yoon jeonghan
"settle down, you don't wanna see me drag the devil out"
-devilish
Seungkwan creía que Yoon Jeonghan era perfecto; con su cabello sedoso y rubio, su piel blanquecina junto a un bonito par de ojos brillantes y una voz estúpidamente suave que enamoraría hasta la última persona de la tierra. Sinceramente era algo molesto lo bonito que el chico mayor era, en especial cuando había robado la atención de Hyungwon, el crush de Seungkwan por los últimos 2 semestres, con sus encantos.
Fijó su vista en Jeonghan, quien estaba sentado bajo la sombra de un árbol mientras leía un libro de economía.
—Si lo sigues mirando así van a pensar que lo quieres asesinar —murmuró Chan, quien estaba a un lado de Seungkwan en una mesa de los jardines de la facultad.
—¿Quién dice que no quiero hacerlo?
Chan comenzó a reír y fue en ese momento cuando Seungkwan recordó que su mejor amigo era a la vez el hermano de Jeonghan, su auto-declarado peor enemigo. Sus mejillas se tiñeron de rojo, apenado por su declaración.
—Lo siento.
Chan negó manteniendo una sonrisa en su rostro y aplastó un poco el pan del sándwich que tenía en sus manos. —Sé que crees que te robó a Hyungwon, ¿pero no deberías hablar de eso con él en lugar de solo odiar a mi hermano?
Seungkwan vaciló. Chan tenía razón de cierta forma. No era como que Jeonghan hubiera obligado a Hyungwon a prestarle atención, simplemente había sucedido así; y aunque el corazón de Seungkwan doliera un poco, tenía que aceptar que Jeonghan no había hecho un plan malévolo para alejarlo de su crush.
Dejó que su cabeza descansara sobre su mejilla mientras volvía a mirar a Jeonghan. Observó a Hyungwon acercase al mayor, ofrecerle la mano y no pudo evitar sentir celos cuando Jeonghan aceptó la mano y se levantó para después alejarse junto a Hyungwon. Debió haber imaginado los ojos de Jeonghan posarse sobre él por un instante.
—No puede ser tan perfecto —murmuró Seungkwan para él mismo medio enfadado.
Chan alzó una ceja antes de morder su sándwich, esperó a poder hablar para captar la atención de Seungkwan.
—Te aseguro que no lo es.
...
La música resonó en los oídos de Seungkwan al entrar. La casa de Chan era absurdamente grande y el chico siempre aprovechaba para hacer fiestas tontas e invitar a todas las personas que pudiera (Seungkwan incluido por asociación, obviamente).
—Lo de siempre —le dijo Chan mientras le quitaba el abrigo a Seungkwan y lo arrojaba a uno de los sillones donde nadie estuviera manoseándose—, mi hermano no está, pero no vayas a su habitación. Estaré con Hansol si necesitas algo.
Seungkwan asintió mirando a Chan correr para encontrarse con Hansol.
Alguien lo empujó desde atrás y de alguna forma terminó en la cocina. Caminó hasta la barra de bebidas y tomó un vaso de lo que fuera que Chan había servido antes.
Seungkwan no era mucho de fiestas, de hecho era rara la ocasión en la que aceptaba ir a una de las fiestas de Chan, pero no iba a dejar pasar la oportunidad esta vez. Chan siempre prohibía a todos el piso de arriba excepto a Seungkwan. A diferencia de los demás, Seungkwan podía pasearse por la casa entera siempre que quisiera, podía ir y venir hubiera fiesta o no; lo único que no podía hacer era entrar a la habitación de Jeonghan.
La cosa era que, esa noche, Seungkwan estaba decidido a escabullirse en la habitación del mayor y encontrar cualquier prueba de que Jeonghan no era el chico perfecto que todos creían. Podía ser lo que fuera, y aunque realmente no tenía la intención de esparcir rumores; él quería... bueno, él solo quería encontrar algo que pudiera alejar a Hyungwon de Jeonghan.
Le dio un trago a su bebida y se sorprendió por lo bien que sabía, no le pareció un trago fuerte así que no dudó en acabarse el líquido y tomar otro vaso, y otro, y otro más. De pronto estaba bailando en medio de todos, gritando tonterías y cantando a todo pulmón canciones de desamor.
—Olvidé lo malo que eres con el alcohol —se quejó Chan mientras lo bajaba de una mesa.
Seungkwan rezongó mientras Chan lo guiaba hasta su habitación en el piso de arriba. Miró de reojo la puerta de la habitación de Jeonghan antes de que Chan lo aventara a su cama con más suavidad de la que esperaba.
—Me estaba divirtiendo.
—Lo sé. Pero creo que te sentaría bien descansar un rato —le dijo Chan—. Si necesitas algo márcame y regreso, ¿está bien?
Seungkwan asintió derrotado. Cuando Chan cerró la puerta se permitió respirar profundo. Era ahora o nunca. Aunque sabía que su estado no era el mejor, si bajaba no encontraría otra excusa para volver a subir sin que Chan sospechara.
Se levantó con un mareo ligero. Contó exactamente sesenta segundos en su cabeza antes de salir de la habitación de Chan y caminar hasta la puerta de Jeonghan.
Mordió su labio, inseguro. Agitó su cabeza para despejarse de cualquier duda antes de abrir la puerta y cerrarla tras él.
Ciertamente no había esperado encontrar a Jeonghan dentro de su habitación.
—Chan dijo que no estabas —se apresuró a decir, sintiéndose sobrio de pronto y olvidando todo el valor que antes había reunido.
Jeonghan se levantó de su cama y apagó el cigarro que fumaba en un cenicero junto a la ventana. Apoyó su peso sobre la puerta tras Seungkwan para evitar que saliera de nuevo y ladeó su cabeza.
—¿Qué haces aquí, Seungkwan?
Seungkwan tragó en seco, de pronto siendo consiente de la pequeña pipa en el piso de la habitación sacando un humo suave y la docena de colillas de cigarro en el cenicero.
—¿Cómo sabes mi nombre? —preguntó con la voz temblorosa. Ah, Seungkwan debió haber sabido que su tonto plan no saldría bien.
Jeonghan sonrió de lado y, a pesar de todo, no era una sonrisa malvada ni irritada.
—Eres el mejor amigo de mi hermano.
Seungkwan lo admitió, Jeonghan tenía un punto. Trató de alejar al mayor pero sólo consiguió que Jeonghan se inclinara hacia él, olía a nicotina y drogas. Oh, Seungkwan jamás había probado las drogas y definitivamente no hubiera esperado que Jeonghan lo hubiera hecho.
—Perdón por entrar. No le voy a decir a nadie nada.
Jeonghan suspiró sobre él. Su aliento se mezcló con el alcohol dentro del sistema de Seungkwan y de pronto tuvo ganas de cerrar la distancia entre Jeonghan y él. ¿Siempre había tenido labios tan suaves y rosados? Quizá era el alcohol hablando, Seungkwan no podía estar seguro.
—Tengo una reputación, Seungkwan. No puedo dejarte ir así como así.
Jeonghan se alejó un poco, lo suficiente como para poder tomar la muñeca de Seungkwan y alejarlo de la puerta para ponerle el seguro. Al menos ningún otro intruso entraría a su habitación ahora.
Cuando Seungkwan trató de zafarse, el agarre en su muñeca se intensificó.
—Jeonghan, yo no sabía que...
—Shh. No te voy a hacer nada —se burló el mayor con descaro antes de obligarlo a sentarse al borde la cama—. De hecho, tardaste en venir más de lo que había esperado.
Seungkwan juntó sus cejas en completa confusión.
—¿Qué?
—Creí que te gustaba Hyungwon.
La boca de Seungkwan abrió por inercia. ¿Eso quería decir que Jeonghan en realidad si había hecho un plan malévolo para someter a Hyungwon ante sus encantos o algo así?
—¿Cómo sabes eso?
Jeonghan volvió a sonreír y no respondió. Acarició la mejilla hirviendo de Seungkwan antes de recoger su pipa del suelo y darle una calada. Seungkwan lo miró atento mientras exhalaba el humo con un ruidito de satisfacción escapando de su boca.
—¿Quieres probar?
No, Seungkwan definitivamente no quería probar; mucho menos con alguien como Jeonghan quien había resultado ser una caja de secretos.
—Si —fue lo que contestó sin embargo.
Jeonghan volvió a sonreír y... dios, Seungkwan realmente comenzaba a acostumbrarse a la tonta sonrisa de Jeonghan.
—Abre la boca —le pidió Jeonghan, o quizá se lo ordenó; Seungkwan no estaba muy seguro.
El mayor volvió a tomar la pipa entre sus labios antes de retener el humo en su boca. Se acercó a Seungkwan, sus narices rozaron y Seungkwan sintió su corazón acelerarse cuando abrió la boca y Jeonghan exhaló el humo directo hacia sus pulmones.
A Seungkwan no le encantó la sensación; el sabor no era lo mejor que había probado y el aroma tampoco le agradaba, pero había algo dentro de toda la situación que lo hacía querer inclinarse de nuevo hacia Jeonghan y suspirar su aliento.
El mayor le ofreció la pipa aún en su mano, y esta vez Seungkwan dio la calada él mismo.
—No estuvo tan mal, ¿verdad? —Seungkwan negó y hubo un silencio antes de que Jeonghan volviera a hablar. —¿Por qué me miras así? —jugueteó, paseando su mano sobre el muslo de Seungkwan.
—¿Así como?
—Como si quieras que te bese.
Bueno, quizá Seungkwan realmente quería que Jeonghan lo besara. De otra forma, ¿qué hacía aún ahí, en su cuarto probando drogas a su lado?
—Hazlo —le pidió.
Jeonghan dejó la pipa de lado. Acunó la mejilla de Seungkwan y guió sus labios contra los suyos. No le tomó demasiado tiempo a Seungkwan abrir su boca y acostumbrarse a la presencia del mayor contra su lengua húmeda. Jeonghan sabía a nicotina y algo entre dulce y amargo, sus sabores se mezclaban con el alcohol que seguía impregnado en Seungkwan.
Cuando se separaron Seungkwan era incapaz de controlar su respiración, quizá demasiado abrumado por la cantidad de sensaciones nuevas. Jeonghan parecía estar mucho mejor que él, mantenía el rostro sereno y sus ojos no se despegaban de los labios hinchados de Seungkwan.
—¿Quieres que lo haga de nuevo?
No estaba pensando con claridad, era obvio. ¿De qué otra manera Seungkwan habría olvidado su intenso crush en Hyungwon solo por una cara bonita que lo intimidaba un poco?
—Si.
Jeonghan se volvió a inclinar hacia él, esta vez más hambriento y más desesperado. Seungkwan se permitió jadear cuando sintió la mano de Jeonghan colarse en su camisa, y cuando el mayor estrujó un poco uno de sus pezones duros su pantalón comenzó a molestarle. Cuando el beso terminó Seungkwan se quejó un poco. La mano de Jeonghan se alejó de su piel.
—No te atrevas, Jeonghan —regañó Seungkwan con la voz temblorosa—. No me puedes dejar así.
—Estás un poco demasiado borracho y quizá también un poco drogado —se burló Jeonghan—, no te voy a hacer nada de lo que te arrepientas después.
—No me voy a arrepentir —aseguró Seungkwan.
Jeonghan lo dudaba demasiado, sin embargo, quizá esta podría ser su única oportunidad para tener a Seungkwan cerca. No se permitió dudar más, había esperado demasiado tiempo a Seungkwan como para que se acobardara al último momento.
—Quítate el pantalón.
Seungkwan obedeció gustoso y sin reprochar, dejó que su pantalón de mezclilla cayera sobre el piso y volvió a sentarse sobre la cama.
—¿Y ahora que?
Jeonghan se relamió los labios, complacido con la vista. Seungkwan era incluso más bonito sin ropa.
—Tócate.
Seungkwan ahogó un jadeo, sintiendo su pene endurecer aún más. ¿Cómo era posible que hubiera pensado que Jeonghan era perfecto, cuando no era más que un demonio disfrazado de un ángel?
Paseó sus manos sobre su cuello y llegó hasta su pecho, jugó un segundo con sus pezones tal como Jeonghan había hecho antes y terminó deslizando sus palmas hasta erección. Sonrió al notar la manera ansiosa en la que Jeonghan lo estaba mirando, como si quisiera comerlo entero y quitarle el corazón.
Acarició la punta; su glande goteó un poco y usó el líquido preseminal para humedecer su pene, todo con lentitud, mientras disfrutaba de los pequeños jadeos que salían de Jeonghan, quien no se permitió esperar más y también se deshizo de sus pantalones.
—¿Cómo alguien como tú se pudo fijar en Hyungwon pero no en mi? —se quejó Jeonghan—. Mírate, tan bonito y obediente. Creo que nunca he estado más caliente.
Seungkwan gimió sin procesar del todo el significado de las palabras. Llevó sus manos hasta el pene de Jeonghan y lo apresó con fuerza, como si no lo quisiera soltar nunca.
Jeonghan se apresuró a imitar al menor, llevando su mano hasta la erección caliente de Seungkwan para comenzar un vaivén lento y asfixiante.
—Más rápido —rogó Seungkwan entonces, dejando libre (en contra de su voluntad) a Jeonghan y sosteniéndose con firmeza de las sabanas bajo él. Sus caderas se comenzaron a mover con voluntad propia, tratando de encajarse por completo en la mano pálida de Jeonghan.
El mayor se permitió jadear cuando juntó su erección a la de Seungkwan, creando fricción entre ellas al frotarlas juntas. Seungkwan lo besó una vez más, mordiendo sus labios y gimiendo sobre su boca. En momentos así, Jeonghan realmente se alegraba de que las fiestas de su hermano fueran tan ruidosas.
Seungkwan se corrió cuando el beso terminó. Jeonghan lo hizo cuando Seungkwan se deshizo en más gemidos gracias a la sobre estimulación que le causaba Jeonghan al seguir acariciándolo.
Tomó un pañuelo cuando Seungkwan se dejó caer de espaldas sobre el colchón, con las piernas temblando y la respiración agitada. Se aseguró de limpiarlos un poco antes de dejarse caer junto a él.
—Creo que debería irme —susurró Seungkwan, más para él mismo que para Jeonghan.
—No. Ahora sabes mis secretos, no te vas a librar de mi tan fácil.
Seungkwan volteó un poco para encontrarse con el rostro de Jeonghan demasiado cerca.
—No eres tan perfecto como todos creen, ¿eh?
Jeonghan se rió un poco y pasó uno de los mechones de Seungkwan detrás de su oreja antes de dejarle un beso en la frente que hizo a Seungkwan sonrojarse hasta las orejas.
—Si te sonrojas así con alguien más que no sea yo me pondré celoso.
Seungkwan lo entendió entonces. Ah, Jeonghan realmente era diabólico.
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