sabía que el pelinegro estaba en su descanso y aún no habían podido verse, le preocupaba haber visto tantas llamadas perdidas y mensajes cortos como: Necesitamos hablar. Cuando leas esto, llámame.
No quiero ser insistente, pero tenemos que vernos.

Habían pasado dos días de su encuentro con Nikko, había vuelto a casa de Sujin, pero nunca lo hallaba y su tío no tenía idea donde andaba. Intentar llamarlo también era bastante inútil luego de la confesión de Nikko y las llamadas desviadas. Pero ese mediodía había recibido contestación de Kai y habían pactado un almuerzo juntos. Le había costado demasiado poder salir sin que su madre le diera un severo sermón.

Llegaba a la cafetería pactada, dónde el mayor ya lo estaba esperando.

—Kai Hyung —saludaba, estrechandolo fuertemente en un abrazo.

—Kook, lo lamento. He tenido mucho trabajo —le señalaba la silla para que tomara asiento—. ¿Cómo van tus vacaciones? Creí que te quedarías en el campus.

Jungkook tomaba el menú de la mesa y lo ojeaba con una sonrisa forzada en su rostro.

—No había motivos para quedarme —respondía secamente—. Y quería ver a mis padres —sonreía.

Kai fruncía el ceño—. ¿Las dos semanas? Ya queda poco de la primera ¿La segunda estarás aquí o...?

—Estaré aquí —respondía.

—¿Que te paso en la cara? —preguntaba el mayor.

"¿Mmm?" Kai señalaba su pómulo.

—¿Cómo te lo hiciste? —preguntaba seriamente.

—Accidentes pasan —respondía.

—Jungkook —exclamaba como advertencia.

No podía añadir más, ya que el mesero llegaba a tomar la orden de ambos, luego de cada almuerzo indicado, continuaba.

—Dijiste que tenías información de Sujin y Nikko. Su no responde mis mensajes, supongo que los tuyos tampoco —afirmaba.

Kai suspiraba—. Estás en lo cierto, pero me encargue de rastrear su teléfono. Se mueve demasiado por diferentes zonas, pero siempre vuelve a una en particular

—Dime que zona —pedía, tomando su teléfono para anotar.

—No te lo diré —respondía Kai.

—Oye, Hyung —Jungkook suspiraba, estaba teniendo demasiados encontronazos y no quería otro con Kai—. Te dije que no me dejaras fuera

—Te dije que no te involucraras, que lo tenía bajo control

—¿Lo tenías? —repetía en modo de pregunta y con ceño fruncido.

—Lo tengo —añadía Kai. Notando la actitud hostil que tenía el menor.

—Si sabes dónde está ¿Por qué has ido por él? —preguntaba de forma brusca.

Kai había notado el temperamento del pelinegro, claramente estaba lidiando con demasiadas cosas.

—Oye ¿Por qué me hablas así?

—Desde que llegue estoy como un loco buscando por Sujin, tu sabes dónde está ¿Y no has hecho nada? ¿Por qué?.

Kai suspiraba.

—Es peligroso, no quiero causarle problemas y es muy complicado encontrarlo solo

—Si es peligroso dónde esta, con más razón Kai ¡Hay que hacer algo! —golpeaba la mesa con su puño, llamando la atención de muchos.

—Hey, hey —Kai posaba su mano sobre la de Jungkook—. Respira hondo y mejor cuéntame qué te tiene tan enfurecido. Estás a punto de explotar ¿Has dormido algo? Te ves cansado

—Estoy bien —respondía, quitando su mano para evitar el contacto con Kai—. Quiero sacar a Sujin de dónde está

—También yo —respondía el mayor—. ¿No tienes proyectos de los que encargarte en la universidad?

—No volveré —afirmaba—. Ahora deja de cambiarme el tema

—¿Cómo qué-...?

—Su pedido —nuevamente eran interrumpidos.

Kai lo observaba fijamente mientras que Jungkook miraba su plato de comida, fingiendo no sentir los rayos lásers que el mayor estaba arrojándole.

—Jungkook ¿Cómo que no volverás?

—Quiero sacar a Sujin y a Nikko de dónde están. Si vuelvo a la universidad, no tendré tiempo necesario para hacerlos entrar en razón, persuadirlos o arrastrar sus culos al centro de rehabilitación

—Te dije que me encargaría. Tienes tus propios asuntos para-..

—Ellos son parte de mis asuntos

—¿Tus padres que piensan al respecto? —cuestionaba.

—Soy mayor. Y no me quedaré en casa, tengo buena relación con el jefe del Pernoctar, le pediré que me dé un lugar unas semanas

—¿Y tu beca? ¿Que mierda tienes en la cabeza? —Kai estaba perdiendo los estribos—. Trabajaste duro para conseguir lo que tienes. No lo descuides por algo que te dije, manejaría personalmente

—Pero no estás haciendo nada —refutaba otra vez.

—Estoy siendo meticuloso —respondía Kai entre dientes.

—Estás dándome excusas

—Jungkook... —Kai suspiraba—. G-Dragon está trabajando con otra gente

—¿Que gente? Dime —añadía bruscamente.

—De acuerdo, basta —afirmaba—. No hablaré más nada contigo hasta que no me digas que mierda te está pasando. Porque éste... —señalaba a Jungkook—...ser humano gruñón y mal hablado no es el Jungkook que conozco. Así que si quieres que sea honesto contigo, debes serlo conmigo y contarme que mierda está pasando por esa cabeza y no me vengas con que se trata de Sujin y Nikko, porque algo más te está carcomiendo por dentro y no te diré nada hasta que lo saques de tu sistema.

Jungkook apretaba sus dientes, tensando su mandíbula, jamás había podido engañar a Kai y nada había cambiado. Él era una bomba de tiempo con tanto dolor retenido dentro, creyendo que si no hablaba de su ruptura con Seok Jin, simplemente el dolor desaparecería. Pero estaba equivocado, mientras más se esforzaba por pretender que nada le sucedía, peor se sentía y peor se agobiaba.

Necesitaba soltarlo o iría por ahí arruinando todo a su paso por no saber separar sus problemas. Era ahora su momento para relajar su cabeza y abrir su corazón con su hermano mayor. Se odiaba, relamente lo hacía, porque la situación con Seok Jin lo había vuelto demasiado vulnerable y cualquier cosa lo hacía saltar como aceite hirviendo.

Eso no era sano, pero su boca parecía sellarse automáticamente cuando se trataba de hablar sobre sus sentimientos y lo que venía aconteciendo en su cabeza y corazón.

Sería un almuerzo largo, si que lo sería.

Bueno, bueno, bueno.

Con amor Niñita Nany 💜

4/4 fin de maratón, si ven errores con amorcito me avisan. Estamos cerca del final ❤️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro