Capítulo 28. Amiguito.
Ellian se removió en la cama al tener los rayos del sol sobre su rostro y con mala gana se dio vuelta para que no le diera de lleno y poder seguir durmiendo.
—¿Por qué... no... hay... cortinas?— preguntó entre dormido y despierto cuando el recuerdo de haber quemado las cortinas del baño, recordó también que casi quemaba las cortinas de la habitación para luego recordar lo que había pasado entre el Cullen y él.
》Eres hermoso Elli, precioso.《
》Ángel... mueve tu mano así, eso... me gusta así.《
》No te vas a correr... lo harás cuando yo lo diga, Ellian.《
》Ángel por favor... por favor... por favor...《
》¿Por favor, qué? Dilo.《
》Por favor déjame, quiero... quiero...《
Abrió sus ojos abruptamente sintiendo su corazón latiendo tan aceleradamente en su pecho que estaba seguro que se saldría, hasta todo su cuerpo temblaba y recordaba las sensaciones de anoche.
Dios...
¿Cuántas veces se habían masturbado juntos?
Hasta juraba... juraba que ya se le había pasado el efecto y aún así siguieron, él mismo siguió y hasta estaba seguro que su Ángel también se había dado cuenta.
Y siguieron... siguieron hasta que quedó dormido.
Al escuchar la puerta de la habitación abrirse, rápidamente se tapó hasta la cabeza como si eso lo fuera a proteger.
Ridículo.
—¿Ellian?
—¿S-Si?
¿Por qué demonios se estabaa comportando así?
¡Solo... solo se masturbaron! ¡Era normal!
Además... lo ayudó, realmente lo ayudó.
—¿Estás bien?
—Ah.. si...— susurró tan bajo, que carraspeó odiando por actuar así y respondió con más seguridad.— Si, estoy bien.
—Que bueno.
Un silencio bastante incómodo los envolvió pudiendo sentir los orbes dorados del Cullen sobre él que se encontraba tapado hasta la cabeza debajo de las sábanas.
—¿Quieres... desayunar aquí?
Ellian estaba a punto de hablar cuando su estómago lo hace por él, avergonzando aún más al Swan y en voz baja respondió.
—Si, por favor.
Carlisle decidió darle su espacio y se dirigió hacia la recepción para pedir el desayuno y llevarlo a la habitación. Ellian al darse cuenta que ya estaba solo, se destapó y se quedó sentado procesando todo lo que había pasado entre ellos la noche anterior.
Estúpido perfume.
Estúpido Deaton por haberle dado un afrodisiaco a esos dos.
Estúpido él por ponerse ese perfume.
Sino fuera por ese estúpida fragancia, las cosas no sería tan incómodo ni él se sentiría tan avergonzado.
Aunque, agradecía que Carlisle realmente lo ayudara porque, siendo completamente sincero y la verdad, no querría volver a pasar por eso. Fue una tortura, horrible e increíblemente doloroso lo que sufrió que si no fuera por el Doctor Cullen que logró ayudarlo, no creía haber podido soportar varias horas mas hasta que se fuera el efecto solo.
Y más al ser un sabueso del infierno, que podría haber puesto en peligro a las personas del hostel por su descontrol y haber causado que revelara su existencia.
Negó con la cabeza intentando serenarse y calmarse, fingir que todo estaba bien y decidido se levantó de la cama cuando sus piernas les fallan al estar temblando. Agradecía, por muy vergonzoso que fuera, tener sus bóxer puestos que estaba muy seguro que su Ángel se los puso porque recordaba bastante bien lo cansado que estaba que se quedó dormido de inmediato.
Hasta... ahora se daba cuenta que las sábanas no eran las mismas y la habitación estaba bastante limpia y nada desordenada ni rota.
De la vergüenza se tapó el rostro sintiendo su cara roja como un tomate y más al escuchar como la puerta de la habitación se abría, que entrando en pánico, corrió con sus piernas temblando hasta el baño y se encerró.
—¿Ellian?
—Me-Me daré una ducha.— respondió, insultándose por tartamudear y por actuar de esa manera.
¿De qué demonios estaba huyendo?
—Oh, está bien... pero deberías apresurarte ya que ya está el desayuno.
—Bien, gra-gracias.
Ellian se dirigió hacia la bañera dándose cuenta que había nuevas cortinas y sonrió entre divertido y avergonzado por los problemas que causó su descontrol.
Hasta que, al darse cuenta realmente de la situación, aplanó los labios disgustado, sintiéndose un imbécil y decepcionado de si mismo por haber hecho aquel desastre. Sabía que no tenía por completo la culpa, sin embargo, ese malestar que tenía, esa sensación, ese momento de descontrol de su poder lo hacía recordar su pasado, a la cantidad de gente que lastimó por no haber podido controlarse.
Suspiró amargamente tratando de quitarse esa sensación con una buena ducha.
Mientras tanto, Carlisle hablaba con Edward por llamada, que el menor Cullen le estaba avisando que Siobhan y su familia ya habían llegado a su hogar, incrementando la cantidad de testigos. Sintiendo un gran alivio de oír aquello.
—¿Toshiro no apareció?— preguntó con curiosidad Carlisle, mientras observaba el paisaje de la mini ventana de la habitación.
—No, no habrá querido enfrentarse a los Vulturi.
—Lo entiendo, no era una obligación.
—Si... por cierto...— dudó en hablar, pero al tener la mirada insistente de su esposa, preguntó.— ¿Ustedes están bien?
Edward esperó la respuesta del patriarca, al sentir el tono de voz de su padre algo tenso y preocupado.
—Estamos bien, pronto volveremos a casa.
—¿Seguro?
—Si, estoy bien hijo.— sonrió apenado.— Solo buscaremos a Alistair y luego volveremos.
—Esta bien.— dudó.— Vuelvan rápido, Nessi realmente los está extrañando mucho.
—Nosotros también.— susurró con una sonrisa cariñosa en sus labios, cuando escucha como la puerta del baño se abre.— Te dejo, pronto saldremos.
—Esta bien, cuídense.
—Ustedes también.
Carlisle giró sobre sus talones, encontrándose al Swan vestido con una camisa negra de mangas largas remangadas, pantalones negros jeans y zapatos cómodos. Que ni siquiera lo miro, sino que se dirigió rápidamente hacia la mini mesa que había donde estaba el desayuno.
—Diablos, muero de hambre.
—Come bien, el viaje será largo.
Ellian con la boca llena, asintió con la cabeza intentando ocultar sus mejillas rojizas siendo un completo fracaso.
Una vez más, el silencio los rodeó donde cada uno miraba hacia otro lado cuando sentían una fuerza magnética de atracción de querer mirar al otro. Sin embargo, por la vergüenza o por incomodidad, decidían hacer caso omiso hacia esa gravedad y seguían cada uno con sus cosas.
Aunque, siendo sinceros, Ellian no podía soportar el silencio que los rodeaba. Sentía que se asfixiaba y por lo tanto, lo interrumpió.
—Por cierto... ¿Estabas hablando por teléfono?— preguntó con curiosidad mientras bebía de su café.
—Si, con Edward.
—Ah...
—Siobhan y su familia fueron a ayudar.— explicó.— Son los testigos que me encontré hace un día.
—Ah, ya veo... que bueno, espera.— lo miró confundido, teniendo la completa atención del Cullen.— ¿Un día? Si fue-fue ayer que... que nosotros...
Carlisle miró hacia otro lado sin saber como explicar la situación.
—Ángel...— ante el llamado, no pudo no mirarlo.— ¿Cómo que un día?
—Has dormido todo un día.— explicó suavemente.— Me asustaste, creí que despertarias a la hora, sin embargo te llamé varias veces pero no reaccionabas. Sino fuera por tus latidos, tu respiración y que balbuceabas entre sueño y abrazaba la almohada, creía que podrías estar en un estado peor.
》Pero solamente estabas completamente dormido por suerte.《
Ellian abrió la boca y la cerró inmediatamente sin saber que decir.
—¿Do-Dormí todo un día?
—Si.
Ellian se tapó la cara con las dos manos completamente avergonzado y sin animarse a mirar al Cullen, susurró en voz baja.
—Gracias... por cuidarme.
—No te preocupes.— soltó una pequeña risa, no pudiendo evitar ver lo tierno que era el castaño.
—Entonces... ¿Estabas hablándole a Edward?
—Si.— respondió, mirando su celular cuando frunce el ceño y mira al castaño.— ¿Acaso no escuchaste la conversación?
Ellian estaba a punto de comer su último bocado de medialuna cuando se detiene en el lugar y mira al Cullen que éste estaba esperando su respuesta.
—Yo... no...— frunció el ceño, recordando hace unos segundos.— Yo no lo escuché.
Los dos se miraron a los ojos, mezclando sentimientos entre confusión y otros de preocupación, cuando el Swan inmediatamente se levanta de la cama, pasa por al lado de la mesa con su desayuno y se acerca rápidamente al Cullen que logra sorprenderlo y tensarlo.
—¿E-Ellian?— tartamudeó nervioso, al tener la nariz pegada del castaño a su cuello.— ¿Que-que estas haciendo?
—No...— murmuró, alejándose un segundo para luego volver a olerlo.—No puedo...
—Ellian, tranquilízate.— susurró el vampiro alejándose del castaño y lo agarró suavemente de las mejillas y lo obligó a que lo mirara.— ¿Qué no puedes?
—No puedo...— susurró aterrado, mirando los orbes dorados del Cullen que trataba de ayudarlo.— No puedo oler tu aroma... tu dulce aroma a manzanas, no lo huelo.
Carlisle quedó mudo y sorprendido, intentando en encontrar una solución, pensando cual era el causante del problema tratando de no asustarse, pero al sentir debajo de su tacto como Ellian empezaba a temblar y volverse pálido, lo llamó delicadamente
—Ellian, mírame... escucha mi voz.— acarició con sus dedos pulgares las mejillas del castaño buscando llamar su atención.— Ellian, respira... escucha mi voz...
Y aunque Carlisle lo estaba intentando, Ellian estaba en otro mundo.
En un mundo lleno de desesperación.
De miedo.
De pánico.
¿Por qué? ¿Por qué no podía oler su aroma?
¿Por qué no podía escuchar más allá de la voz de Carlisle?
¿Por qué no..?
¿Por qué no podía sentir a su otra parte?
Carlisle jamás creyó en su larga vida ver una mirada tan llena de terror y desesperación que causó que su muerto corazón doliera tanto como si lo aplastaran contra una roca.
Ni siquiera el dolor de su transformación dolió tanto a comparación a ésto al ver a su compañero de esa manera.
—Ellian...
—Ángel... Ángel no lo siento.— susurró lleno de pánico.— No siento a mi Sabueso.
Ellian movía su pierna de arriba a abajo mientras observaba el paisaje pasar con rapidez debido a la gran velocidad en la que manejaba el Cullen.
—¿No responde?
—No.
Ellian chasqueó la lengua furioso y volvió a marcar el número de Deaton, mientras que Carlisle observaba de reojo al Swan que éste se mordía la uña de su dedo pulgar y miraba la pantalla de su celular tan fijamente que estaba seguro que podría haberle hecho agujeros.
Hasta que el último 》Pi《 se dejó de escuchar y Ellian inmediatamente gritó.
—¡Al fin contestas Deaton! ¡¿Por qué diablos no me respondías?!
Carlisle suspiró agradecido, esperaba realmente que ese hombre pudiera ayudarlos en su situación.
—Hola Ellian, tanto tiempo yo estoy bien ¿Y tú?
—¡No! ¡No estoy bien! ¡Para nada bien!— le gritó al teléfono.— ¡¿Acaso mis más de 200 mensajes y más de 300 llamadas no te lo hizo saber?!
Deaton suspiró.
—Lo suponía.
—¡¿LO SUPONÍA?!— gritó tan fuerte que se desgarró la garganta, asustando al Cullen.
—Ya, no tengo mucho tiempo.— respondió Deaton.— Tengo que atender cachorritos que me quieren y necesitan sanar.
》No a niños malagradecidos que solamente saben insultar y maldecir a la persona que quiere ayudar.《
Ellian masajeó con su mano libre el puente de su nariz y respirando profundamente para luego exhalar, habló suavemente (sorprendiendo increíblemente al Cullen por ese cambio.)
—Deaton, tío favorito.
—No soy tu tío.
Ellian jadeó colocando su mano en su pecho, ignorando el Deja Vu que se le vino a la cabeza con esas palabras, y respondió.
—Ouch, eso realmente me dolió.— Carlisle sonrió.— Yo si ten considero como un tío.
—Ve al grano Ellian.
Ellian se mordió la lengua, tratando calmarse y con dolor, respondió.
—No siento a mi Sabueso.
Silencio.
—¿Qué?
—Mi sabueso... no esta, no lo puedo sentir.
—No puede no estar, es parte de ti.— respondió seriamente.— Explícame desde el principio, ¿Que fue lo que pasó?
Ellian arrugó la nariz y se rascó la mejilla, avergonzado sin saber como empezar a explicarle, hasta que se indignó y le cuestionó.
—¿Cómo en tu jodida y larga viva se te ocurrió darle a los dos mocosos que viven en Londres un afrodisíaco?
—Oh... ¿Cómo sabes eso?
—Porque estuve con esos mocosos y vi ese perfume.
—Interesante, ¿Solo lo viste?
Ellian arrugó la nariz mientras que Carlisle disfrutaba las muecas vergonzosas del Swan.
—¡No me cambies de tema!— chilló indignado.
—No te estoy cambiando de tema.— respondió con un toque de burla.— Y Whittemore y Steiner querían disfrutar de otra manera su relación.¿Qué tiene de malo?
—¿Y se te ocurrió darles un maldito afrodisiaco disfrazado de perfume?— cuestionó aún más molesto.
—No entiendo tu indignación Ellian.— resopló.— Los chicos querían experimentar nuevas cosas, dejar que su lado sobrenatural tomara las riendas... y se lo di.
》¿Qué? ¿Acaso lo probaste?《
Silencio.
—Espera... ¿Te pusiste el afrodisíaco que es exclusivamente para la especie de...
—¡Si! ¡SI LO HICE!
Silencio otra vez.
Hasta que Deaton se rió a carcajadas provocando que Ellian quisiera estar en Beacon Hills y pegarle a su tío, o destruirle su local.
—¿Terminaste?
Deaton se dejó de reír de a poco, disfrutando la situación.
—¿Por que diablos lo usaste?
—¡Porque creí que era un perfume! ¡No es mi culpa!
—¿No te enseñé que no debes tocar cosas ajenas?
—Discúlpame, pero la víctima soy yo.— se quejó como un niño pequeño.— Lo vi, olía bien y creí que era un maldito y simple perfume.
》¡EN QUÉ MOMENTO ME IBA A IMAGINAR QUE ERA UN ESTÚPIDO AFRODISÍACO SOBRENATURAL QUE LO USAN LOS MOCOSOS PARA TENER SEXO!《
—Bueno... en eso no te equivocas.
—¡Claro que no me equivoco!— respondió con obviedad, para luego acusarlo.— ¡Y te llamé! ¡Te llamé para que me ayudaras con el tema y aún así nunca me respondiste!
—Estaba ocupado.
Ellian bufó por la nariz.
—Si claro, ocupado.
—Puedo cortar en este momento porque también estoy ocupado.
—No, espera.— se quejó con un puchero y suspiró.— Ya sabes lo que pasó... ¿Por qué no siento a mi sabueso?
—Bueno... ¿Tuviste alguna secuela después del efecto?
—Mmm... ¿Secuela? No, no que yo sepa.— respondió con dudas.— Solamente me quedé dormido por un día entero.
—¿Solamente un día?
—Sip.
—Entonces, no debes preocuparte y no tengas miedo.— respondió suavemente.— Tu sabueso solamente está dormido.
—¿Dormido?
—Sabiendo como es tu sabueso contigo, lo sobreprotector que es habrá absorbido la mayor cantidad de la esencia para que no sufrieras tanto.— explicó.— Y tú solamente dormiste un día, tu sabueso se despertará dentro de unos días más.
—¿Solamente dormido?— preguntó entre aliviado y algo confundido.— Entonces... hasta que despierte mi sabueso, ¿Soy solamente un humano?
—Así es.— respondió.— A menos que suceda algo que logre despertar a tu sabueso.
—Ya veo...
—No te expongas al peligro solamente para despertarlo.— acusó y advirtió Deaton.— Puede que esté tan dormido que ni siquiera estando tú en peligro logre despertar.
》Trata de no meterte en problemas y deja a tu sabueso descansar hasta que se despierte solo ¿Si?《
Ellian resopló y con mala gana respondió.
—Si, está bien.
—Bien.— suspiró Deaton.— Por cierto... ¿Cómo lograste solucionar el problema del afrodisíaco?
—Ah... bu-bueno.— se sonrojó y miró hacia el paisaje.— Tuve... tuve una pequeña ayuda.
—Ayuda...
—Adiós.
Y le cortó.
Ellian suspiró entre aliviado y avergonzado, aliviado de saber que solamente su sabueso estaba dormido y no tenía nada grave y avergonzado por la última parte de la conversación.
—Bueno... es agradable saber que estas bien al igual que tu sabueso.— comentó Carlisle.
—Si... estoy más tranquilo ahora.— susurró mirando por la ventana cuando frunce el ceño al ver un cartel indicando que se estaban acercando a la capital.—Espera... ¿Por qué estamos yendo hacia la ciudad?
Carlisle lo miró de reojo seriamente y respondió.
—Porque te irás.
Ellian parpadeó confundido y lo miró.
—¿Me iré? No sería... ¿Nos iremos?
—No, tú te irás.
El cuerpo de Ellian se tensó y giró su cuerpo hacia el vampiro y le cuestionó.
—¿Disculpa? ¿Me volveré solo? ¿Y quién dijo que yo aceptaba eso?
—No me puedes acompañar a donde iré.
—¿Cómo que no te puedo acompañar?— preguntó comenzando a enojarse.— ¡Te he seguido en todo el maldito viaje Carlisle!
—¿Entiendes tu situación?— le respondió mirándolo de reojo.—
¿Te das cuenta lo indefenso que estas?
—Gracias por recordármelo genio.
—Tu tío te lo dijo claramente hace unos segundos Ellian.— le reprochó el vampiro.— No debes exponerte al peligro.
—¡Y me importa una mierda!— gritó furioso, furioso por la acción del vampiro sobre él y furioso consigo mismo por ser ahora un simple humano.— Trabajo como agente del FBI y aún sino fuera un ser sobrenatural... ¡Mi trabajo ya es peligroso!
—¡Eres humano Ellian! ¡Entiéndelo!
El Swan se sobresaltó ante el grito del Cullen que jamás creyó que le gritaría de aquella manera, o por lo menos jamás creyó que oiría el tono del Ángel elevándose del enojo.
¿Cómo se atrevía a gritarle?
Y más a él.
—¡¿CREES QUE NO LO SÉ?!— gritó más que furioso.
—ENTONCES...— apretó con fuerza el volante.— Entonces, entiendes que con los vampiros que vamos a hablar se alimenta de sangre humana.
—Si, no soy idiota.
—Bueno, parece que sí lo eres porque en este momento no puedes defenderte solamente eres carne fácil.
Ellian sonrió ladinamente aunque sus ojos mostraban dolor.
—¡No me vengas acá a querer protegerme! ¡He estado bien solo! ¡Me he cuidado perfectamente bien con mi sabueso y sin él!— le gritó.— ¡No necesito que me protejas! ¡No lo necesito! ¡NO TE NECESITO!
Carlisle chasqueó la lengua y respondió.
—Eso no decías hace una noche.
Ellian quedó mudo, mordiéndose la lengua de la rabia y la vergüenza. Luego de unos segundos de haberse calmado, le volvió a hablar con la mandíbula tensa.
—Da, la maldita vuelta Carlisle. No voy a volver solo. Empezamos este viaje juntos y lo terminaremos juntos. No lo pienso repetir otra vez.
Carlisle no respondió pero la mirada furiosa que se encontraba en esos orbes dorados lo dijo todo. Dio la vuelta y siguió el camino para encontrar a los últimos testigos.
El viaje en el auto fue bastante rápido y lento a la vez, además seguía terriblemente tenso e incómodo el ambiente, un aura pesada los cubría a los dos tan extremo que Ellian bajó la ventanilla del auto para poder respirar y tratar de no querer golpear al Cullen debido a que si lo hacía, estaba muy seguro que se rompería la mano.
Ellian parpadeó confundido al ver cómo el auto se metía en el medio del bosque y solamente hacía unos kilómetros más hasta que frenó. El Swan no sabía si era porque el vehículo no estaba preparado para seguir con el recorrido o porque ya habían llegado.
—¿Es aquí?— preguntó Ellian saliendo del auto, al ver al Cullen salir del vehículo.— ¿Me vas a ignorar?
—Solo mantente detrás mío.
Ellian abrió la boca y luego la cerró, mordiéndose otra vez la lengua para controlarse y no tirarse sobre él y pegarle.
¿Por qué lo hacía enojar ahora que no tenía a su sabueso?
Estúpido Cullen.
—¿Que esperas?— la voz del Cullen lo despertó.— Sígueme, es peligroso.
—Is piligrisi.— pensó en su mente, estando detrás del rubio como si fuera un maldito perro.
Agh... odiaba esta sensación.
Hasta que el Cullen frenó que Ellian chocó contra su espalda.
—¿Qué pasa?— preguntó Ellian siendo ignorado por el Cullen.
—Alistair.— llamó Carlisle observando a su alrededor, quedándose lo más cerca del Swan.— Soy yo, Carlisle Cullen.
—¿Carlisle?
Ellian intentó no sobresaltarse al no haber sentido la presencia del vampiro, odiando no tener sus sentidos sobrenaturales con él. Sus ojos chocolates se encontraron a un vampiro sobre una rama de un árbol, vestido con ropas entre oscuras y grises pareciendo un vagabundo.
—Hola Alistair, me alegra verte bien.— saludó con una sonrisa en sus labios.
—Si... podría decirse lo mismo.— respondió con desconfianza mirando de reojo al Swan, que éste se tensó al tener los orbes rojizos de la sanguijuela sobre el.
¿Cómo se atrevía a mirarlo de esa manera?
Agh... quería a su sabueso.
Carlisle se colocó en frente del castaño sin apartar la mirada con Alistair que éste alzó una ceja ante como lo defendía cuando el patriarca Cullen se sorprende al oír aquella voz.
—¡Lisle!
—¿Lisle?— pensó con la mandíbula tensa.
Y el Swan no esperó para nada lo que sus ojos estaban viendo en frente suyo.
Otro vampiro había aparecido.
Otra sanguijuela apareció y saltó sobre el Cullen, que éste tuvo que apartarse rápidamente hacia un costado.
Pero eso no era lo importante... lo importante era que...
Ese vampiro... esa asquerosa y repugnante sanguijuela estaba besando... estaba besando a su Ángel.
¡Lo estaba besando!
¡Se le tiró encima y le está comiendo la boca!
Y... y... ¡¿Por qué Carlisle no lo aparta?! ¡¿Por qué se está dejando besar por él?!
—¡Estúpido Hellhound! ¡Despierta! ¡Despierta maldita sea!— gritó en su mente lleno de desesperación y odio.— ¡Están besando al Ángel! ¡Esa asquerosa sanguijuela está besando a nuestro compañero!
Pero nada... aún ante su desesperación, enojo y odio... su sabueso no daba ningún indicio de despertar.
Los orbes castaños seguían fijos en esos dos y más al ver cómo se separaban soltando un ruido húmedo entre ellos. La ceja de Ellian tembló al ver cómo ahora la sanguijuela lo abrazaba con fuerzas y Carlisle le correspondía de la misma manera.
¿Que mierda?
¿Que mierda estaba pasando?
—Lisle, cariño.. te he extrañado mucho.— le habló cariñosamente al rubio.
—Si... yo también Ian.— saludó algo avergonzado, alejándose de su ex pareja.— Pero no vuelvas a hacer eso.
El pelinegro hizo un puchero pero asintió con la cabeza.
—Ahora que los ex tortolitos se reunieron.— habló el otro vampiro llamando por completo la atención de Ellian.
—¿Ex... tortolitos?— preguntó sorprendido y en voz baja el Swan sin embargo fue escuchado por los tres vampiros.
—¿Que hace este humano aquí? Carlisle.— cuestionó Alistair de muy mal humor.
—¡No me digas! ¿Me trajiste comida Lisle? — interrumpió sorprendido y sonriendo hacia el Cullen el vampiro de cabellos negros.— Gracias cariño.
—No es así Ian.— respondió seriamente, agarrándolo del brazo para que no se acercara al Swan.— No puedes tocarlo.
》Alistair aléjate de él, ahora.《
El Swan salió de sus amargos y desesperados pensamientos y se tensó al tener el vampiro de cabellos rubios cenizas detrás de él, demasiado cerca que le dio repugnancia.
—Si no es comida... ¿Entonces por qué está aquí?— cuestionó el rubio ceniza, mirando al Cullen, que le dio curiosidad al ver a su viejo amigo mirarlo amenazadoramente por un simple humano.— Aunque su sangre... no es tan apetitoso.
—¿Comida?— pensó mordiéndose con fuerzas la lengua.— ¡¿Acaba de llamarme comida?! ¡¿Y encima dice que no soy apetitoso?! ¡¿Quién se cree que es esta asquerosa sanguijuela?!
—No pueden tocarlo es familia.— habló Carlisle muy seriamente llamando la atención de los dos vampiros y más al verlo muy protectoramente.
—¿Familia? ¿Con la comida?— se burló el pelinegro.
—Te tengo cariño Ian pero si tocas un solo cabello del humano no te lo perdonaré jamás.— amenazó Carlisle, sorprendiendo a los dos pero que el pelinegro bufó de mala gana.
—Y bueno, ¿Que haces aquí?— preguntó Alistair alejándose del humano para apoyarse sobre el tronco de un árbol.
—Necesito tu ayuda Alistair.
—Oye... ¿Solamente su ayuda? Lisle.— lo llamó con voz melosa el tal Ian, provocando que Ellian apretara los dientes al escuchar como lo llamaba y por cómo actuaba con el Cullen.
Y más rabia le daba que el Ángel no hiciera nada para apartarlo.
De hecho... ¡Hasta lo estaba ignorando a él!
Carlisle sonrió y asintió con la cabeza.
—Tu ayuda también Ian.— respondió.— Mientras más seamos mejor.
—¿Ayuda? ¿Con qué?— cuestionó en desconfianza Alistair.
—Mi familia y yo fuimos acusados injustamente.
—¿Sigues estando con ellos?— habló con desagrado Ian cruzado de brazos.— Te dije que te traerían problemas Lisle.
—No es así Ian...
Ellian dejó de escuchar de lo que estaban hablando al darse cuenta que esa sanguijuela realmente fue pareja del Ángel y hasta conoció a la familia de éste.
Entonces... ¿Por qué? ¿Por qué no le contó de él?
¿Cuánto tiempo estuvieron juntos?
¿Carlisle... seguía teniendo sentimientos por él?
—Está bien si no quieres ir.— volvió a hablar Carlisle, llamando la atención del Swan.— Pero vine aquí porque se, como eres mi amigo, que no me dejarás solo en esto.
》Somos inocentes Alistair y Ian, solamente queremos desmostrarle la verdad a los Volturi.《
—Cuenta conmigo cariño.— le guiñó el ojo el pelinegro mientras que Alistair bufó y asintió con la cabeza de mala gana.
—Gracias en serio.— sonrió angelicalmente.— Los aprecio mucho.
—Yo te quiero más Lisle.— y besó la comisura de los labios del Cullen.
—Ya es hora de ir a casa.
—Uy, ¿Donde estas viviendo ahora?— preguntó con curiosidad Ian, abrazando el brazo del Cullen mientras caminaban hacia el vehículo.— ¿Y por qué estamos caminando y no estamos usando nuestra velocidad para irnos?
—Ellian nos está acompañando.— explicó Carlisle, mirando sobre el hombro al castaño.— Así que no podemos viajar como siempre hacemos.
—Oh... así que la comida tiene nombre.
El Swan arrugó la nariz y dijo.
—Me llamo Ellian Swan.
Alistair bufó y dijo.
—Asi tardaremos más.
—Si. Además... Nuestros ojos son rojos.
—Tranquilo, tengo lentes de contactos para los dos o anteojos negros.
—No puedo creer que tengamos que escondernos por la comida.— comentó con desagrado el pelinegro.
—Ian.— regañó Carlisle, donde el mencionado solo hizo un puchero con sus labios.
El castaño no podía creer que estaba siendo ignorado por aquella tres sanguijuelas. Y tampoco podía creer que su Ángel le esté dando más atención a aquella sanguijuela que a él.
Ellian al ver el vehículo agradeció mentalmente y fue hacia su lugar cuando la puerta de adelante, del acompañante, fue abierto repentinamente.
—Yo voy adelante.— le quitó el lugar al Swan, Ian.— La comida puede ir atrás.
Ellian apretó la mandíbula tensa y abrió la puerta trasera, sentándose de mala gana ahí.
Seria un viaje largo... muy largo.
Iba a matarlo.
No, primero lo torturaría.
Luego lo destrozaría y después lo mataría.
Si, eso haría.
¿Haría? Lo hará.
—¿Cuánto falta Lisle?— preguntó cariñosamente al Cullen, viendo el Swan de reojo como esa asquerosa sanguijuela acariciaba el brazo del rubio.— Ya tengo hambre.
—No puedes cazar por acá, Ian.— respondió Carlisle, doblando y entrando al bosque de su querido hogar.— Y ya estamos llegando.
—¡Que bueno! Ya me estaba asqueando el feo aroma del humano.
—Ya llegamos, ya llegamos, ya llegamos.— pensó mirando con odio el bosque hasta que se relajó al ver su hogar en frente suyo al haber ya estacionado.
Espera, es el hogar de los Cullen no es suyo.
Ellian salió inmediatamente del vehículo no queriendo estar más encerrado en ese lugar con esa asquerosa sanguijuela y se acercó hacia su sobrina que sonreía al verlo bien.
—Bell... te extrañé mucho.
—Yo también tío.
—¿Tío?— preguntó con curiosidad el de orbes rojizo, pegado al Cullen, llamando la atención de Isabella al ver aquella cercanía y con dudas miró hacia su esposo, sorprendiendo a los dos castaños Swan la mirada disimulada de desagrado en el lector de mentes.— Así que por eso no me dejaste comerlo... el humano ¿Es tío de tu nuera?
—Así es.— respondió Carlisle acercándose hacia su hijo, que detrás de él iba el vampiro observando al cobrizo y a la vampira a su lado, ignorando por completo al humano.
El patriarca le habló a su hijo.
—¿Cuántos han venido?
—Dieciocho.— respondió Edward estando en frente de su padre, ignorando al vampiro pero estando protectoramente con su esposa y el Swan.— Tienes buenos amigos.
—¿Y la duendecilla?— preguntó Ellian a su sobrina que esta negó con la cabeza con tristeza. El Swan al verla así se acercó a ella y la abrazó siendo recibido con gusto.
—Bueno, ahora estaremos todos en la lista de Aro.— habló de mala gana el rubio de cabellos largos, llamando la atención de todos.— Siglos escapando y ¿Para esto me has traído? Que gran amigo Carlisle.
—Oye..— habló Ellian dando un paso al frente cuando es interrumpido.
—Ali, cierra la boca.— habló Ian.— Lisle no te obligó, viniste solito.
El rubio chasqueó la lengua mientras que Isabella miró a su esposo ante el apodo cariñoso de ese vampiro con su suegro.
—Alistair, vamos deja que te presente a los demás.
—Paso.— respondió y desapareció yendo a la azotea.
—Bueno... no es muy sociable.— respondió con una sonrisa Carlisle.— El era Alistair y él es...
—Ian Fischer.— se presentó hacia la castaña que estrecharon mano los dos.— Ex pareja de Lisle.
Isabella abrió la boca y la cerró inmediatamente sin saber que decir de la sorpresa. Sin embargo, al escuchar el latido del corazón de su tío, tan aceleradamente, reaccionó y se presentó.
—Soy Isabella Swan Cullen, pero puedes llamarme Bella.— sonrió incómoda y decidió hablarle a su tío que estaba mandando rayos láser invisible al vampiro.— Se han tardado en volver tío... ¿Ocurrió algo?
—Bueno, habríamos llegado más rápido sino fuera por la molesta comida caminante aquí.— respondió rápidamente el vampiro, chocando los dos miradas.
Un silencio tenso los rodeó a los presentes donde Carlisle agarró a Ian por la espalda y decidió llevarlo adentro de su hogar y presentar a los demás. Dejando ahí a los dos castaños y al lector de mentes.
—Ven Ian, te presentaré a los demás.
—Claro, Lisle.— sonrió con fanfarronería hacia el Swan que éste apretaba con fuerzas la mandíbula tensa.
—Voy a matarlo, cuando me recupere lo haré.— pensó tan fuerte, que primero Edward se sorprendió al poder leer su mente, segundo estaba confundido con el tema de "recuperación" y tercero estaba anonadado al poder ver las mil formas que Ellian estaba matando a la ex-pareja/amigo de su padre.
Lo que puede hacer la imaginación.
Isabella aplanó los labios disgustada con el vampiro y miró preocupada a su tío más al ver el aura oscura rodearlo sobre él.
—Tío...
—Me voy.— habló el Swan con la mandíbula.
—¿Qué?— preguntó sorprendida Bella.— Pero... Ren quiere verte...
Ellian suspiró y con una sonrisa amarga respondió.
—Yo también deseo verla pero... no es bueno que entre ahora.
—¿Pasó algo?
—Después te explico ¿Si?— respondió frustrado, masajeando sus sienes al tener un fuerte dolor de cabeza.— Iré a lo de Billy ya que... bueno no puedo ir a lo de tu padre.
》¿Cómo está el?《
—Papá... papá está un poco mejor.— respondió preocupada por su tío.— Y esta cada vez feliz de ver a Nessi aunque siempre me pregunta si es normal su crecimiento acelerado.
—Si, lo entendemos.— soltó una risita amarga.— Bueno... dile a pulguita que más tarde la veré ¿Si?
》Me voy...— abrazó a Bella mientras preguntaba con curiosidad.— ¿Está Jacob por acá? 《
—Ah... estaba con Seth y Leah en el bosque...— explicó separándose de su tío, los dos mirando hacia el bosque cuando justo aparece un lobo grande de tonos rojizos.— Ahí estás.
—Jake, cada vez estas más grande.— se acercó el Swan mirando con asombro al mini Black que éste acercó su cabeza y Ellian lo saludó con acaricias.— Es bueno verte... Por cierto, ¿Me llevas a lo de tu padre?
—¿Usarás a Jacob como transporte?— preguntó confundida Bella, al igual que Jacob que inclinó su cabeza hacia un lado también un poco indignado al ser usado como un vehículo.— Tienes el auto de donde vinieron.
—No gracias.— escupió lleno de desagrado Ellian, subiéndose al lomo del Black, que estaba molesto ya que nunca le había dicho que si, solo se subió sobre el.— Apesta a maloliente sanguijuela.
—Tío...
—Tu no cariño, otra específicamente sanguijuela.— masculló con la mandíbula tensa, irradiando odio sorprendiendo a Bella y a Jacob que se miraron de reojo para luego Bella ver a su tío que estaba arrugando la nariz lleno de desagrado.— Vamos Jacob, necesito ir urgente a lo de tu padre.
Jake bufó y miró por última vez a Isabella para luego salir corriendo hacia su casa. Durante el rápido viaje podía escuchar pequeños y bajos balbuceos del Swan que cada vez su agarre era más fuerte causándole que le doliera al menor.
¿Que estaba pasando?
¿Por qué estaba de ese humor el Swan?
¿Que pasó durante el viaje para estar así?
Al ver su hogar ya en frente de sus ojos agradeció haber llegado, cuando se sorprende al ver a Ellian saltar de su lomo cuando ni siquiera había frenado, y cayó entre tropezones sin embargo su cuerpo nunca cayó al suelo sino que siguió caminando y gritó tan fuerte que asustó a varios pájaros que salieron volando.
—¡BILLY, SACA EL ARMA Y LOS PLATOS! ¡QUIERO DESTROZAR COSAS!
Jacob quedó quieto al oír 》arma《y 》destrozar 《 en la misma oración e inclinó su cabeza hacia un lado, confundido y más al ver cómo Ellian entraba a su hogar como pancho por su casa, hasta sabía donde guardaban la llave de repuesto.
—¡LISLE!— gritó Ellian furioso, disparando donde un plato se rompió.— ¡QUE VOZ TAN IRRITANTE!
Recargó el arma.
—¡Dispara Billy!
Y el Black lo hizo.
Apretó el botón y de la máquina a su lado, un plato salió volando donde Ellian lo siguió con el arma y disparó.
Tiro perfecto.
—¡Otro!
El Black en silencio hizo lo mismo, observando lo tenso, furioso y lo desesperado que estaba su mejor amigo.
Hace unas tres horas que estaban rompiendo platos, que gracias al cielo tenía bastante ya que cada año compraba platos creyendo que Ellian y él volverían a hacer esa actividad juntos sin embargo los años pasaron y cada uno tuvo sus cosas dejando esa actividad a un lado, pero ya se le estaban acabando con tan solo 3 horas que pasaron y no sabía con que otra cosa podría calmarlo.
—¡OTRO BILLY!— gritó mientras recargaba el rifle.— ¡DIJE OTRO!
—No voy a disparar hasta que hablemos.
—No quiero hablar, quiero romper cosas.
—Bueno yo si quiero hablar y no romper cosas.— respondió seriamente el Black, teniendo los dos un duelo de miradas que el mayor no se inmutó.— Hace tres horas que estas haciendo esto, solo apareciste en mi casa como perro rabioso. Ni siquiera me pediste permiso y después de varios días sin vernos... ¡Vienes de esta manera!
Ellian suspiró dejando el arma a un lado y se masajeo sus sienes sabiendo que Billy tenía razón. No debía estar descargando todo lo que estaba sintiendo con él.
Pero sinceramente... necesitaba escapar, huir y pensar con claridad.
Y Billy siempre le daba esa paz que necesitaba. Además que daba muy buenos consejos.
—Si, yo... lo siento.
—Ahí esta el Ellian más tranquilo que conozco.— sonrió, dando la vuelta con la silla de ruedas para entrar a su casa.— Vamos, quiero tomar té y hablar.
—Si, esta bien... yo también quiero.
Los dos entraron al hogar del Black yendo hacia la cocina. Ellian se sentó en una silla mientras que Billy preparaba el agua caliente y las tazas para cada uno.
—Ahora... ¿Me dirás que te tiene así?
—Sinceramente... no quiero hablar de eso.
—Bueno, me enteré por Jake que fuiste con el Doctor Cullen a buscar testigos.
—No quiero hablar de él.— habló con enojo, llamando la atención de Billy.
—Esta bien... veo que pasó algo entre ustedes dos durante el viaje.
—¿Q-Que? ¿Que-que dices? ¿Pasar algo entre nosotros? Pff... por favor.
Billy alzó una ceja, curioso, al ver lo nervioso que se puso su mejor amigo y como las mejillas del castaño se sonrojaban.
—Espera... ¡Si paso algo!
—¡Que no pasó nada!
—¡¿Entonces por qué te pones rojo?!
—¡P-Por... porque..!
Billy jadeó sorprendido y más al ver el rostro de su amigo completamente rojo como un tomate y gritó anonadado.
—¡¿LO HICIERON?!
—¡N-NO, NO LO HICIMOS!
—¡TARTAMUDEASTE!— señaló el Black y al ver cómo el Swan cada vez se ponía más rojo y esquivaba su mirada, lo acusó.— ¡OH DIOS MÍO! ¡TUVISTE SEXO CON EL DOCTOR CULLEN!
—¡NO, NO ES LO QUE CREES!
—¡PERO HICIERON COCHINADAS!
—¡AGH!— se exasperó el Swan.—
NOS MASTURBAMOS JUNTOS, ¿CONTENTO?
—¡NO QUERÍA TANTA INFORMACIÓN!
—¡TÚ LO PEDISTE!
—¡Ahh! ¡Gracias por dejarme un trauma!—se quejó Jacob, saliendo de su casa donde los dos adultos se quedaron mudos al haberse olvidado del menor Black en la casa.
Billy tosió un poco para recuperarse y miró a su mejor amigo que éste estaba volviendo a su piel normal, ya no estando tan rojo. Al escuchar el agua hirviendo fue a prepara las tazas de té mientras esperaba a que su amigo le hablara más calmado.
—Tuvimos... un acercamiento.
—Bastante diría yo.— se burló Billy que recibió una mirada fulminante del Swan.— Ya, esta bien... sigue.
—Estábamos bien.— comentó jugando con la cuchara.— Al principio fue un viaje... agradable... luego... se fue todo por la borda.
—¿Por? ¿Qué hiciste?
—¡Ey! ¿Por qué me acusas así?
—Sinceramente Ellian... sos una persona que estando sobresaltada u enojada dices cosas muy hirientes y digamos que después, la mayoría de las veces, no te disculpas.
—Bu-Bueno... si... ¡Pero yo no tengo la culpa!— gritó levantándose de su asiento y comenzó a caminar de un lado a otro.— ¡La tiene esa estúpida sanguijuela! ¡Y... y Carlisle también la tiene!
》¡¿Puedes creer que se besaron en frente mío?! ¡EN FRENTE MÍO! ¡SE COMIERON LA BOCA EN FRENTE DE MIS OJITOS!— se señaló mientras Billy tomaba tranquilamente de su té.— ¡AH! ¡PERO, NO! ¡RECORDEMOS QUE YO SOY SU COMPAÑERO! ¡COMPAÑERO UNA MIERDA!《
—Vaya... esos celos no te quedan bien.
—¡¿CELOS?! ¡NO ESTOY CELOSO!
—Ellian... claramente estas celoso.— respondió calmadamente.— Y más al haber intimado con el Doctor Cullen para luego aparezca esa estúpida sanguijuela y lo besara en frente tuyo.
》Pero no te puedes quejar, ni siquiera debes tener celos.《
—Y-Yo...
—Haz estado negando tus sentimientos por el Doctor Cullen desde que pisaste Forks.— le reprochó y Ellian de mala gana se volvió a sentar.— Siempre lo trataste distante, cruel y aunque desde que llegó la impronta de mi hijo, su relación fue más cercana. Siempre le pusiste un muro que lo alejaba de ti.
》Y se notaba a millas que el Doctor Cullen te estaba dando su tiempo pero... bueno, estas cosas podían pasar.— explicó.—Además... ¿Que creías? ¿Que el Doctor Cullen no tuvo en su larga vida una pareja?《
—Obviamente se que tuvo parejas.— habló bebiendo de mala gana su té.— Pero no me habló de él. Él me contó su historia y no se... se olvidó de hablarme de él.
—¿Y por qué te tendría que haber hablado de él? Por ahí es algo que todavía no estaba listo... Como tú no quieres hablar de él, el Doctor Cullen también no quiso.
Ellian suspiró amargamente.
—Odio cuando tienes razón.
—Gracias.
—¿Y qué hago? No quiero estar ahí pero quiero estar con pulguita pero no quiero encontrarme con esa estúpida sanguijuela pegado al Doctor Cullen.— respondió con la mandíbula tensa.—Además... discutimos Carlisle y yo.
—Espera... ¿Discutieron?— parpadeó sorprendido Billy.— ¿Por qué? ¿Y de qué?
Ellian estaba a punto de responderle cuando el timbre de su celular llama su atención.
—Oh Dios mío...
—¿Qué? ¿Quién es?
Ellian miró su teléfono para luego mirar a Billy y así sucesivamente.
—Es... Es Charlie.— susurró con un nudo en su garganta.— Él me está llamando.
—¡¿Que estas esperando?! ¡Contesta!
Ellian con sus manos temblando, apretó el botón verde y se lo llevó rápidamente hacia su oreja.
—Cha-Charlie...
—Ellian...
El mayor Swan no pudo contener las lágrimas que salían de sus cuenta al oír una vez más la voz de su hermano. Luego de lo que habia sucedido en Halloween no habían tenido contacto, cuando lo llamó el nunca le respondió y ahora escuchar su voz una vez más, sentía que ese nudo en su pecho se aflojaba.
Billy sonrió al ver a su mejor amigo de aquella manera y lo entendía. Jamás en su vida había presenciado que los dos Swan se pelearan de tal manera que no se hablaban ni se veían por varios meses.
Y ahora... estaban hablando otra vez.
Bueno... eso estaban intentando, ya que hasta el Black se estaba dando cuenta lo incómodo que estaban los dos.
—Si, Charlie...— le volvió a hablar, teniendo miedo que el menor cortara.— ¿Escu... escuchaste mi mensaje de voz?
—Sí.
—Ya... ya veo.— susurró desanimado al darse cuenta que Charlie escuchó su mensaje de que se iba de viaje pero de igual manera no le devolvió la llamada.
En el pasado, si Ellian le decía que se iba a un lugar Charlie inmediatamente preguntaba a donde iba, que comería, donde dormiría y si se llevaba todo. Sin embargo, ahora... ni siquiera tuvo ninguna respuesta del otro lado.
—Prometiste darle tiempo.— pensó masajeando el puente de su nariz.— Darle tiempo.
Ellian escuchó un suspiro cansado del otro lado y se sorprendió al oír la pregunta de Charlie.
—Oye... ¿Estás en la casa Cullen?
Ellian frunció el ceño y dijo cortante.
—No... 》ouch《— se quejó en voz baja al haber sido golpeado por Billy.— ¿Por-Por qué preguntas?
—Bueno... no importa.— respondió un poco preocupado.— Bueno... ¿Puedes venir a casa?
—¿A ca-casa?— tartamudeó sorprendido y emocionado.— ¡S-Si! ¡Si, ya voy!
—No te emociones.— le respondió cortante.— No quiero que vengas a casa por lo que crees... solamente... es que hay...
Billy aplanó los labios molesto al ver como el rostro de Ellian se transformaba del dolor al haber sido tan cortante que a pesar de no estar en altavoz, lo podía escuchar claramente.
Ellian sacudió su cabeza y preguntó con dudas al oír lo último.
—¿Es que hay?— insistió ante el silencio del menor al no haber seguido la oración.— ¿Charlie? ¿Es que hay? ¿Qué?
—Hay alguien aquí que dice conocerte.
—¿Cómo?— cuestionó cortante y tenso, levantándose de su asiento.— ¿Alguien? ¿Quién es, Charlie?
—Ah...— dudó.— Hay un hombre que se llama Peter Hale...
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¡Hey! ¡¿Cómo están?!
¡Nuevo capítulo!
¿Qué les pareció?
¡¿Les gustó?!
¡Espero que sí!
¡Voten y comenten!
Vuelvo a desaparecer por tema de trabajo.
Cuídense.
Besitos.
~M.
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