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LAST FIGHT. Capítulo XLIII

El señor Bang vio que ambos estaban en completo silencio.

- Lleva tiempo asimilarlo- dijo- por mucho que sea lo que queríais, es difícil afrontarlo- añadió- en dos semanas tendría que hacerte una ecografía.

JungKook asintió, cogió la hoja y, en completo silencio, salió de allí junto a TaeHyung. Era extraño, habían deseado aquello y, ahora que lo tenían... ¿Por qué estaban así? Obvio, JungKook no sabía si aquello era lo que él quería o simplemente se había dejado llevar en complacer a su marido. TaeHyung, por otro lado, miraba a su omega y se planteaba exactamente lo mismo ¿JungKook quería al cachorro o sólo había accedido porque él quería? ¿Y si se planteaba abortar? Entendía que JungKook, al ser el omega, tenía la potestad de hacerlo, pero también era su cachorro.

Llegaron a casa y JungKook dejó el papel sobre la mesa de la cocina y se metió en el baño. Diez minutos después, salió completamente duchado y, en silencio, comenzó a cortar las verduras para la cena.

- Deja eso, hablemos- pidió TaeHyung.

JungKook se sentó y miró a TaeHyung.

- Sea lo que sea que pienses, suéltalo- dijo TaeHyung.

- No es que no quiera tener hijos- dijo- pero igual nos hemos precipitado, igual no era el momento adecuado, igual yo... no estoy preparado. Va a ser un desastre...

- ¿Querías esto?- preguntó TaeHyung- no te estoy regañando, JungKook, sólo es que... pensaba que estábamos en el mismo punto y ahora parece que no. Aquel día en el Reino de los Wu cuando me dijiste que querías que te preñara...

- Es lo que tú siempre has querido- dijo, sin más.

- Pero tú no lo quieres.

- No es que no quiera tener cachorros- dijo JungKook- es sólo que ahora nos habíamos recuperado, era nuestro momento de estar nosotros dos. No era el momento de estar nosotros dos y un cachorro en medio de una batalla.

- ¿Y por qué no me lo dijiste?

- ¡Porque te había recuperado! ¡Tener hijos es lo que tú más deseabas y yo sólo quería hacerte feliz! Y, a decir verdad, me falta la mitad del aparato reproductor... ¡nadie iba a esperar que me preñaras tan pronto!

TaeHyung se llevó las manos a la cara. Por fin iba a tener un cachorro y resulta que JungKook no quería.

- No quiero que no lo tengas, pero tampoco quiero que lo tengas y le des la espalda. Sólo te pido que, en estas dos semanas, medites un poco el tema y tomes las vitaminas que te ha mandado el señor Bang.

JungKook asintió y TaeHyung se levantó para hacer la cena.

- No tengo hambre, estaré con JiMin.

JungKook salió y, en el momento en el que puso un pie en la calle, su omega comenzó a recriminarle la lejanía para con su alfa. Le necesitaba cerca. Aun así, fue andando hacia la casa de JiMin y sintió que algo en él empezaba a desgarrarse, necesitaba a TaeHyung. Cuando llegó a casa de JiMin, las lágrimas surcaban su rostro. Llamó.

- ¡Voy!- dijo JiMin.

Cuando el chico abrió, se asustó al ver a su mejor amigo llorar.

- ¡JungKook! ¿Qué tienes?

- Tienes que ayudarme- le dijo, entre lágrimas.

- Claro que te ayudaré.

JungKook entró en casa de JiMin y se sentó en el sofá.

- JiMin, estoy preñado...

Decir que el chico se quedó confundido era decir una auténtica falacia, ¿cómo iba a ser eso un problema?

- No lo entiendo...

- ¡No sé si quiero tenerlo!

- No...

JiMin se tapó la cara y miró a su amigo. Sabía que JungKook quería tener a ese cachorro, pero también sabía que estaba asustado por todo lo que pasaba y no es para menos. Una cosa era planear una familia, otra muy distinta era tenerla.

- JungKook... todo este tiempo que has querido que TaeHyung te preñe...

- No tenía esperanzas de que llegara a suceder- admitió.

- Es lógico- admitió el chico- cualquiera en tu lugar, tampoco las tendría. Pero... aunque hubiera pocas posibilidades, al menos había posibilidades- dijo, haciéndole entrar en razón- es decir, no es como YoonGi y yo que es imposible. En tu caso con TaeHyung, no es que hubiera un mínimo, había un cincuenta por ciento, no eran pocas. Si no querías tener cachorros, ¿por qué no tomaste anticonceptivos? Los llevas tomando desde que te follaste a tu primera alfa y no me vengas a decir que fue por TaeHyung, no hay un alfa en la tierra que haga que Jeon JungKook se doblegue, ya lo intenté.

JungKook le miró. Era la primera vez desde que lo dejaron, que JiMin hablaba tan abiertamente de la relación que habían tenido.

- Es ilógico que tú aceptaras quedarte preñado sólo por hacer feliz a TaeHyung- dijo JiMin- y más ilógico aun con la situación que estabas viviendo. ¿Estabas a punto de abandonarle, pero querías darle un cachorro?

- No es el momento, JiMin.

- Vale, en ese punto estamos de acuerdo. Pero no voy a permitirte que cometas el mayor error de tu vida y tires por la borda todo lo que has construido con TaeHyung solo por miedo.

- ¿Sólo? En mi mejor momento no me pude defender de ellas... ¿estando preñado crees que podré defenderme a mí mismo y a mi cachorro?- preguntó.

- Yo os defenderé- prometió JiMin- eres mi mejor amigo y... veo bonito que, en medio de tanta tragedia, haya algo tan bueno como es un nacimiento- dijo, con lágrimas en los ojos.

JungKook se quedó en silencio y miró a JiMin.

- ¿Voy a tener un cachorro?

- Vas a tener un cachorro.

- Sigo sin asumirlo- dijo llorando- un miembro de nuestra manada ha sido poseído por el alma de la loca de la hermana de mi marido, una bruja quiere matarnos, no sé cómo educar a un hijo... TaeHyung piensa que no lo quiero tener...

JiMin cogió una revista y comenzó a abanicar a su amigo.

- Lo primero que tienes que hacer es hablar con TaeHyung, posiblemente esté muy preocupado- le dijo- segundo, debéis volver a la manada, estás muy asustado porque estás solo, tienes una manada. Si en el último mes de embarazo te quieres ir...

- ¡No quiero irme! Pero TaeHyung...

- Tienes que hablarlo con él- aconsejó JiMin.

JungKook lloró y asintió.

- No estáis solos- dijo JiMin- nosotros tampoco sabemos cómo criar a niños, pero os ayudaremos, estemos con vosotros en todo momento.

- TaeHyung va a pensar...

- ¡TaeHyung va a pensar que te asustaste como es lógico!- dijo JiMin- te acaban de decir que estás preñado de tu primer cachorro en medio de estas circunstancias, me pasa a mí y me desmayo. Necesitas días para asimilarlo.

Salieron y JiMin acompañó a JungKook a su casa.

- Gracias- dijo JungKook, en la puerta y sacó las llaves.

- Todo lo que necesites.

JungKook entró en casa y vio a TaeHyung leyendo un libro. El chico le miró atentamente.

- Me voy a acostar- dijo TaeHyung.

JungKook se quedó helado ante el tono de su marido. Nunca le había escuchado así, ni siquiera en su peor momento como pareja, TaeHyung siempre había sido amable. JungKook lloró, siempre era él quien estropeaba las cosas. Miró el libro que estaba leyendo TaeHyung, era un libro sobre los cuidados de los omegas durante el embarazo.

Se tumbó en el sofá y lloró, todo su cuerpo le exigía estar entre los brazos de su alfa, sentir su protección, su olor y, al tumbarse, empezó a sentirse dolorido.

- Alfa...

TaeHyung, que estaba en la cama, con las luces apagadas, se levantó como un resorte. No había escuchado a JungKook llamarle, pero sabía que algo iba mal, podía sentir el dolor de JungKook. Salió corriendo al salón y encontró a JungKook, hecho un ovillo en el sofá, debajo de una fina manta.

- ¡JungKook! ¿Estás bien? ¿Qué te duele?

- Al final... siempre lo estropeo...

- ¿De qué hablas?

- Estábamos bien y yo...

- No lo has estropeado...

- Sí lo he hecho- contradijo JungKook- te has enfadado conmigo...

- No estoy enfadado- dijo- solo... estoy tratando de asumir mi parte de responsabilidad. Quizás te presioné demasiado en esto de tener cachorros- añadió- sé que siempre te insistí mucho sobre el tema. Nos acabábamos de conocer y, de algún modo, ya te estaba pidiendo cachorros. Yo también soy responsable.

- Abrázame- pidió. TaeHyung se sentó a su lado y le abrazó, al momento, la opresión que el chico tenía en su cuerpo comenzó a disminuir- no me has presionado y debes saber que yo buscaba darte un cachorro no porque quisiera hacerte feliz, sino porque quiero formar una familia contigo. Yo también quiero a este cachorro. Pero hay tantas cosas...- dijo- siempre me hice a la idea de que sería algo difícil, no pensé que después de mi celo quedaría en estado- admitió- tampoco pensé que, cuando trajéramos a un niño al mundo, lo haríamos en medio de estas condiciones. Y, cariño, yo... no quiero irme, no quiero apartarme de la manada... estoy tan aterrado.

TaeHyung le abrazó con más fuerza y consideró todo lo que JungKook le había dicho.

- Si nos quedamos, tendrá que ser bajo algunas condiciones... entre ellas será no vivir en esta casa, entiende que está muy cerca de Hoseok, en medio del bosque...

- Lo entiendo.

- Pero podrán reformar esta casa para nuestro cachorro- dijo TaeHyung.

JungKook lloró.

- Lo siento tanto, tengo la sensación de que este día tendría que haber sido el mejor de tu vida y no lo ha sido.

- Cariño, es normal que tengas miedo.

- Tú pareces no tenerlo.

- Bueno, claro que lo tengo, pero creo que tenemos a muchas personas dispuestas a estar a nuestro lado... y al lado de nuestro bebé.

- Necesitaré unos días para hacerme a la idea- dijo JungKook- no pienses que lo quiero menos, sólo necesito establecer mi mente. ¿Eres consciente de todo lo que va a cambiar?

- Sea lo que sea que cambie, lo afrontaremos juntos- dijo TaeHyung- te lo dije y te lo repito- añadió y puso su mano en el vientre del chico- es cosa de ambos. No te voy a dejar solo por las noches cuando haya que cambiarle los pañales, o cuando tenga hambre, tampoco vas a estar solo cuando llore y no sepamos porque... lo haremos juntos.

JungKook se lavó la cara y, mientras TaeHyung apagaba las luces, cerraba las puertas y preparaba su merienda del día siguiente, JungKook comenzó a preparar la cama. Cuando TaeHyung volvió, JungKook había anidado con las prendas que más le gustaba de TaeHyung y las suyas propias.

- ¡Has anidado!

Aquella noche no se entregaron el uno al otro, pero sí se abrazaron y se besaron. Al día siguiente, antes de que el despertador sonara, TaeHyung comenzó a acariciar a su marido. Aspiró su aroma y sonrió. Había cambiado, por un lado, sentía cierta pena pues ya no tenía ese olor a canela y manzana, ahora era diferente, su aroma a canela era casi imperceptible y estaba seguro de que cualquier persona que no hubiera olido al chico antes, no podría notar el leve aroma a canela.

- ¿Por qué me hueles tanto?- preguntó JungKook, despertando.

- Te necesito- dijo TaeHyung, besándole.

JungKook sonrió y dejó que su alfa se pusiera sobre él.

- Alfa- gimió JungKook, en aire necesitado.

Sí, necesitaba a TaeHyung, necesitaba a su alfa, quería no sólo el sexo, el amor o el deseo, también quería de su protección. En aquel momento lo quería todo de él.

Sintió como TaeHyung le abrazaba con fuerza y le penetraba.

- Alfa- volvió a gemir.

En el momento en el que el miembro de TaeHyung comenzó a golpear la zona erógena de JungKook, sintió como lubricaba más que en ninguna otra ocasión, cosa bastante alarmante teniendo en cuenta lo mucho que solía lubricar.

- ¡Alfa!

Por toda respuesta, TaeHyung le miró a los ojos, sintiendo como los fluidos de su pareja encharcaban las sábanas e importándole lo más mínimo.

"Te necesito, JungKook" resonó la voz necesitada de TaeHyung en la cabeza del menor.

"Soy tuyo, todo tuyo. Toma todo lo que quieras"

TaeHyung gruñó y JungKook enlazó las piernas detrás de su espalda.

- Lo quiero todo de ti.

- Mmm...

Se besaron y JungKook gritó cuando alcanzó el orgasmo.

- En unos meses tendrás que dejar de ser tan escandaloso mientras te follo- dijo TaeHyung- obviamente no voy a parar de follarte. El sexo es algo que se nos da muy bien.

Que TaeHyung fuera capaz de decir tan abiertamente que seguiría acostándose con él a pesar de tener un cachorro, era algo que le daba esperanzas. No sabía cómo ser padre y, al mismo tiempo, marido y hombre trabajador.

- Gracias por no darte por vencido conmigo- dijo JungKook, mientras sentía como su marido se derramaba en su interior.

TaeHyung suspiró.

- Mi hermana es una loca que quiere matarte ¿y tú me das las gracias a mí?

- Todos tenemos los nuestro- dijo JungKook.

Ambos rieron y se besaron, se sentían muy felices y más tranquilos respecto a ayer.

- ¿Vas a ir a trabajar?- preguntó TaeHyung.

- Me gustaría ir, pero tu cachorro no me deja estar lejos de ti.

La sonrisa en el rostro de TaeHyung ante aquella frase no pudo ser más amplia.

- ¿Qué te parece si vamos a desayunar con la manada?- preguntó TaeHyung- deberíamos contárselo, luego estaré contigo mientras tú trabajas.

- Ya, ¿pero y tu trabajo?

- Bueno, estás preñado, es entendible que en estas semanas no vaya. No voy a ir y dejarte solo, sabiendo lo que eso provoca en ti y en nuestro cachorro.

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