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HERD. Capítulo VII

Cuando JungKook abrió la puerta, se quedó de piedra y no fue el único. Su padre, al otro lado, también. JungKook llevaba un pantalón de pijama y una bata. Su padre llevó su mano hacia la solapa de la bata y, aunque JungKook trató de impedírselo, el hombre le apartó las manos.


- ¡No!- dijo JungKook- ¡déjame!


Pero el señor Jeon ya había visto las marcas en las clavículas de su hijo, no obstante, sólo pudo verlas por un segundo porque alguien, a quien no pudo ver, ni percibir, ni oír, lo había agarrado por sorpresa y sacado de la casa.


- Mío...- gruñó TaeHyung, agarrando del cuello al señor Jeon.


El señor Jeon trató de soltarse pero no pudo, TaeHyung era demasiado fuerte.


- No, no... cariño... mírame... es mi padre, él no lo sabía, no me iba a hacer daño... ¡suéltale, por favor!


Y TaeHyung sólo obedeció ante JungKook, que le tomó de la mano y le metió en casa. TaeHyung entró, gruñendo.


- Escúchame... mi papá tiene que entrar...


- Mío...


- Sí, Tae... soy tuyo pero... él es mi padre ¡no me va a hacer nada! Tenemos que explicarle lo nuestro.


TaeHyung se sentó y JungKook fue hacia la puerta, haciéndole una seña a su padre para que entrara.


El hombre entró lentamente y sintió como el alma se le iba a los pies cuando vio a su hijo sentarse en las piernas de ese maníaco que había intentado matarle. Entornó los ojos y vio como TaeHyung escondía la cara en el cuello de JungKook y éste cerraba los ojos, aspirando el aroma de los cabellos de TaeHyung.


- Papá, sé que JiMin y yo teníamos algo y que vosotros estabais contentos por ello- explicó JungKook- pero JiMin y yo sólo dijimos de intentar algo, no dijimos de ser almas predestinadas. Sin embargo, en aquella misión, yo le olí y lo supe, supe que era él...


JungKook estaba tan contento de poder contarle aquello a su padre. Si había algo que le estaba atormentando era que no podía hablarle a su padre sobre su alfa, lo que sentía hacia él, las ganas que tenía de tener cachorros con él en un futuro, los planes de futuro que tenían... TaeHyung en casa con los cachorros y él siendo guardia de JiMin...


- Pero JungKook...


- ¡Yo sé que tienes mucho que digerir!- dijo JungKook- obviamente, tú no vas a tener que hablar con el líder Park de todo esto. Nos encargaremos JiMin y yo, no te preocupes.


TaeHyung, que notaba a JungKook animado por que el señor Jeon sabía de su relación, se tranquilizó, se hizo a un lado en el asiento y JungKook se sentó a su lado. Se tomaron de la mano y miraron al señor Jeon. El hombre se sintió aun más inseguro.


- Hijo...


- Papá, por favor, te ruego que me escuches- presionó JungKook- yo sé que es todo muy precipitado. Antes de irme, tú pensabas que yo estaría con JiMin y, de pronto, encontré a TaeHyung y ¡es que él es increíble!- dijo, con una sonrisa- ¡gracias a él he sanado tan deprisa! Yo, de verdad, quiero que os llevéis muy bien- dijo- me gustaría que hablaras con el doctor Bang para que te hablara sobre TaeHyung, su familia, cómo supo que yo era su omega, te lo contaría yo, pero estaba sedado- añadió, sonriendo- pero sí te puedo contar que hemos ido al bosque en nuestra forma de lobo, hemos desayunado con JiMin y NamJoon... oh, y JiMin lo sabe y está de acuerdo con nuestra relación... y hemos hablado de cachorros, ¿te lo puedes creer? Yo...


- JungKook, él... ¿cómo estás tan seguro de que no te has equivocado en tu misión, dejándole libre en base a tus sentimientos?- preguntó el señor Jeon- tú has visto...


TaeHyung le vio, no podía creer aquello, pero JungKook menos. El ambiente se volvió agrio debido al aroma de JungKook que cambió en el acto, era la primera vez que TaeHyung experimentaba que a su pareja le pasaba y, a lo largo de su vida, era la tercera vez que al chico le sucedía. Se levantó y, con lágrimas en los ojos, señaló la puerta.


- Vete...- dijo, apretando la mandíbula.


- Hijo, lo que trato de...- empezó, cayendo en la cuenta de su error.


- ¡LARGO!- dijo, llorando.


El señor Jeon se fijo en TaeHyung, el chico estaba tras JungKook, tomándole la mano y agarrándole la cintura. No parecía que iba a atacarle. Quizás TaeHyung le había atacado antes porque pensaba que JungKook estaba en peligro.


- ¡FUERA!


El señor Jeon salió y, antes de salir, se fijó en cómo JungKook se giraba y TaeHyung le abrazaba. Salió de la casa de su hijo y se dirigió a su casa. Camino a su casa, pasó por la pista de entrenamiento. JiMin seguía corriendo pero paró cuando escuchó un aullido lejano.


- ¿JungKook?


JiMin se transformó en un precioso lobo negro, jaspeado en marrón, y se internó en el bosque. Pronto, otros cuatro lobos se cruzaron con él. Se imaginó que serían amigos de JungKook que iban a ver qué le ocurría a su amigo.



A la mañana siguiente, NamJoon se reunió con JiMin, SeokJin, Hoseok y YoonGi para desayunar. JiMin parecía el más hosco. Habían pasado toda la noche, en su forma de lobo, con JungKook y TaeHyung. Y JiMin, en toda su vida, jamás había visto a JungKook tan mal.


- ¿Dónde está JungKook?- preguntó el líder Park, cuando vio que el joven no estaba con su hijo.


- No se encuentra bien- dijo JiMin, de mal humor- ha pedido pasar unos días en la frontera, en los bosques, para estar más en contacto con su lobo interior. Se lo he concedido.


- Bien hecho, hijo.


- Min YoonGi me ha pedido hacer las pruebas para entrar en la guardia y quiere ser destinado en la frontera.


El líder Park los miró a todos tratando de averiguar quien era Min YoonGi.


- Yo soy Min YoonGi- dijo el chico.


- Oh, entonces después de desayunar ven con mi hijo a mi despacho, te haré una pequeña entrevista y después iremos al campo de entrenamiento- dijo- no tienes que preocuparte por nada, todo es pura formalidad. Por cierto, ¿has visto a JungKi?


- No. Y también le estoy buscando- dijo JiMin, con aire hosco.


JiMin terminó su desayuno y esperó a que YoonGi terminara para ir juntos al despacho de su padre. No obstante, algo llamó su atención, el señor Jeon había entrado para rellenar su termo de café.


YoonGi se fijó en lo que JiMin estaba viendo.


- Ve, sé que quieres hablar con él.


- Pero tú...


- A la mierda, JungKook estaba muy mal.


JiMin se levantó y se dirigió al señor Jeon.


- Buenos días, ¿puedo hablar con usted?


El señor Jeon suspiró.


- Claro.


Terminó de llenar su termo y salió con JiMin.


- JungKook me lo ha contado- dijo JiMin, sin preámbulos.


- ¡Me pasé y lo sé!


- ¡Me esperaba eso de cualquier gilipollas de la guardia que está celoso de JungKook y pintarrajea su taquilla poniendo "pussy" como si eso le molestara! ¡Pero no me lo esperaba de usted!- se tranquilizó- y eso es lo que también le molesta a JungKook. Él... ¡usted le conoce más que NamJoon y yo! ¡Él no quiere ser el típico omega! Jamás ha soñado con casarse, tener un alfa, cachorros... y, sin embargo, ahora quiere llevar la marca de TaeHyung ¡Y quiere llevarla con orgullo! ¡Y TaeHyung está dispuesto a quedarse en casa, cuidar de los cachorros y dejar que JungKook trabaje! ¡Él está en una nube! ¡No hace más que pedirle a TaeHyung que le marque de una vez aunque sabe que aun no debe llevar esa marca!


- Así que por eso lleva esas marcas...


- En la clavícula, sí. Y eso le hace sufrir mucho. No me lo ha dicho, pero se lo veo. Ellos... están destinados. Separarles es...


- Sé lo que es- dijo el señor Jeon.


- Voy a dejarles que trabaje ésta semana en la frontera- dijo JiMin- así JungKook podrá ayudar a TaeHyung en su entrenamiento y para la semana que viene TaeHyung podrá presentarse a las pruebas. Por cierto, me gustaría que hablara con el doctor Bang y con Min YoonGi sobre TaeHyung. El primero le contará todo sobre la familia de TaeHyung, su raza, el tipo de alfa que es. Y YoonGi... YoonGi le contará la clase de persona que es TaeHyung y lo que ha tenido que pasar. Me voy, mi padre me espera.


- Voy contigo, a mi también me espera para la prueba del joven Min.


JiMin, junto al señor Jeon, salió rumbo al despacho del líder Park y, antes de llegar, casi cae al suelo. Un fuerte olor a pino y frutos silvestres le llegó a las fosas nasales.


- Joder...


- ¿Te ocurre algo?


En el desayuno lo había podido aguantar porque YoonGi le había comentado que había tomado un supresor del olor. Pero ahora, que al parecer ya había pasado el efecto, allí estaba, el fuerte olor del omega, despertando todos sus instintos. Sacudió la cabeza y llamó a la puerta de su padre.


- Pase... ¡Hola, hijo! ¡Estaba hablando con YoonGi! ¡No me habías dicho que era tan agradable!


- Por que no lo es.


- ¡JiMin! ¿Qué te he dicho de ser desagradable con nuestros huéspedes?


- Oh, me siento halagado de ser el único.


- Te mereces dicho trato de favor... bastardo- susurró.


Min sonrió y tanto el líder Park, como el señor Jeon, los miraron.


- Bien, YoonGi ya me ha hablado sobre su familia y ha pasado ya la entrevista. Ahora sólo falta la prueba física.


Se dirigieron al campo. La prueba de velocidad y de puntería la pasó sin problemas.


- Llamaré a uno de nuestros alfas para que se enfrente a él- dijo el señor Jeon.


- ¿Por qué no él?- dijo YoonGi, señalando con la mirada a JiMin- prometo no dejar sin heredero al clan- bromeó.


- ¿En serio quieres enfrentarte a un alfa de su nivel?- preguntó el líder- chico, prácticamente ya estás dentro.


- Puedo con un alfa.


- Bien...


JiMin se cambió, se puso ropa de deporte y salió. JiMin sabía muy bien porque le había escogido a él, el lobo de JiMin jamás le dejaría hacerle daño a YoonGi. Ambos se prepararon para luchar en combate cuerpo a cuerpo.


- Cuando suene la campana- dijo el líder.


El señor Jeon tocó la campana y JiMin se abalanzó hacia YoonGi pero éste le interceptó y le paró en seco. Sólo había conocido un omega tan fuerte: JungKook. YoonGi sonrió y su aroma se intensificó, agarró a JiMin de las caderas, lo elevó y lo lanzó al suelo.


No podía ser.


JiMin trató de levantarse, pero YoonGi le sujetó de las manos y, de pronto, el propio JiMin sintió como algo dentro de él cambiaba. Su miembro se elevaba y... ¿su entrada se lubricaba? ¿Qué mierda?


- ¿Sorprendido?- preguntó YoonGi.


La campana volvió a sonar, YoonGi le soltó y JiMin se levantó.


- Está dentro- gruñó JiMin.


- Está dentro- dijeron los señores Jeon y Park.


JiMin se fue en chándal a su casa y YoonGi se quedó mirando al líder Park y al señor Jeon.


- Enhorabuena, YoonGi, son pocos los omegas que consiguen entrar en la guardia, pero es un honor que lo hayas conseguido. Espero que seas un ejemplo para otros- dijo el señor Jeon.


- Es un honor.


- Mañana en la mañana, después del desayuno, vendrá a buscarte un miembro de la guardia, será la persona con la que estarás los primeros meses hasta que conozcas bien la zona dijo el señor Jeon.


- Ahora que eres un guardia, deberías tener una casa- dijo el líder Park, pensativo- acompáñame a mi despacho, a ver que podemos darte.


YoonGi acompañó al líder Park de vuelta a su despacho y el señor Jeon se quedó en la puerta.


- Cuando termines aquí, ve a sastrería a que te preparen los uniformes, YoonGi- dijo el señor Jeon- y bienvenido, otra vez. JiHyun, si no te importa, me voy a tomar el resto de la tarde libre.


- ¿Todo bien?


- Problemas con JungKook... cosas padre e hijo.


- Tómate el tiempo que os haga falta. Supongo que no vendrá a comer.


- Supones bien.


- ¿Y tú?


- Tampoco.


- No te preocupes. Soluciona las cosas con tu hijo, es lo primero.


Ambos hombres se chocaron las manos y luego el señor Jeon se dirigió por un pasillo y YoonGi y el señor Park por otro hasta el despacho de Park.


- Bien, ¿tienes alfa y cachorros?


- No.


- Estupendo, entonces te daremos una casa pequeña. Un estudio. No sé si has estado en la casa de JungKook o NamJoon. Como ellos viven solos, tienen un pequeño estudio de una habitación con baño y cocina con salón. No es mucho, pero en el gran comedor de palacio os damos de comer, incluso los fines de semana- informó- si en un futuro formas una familia, se te asignará una casa nueva para los cachorros. Tu alfa puede vivir contigo hasta que tengáis cachorros, obviamente.


YoonGi asintió, deseando que la conversación se desviara a otro término.


- Bien, ¿alguna exigencia respecto al estudio?


- Que esté lo más cerca posible de los bosques. Crecí en las montañas- se encogió de hombros.


El líder Park asintió y sacó un plano con varias casas, en ella pudo distinguir varios nombres como JungKook, JiMin o NamJoon.


- La más cercana al bosque es ésta, pero es la de JungKook- explicó el líder Park- sin embargo, en el lado opuesto, creamos otra parecida, está incluso un poco internada en el bosque.


- ¡Perfecta!


- Es esta de aquí- señaló.


YoonGi la miró, realmente estaba rodeada de bosque.


- Es muy tranquila y, si tienes algún problema, mi hijo vive aquí y justo detrás vive NamJoon, estarás muy bien.


El señor Park le dio las llaves de la casa y le acompañó a la sastrería donde pasó quince minutos probándose los uniformes que le pasaba una beta cuyo rostro le era muy familiar.


- ¿Cuál es tu casa, querido?


- Eh...


- ¿No te han dado casa, aun?


- Sí...- sacó la llave y miró el llavero- ciento veintiuno.


- ¡Vives cerca de mi hermano!- comentó, con alegría- Te llevaremos todas las mudas en una hora.


- ¡Gracias!


YoonGi salió y se fue a su nuevo hogar. Allí tenía sábanas, toallas, vasos, una nevera llena de comida... resopló. Bueno, lo más probable es que volviera a las montañas cuando TaeYeon muriera, a fin de cuentas, no tenía nada allí. Un pitido le alarmó, era su teléfono confirmándole lo que ya sabía: su celo comenzaba en una semana y media.


Maldito celo.


Preparó la casa conforme le gustaba a él y se tumbó un rato, esperando a la persona que le trajera su ropa. A la hora, sonó el timbre. Abrió la puerta y vio tres personas llevando tres cajas cada una.


- ¿Todo eso son los uniformes?


- Sí- dijo un alfa- ¿Dónde se lo dejo?


- Eh... en el salón, ya los ordenaré.


Los tres alfas entraron y dejaron las cosas en el salón.


- Muchas gracias- dijo YoonGi.


- De nada- dijo un alfa, mirándole.


- ¿Necesitan algo más?- preguntó YoonGi, al ver que los alfas seguían allí- ¿necesitan que firme algo? ¿Quieren agua?


- Eh... lo sentimos... no, está todo. Muchas gracias.


Aquellos hombres se fueron, no sin antes mirar a YoonGi por última vez.


- Alfas...- gruñó YoonGi.


Comenzó a abrir las cajas y se sorprendió al ver que cada caja traía varias mudas iguales y una hoja.


En la primera había varios pantalones de vestir negros y camisas blancas, recordaba haber visto a JungKook y NamJoon varias veces con esa clase de ropa. La nota decía: ropa casual. ¿Qué diablos significaba ropa casual? Ya lo descubriría más tarde; Abrió otra caja y vio pantalones azul grisáceo, con chaqueta a juego, había una camisa azul claro y zapatos blancos deportivos. La nota rezaba: ocasiones especiales. ¿En plan para un entierro? Bufó, aquella gente era demasiado extraña; Cogió la siguiente caja y se encontró con un varios pantalones verdes de camuflajes y camisetas verde, había botas negras. En la nota decía: uniforme. Bueno, algo que entendía, esto era lo que tenía que usar en el bosque; La cuarta caja estaba llena de ropa de deporte con una nota que ponía "entrenamiento". Esto también quedó muy claro para YoonGi; La quinta era, sin duda, la más grande. Cuando la abrió, vio varios pijamas de invierno, de verano y dos bañadores.


- Si piensan que voy a usar esto, están muy equivocados- dijo, mirando el mini traje de baño ajustado, con el emblema de los Park en la zona central.


Y la sexta eran pantalones grises y camisas blancas, parecidas a aquellas que había visto en la primera caja. La nota también decía: ropa casual; Una séptima caja, también pequeña, traía dobladas varias corbatas grises, negras y azul grisáceo, gemelos, varios frascos de colonia, calcetines y ropa interior; La octava caja estaba llena de zapatos: deportivos blancos, deportivos negros, botas negras, zapatos de charol... y la novena, una muy chiquitita, que YoonGi sentía curiosidad desde que la vio, tenía pastillas para el dolor de cabeza, de estómago, cremas antiinflamatorias y una carta del médico general de la guardia, dándole la bienvenida y su dirección de consulta dentro de palacio.


Cuando YoonGi hubo sacado todo, se encontró en crisis. Mañana tendría que presentarse y no sabía que llevar. Así pues, haciendo de tripas corazón fue a llamar a la persona que podría ayudarle.


Pasó media hora delante de la puerta hasta que ésta se abrió sola.


- Tu olor me está matando- dijo JiMin, de mal humor.


- Necesito tu ayuda- confesó YoonGi, mirando a un punto por encima del hombro del chico.


- ¿Para qué?


- Me han traído las cajas de los uniformes- dijo, sin más.


JiMin suspiró.


- Te ayudaré.


Caminaron en silencio hasta la casa de YoonGi y, una vez dentro, JiMin se sintió enloquecer, olía demasiado al aroma propio de YoonGi.


YoonGi fue a la cocina a beber un vaso de agua y, cuando volvió, abrió las ventanas.


- ¿Te has tomado un supresor?- preguntó JiMin.


- Necesito que me ayudes- dijo YoonGi.


- ¿A ti no te afecta mi olor?- preguntó JiMin.


- Claro que me afecta pero...- se encogió de hombros- supongo que hay días que lo soporto mejor que otros.


JiMin suspiró y, con la cabeza más clara, comenzó a coger la ropa del chico.


- Éstos pantalones y éstas camisas son las que tienes que llevar siempre que camines por las zonas de palacio, me explico, vas a dar un paseo, a desayunar, comer, es tu día libre y no vas a las montañas. Utilizas esto. Es lo que te distingue del resto de las personas que viven por aquí pero que no son de la guardia, tienen el emblema de la guardia, ¿lo ves?


Allí, cosido en blanco, estaba el emblema de la guardia, pero era apenas imperceptible.


- No me había fijado.


- Lo ponemos en blanco para que no parezca uniforme de colegio- dijo JiMin, encogiéndose de hombros- la gente de por aquí sabe como vestimos, así que no hace falta poner un emblema que diga "eh, mírame, soy de la guardia"- YoonGi rio y JiMin prosiguió- éste de aquí rara vez lo usamos- dijo- es para actos muy solemnes... cuando alguien muy importante fallece... si algún día me caso, todos tendrán que llevar el suyo a la boda... pero bueno, ese último está descartado.


- ¿No te quieres casar?- preguntó YoonGi.


- Una de las razones por las cuales JungKook y yo nos llevábamos tan bien es porque ninguno de los dos queríamos cachorros- miró a YoonGi- no me malinterpretes, no los considero algo malo, pero no quiero tener hijos y tampoco quiero que mi pareja esté siempre en casa cuidándolos. Mira a JungKook y TaeHyung- dijo- TaeHyung ya ha dicho que, en el momento que todo esto pase y maten a TaeYeon, él va a dejar de trabajar porque quiere que JungKook le de muchos cachorros y, como no quiere que JungKook renuncie, él los va a criar. Yo no quiero eso en mi vida, no quiero dejar mi trabajo y no quiero llegar a casa y preguntarle a mi pareja "¿qué has hecho hoy?" y que me responda "he estado con los niños, los he llevado al parque, luego he hecho la comida..." no quiero esa vida.


- Pero eres el hijo de un líder y esa vida es la que tienes que llevar.


- No me voy a casar- dijo- cuando mi padre se enteró que JungKook y yo teníamos algo, lo primero que dijo fue ésta sería la última misión de JungKook, que él aprendería a ser mi luna y que las misiones no son compatibles con los cachorros. No voy a condenar a mi omega a ser sólo una fábrica de hijos y herederos- miró fijamente a YoonGi- no te voy a condenar a eso.


YoonGi fue a replicar, pero no lo hizo.


- Suerte con tu padre.


JiMin cogió la ropa de camuflaje.


- Éste es tu uniforme- dijo- debes de tener una mochila en tu armario.


YoonGi fue hasta la habitación y allí, en el armario, encontró una mochila.


- ¿Esta?


- Sí. Tienes que meter tu uniforme limpio todas las noches y, al día siguiente te pones alguno de éstos, señaló los pantalones negros con las camisas blancas y las deportivas. Así vas hasta las lindes del bosque, allí te podrás cambiar con el resto de soldados- explicó- supongo que te han dado todo, pijamas, ropa interior, corbata...


- Sí...


- No hace falta que uses corbata si no quieres. Nosotros no la usamos... sólo los viejos.


YoonGi rio.


- Eh... tengo otra pregunta...- dijo YoonGi, algo cohibido- en unas semanas tendré mi celo... ¿tengo que avisarlo?


- Mi padre te ha dicho que estás a cargo de una persona, la conocerás mañana, supongo, se lo tendrás que decir a él. Es muy peligroso para ti que salgas estando en celo. Recuerdo una vez que un alfa trató de forzar la puerta de JungKook...


- ¿Sigue trabajando aquí?


- Bueno, mi padre le mandó a las montañas una semana pero después no pudo seguir trabajando cerca de JungKook, dijo que se sentía muy apenado por lo que hizo y que, si no pudo controlar el impulso, en un futuro no iba a poder defender al clan. Aquello también resultó un duro golpe para JungKook, se sintió muy culpable durante varios meses.


JiMin ayudó a YoonGi a arreglar su ropa en su armario, sintiéndose hipnotizado por el suave olor que desprendían las prendas que el omega había tocado con anterioridad.


Sin embargo, el olor fue haciéndose cada vez más y más fuerte hasta que JiMin colgó un traje y gruñó.


Éste gesto no se le pasó por alto a YoonGi, que le miró y se fijó en lo cerca que estaban de la cama.


- JiMin...


- Omega...


JiMin, o más bien su instinto de lobo, se abalanzó hacia YoonGi pero éste le sujetó y le lanzó hacia el suelo. Cuando JiMin se golpeó contra éste volvió en si, pero eso sólo le hizo desear más a YoonGi, alzó las caderas y el chico gimió.


- Alfa...


JiMin se sentó y apretó a YoonGi contra sus caderas y, antes de que pudiera hacer nada, el propio YoonGi le besó.


Decir que se sentía en el paraíso era una falacia. Los labios de YoonGi sabían a pino, igual que su olor, todo él parecía procedente del mismo bosque.


Sintió como YoonGi le empujaba contra el suelo y se restregaba contra su miembro.


- No... no hagas eso...


YoonGi sonrió y continuó más deprisa, oliendo el cuello de JiMin y mordiendo su oreja.


- Tú... me tienes tanto miedo...


JiMin cerró los ojos y una lágrima de dolor cayó por su rostro.


- Sueñas con anudar en mi...


- ¡No! ¡No quiero!


YoonGi empujó sus caderas más fuerte sobre el miembro de JiMin y otra vez aquella sensación de sentir como su entrada se lubricaba. Quiso pedirle que parara, quiso decirle que le dejara en paz, quiso pedirle que se apartara de él para el resto de su vida pero, como siempre, fue su lobo quien habló.


- ¡Sigue, YoonGi!


- Tan incorrecto...


- Ah...


- Tan a punto...


- YoonGi...


- ¡Tan sumiso!


Y, en aquel momento, JiMin llegó al final y golpeó a YoonGi para que se quitara de encima de él. El chico se apartó y JiMin se levantó y se marchó sin despedirse.


YoonGi pasó una mano por su suelo, estaba empapado. JiMin había lubricado tanto que había traspasado la ropa interior y el chándal.


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