•There's a poison in this water
La piel dorada resbalosa contra la suya, los suspiros silenciosos, el cabello oscuro pegado a los costados de su rostro. Hoseok estaba perplejo con la hermosura casi irreal de HyungWon, a quien tenía enredado en su cuerpo, con las piernas largas firmemente sujetas en sus caderas. Los labios calientes contra la piel fría de su cuello. Era una locura. Una locura de la que no quería salir. Aferrando una mano contra los mosaicos azulados, se movió agresivamente hacia adelante y HyungWon siseó entre dientes.
-Cielos, hazlo otra vez... por favor -suplicó casi en un sollozo y tomándolo por el cabello. Ladeó la cabeza para darle más acceso y la lengua de HyungWon se adhirió a su cuello.
Hoseok podía sentir su sangre hervir. Cerró los ojos y volvió a embestir. Era una sensación fabulosa. En arrebato de pasión, afirmó ambas manos en el trasero de HyungWon y caminó hasta la escalinata de la piscina y se sentó, acomodando el cuerpo delgado sobre su regazo. Con una rapidez poco común, HyungWon se acomodó y comenzó a moverse lentamente, dándole a Hoseok una vista más que perfecta para disfrutar de su cuerpo que estaba solamente iluminado por las luces tenues de la luna cuya luz se filtraba por los pequeños ventanales altos. No podía pensar en nada más que en la hermosa aparición que jadeaba sobre su cuerpo. Era como un espiral, donde su cuerpo era arrastrado por una fuerza sobrenatural y poderosa. No pudo reprimir un gemido de placer cuando HyungWon rodó las caderas y cayó sobre él, respirando agitadamente y sonriendo, con los ojos entreabiertos y las mejillas arreboladas por el calor y la temperatura del ambiente. Clavó sus dedos en la cintura delgada y se movió de nuevo hacia arriba arrancándole un gemido agónico al alto. Todo era demasiado perfecto para ser real. HyungWon desnudo encima suyo, la luna gigante proyectando sombras brillantes sobre la piel sedosa...
Un largo rato después, Hoseok estaba sentado sobre el borde de la piscina mirando a HyungWon que nadaba con una sonrisa pintada en su hermosa cara.
-¿En qué piensas? -le preguntó este cuando se acercó a él nadando poco tiempo después. Dibujó formas sobre la piel encrespada de la pierna con un dedo y luego dejó un beso sobre la rodilla.
-En que aún no puedo creer que esto esté pasando. Que estés acá conmigo -la respuesta de Hoseok volvió a tomarlo con la guardia baja. No estaba acostumbrado a los halagos, a pesar de que los recibía con frecuencia, pero siempre eran sobre su trabajo, casi nunca sobre su persona
Sonrió apenas y se impulsó hacia arriba para salir del agua. Hoseok lo abrazó y se recostó con él en sus brazos. Ambos yacían desnudos sobre el piso del natatorio. HyungWon apoyado sobre el cuerpo grande y musculoso.
-Gracias por este día, Hoseok. Hace mucho tiempo que no me sentía tan bien.
-¿Por qué dejaste de nadar?
HyungWon levantó la cabeza y Hoseok le guiñó un ojo.
-Mi hermano pequeño falleció hace poco más de un año. Esto es algo que hacíamos juntos. No pude volver a entrar en una piscina desde que él se fue... -dijo con la voz quebrada. Hoseok lo apretó más contra su cuerpo-. Mi vida se fue en picada luego de su muerte.
-¿Todo eso tiene algo que ver con lo que está pasando en tu matrimonio?
Hubo un silencio antes de que HyungWon dejara escapar un suspiro largo.
-Fue todo mi culpa. Yo... yo estaba tan devastado por lo de Kai que simplemente descuidé todo lo demás. Mi matrimonio, mi vida...
-No puedes culparte por eso. Cada persona transita el dolor de diferentes maneras. No puedes culparte por estar de duelo.
HyungWon se limpió una lágrima que rodó por su mejilla.
-Pero eso no hace que me sienta menos culpable. No supe qué hacer con todo el dolor que sentía y supongo que fue más fácil para mí evadirme de todo. DongHae simplemente dejó de intentarlo conmigo.
Hoseok masculló algo por lo bajo.
-Si él no pudo acompañarte en el momento que más lo necesitabas, lo siento, pero él no te merece.
-Parece que todos coinciden en eso -HyungWon se incorporó y Hoseok hizo lo mismo-. Nos divorciaremos.
Hoseok quiso alzar el puño en señal de triunfo, pero en su lugar le acarició la mejilla.
-Lo siento mucho...
HyungWon sonrió.
-¿De veras lo sientes?
Hoseok chasqueó la lengua y finalmente rio.
-Que va. Estoy malditamente feliz de escuchar eso -dijo. HyungWon se echó a reír.
-¿Y tú? ¿Tienes a alguien?
Hoseok sacudió la cabeza.
-No. Acabé con una relación terrible y honestamente estaba resuelto a no intentarlo más. Pero entonces apareciste tú...
HyungWon abrió mucho los ojos y se mordió el labio.
-¿Por qué yo? No logro entenderlo. Tú eres increíble, estoy seguro de que puedes tener a la persona que desees.
-Pues resulta que todo lo que deseo está sentado frente a mí. Además el único increíble acá eres tú.
HyungWon abrió la boca para replicar, pero Hoseok lo calló con un beso.
-No sé por qué piensas que no lo eres. Cada segundo que paso contigo descubro algo más por lo que volverme loco. Es ridículo, pero me tienes como un idiota. No he dejado de pensar en ti desde que te conocí.
-Estás loco, ¿lo sabes? -le dijo para terminar apretándose más en sus brazos. -¿Te quedas conmigo esta noche?
Hoseok asintió.
-No querría estar en ningún otro lado.
Se vistieron en silencio, echándose miradas cargadas de deseo y esperando llegar a la cama. El viaje fue tranquilo y ambos conversaron sobre lo que les gustaría hacer juntos y cuando llegaron a la entrada, Hoseok se acercó a besarlo, pero se detuvo en el camino.
-Won, ¿tú dejaste las luces encendidas de la primer planta?
HyungWon se giró confundido y soltó un suspiro cansado.
-Me temo que tendremos que dejar todo para otra ocasión. DongHae está en casa.
-¿Quieres que...?
HyungWon negó con la cabeza.
-No. Esto es algo que debo arreglar yo. Ve. Te llamaré. Estaré bien.
Finalmente Hoseok se fue y HyungWon entró a la casa. Su marido estaba sentado en la cocina, con una copa de vino en la mano.
-No sabría que volverías hoy -dijo encendiendo las luces. Dong Hae lo miró.
-¿Dónde estabas? -preguntó y sus ojos lo recorrieron por completo-. Ah, entiendo.
HyungWon frunció el ceño.
-¿Qué entiendes?
-Mira la hora que es, el cabello mojado... ¿Es por eso que quieres divorciarte?
Su marido volteó a mirar hacia el ventanal. Su cabello lucía despeinado, como si hubiera estado pasándose las manos por la cabeza repetidamente. Aún vestía la ropa de viaje.
-¿Cenaste? Creo que hay algo de comida...
-No respondiste mi pregunta.
HyungWon suspiró. Se sentía cansado y solo quería meterse en su cama.
-¿De veras crees que todo esto es algo que saqué de la galera ahora? ¿Te parece que estábamos bien?
Su marido se acomodó en el asiento, mirándolo a los ojos.
-Hemos estado juntos por diez años...
-Y hace casi un año que ni me miras, DongHae. Sé que no es todo culpa tuya, créeme, lo sé. Pero yo... tienes que entender que la muerte de Kai fue algo para lo que no estaba preparado -sus ojos se humedecieron y su voz volvió a quebrarse como cuando hablaba con Hoseok en la piscina.
-¿Y piensas que para mí fue fácil? Yo también lo quería...
HyungWon se secó las lágrimas y asintió.
-Lo sé, pero él era mi hermano. Mi único hermano.
Ambos se quedaron en silencio unos minutos y solo se escuchan los sollozos de HyungWon. Finalmente DongHae se levantó y caminó hasta quedar frente a él
-Vamos a acostarnos, cielo. Mañana hablaremos de esto, cuando estemos más calmados.
Pero HyungWon negó con la cabeza.
-No. Hablemos ahora. Tenemos que dejar de barrer los problemas bajo la alfombra, DongHae. Estoy cansado de todo esto.
-Iremos a terapia nuevamente si eso es lo que quieres.
HyungWon alzó el rostro para mirarlo.
-¿Lo que yo quiero? Hablas como si yo fuera el único que tiene problemas. ¿Cómo puedes disociarte de esa manera? ¿Acaso tú crees que esto que tenemos sigue siendo un matrimonio?
DongHae alzó una ceja, sorprendido por las palabras de su esposo.
-¿Qué quieres decir con eso? ¿Qué es sino un matrimonio?
HyungWon se encogió de hombros.
-Yo ya no lo sé. Sólo sé que lo que alguna vez tuvimos, ya no existe.
-¿Es por ese hombre que te trajo hasta aquí? ¿Quién es? ¿Sabe que eres casado?
HyungWon se levantó y caminó hasta la barra para servirse un trago.
-No es lo que piensas -mintió. No se arrepentía de lo que había hecho con Hoseok, pero tampoco se enorgullecía de sus faltas. Independientemente de que DongHae hubiera tenido intenciones de ver a Hoseok, él era el había terminado acostándose con él-, te dije que fui a nadar. No quise llevar el auto porque fue una decisión de último momento. No tenía planeado ir, como ves, no llevo el atuendo adecuado.
-No quiero que nos divorciemos. ¿Qué le diremos a nuestros padres, a nuestros amigos?
HyungWon frunció el ceño y volteó a mirarlo.
-¿Eso es lo que te importa? ¿Lo que piensen los demás? ¿Ves? A esto me refería cuando dije que esto ya no es un matrimonio. Lo siento, pero si ni tú ni yo estamos bien anímicamente, no veo cómo podemos hacer que esto funcione. Y sinceramente, ya no quiero intentarlo, DongHae. Ambos nos perdimos en todo esto.
-Cometí el error de traer a ese hombre a la casa -HyungWon lo miró-, realmente creí que probar cosas nuevas podría avivar la llama perdida. Lo siento, sé que debí consultarlo contigo...
-¿Tú ya lo conocías? -preguntó titubeante. Hoseok le había asegurado que jamás se habían visto antes de esa noche, ¿pero y si no era así?
DongHae negó con la cabeza.
-No, nunca lo había visto. Un compañero me dio la tarjeta porque pensó que era divertido. Lo eché todo a perder, ¿no es así?
¿Qué podía decirle? Todo lo que había sucedido con Hoseok los últimos días lo había tomado por sorpresa y ya no estaba seguro de nada. Miró a su marido a la cara y solo vio un hombre triste. Un hombre con el que ya no tenía nada en común. Un hombre por el que sentía cariño, pero no mucho más. Pero, ¿y Hoseok? ¿Qué podía ofrecerle él a ese hombre espectacular? Ni siquiera estaba seguro de lo que sentía porque sus sentimientos estaban tan confusos que ni siquiera podía darle un nombre a lo que le estaba sucediendo por dentro.
-No hubiera cambiado mucho si aquella noche no hubiera sucedido, DongHae. Nosotros apenas si cruzábamos palabra. Y hacía tiempo que -clavó su mirada en la alfombra color crema-... que ya no había nada entre nosotros.
-No es así.
HyungWon sonrió apenas. Fue más un gesto desprovisto de significado que algo premeditado.
-Lo es. Y ambos lo sabemos muy bien. Quizá tardé demasiado en darme cuenta, lo admito, pero es así. Y por eso es que deberíamos tomar caminos separados. Siento cariño por ti. Fuiste mi marido por diez años y quiero atesorar esos recuerdos con cariño. Y tú mereces ser feliz. Ambos lo merecemos.
DongHae lo miró con el ceño fruncido y finalmente negó con la cabeza.
-No. Me niego a aceptar que lo nuestro termine así, Won. Te amo y quiero seguir siendo tu esposo. Prometo que cambiaré. Yo...
HyungWon se puso de pie y se giró hacia el pasillo, pero DongHae se apresuró a abrazarlo por la espalda.
-No me dejes así, cielo. Nosotros nos pertenecemos...
HyungWon pestañeó repetidamente en un intento por ahuyentar las lágrimas que se agolparon en sus ojos. Hubiera matado por escuchar aquellas palabras unas semanas atrás. Pero ahora solo eran palabras. Palabras que no le decían nada. Palabras vacías.
Se deshizo del agarre en su cintura y se limpió los ojos con el dorso de la mano.
-Por favor, no lo hagas más difícil, DongHae. Y esta noche duerme en la habitación de huéspedes.
Con esas últimas palabras, cruzó el pasillo y cerró la puerta de su habitación tras de sí. Se sentó en la cama y lloró. No podía hacer más. Todo había terminado.
Su celular vibró en su bolsillo y con los ojos empañados miró la pantalla antes de sonreír ante el número conocido.
Había dos mensajes. Hoseok no iba a dejarlo pasar. Tecleó rápidamente una corta disculpa.
-Estoy bien. Si quieres, mañana podemos vernos un ratito antes de que empiecen mis clases. ¿Quieres?
Hoseok no tardó en contestar.
Allí estaré. Ya te extraño, bombón. Te veo mañana. Descansa bien y no pienses demasiado en lo que hayas conversado con él. Todo se solucionará. Ya lo verás. Y, HyungWon, gracias por esta noche. Sigo pensando en ti cada segundo que pasa...
Sonriendo se metió bajo la ducha, recorriendo con sus dedos los lugares que Hoseok había besado con sus hermosos labios y se encontró anhelando el siguiente día.
Todo se solucionará -quería creer en aquellas palabras. Sólo esperaba que DongHae no representara un problema.
Yo también pienso en ti cada segundo, extraño...
𝙷𝚎𝚕𝚕𝚘, 𝚜𝚝𝚛𝚊𝚗𝚐𝚎𝚛
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