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Por amor

Namjoon

Al entrar a la casa lo primero que escuche fue el sonido de un violín inmediatamente seguí el sonido sin esperar que nadie dijera nada, incluso tuve el atrevimiento de no tocar la puerta de la habitación de la pequeña, cuando me asome sus ojos estaban cerrados y tenía una sonrisa de labios cerrados mientras tocaba. Ella es bonita de hecho bastante hermosa pero tocando no se puede describir la imagen que da es como un ser fuera de este mundo, agraciada y perfecta no hice más que quedarme escuchando el sonido tan glorioso que producía al tocar.

Hipnotizante

Atractivo

Cuando se detuvo la música sus ojos se encontraron con los por un momento no dijimos nada seguíamos absortos por la música y no debería de decir esto pero absortos el uno por el otro sacudí la cabeza saliendo de mi trance.

—Perdón, no quise incomodarte.

—Descuide no lo hizo, está es su casa después de todo.

Me rasque la cabeza algo apenado

—Eres muy talentosa, tu madre siempre me había contado de tu habilidad con el violín, se queda corta con todo lo que me dijo.

—Es algo que siempre me gustó, me alegra poder compartir mi pasión con más personas, podré hacer una gira pronto aunque gran parte se lo debo a Jungkook.

—Aun sin el, tu talento habla por si solo, hubieras llegado lejos igual sola.

Agachó la mirada mientras intento negar con la cabeza pero se detuvo.

—Espero estar a la altura de la gira, creo que debo prácticar más.

—Pues no me molesta que lo hagas, creo que incluso si desafinas se escuchará maravilloso.

—No se cómo agradecer toda su amabilidad.

—Para nada, tu madre es importante en la familia no es ninguna molestia te repito.

—Gracias señor Kim.

—Dime Namjoon o Nam, bueno te dejo descansar

Salí del cuarto para ir hasta donde estaba la señora Kang ya terminando de preparar la cena.

—Joven Kim, no lo escuché llegar.

—Escuche tocar a su hija y subí a ver cómo estaba.

—Ella tiene un don para esto, al menos está más calmada con el violín.

—¿Se lo trajo su esposo?

—Si, vino a traerle eso en la mañana

—Se nota que la ama demasiado.

—No lo sé, jamás me agrado y creo que fue un error prohibirle a Sarang estar con él, termino por casarse a escondidas de mi.

—¿No estuvo en la boda?

—Jamás me invitó.

Me pareció muy extraño por más que ella no quisiera a Jungkook ama a su hija y ella ama a su madre, es imposible que no la invitará.

….

Los  días había pasado me había acostumbrado a escucharla tocar, podía estar leyendo un libro en la sala y el melodioso sonido de su violín me acompañaba, ahora que podía estar más tiempo de pie practicaba más, ya no la había visitado no quería incomodarla pero debo admitir que quería verla tocar de nuevo, estar hipnotizado por sus manos sobre el violín.

—¿Joven Kim?

¿Cuánto tiempo llevaba llamándome?

—¿Qué sucede?

—Tengo media hora aquí casi y tú estás en las nubes

–Lia.

–La señorita llego hace un momento, pero usted estaba muy concentrado en la lectura, que no nos presto atención.

Lia se sentó aun lado de mi abrazándose de mi cintura

–Creo que mas bien es la música, se escucha maravilloso, ¿Es su hija verdad nana?

–Si señorita, esa es mi pequeña Sarang.

–¿Puedo conocerla?

Era mi pretexto perfecto para poder visitarla en su habitación.

–Claro se la presentare señorita.

Mientras subíamos las escaleras acompañados de la señora Kang me di cuenta de lo ansioso que estaba por entrar a su habitación tanto que no le prestaba mucha atención a todo lo que Lia me estaba diciendo, creo que jale de la mano a Lia cuando la señora Kang toco la puerta de la pequeña.

–Sarang, cariño quiero presentarte a alguien.

Y ahí estaba ella parada con el violín en mano mientras veía un libro con partituras la luz de la ventana parecía iluminará a ella, ahora con la cara menos inflamada y los moretones menos visibles todas su facciones eran aun mas marcadas.

–Pero si eres bellísima.

Lia se acerco a darle un apretón de manos jalándola hacia ella para darle un abrazo, ella era asi de cariñosa es una de las cosas que siempre me han gustado de ella.

–Gracias

–A mi no me agradezcas, agradece al que te hizo niña sin mencionar que tu talento se escucha hasta afuera de la casa, mis modales lo siento, mi nombre es Wang Lia, soy la prometida de Nami un placer conocerte.

Inclino la cabeza para saludar de manera formal.

–Soy Jeon Sarang un placer.

–¿Tu apellido no era Kang?

–Ella esta casada Lia.

–No estaba enterada de ese dato.

Como era costumbre de Lia le hizo mil preguntas de todo tipo, la pequeña fue muy cortes en contestar de manera amable cada una, incluso pude notar una sonrisa en ella cosa que no había visto desde que esta aquí. Yo solo estaba de espectador en lo que parecía la platica de dos mejores amigas, Lia tenía ese don de poder entablar amistad hasta con una piedra.

–Bien querida es momento de que me retire, pero créeme que estaré en primera fila en tu concierto, Taehyung estará en tu gira.

–Si escuche de el, es muy bueno.

–Pues es amigo nuestro, ¿verdad nami?

–Cierto no recordaba lo de su gira, creo que tenemos boletos incluso.

–Perdónalo cariño este hombre solo vive para sus negocios, no recuerda que estuvo con Tae en la universidad mucho menos de su concierto.

Después de despedirnos de la pequeña Lia y yo quedamos en ir a cenar, mientras se colocaba la chaqueta tocaron el timbre, al abrir vi a Jungkook saludando desde la puerta, supe que era momento de despedirse de Sarang.

Sarang

Ya tenía mi maleta lista cuando Jungkook toco a mi puerta, había pasado unos días agradable aquí incluso la prometida del señor Kim fue muy agradable, el tomo mi maleta sin decir mucho baje de tras de el viendo como mi madre me esperaba ya en la puerta fue una pena de no poder despedirme del señor Kim ni su prometida, pero Jungkook dijo que el les agradeció por todo.

Me acerque a mi madre para abrazarla.

–Iré a visitarte a cada momento, me alegró tenerte aquí mi vida.

–Siempre será bienvenida en nuestra casa.

–Pensé que no era así, con eso de que no fui invitada a la boda, creí que ya no querías saber de tu madre

–¿Qué dices?, si yo te envié la invitación.

Antes de terminar la frase me quedé helada y aun con las manos de mi madre en mis brazos temblé un poco.

–Sarang ¿estas temblando?

Jungkook me aparto de su lado.

–Todavía esta débil debe de entender, la veremos después señora.

Solo salimos, el me abrió la puerta del coche tome asiento sentía un frio recorrer mi nuca sentía que el cinturón pesaba demasiado, y el aire comenzaba a hacer pesado estaba iniciando un ataque de pánico pero ¿por qué?

Durante la mitad del camino no dijimos nada se limito a conducir mientras yo tenía mi cabeza apoyada en el vidrio mirando los autos pasar.

–Espero que esta especie de vacaciones te sirvieran un poco y estes menos tensa, mañana tienes un ensayo general.

–Aun no me siento del todo bien.

–Lo sé, pero no podemos quedar mal, además te vi muy feliz no creo que tus malestares sean demasiados, ¿te trato bien el señor Kim?

Aunque su tono de voz era tranquilo se sentía como una pregunta molesta.

–No lo vi casi, la mayor parte del tiempo estaba trabajando, solo estábamos mi madre y yo en la casa

–¿Segura que no lo viste?

–No.

–Mírame cuando te hablo Sarang, como tu esposo debes de mirarme cuando te hago una pregunta.

Levante mi rostro del vidrio de manera inmediata y lo voltee a ver parpadee un par de veces encontrándome con unos ojos, unos ojos que no eran de mi esposo los ojos de esa pesadilla que me atormentaba en ocasiones.

–¿Lo viste o no?

–No, a solas nunca.

–Ese es mi Ángel

Tomo mi mano y la beso, siguió manejando con una sola mano mientras yo veía sus lindos dientes relucir en su perfilado rostro.

Llegamos a casa…

Mi hogar

Fui a recostarme un rato en la cama me sentía algo cansada, había estado mucho tiempo practicando y los medicamentos para el dolor estaban por dejar de surtir efecto anunciando que me tocaba la siguiente dosis, Jungkook se metió a bañar pues había llegado directo de su viaje por mi y quería descansar un poco. Saque las pastillas de la bolsa donde venia el medicamento no tenía que ir a la cocina por un vaso con agua siempre había una jarra con agua aquí en el cuarto, solo me serví un poco para pasar las pastillas, mientras las tomaba las palabras de mi madre aparecieron en mi cabeza de nuevo ¿cómo dice que no la invite a la boda? Jungkook me dijo que ella había rechazado la invitación al día mas importante de mi vida, por eso no le hable durante todo este tiempo creí que yo había muerto para ella.

Jungkook salió del baño solo con una toalla envuelta en su cintura y secándose el cabello con una más pequeña que estaba alrededor de su cuello. Su cuerpo es una tentación, se mantiene en forma gracias a las horas semanales en el gimnasio y llevar una dieta balanceada. Cualquiera que lo viera de esta forma no podría quedar mas embobado por su figura masculina, yo no era la excepción, por lo tanto, no me di cuenta cuando se acercó a mí dejando un casto en mis mejillas, después otro pequeño roce en mi nariz para luego atacar mis labios de una manera tan agresiva que llegó a magullarlos.

–Mi ángel, te extrañé tanto. Extrañaba tanto tus labios.

Tiró de mis hombros hasta dejarme de pie frente a él. Sus manos heladas y callosas frotaron mis brazos de arriba abajo como si buscara hacerme en calor, logrando que me sintiera inesperadamente cómoda. Manejándome a su antojo, me ayudó a apoyarme en la cama y quedar en el centro. Se colocó sobre mí en el espacio entre mis piernas mientras sus dedos plantaron un ágil recorrido por mi cuello, pasando por mi clavícula hasta la línea de mis pechos. Se aventuró más allá, siguiendo un camino en dirección a mi abdomen.

—Si pudiera quedarme con solo un recuerdo de ti, conservaría sin duda la imagen de tú nívea piel. No soportaría perderte, Sarang. La primera vez que te besé supe que sería inútil resistirme a ti.

Su dedo viajó hasta mis labios, pellizcándolos.

—Tus labios son tan suaves, mi Ángel. Toda tú eres hermosa.

Su voz fue disminuyendo hasta fundirse con mi suspiro, nos besamos y la verdad de mi devoción por él dejó de ser un secreto nuevamente. Ahí estaba. Lo amaba y plasmé en ese beso una verdad implícita: que no existía adversidad o desafío en este planeta que yo no sorteara para quedarme a su lado.

Con sus besos descendió a través de mi cuerpo, no sabría decir dónde posó esos ardientes labios. Me podría tocar el tobillo y la calidez de su caricia se expandiría en una ominosa réplica a través de cada poro. Cada uno de mis sentidos respondía mejor a Jeon Jungkook que a mis neurotransmisores.

—Oh, mi pobre angel tan dañado.

Advertí en su voz un atisbo de ironía, más no reparé en ello dado la insistencia de sus besos. Sus manos amasaban mis muslos, no pude evitar gemir de dolor al sentir mi piel estirándose.

—Descuida, mi amor, esto no volverá a pasar, te protegeré de ahora en adelante.

El acto me generaba un poco de dolor, aún así sus manos eran delicadas. Sentirlo apretarse contra mi era un deleite algo tortuoso, también lo necesitaba así que tenía que soportar las punzadas que me causaba cuando acariciaba de manera brusca alguna parte de mi cuerpo.

Retiró la ropa  interior de un tirón para separarme las piernas y embestirme sin titubeos. Se aferró a mis caderas y por mi parte, mantuve las manos a mis costados cuidando no tocarlo. Quería abrazarlo y mantenerlo aún más cerca, pero no podía hacerlo si él no me lo pedía. Encontraba cierto placer en dejarlo llevar el control. Así funcionaba muy bien entre nosotros, no quería hacerlo enojar por esa nimiedad.

Me giró usando una mano y empujó mi cabeza contra la cama. Mis huesos crujieron, el golpe atizó una ráfaga de electricidad a mis extremidades, haciéndome retorcer por el dolor. Creí que me desmayaría de un momento a otro. De mis labios rotos brotaron un par de quejas que rápidamente fueron silenciadas por su mano libre. Si aplicaba más presión podría acabar de una vez conmigo, el ángulo que formaba mi cuello era peligroso pero él siguió embistiendo con más fuerza a medida que su clímax se aproximaba. En cuanto lo alcanzó, el latigazo de su rechazo cayó sobre mí, haciendo lucir mis heridas físicas como un juego de niños. Él me desechó una vez más después de usarme.

—Odio cuando haces tanto ruido, Sarang. ¿No puedes permanecer en silencio por un par de minutos?

—Lo, yo, lo siento. Jungkook, yo…

—Ya déjalo.

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