Henry estaba en su hotel en Japón, el ha pasado mas de una semana en el país.

En un principio estaba preocupado por la barrera del idioma, pero luego se le paso.

Magia, se olvido que podría aprender otros idiomas por medio de magia.

Los últimos dos días a tratado de encontrar algún distribuidor de filetes Kobe. Encontró pero no lo suficiente buenos.

Uno de ellos incluso vendía ilegalmente, cuando se dio cuenta, simplemente salio del lugar.

Pero ahora, en esto momentos se estaba riendo.

Henry se partía el culo riendo. Acababa de recibir una llamada por un espejo, de parte de Daphne, ella le informo sobre la fiesta de bienvenida, la selección de los primeros años y de como Draco Malfoy termino en Gryffindor.

Daphne le envió una grabación, donde se veía a como el sombrero gritaba Gryffindor, al mismo tiempo que Draco vomitaba y se desmayaba en todo lo que había escupido.

No fue una sorpresa que Charlus terminaba en la misma casa que Malfoy.

Luego de minutos de risas, el ya comenzó a calmarse.

"Ahh... seria grandioso ver las reacciones de Lucius y Narcissa", murmuro Harry para si mismo.

"Pero ya son mas de las tres de la tarde", observando el reloj, Harry comenzó a alistarse para visitar el lado mágico de Japón.

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Era muy diferente, mientras en Diagon Alley o los callejones vecinos en Inglaterra tenían muchas tiendas demasiado juntas y apretadas.

En el lado mágico de Japón, las calles eran anchas y de piedra, las tiendas y similares estaban construidas de manera tradicional, casi como en la era Edo.

Harry recibió muchas miradas, no malas, si no mas de un tipo desconcertada. Parece que no era común tener visitantes de otros países en este lado.

Gracias al método mágico cuando aprendió el idioma, podía leer y hablar fluidamente Japones.

Comenzó a ver todas las tiendas que encontraba, realmente estaba emocionado por ver la magia de otro país o sus artículos en venta.

El encontró una tienda de varitas, curioso entro dentro.

La tienda no era muy espaciosas y a diferencia de Ollivander no tenia todas sus varitas amontonadas en los muebles dentro de la tienda.

"Bienvenido, soy Watanabe Hiro el dueño", la voz provino de un anciano de cabello completamente blanco de canas, vistiendo una yukata negra.

"Henry Slytherin, lo siento, pero pase a ver sus varitas, estaba curioso por ver en que se diferenciaban con las de Gran bretaña", dijo Harry.

Ya que no estaba en Londres, no había necesidad de ser tan cauteloso con su apellido.

"¿Oyaa... desde Inglaterra... debiste conseguir tu varita con el viejo Ollivander? ", pregunto el dueño.

"No... fue heredada, pero funciona perfecto", respondió Henry sacudiendo su cabeza. Watanabe frunció sus cejas un poco.

"Puedo verla señor", pregunto el anciano.

"Claro...", el joven Henry entrego su varita, mientras hacia otra pregunta. "Conoce al señor Ollivander, Watanabe-san"

Mientras examinaba con cuidado la varita el respondió.

"Si... podrías decir que somos viejos amigos...", respondió el anciano, antes de asentir.

"Es una excelente obra de arte, madera de serpiente con núcleo de colmillo de basilisco", comento el wandmaker.

"¿Puedo saber quien la creo?"

"Salazar Slytherin", respondió Henry simplemente.

"Se rumoreo que ese hombre era un wandmaker, parece que es cierto",

"¿Te gustaría que cree una varita para ti?, pregunto Watanabe.

"¿No es ilegal portar dos varitas?", pregunto el joven en shock. El anciano agito la cabeza hacia los lados suavemente.

"No... solo si la utilizas, e incluso se puede pedir una autorización en los ministerios de tu país de origen", respondió el viejo, Harry sonrió con alegría.

"Entonces, por favor..." Hiro apunto con su dedo a una repisa con lo que parecían muchas muestras de madera.

"Pase su mano por cada muestra, si siente que reacciona con su mano dígamelo..."

Harry asintió, mientras levantaba su mano pasando por cada una de las muestras. Vio algunas conocidas, como la propia madera de serpiente, acebo y otras mas. 

Después de unos minutos, Harry sintió su magia reaccionar en un pedazo de madera color café con un tinte rojizo.

El volteo su cabeza apunto de hablar, pero se detuvo cuando vio la sorpresa en el viejo wandmaker.

"¿Que pasa?", pregunto Harry. La pregunto saco al viejo de su sorpresa.

"¡F-fantástico, brillante...", exclamo feliz el wandmaker.

Viendo el rostro interrogante del niño, Watanabe Hiro decidió elaborar mas.

"Chico... puedes no saber, pero la madera de cerezo es muy rara, crea las varitas mas poderosas y de calidad en el mundo... los hechiceros con estas varitas son alabados en Mahoutokoro"

"De verdad...", pregunto un poco sorprendido y feliz Henry.

"Hai, por favor al otro lado están los núcleos, el mismo procedimiento", Hiro ahora estaba emocionado por crear esta varita.

Henry realizo el mismo procedimiento, esta ves vio colmillos, cabellos, fibras de corazón, incluso sangre.

"Este...", luego de un par de minutos, Harry apunto a una cuerda de corazón.

"¡Guahahahaha!", Henry se sobresalto con la repentina risa de Hiro y lo miro.

"Iaaa... lo siento niño, pero esta sera una de las mejores varitas que creare"

"Cerezo con un núcleo fibra de corazón de dragón, una combinación tan poderosa, parece que tienes fuerza mental y auto control excepcional".

"Bien... tendrás que esperar o dar una vuelta; tardare unas 4 horas en terminar", 

"Bien, volveré a las siete de la tarde"

"Si, eso estará bien"

Hiro veía con una gran sonrisa como el niño salia de su tienda. El fue a la parte trasera de su tienda y se acerco a una chimenea.

"Mahoutokoro, Yoshu Hikari" Llamo el viejo lanzando el polvo, después de unos segundos una cara apareció era una mujer mayor, de la misma edad que Hiro.

"¿Que quieres viejo de mierda?".

"Oya~~~, tan agresiva como siempre", respondió de manera burlesca .

"Tch.. solo dime que quieres, estoy ocupada".

"Hoy entro a mi tienda un joven de nombre Henry Slytherin",

"¡Q-que....!", la cara de la mujer chillo sorprendida.

"¿Estas seguro viejo Hiro?", pregunto la Yoshu Hikari.

"Hai... no solo eso, el ya tenia una varita. Pero decidí hacerle una segunda... madera de cerezo y fibra de corazón de dragón"

"Kusoo... cuando volverá por la varita...", Yoshu Hikari maldijo.

"Siete de la tarde..."

"Bien, estaré ahí...."

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Mientras la conversación de los dos ancianos ocurría, Harry continuo navegando a través de las tiendas comprando todo tipos de cosas que le interesaran o podrían a Daphne.

Libros de pociones, joyas, ropa... el simplemente no se detuvo. 

Después de todo, eran sus primeras vacaciones, bueno, vino por trabajo pero... el no puedo evitarlo.

Siguió comprando y comiendo los platos tradicionales del país durante cuatro horas y ya era hora de ir por su varita.

"¡Bien, ya llegaste chico!", cuando Harry entro a la tienda, fue recibido por el alegre grito del viejo Hiro

Cuando le dio un vistazo a Hiro, vio que no estaba solo. A su lado estaba una mujer de cabello largo y canoso, llevaba yukata finamente elaborada y una túnica dorada.

"Ah.. si ella es una amiga, vine para ofrecerte una oferta", Mirando al joven, que le dio un vistazo a Yoshu, el respondió.

"¿Oferta?", dijo Harry levantando sus cejas.

"Un gusto conocerte Henry Slytherin, Soy Yoshu Hikari directora de Mahoutokoro...", ella realizo un arco perfecto en saludo. Harry con los ojos ensanchados de sorpresa solo pudo imitar su saludo.

"Puedo saber cuanto tiempo estarás en japón...", pregunto la mujer mayor.

"B-bueno, viaje por negocios, para conseguir un distribuidor de carne Kobe, pero puedo estar hasta un año en Japón...", Henry estaba un poco nervioso, después de todo la directora de la escuela numero uno en magia estaba frente a ella. 

"Veo..., dígame le gustaría asistir a nuestra escuela durante ese año", la mujer pregunto.

"Q-que", las palabras de Harry sonaron en casi un susurro.

"Los portadores de una varita de cerezo y mas aun con un núcleo de fibra de corazón de dragón, son alabados y buscados en japón; entonces, que dices joven"

La mente de Harry corría a toda velocidad, pensando en todo, el podría aceptar pero tendrá que retrasar un poco la apertura del Delicattesen. 

Pero no habría otra oportunidad para esto.

El finalmente tomo su decisión y miro a la mujer mayor a los ojos.

"Bien... tomare su oferta".

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