Beleño, "Veneno que aduerme", ya sea a príncipes cautivos o a musas quevedianas. Allá donde la mandrágora es leyenda y la belladona, reina en destierro, el beleño es el veneno de cada día. Pues tan presente estuvo antaño esta planta en la consciencia colectiva, que se convirtió en verbo venenoso por excelencia.
Conocida como hierba del delirio, del aturdimiento, del sueño. Su reputación es oscura, hierba de brujas de nefasta y peligrosa fama. El beleño pertenece a la familia de la solanáceas, hay muchos en su género, siendo dos especies principales: el negro (Hyoscyamus niger), y el blanco (Hyoscyamus albus). En esta familia se encuentran especies tan inofensivas como la patata y el tomate, y otras más peligrosas por su toxicidad. Esta planta ha sido asociada desde la antigüedad con la brujería y la magia.
Origen
El nombre de beleño deriva del latín Belenus, dios galo al que se le consagró esta planta, con la que los galos envenenaban sus flechas. El nombre de esta planta también originó el verbo "embeleñar" (adormecer con beleño).
Los antiguos egipcios dejaron testimonio de sus conocimientos sobre el beleño en el Papiro de Ebers que data de unos 1500 años a.C. Se cree que los egipcios se valían del aceite de beleño para el alumbrado. Homero describió algunas bebidas mágicas cuyos efectos parecen indicar que el beleño era su principal ingrediente. Desde tiempos muy remotos se conoce la propiedad del beleño para mitigar el dolor y se empleaba para aliviar los sufrimientos de los sentenciados a tortura y muerte, ya que tiene la ventaja de que no solo alivia el dolor sino que induce a un estado de completa inconsciencia. Además, el zumo hervido de esta planta, forma una jalea blanca y brillante, que puede usarse en pintura y las hojas se utilizan para teñir la lana de color aceitunado.
En la antigüedad se apreciaba esta planta herbácea venenosa y de olor desagradable por razones de culto divino. En la Edad Media, el beleño negro ganó reconocimiento por su participación en el brebaje de la "poción de volar" y como aditivo embriagante a la cerveza. Hasta el siglo 17, la cerveza se solía mezclar con beleño negro para mejorar su impacto.
Características
El beleño negro es una planta verdaderamente excepcional, crece al borde de los caminos y las zanjas. Su aspecto es muy llamativo, tiene las hojas peludas glandulares, atravesadas con nervaduras negras, con sus flores blancas. La raíz es fusiforme y el fruto es una baya con semillas grisáceas de olor penetrante que muchos califican de "nauseabundo". Aunque su apariencia es especial, todas las partes de la planta son altamente venenosas. En el sur de Europa es más frecuente el beleño blanco, enraizado en los recovecos de paredes viejas o en murallas azotadas por la brisa marina.
USOS TERAPÉUTICOS
Menos mortal que la belladona, menos rara que la mandrágora, su efecto narcótico se ha aprovechado en medicina para paliar el dolor de muelas (muchos de sus nombres populares están relacionados con los dientes), los sabañones, o los dolores de parto, sumiendo a la mujer en lo que los ingleses llaman "sueño crepuscular".
De acuerdo a un libro que consigna remedios antiguos, el beleño negro se usa en casos de hipocondría, cólico de plomo, enajenación mental, epilepsia, neuralgias y convulsiones. Además, sus hojas frescas se aplican exteriormente en tumores y úlceras; mientras que ya secas, se recomienda fumarlas en forma de cigarrillo para las enfermedades del pecho. También se supone que hervidas con leche, calman los dolores reumáticos crónicos.
En la medicina popular, Hyoscyamus niger, fue utilizado como anticonvulsivo especialmente para curar el asma bronquial, y el aceite obtenido de la planta también ha resultado un narcótico eficaz, y a menudo se administró antes de las operaciones. Actualmente el beleño negro se administra solamente en dilución homeopática.
Datos curiosos
Hay quien sugiere que fue el beleño la pócima que acabó con la vida del rey de Dinamarca en el Hamlet de Shakespeare o, cuando menos, la hierba cuya descripción renacentista inspiró al poeta cuando imaginó su veneno literario.
En La Letra Escarlata el beleño aparece mencionado, junto con la belladona y el zumaque venenoso, como hierba malvada identificada con el personaje de Roger Chillingworth (presencia oscura y vengativa que amarga la existencia de la protagonista, Hester Prynne).
Por último, y para que no todo lo relacionado con esta planta sea negativo, se sabe que antaño, antes del descubrimiento del cloroformo, se usó para adormecer a los pacientes que fuesen a ser intervenidos quirúrgicamente.
El Beleño y el vuelo de las brujas
El Beleño es venenoso, está en el catálogo de plantas tóxicas; mágico, tiene forma humana y, según la leyenda, grita al ser arrancado hasta hacer enloquecer al sujeto, por eso amarraban un perro al tallo antes de hacerlo; y alucinógeno, sobre todo para las brujas.
La tradición del mundo rural cuenta que las brujas volaban; untaban su cuerpo con el jugo del beleño y creaban la sensación de volar y de que levitaban, así las veían los asistentes. Una razón más para que fueran perseguidas por la Inquisición hasta el siglo XIX.
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