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HERD. Capítulo I

JungKook, un chico alto, de pelo negro, estaba en el gimnasio de la guardia real de su clan, entrenando, eran las tres de la tarde y ya debería haber acabado. No le exigían más que al resto, pero él se exigía a sí mismo el doble que al resto.

Cuando terminó de hacer sus cuatro horas reglamentarias de ejercicios, reglamentarias porque él mismo se las imponía, salió a correr, sobrepasando con gran orgullo a todos los alfas que estaban entrenando por la zona y, cuando volvió, se dio una ducha, siempre atento a que alguien pudiera entrar de repente.

Tras una reparadora ducha, se dirigió a su taquilla.

- ¿En serio?- preguntó con molestia.

Algún gracioso, posiblemente un alfa con el orgullo dolido, había escrito "pussy" en su taquilla.

- Lo siento, hermano- dijo NamJoon, que salía totalmente desnudo de la ducha de al lado.

- Más lo siento yo por tener que ver lo que cuelga entre tus piernas, ¡tápate!

- Eres un omega bastante curioso.

- No me recuerdes esa palabra- dijo, entre dientes, furioso.

El padre de JungKook había sido el general más prestigioso de la guardia real del clan de los Park y, cuando JungKook nació, todos pensaron que iba a ser un alfa igual de fuerte y poderoso. Pero no, JungKook resultó ser un omega. Cosa que no le impidió entrar en la guardia y, aun así, ser uno de los más fuertes. No obstante, ser un omega, que goza de tanto poder y favor entre los superiores, entre cientos de miles de alfas no era fácil para JungKook.

- Jeon- dijo un alfa, cuyo nombre JungKook desconocía- JiMin quiere verte.

- ¿Te ha dicho qué quiere?

- Sólo que quiere verte lo antes posible en su despacho.

- De acuerdo.

Suspiró y se levantó del palco para ir a su taquilla, cuando reparó en la mirada del alfa.

- ¿Algo más?- preguntó Jeon, tratando de ser amable.

- No deberías ir por ahí sin un alfa... podrían pasarte cosas como esas- añadió, mirando a la taquilla.

NamJoon, que veía que un buen espectáculo se avecinaba, se sentó y cogió su botella de agua.

- ¿Tú me defenderías?- dijo ladeando su cabeza, para que el alfa le oliera.

- Haría algo más que eso...

Cuando aquel alfa fue a besar y oler aun más el cuello de JungKook, éste le dio tal golpe en la quijada que lo lanzó al suelo.

- No deberías subestimar a un omega como yo, pensando que necesita de la protección de un alfa como tú- dijo, mientras NamJoon soltaba una carcajada.

Jeon se vistió y salió al despacho de JiMin. Una vez asomó la cabeza dentro, una oleada del olor del alfa, le invadió y tuvo que sacudir la cabeza para alejar la marea de sensaciones que aquel sentimiento le provocó.

- ¿Me buscaba, líder Park?

- Primero, aun no soy el líder. Y segundo, trátame de tú. Nuestras familias han trabajado codo con codo durante ¿Cuánto? ¿Toda la vida? ¡Por Dios, JungKook! ¡Jugábamos juntos!

- Sí, me protegías de pequeño... y a menudo tu padre me decía "ya le devolverás el favor cuando seáis adultos".

Ambos soltaron una sonora carcajada y se relajaron.

- Bueno, tú dirás.

- ¡Ese tono está mejor!- de pronto se puso serio- otro de nuestros alfas ha aparecido muerto- dijo, sin más. JungKook le miró- era de nivel dos, JungKook, y tenía familia. Mujer y tres cachorros, uno no nato.

- Joder... ¿cómo está ella?

JiMin abrió la boca y la volvió a cerrar.

- Él era su alfa, no fue un matrimonio de conveniencia.

JungKook se tapó la cara.

- Así que ella ahora ya...

- Ella lo sintió y vino corriendo. Falleció antes de que nosotros se lo confirmáramos, el cachorro que llevaba dentro de ella también falleció. Ha dejado huérfanos a dos niños, los criaremos aquí- JungKook asintió y JiMin continuó hablando- hemos investigado y esto es lo único que hay- dijo, sacando una carpeta marrón- al parecer vio a éste alfa antes de morir. Sé que podrás decir que puede ser una coincidencia, pero los otros seis alfas que han fallecido, también le han visto y después... muertos- se tapó la cara y, cuando se la destapó, había lágrimas en sus ojos.

- Quieres que yo vaya.

- ¡Joder, no! ¡No quiero que vayas! ¡Le he implorado a mi padre para que me envíe a mi en tu lugar!

- ¿Por qué has hecho eso?- preguntó, enfadado, levantándose.

- ¿Tengo que decirlo?- preguntó con un hilo de voz.

Lentamente, JungKook se acercó a JiMin y le abrazó, sintió como éste le olisqueaba el cuello e incluso le besaba debajo de la oreja. JungKook pasó una mano tras la nuca del rubio para acercarle, si era posible, más a él y aspiró su olor, permitiéndose perderse en él.

Se sentía confundido, no era como lo pintaban en los libros, pero aquello era la realidad y estar junto a JiMin se sentía muy bien.

- No vayas- pidió JiMin, separándose de él.

- Es mi deber.

- Tu deber es protegerme a mi, si te pasara algo, yo...

- JiMin, ha sido tu padre quien ha dicho que sea yo el que vaya.

- ¡Sólo porque eres un omega!- dijo, con furia.

Algo hizo click en la cabeza de JungKook.

- Como todos los que han caído son alfas, tu padre quiere enviarme... porque soy un omega.

- ¡Pero es absurdo! ¡Debería enviar a un pequeño grupo de guardias!

- Pero no puede porque el clan vecino está en guerra.

- Pues iré contigo.

- No lo harás... iré y volveré... tengo un asunto pendiente a la vuelta- dijo, dirigiéndose a la puerta.

- ¿Qué asunto pendiente?

- Tú.

Salió y dejó a JiMin en un mar de confusión. Pero ahora no podía darle las explicaciones que quería, sobre todo porque él mismo no tenía idea de que explicaciones dar.

Por un lado, estaba el tema de que estaban desapareciendo alfas y había una personas matándolos y al líder del clan se le había ocurrido mandarle a él, un omega, a averiguar qué ocurría. Sentía que aquel plan tenía fallos por todos lados, pero no podía decir nada, a fin de cuentas, juró lealtad y obediencia al clan, no podía desobedecer.

Y, por otro lado, estaba JiMin. Estaba claro que sentía algo hacia él. Cada vez que entraba en alguna sala, simplemente sabía que él estaba allí por su olor, no es que estuviera acostumbrado a él, que lo estaba, era algo más. Y ahora JiMin le había confesado sus sentimientos, porque prácticamente se los había confesado y se habían olido. Él siempre fue un desastre para esto de las relaciones.

Resopló e hizo lo que siempre hacía cada vez que estaba perdido en medio de su vida: llamar a NamJoon.

- Tu salvación al habla.

- ¡Te necesito!

NamJoon rio.

- ¿Trabajo? ¿Amor? ¿Amistad? ¿Dinero?

- Trabajo y amor.

- Wow. Cuéntame primero lo aburrido y luego vayamos al tema del amor, quiero saber los detalles jugosos. Necesito salseo en mi vida.

JungKook le contó todo sobre la conversación que había tenido con JiMin y, como hablando del caso de los alfas asesinados, JiMin se le declaró y acabaron oliéndose.

- ¿Sigues ahí?

- Lo estoy asimilando. JungKook, sé que no es lo que quieres oír, pero temo por ti. ¿Te has planteado el hecho de...?- se quedó callado, sin saber cómo continuar.

- Suéltalo, sé lo que vas a decir.

- Acostarte con JiMin y dejar que te marque.

- ¡No quiero que me marque!

- Oh, pero entonces quieres acostarte con él.

- ¡Sí! ¡No! O sea, tiene un viaje...

- Yo también, y conmigo no te quieres acostar- replicó NamJoon- no es nada personal, sólo recalco y contraataco lo que has dicho.

- Vale sí, me quiero acostar con él.

- ¿Desde cuando sientes eso por él?

- Nos hemos criado juntos... pero supongo que... desde que fue más hombre. Desde que él se presentó como alfa y yo como omega. Es algo puramente físico. Él me atrae tanto...

- Pero a él le interesas como algo más, ¿entiendes eso, JungKook? Y, si lo entiendes y apelando a los años de amistad que tenéis juntos... no te acostarás con él. ¡Sé que es difícil! Él es un alfa, tú un omega... y las cosas pasan.

JungKook se quedó callado, reflexionando.

- Supongo que tienes razón, como siempre.

- Claro que la tengo- JungKook rio y NamJoon volvió a ponerse serio- ¿hay forma de que yo vaya contigo a esa misión? No quiero que vayas solo.

- Aun no me han dicho nada, ni siquiera quien es la persona a la que todos los alfas ven antes de morir.

- ¿Cuándo lo sabrás?

- Mañana.

- Si te dan la opción de un compañero, elígeme. No quiero que vayas solo.

- Me han elegido porque soy un omega, no creo que quieran arriesgar a más alfas.

A la mañana siguiente, JungKook madrugó en demasía, hizo su habitual rutina de ejercicios, se duchó y fue a ver a JiMin. Ésta vez, verían al líder de los Park, padre de JiMin.

Decidió llegar media hora antes para ver a JiMin. El chico estaba en su escritorio.

- Hola, JungKook- dijo, cuando la puerta se abrió.

- Me sorprende que hagas eso- reconoció el menor.

- Te he olido antes de entrar- dijo, contento.

- Aquí quien huele bien, eres tú- dijo JungKook.

No lo pudo evitar, se acercó a él y volvieron a abrazarse, aspirando uno el aroma del otro y, en aquel momento, olvidó todo aquello que NamJoon le había dicho.

- ¿Puedo besarte?- preguntó JungKook. De pronto, JungKook se tapó la boca, había olvidado que el alfa de la relación era JiMin y que esa clase de preguntas debía hacerlas él- lo lamento, yo...

- Tú no eres un omega común- dijo JiMin- y sí, puedes besarme.

- Si te va a hacer más feliz... puedes besarme tú a mí.

JiMin rio y se besaron. JungKook, por su parte, suspiró al sentir como el corazón se le aceleró y todo en él despertaba, incluso su entrepierna. Se despegó de JiMin bruscamente cuando su miembro se abultó en demasía, sobresaliendo por la tela suelta del uniforme de la guardia.

- ¡Lo siento!- dijo, muerto de vergüenza.

JiMin sonrió pícaramente y empujó a JungKook al suelo, sobre su alfombra persa. Allí le tumbó y se tumbó encima del omega. Le quitó la chaqueta del uniforme negro y le abrió la camisa.

- JiMin, quince minutos... la reunión...

- No anudaré, no te preocupes...

- Déjame olerte...

JiMin se desabrochó la camisa y JungKook se perdió en el cuello del chico.

- Omega...- gimió JiMin, mientras le bajaba los pantalones y dilataba su entrada.

Le besó con cuidado, mientras le preparaba. Las manos de JungKook, por su parte, bajaron hasta la cinturilla del pantalón del chico y lo desabrochó, bajándolo todo lo que podían sus brazos.

- JiMin...

El chico alineó su miembro con la entrada de JungKook y empujó lentamente. Se tumbó sobre JungKook, escondiendo su cara en su hombro, embriagándose del aroma del menor mientras JungKook le abrazaba, aspiraba y se contagiaba del aroma de JiMin.

- Muévete.

No se hizo de esperar y JiMin comenzó a moverse. Con cada embestida, una oleada de un perfume demasiado conocido para JungKook llegaba a sus fosas nasales y le hacía perder la razón. Se abrió más de piernas para el chico y acarició toda su espalda, sintiendo que no tenía suficiente de él.

- JiMin... necesito más de ti...

El chico le miró y ambos tenían los ojos completamente ámbar.

- Alfa... muérdeme...

Y aquello volvió completamente loco a JiMin. Tener lo que siempre había deseado: a JungKook debajo de él, llamándole "alfa" y pidiéndole que le mordiera. Pero no podía hacerlo, iban a ver a su padre, jefe de JungKook, en menos de diez minutos. Si se contemplaba como era debido, aquello no debía de estar pasando. No obstante, una pequeña marca que JungKook conservara y que sólo él viera... eso sí podía dárselo.

Abrió la boca y mordió el cuello de JungKook, con mucho cuidado, sin llegar a traspasar la carne, y comenzó a succionar mientras le penetraba con fuerza y rapidez.

- Alfa...

El cuerpo de JungKook tembló por los espasmos del orgasmo y, en el momento en el que se corrió, gritó. Gritó de dolor y placer. De placer por las embestidas de JiMin, de dolor porque uno de los dientes del chico se había clavado en su cuello, haciéndole sangrar.

- ¡Perdóname!- exclamó, lamiendo la herida, sanándola, mientras salía de él.

- No te preocupes.

JungKook miró a JiMin a los ojos y supo que estaba en un problema al entender lo que NamJoon le había tratado de decir: JiMin le amaba, por eso le estaba cuidando durante el sexo y lo seguía haciendo después. Él, JungKook, por su parte, sentía que las caricias que el chico le daba y la atención sobre si estaba bien o si le dolía mucho la herida, le molestaba. De hecho, no quería seguir a su lado. ¿Qué estaba mal con él?

Se vistieron mientras JiMin hablaba y JungKook le ignoraba.

- ¿Me estás escuchando?- preguntó JiMin.

- Lo siento, es que la reunión con tu padre...

- No parecías muy ido antes...

"Oh, no" pensó JungKook.

- ¿Te arrepientes?

"Sí"

- No, pero ahora estoy preocupado.

- No lo estés. Estamos juntos, vamos.

"Mierda"

¿Cómo decirle que todo lo dicho durante el sexo fue sólo porque se estaba dejando llevar por el placer y que, en realidad, no lo sentía en absoluto? No, JiMin no era su alfa, no lo sentía como tal.

Salieron del despacho de JiMin y fueron al despacho del líder Park.

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