3.
11:56 am
Miraba el cielo un poco desubicada, mientras caminaba rumbo la cafetería en la que había pactado verse con Johannes. Estaba muy nerviosa pues en sus 19 años de vida esta era su primera cita real con un chico, nunca había salido con uno y mucho menos tan atrevido y guapo...
De inmediato se sonrojo, ella conocía muy poco del asunto del amor y todas esas cosas. Aceptaba que en el pasado ya la habían invitado a salir pero su respuesta siempre había sido ¡NO!.
Sin embargo ese chico había plantado una extraña duda en su cabeza. ¿Por que había llorado al verla por primera vez?
Arendelle
Se removió con bastante dificultad, apenas y podía recordar lo que pasaba, abrió los ojos con lentitud y en un momento estuvo de pie. Alarmada quiso asomarse por la ventana, sin embargo unas cadenas se lo impidieron por completo. Con esfuerzo y acomodando un poco su cuerpo al fin pudo ver lo que ocurría en el exterior. "Arendelle, El mar, todo afuera estaba sumido en el invierno que Anna había mencionado"
—¿Que fue lo que hize?— habló con suavidad.
Sorpresivamente la puerta se abrió dejando ver la luz de una linterna que apenas y era suficiente para iluminar al Príncipe que una horas atras Anna le había presentando. Y entonces las imágenes de lo ocurrido en el castillo de hielo se hicieron presentes como recuerdos. —¿Por que me trajiste aqui?— exigió saber la reina al par que se aproximó a el, hasta encararlo.
—No queria que la lastimaran— dijo directamente mientras se intentaba cubrir del notario frio.
—¡Pero soy un peligro para Arendelle!— era verdad ella era un monstruo. —¡Trae a Anna— ordenó como la reina que era.
—Anna. No a regresado.
Un terrible nudo se formó en lo mas profundo de su garganta la escuchar aquello.
—¡Reina, por favor suprima el invierno —se acerco lleno de esperanza.
—De vuelva nos el verano, ¿Puede?— el muchacho había intentando sonar lo mas amable posible, pero el rostro que la reina puso, no albergaba esperanza de ningun tipo.
—¿No lo entiendes?— todo su rostro se contrajo en una mueca de desesperación y miedo —¡No se hacerlo!.
Silencio.
Miradas de pena e impresión.
—¡Tienes que decirles que me liberen!— suplico casi llorando, pero el estaba tan impresionado que solo pudo contestar.
"Si, lo intentare" para despues desvanecerse en la obscuridad del lugar, dejando atrás a una desesperada y muy asustada Elsa. Una pobre chica que estaba a punto de detonar por el dolor. Hans lo sabía y sentía una extraña pena por ella, podía escuchar como sollozaba del otro lado de la puerta.
Si tan solo las cosas hubieran sido distintas pero no y debía hacerse cargo Anna era su última esperanza. Ya idea ría algún plan para que Elsa se fuera de este mundo sin dolor.
Londres.
Eran ya más de las 2, el joven no había hecho acto de presencia y eso estaba poniendo nerviosa a Elle, ¿Y si solo era una broma? Las piernas comenzaron a temblar, "Que tonta" seguro estaba con sus amigos riendo de lo mas a gusto mientras la dejaba como a una idiota. ¿Y si le paso algo? Por un momento se sintió mal al ser tan severa con el...
—¡Bien Elle, cuenta 100 personas y si el no aparece te vas!— nerviosa comenzó a contar a las personas que pasaban frente a la cafetería. Al llegar a cincuenta comenzo a perder la fe y al pasar los setenta y ocho un nudo se le formo en el estomago. —¡Noventa y ocho!— una linda chica de pelo negro y abrigo blanco. —Noventa y nueva— una señora bastante vieja. —Y cie...
Su rostro la sorprendio, era el y parecía bastante agitado, levanto la mano y desde afuera le mostro lo que parecia su celular. La despistada chica sacó entonces su celular descubriendo 100 llamadas perdidas de Johannes Strauss.
No la olvidó, la había estado llamando desde hacía horas. —¡Ah, yo!— de inmediato se puso de pie. —Soy torpemente nueva con eso de los telefonos asi que. Estaba en silencio y...
Saco dinero de su bolso y dejo en la mesa lo necesario para pagar su consumo, luego salio para encontrarse con el.
—Estoy sorprendido de que me esperaras por tanto tiempo— sonrió el peli-rojo mientras caminaba a su lado.
—Lamento no haber contestado. El celular es algo que no uso mucho así que olvide revisarlo, lamento no haber contestado ninguna de tus 100 llamadas.
—¡Descuida! Es que. Bueno trate de llegar a tiempo pero mi auto no encendió, llamé a un taxi pero demoro mucho y me llevo en la dirección incorrecta. Casi me asaltan y tuve que tomar dos autobuses para llegar aquí.
—Era como si el destino no quisiera que me vieras hoy— sonrió ella.
—El destino no me dice que hacer. Esperé mucho por tu llamada y no iba a desperdiciar mi oportunida— la miró de reojo haciéndola sonrojar. —ademas recordé que queria decirte algo.
—Debió ser muy importante como para tomarte tantas molestias solo por verme.
—Si— se detuvo y la miró de frente —Elle, el chocolate también es mi favorito...
La rubia lo miró impresionada, era un tipo demasiado alagador.
—¿Eres de algun grupo religioso? ¿Quieres que me una a tu religión o algo? ¿Es por eso que te tomas tantas molestias?
El solo sonrió
—Puedes estar tranquila majestad. Soy ateo y mi unica intención es estar contigo.
—¡ah, que lindo!— soltó casi sin pensarlo.
—¡Tu eres linda Elle!— sonrió dulcemente sonrojandola todavía más.
—¿Soy linda? ¿De verdad?
—¡Si! ¿Ninguna otro tipo te lo a dicho antes?
—Nunca. Existió otro tipo, creo que ser tan estudiosa me resta atractivo...
Apresurado contesto
—es genial que no exista otro tipo, asi que no aceptes la invitación de más chicos. Tu me gustas asi tal cual, yo estudiare contigo si es necesario...
Ella solo asintió con impresión, de verdad ese tipo era demasiado directo y un poco tosco.
Continuaron caminado y conversando hasta que prácticamente se hizo de noche. Johannes platicaba sobre su vida y sus tres hermanos mayores que no tenían nada en común con el, pues eran casi 13 años mas grandes, hablo sobre su ostentosa y conservadora familia y sus pasatiempos.
Descubriendo que de verdad tenían algunas cosas en común.
Ella por su parte habló sobre su única hermana, quien era un poco menor y realmente parlanchina, sobre sus protectores padre y como casi toda la vida fue una chica timida...
—Y por eso todos en casa me llaman Jojo, incluso mis amigos aqui me llaman de ese modo. Tu podrias llamarme así, es extraño que me digas todo el tiempo Johannes, eso suena como mi mamá regañandome.
—Jojo, es un poco informal para mi gusto. Me daría pena llamarte como las personas que son cercanas a ti.
—Dentro de poco también serás alguien cercano a mi, asi que acepta, ¿si?.
—Te contaré un secreto...
Arendelle...
—¡Volvere a buscar a la princesa Anna!
El príncipe estaba determinado, tenia que asegurar el bien estar de su ultima carta.
—Es peligroso que salga otra vez— dijo uno de los Lords, siguiendolo.
—Si algo le pasa...
—Si algo le pasa a la princesa, Arendelle solo lo tendra a usted.
Y para su buena suerte un par de sirvientes entro con la moribunda chica, por alguna razón ella insistia en besarlo, así que los demás decidieron darles un momento de intimidad. La inocente mujer le contó como la reina había congelado su corazón y que era necesario un acto de amor verdadero para salvarle la vida..."un beso" pero existía un problema, el no la amaba asi que el beso no solucionaría absolutamente nada. "Oh Anna, si hubiera una persona aqui que te amara"
En los ojos visualizo lo roto que en ese momento estaba el corazón de la princesa. No la amaba y para empeorar las cosas planeaba apoderarse de su reino dejándola morir...
—No eres rival para Elsa,
—No, tu no eres rival para Elsa...
Londres...
—¿Un secreto?
—¡Mis padres fueron con un adivino para obtener un buen nombre para mi! Aunque eran pobres en ese tiempo, querían que tuviera una buna vida, asi que el adivino dijo que debian ponerme Elsa, por que solo asi iba a poder arreglar mi futuro, pero yo prefiero que me llamen Elle como solia hacerlo mi hermana, ella decía que Elle me hacia brillar como los diamantes— sonrió mirandolo a los ojos y plantando una extraña sensación en el. —y a mi enserio no me gusta mi nombre parece el nombre de una chica con un pasado triste. Asi que creo que lo mas justo es que si quiero que me sigas llamando Elle, yo te diga Jojo a ti.
—Bueno— se rasco la cabeza pensando una solución —¡Lo tengo! Mira la abuela me llama Hans, es una abreviación de mi nombre, es un poco menos informal y tu podrias llamarme Hans, si asi lo prefieres.
—No, sera Jojo y yo Elle, ¿te parece?
El pelirrojo, lucía tan guapo y simpático, todo era perfecto para ella. El calido viento de la tarde movía su larga y delicada cabellera, tenia los ojos fijos en el, los labios entre abiertos y esa expresion que ponia cuando estaba muy feliz...
El destino es complicado y casi siempre detras de todas las cosas maravillosas de la vida siempre se esconde algo triste.
CONTINUARÁ...
HASTA AQUI EL CAPITULO.
LO MEJOR APENAS ESTA POR VENIR, ME EMOCIONA VER COMO LENTAMENTE TODO SE ESTA CRUZANDO... ¡QUE EMOCIÓN!
bueno
sin mas me despido.
Gracias por leer y perdón por las faltas de ortografía, si les gusto no olviden votar o comentar...como siempre su opinión es MUY IMPORTANTE.❤❤.
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