Aquel cuarteto salió de la cafetería, Min Yoongi comentó que tenía que alcanzar a su hermana así que no podía acompañarlos, luego mencionó que los vería en la escuela para seguir molestándolos y eso causó que Jimin casi le soltara un golpe (esté niño agresivo).

—¿Ahora que?—preguntó el castaño siguiéndoles el paso.

—¿Quieren ir a jugar videojuegos?—preguntó el rubio sin más ideas en la cabeza—Aún es temprano para volver a casa ¿No lo creen?

—No es tan temprano, pasa que "alguien" quiere evitar a toda costa a su madre—le recalco Taehyung.

—¡No la estoy evitando!—se defendió Park.

—Chicos—habló el pelirrojo siendo ignorado.

—Claro que lo haces, ¿Cuándo arreglarán las cosas?—continuo Tae—Es tu mamá, no pueden vivir toda la vida peleando, no cuándo sólo se tienen el uno al otro.

—¿Por qué no te metes en tus asuntos?—cuestiono Jimin perdiendo la paciencia—Desde hace tiempo no somos un nosotros.

—Chicos—volvió a hablar el alíen siendo ignorado nuevamente.

—Soy tu amigo Jimin, es mi trabajo ayudarte y hacerte ver cuando haces mal las cosas, porqué siempre buscaré lo mejor para ti—mencionó el castaño.

—Lo sé, pero...

—Chicos..—entonces los otros dos giraron de golpe al ver tan repentina caída del extraterrestre.

—¡Hobi! ¿Qué pasa?—cuestionó el rubio preocupado—¿Te duele algo? ¿Estás bien?

—¿Necesitas un médico? ¿Respiración de boca a boca? ¿Tal vez una bolsa donde vomitar?

—Estoy bien—respondió Hobi aún en el suelo mientras se sontenia la cabeza—Es que de pronto me sentí demasiado débil.

—Eso no es normal, necesitamos llevarlo a un hospital—volvió a hablar el castaño.

—No podemos, seguro sólo es su cuerpo, aún no se adapta a la tierra—mencionó esta vez Jimin—Recuerda que todo es nuevo para él.

—Pero...¿Mostrar síntomas después de varios días?—cuestionó Tae.

—Oye, no lo sé, no conozco la anatomía alienígena—se quejo Park.

—Estaré bien—les interrumpió el extraterrestre tratando de regular su respiración.

Entonces una vibración se hizo presente en el bolsillo del chico con rubios cabellos, metió su mano en él para sacar su celular, una mueca se formó en su rostro al ver el nombre en la pantalla, pero sin más pulso el botón y respondió a esa llamada alejándose un poco de los otros dos chicos.

—¿Seguro estás bien Hobi?—preguntó Tae preocupado—No creo que pase nada malo si te llevamos con un doctor.

—Descuida, tal vez sólo necesito reposo, estaré bien—contestó tratando de sonreír.

—Ven, te ayudaré a levantar.

—Malas noticias—interrumpió Jimin llegando nuevamente a su lado—Mamá quiere que vaya a un lugar para encontrarme con ella, pero aún no sabe nada de Hobi.

—¿Ahora qué hacemos?—cuestionó el extraterrestre con preocupación.

—El puede dormir en mi casa hoy—contestó Tae sonriendo—Está más cerca y ahí descansará todo lo que necesite, tú ve a hablar con tu madre.

El rubio bajó del taxi con rapidez una vez llegó al lugar donde su madre le indicó. Un pequeño restaurante de mariscos al que jamás en la vida había asistido y que por supuesto no había visto con anterioridad, regulando un poco su incontrolable respiración y nerviosismo entró a aquel establecimiento buscando con la mirada a su mamá, que no se encontraba por ningún lado.
Aquel nerviosismo se convirtió en desagrado cuando al final de las mesas pudo visualizar a una persona conocida. Al final de las mesas se encontraba el señor Lee.

¿Qué hacia ese señor aquí? ¿Acaso le habían puesto una trampa?
Porque si había sido así, les salió tal y como lo planearon. Sin pensarlo demasiado, caminó hacia él con irritación.

—¿Usted que hace aquí?—soltó con brusquedad—¿Dónde está mi madre?

—Tú madre no vendrá—le respondió sonriendo.

«¿Por qué sonríe? ¿Le parece una buena situación para hacerlo » se preguntaba Jimin

—Sabía que si yo te invitaba a comer, te negarías rotundamente—continuó—Vamos, sólo será una comida.

El chico pensaba salir de aquel lugar sin nada que decir porque la simple idea de compartir mesa con ese tipo le hacía hervir la sangre, pero eso significaba qué tal vez después habría una posible pelea con su mamá, y realmente ya no quería seguir peleando. Además, recordó las palabras de su querido amigo

«Sólo se tienen el uno al otro» Así que, tragándose su orgullo, obligó a su trasero a sentarse.

—Te lo agradezco—habló el señor Lee emocionado.

—No lo hago por usted—le respondió sin poder mirarle los ojos por tan herido que se sentía.

—Pide lo qué tú quieras—contestó como si sus comentarios no le afectaran en nada.

—No tengo mucho apetito, así que sólo pediré Jjampong—respondió mirando el menú del lugar—Mientras menos tiempo tarde esto, mejor.

Mencionó con cierto tono impertinente.
El señor Lee soltó un fuerte suspiró haciendo que aquel chico lo mirara, después una genuina y serena sonrisa de boca cerrada se formó en su rostro.

—Amo a tu madre más que a cualquier cosa—admitió y eso lo tomó desprevenido—Y quiero que sepas que aunque quise, no pude evitarlo.

Lee no quería seguir dándole vueltas al asunto, después de todo el chico no era completamente un niño, se daba cuenta de la situación, de las cosas, necesitaba ser directo con el.

—Quiero ganarme tú aprobación y cariño, y estoy dispuesto a hacer cualquier cosa—continúo y el chico no podía hacer más que mirarlo desconcertado—Jimin, yo no planeo sustituir a tu padre—mencionó tranquilo y lo más apacible que podía.

Una punzada se hizo presente en el pecho de Park.

—Aunque usted lo intentase, jamás podría—comentó lo primero que pensó con un nudo en la garganta, bajando la mirada—Mi padre era fantástico, sabía exactamente qué decir, cómo actuar, pensaba en las demás personas antes que él sin importarle salir herido, papá era inefable, usted nunca podría sustituirlo.

—Lo extrañas demasiado ¿Cierto?—pregunto mirándole con una sonrisa para reconfortarlo.

—Como no tiene una idea—le respondió siendo tan vulnerable—Lo extraño tanto que siento que algún día voy a morir—espetó el chico con ojos cristalinos.

Cierto era que Park no sabía con exactitud porqué la razón de su comportamiento frente a ese señor al que le guardaba rencor sin ninguna causa, o porque motivó le contaba esto, posiblemente aquello había sido tan repentino, y tal vez siempre necesito a alguien con quien desquitar todo aquel sentimiento que llevaba meses atormentando su mente y corazón.

—Toca el piano Jiminnie—soltó de la nada.

—¿Eh?—se limitó a decir bastante sorprendido, no sólo por su repentino comentario, sino por la manera en que aquel lo había nombrado.

—Sé que no lo haces porque de esa manera recuerdas los momentos que pasaron juntos y eso te entristece—explicó—Pero...¿Y si lo vez de otra manera?

—¿A que se refiere con verlo de otra manera?—cuestiono frotando un poco sus ojos y así evitar que las lágrimas recorrieran sus mejillas.

—El piano era algo que ustedes dos tenían en común, ¿Por qué no utilizarlo para conectarte nuevamente con el?

El auto se estacionó frente a aquella casa color beige, su madre quien veía todo desde la ventana, nerviosa salió a recibirlos, esperando lo peor.

—¿Cómo les fue?—preguntó acercándose pero su sorpresa fue mucha al ver un color rojo alrededor de los ojos de su hijo—¿Estás bien? ¿Lloraste?

La angustia se instaló en su pecho, y la culpa comenzó a atormentarla. De pronto el chico se detuvo para mirarle.

—El señor Lee, después de todo no me desagrada tanto—fue lo único que menciono antes de seguir caminando.

—Espera, ¿A dónde vas?

—Iré al estudio de papá—le respondió antes de entrar a la casa dejando a su madre lo suficientemente confundida.

—¿Qué pasó en ese restaurante?—cuestionó Camile acercándose al señor Lee—¿Qué le dijiste? Él no entra a ese estudio desde aquella noche.

—Sólo fue una pequeña plática de hombres—le respondió sonriendo—Es un secreto entre él y yo.

Pero Lee no podía estar más feliz.
Amaba a Camile, y estaba completamente decidido a hacer cualquier cosa para que Jimin también lo aceptara.