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Capítulo 26. Hombres lobos, mitad Kanima, un Hellhound y un vampiro en Londres














































—¡¿Que demonios?!— gritaron los tres sorprendidos mirándose sin poder creerlo.

—¡¿Que demonios hacen?! ¡¿Se creen Batman o qué?!— los regañó Ellian furioso poniendo sus manos en la cadera viendo como Jackson ayudaba a Ethan a levantarse del suelo.— ¡¿Que es esto?!

—¡Matamos sanguijuelas!— le reprochó Jackson.— ¡Es lo que hacemos!

—La pregunta aquí es...— interrumpió Ethan más calmado, para luego estallar de indignación.— ¡¿Que haces defendiendo a un vampiro?!

—O mejor dicho.— continuó Jackson señalándolo.— ¡¿Que haces tú con un vampiro?!

Ellian jadeó sorprendido ante el cuestionamiento de los menores hacia él.

—¡El agente del FBI soy yo jovencitos!— los regañó.— ¡¿Y cómo es eso que matan vampiros?!

》¡¿Son alguna clase de la Liga de la justicia?! ¡¿Son "La Venganza"?! ¡¿O qué?! ¡En serio! ¡¿Que diablos hacen matando vampiros en la oscuridad de un maloliente callejón?!《

—¡Pero tu dijiste..!

—Creo que...— interrumpió una voz calmada aunque adolorida, llamando la atención de esos tres.

—Carlisle.— llamó Ellian realmente preocupado agachándose al lado del rubio, pasando un brazo por encima de sus hombros y su otro brazo en la cintura del rubio, ayudándolo a levantarse.— ¿Estas bien? ¿Tienes todas tus partes?

》¿Te sacaron algo?《

Carlisle parpadeó varias veces sin poder creer el tono de preocupación del castaño que lo miró sorprendido notando como los orbes chocolates del Swan recorrían su anatomía llenos de preocupación.

El rubio sonrió y le respondió.

—Estoy bien...— susurró.— un poco... dolorido...

》Nunca me sentí así.《

Ellian estaba a punto de preguntar a donde le dolía porque nunca se había enfrentado en una situación en donde un vampiro sintiera dolor debido al ataque de un ser sobrenatural, como en el caso de un hombre lobo o una quimera siendo mitad lobo mitad reptil. Además que nunca le ha preguntado a un chupasangre si dolía los ataques ya que los terminaba carbonizando de un solo ataque.

Y ahora... no sabía que hacer.

No sabía cómo ayudar al padre del esposo de su sobrina.

—Estoy bien.— susurró suavemente el rubio, llamando de vuelta su atención al realmente ver en los orbes del castaño la preocupación.— ya pasará...

—No lo sé...— dudó Ellian notando como en el cuello del rubio había marcas fuertes de garras, las garras de la quimera.— las garras lograron quebrajar tu piel...

—Sanará con... el pasar de la hora.— susurró Carlisle costandole hablar pero aún así sonriéndole suavemente.

Ellian disconforme y sintiendo a su sabueso removerse en su interior queriendo salir a destrozar a esos dos jóvenes que se atrevieron a atacar a su compañero, primero intentó calmar a su parte sobrenatural para que no hiciera una estupidez. En si, era su culpa por haber dejado al rubio Cullen solo y más el haber enseñado a los jóvenes de la manada, la existencia de las sanguijuelas causando que varios ya se haya enfrentado a ellos, como lo hacían Ethan y Jackson y como Peter y él, que a veces cuando se juntaban, como divertimento cazaban sanguijuelas de orbes rojos que asesinaban a humanos.

Suspiró cansado causando que su aliento cálido chocara contra la mejilla del rubio que éste tuvo que apartar la mirada del Swan donde antes se encontraba en los labios y miró a los dos muchachos que estaban expectantes y con una ceja alzada.

—Esta bien, por ahora te creeré.— refufuñó con un puchero en sus labios, notando como el rubio lo ignoraba.— y ustedes...— miró fulminante a los muchachos causando que los dos alzaran las manos.

—Ya nos rendimos.— se defendió Jackson sacando un bufido al castaño.— Pero, volviendo al tema principal, ¿Que haces aquí Ellian?

—Creo que es mejor hablarlo en nuestra casa.— interrumpió Ethan.— El "amigo" de Ellian no está bien.

El Swan ignoró por completo la insinuación sobre esa palabra y asintió con la cabeza estando de acuerdo con el menor.

—El hombre que atacaron tiene nombre y apellido.— los regañó con la mirada por su falta de educación.— Se llama Carlisle Cullen, preséntense.

El reptil bufo cruzado de brazos estaba reaccio a decirle quién era, sin embargo la mirada aterradora  del Swan  le daba más miedo que enfrentarse a cazadores y respondió.

—Jackson Whittemore.

—Ethan  Steiner.

—Un gusto en conocerlos, como dijo Ellian, soy Carlisle Cullen.— susurró un poco adolorido pero igual sonrió amablemente.

—Bien genial ya se presentaron, cambiando de tema, ¿Tienen auto?— preguntó, dejando a esos dos pasar a su lado, saliendo los cuatro del callejón siguiendo a los menores mientras que ayudaba al Cullen a caminar.

—Por supuesto que tenemos auto.— respondió arrogante Jackson.— Pero no será necesario.

—¿Ves ese edificio de allá?— continuó Ethan señalando un gran edificio lujoso a solo unas cuadras de su ubicación.— Ahí vivimos.

Ellian chifló y dijo.

—Maldito niño rico.— sonrió divertido.— Comparte algo, ¿Quieres?

—Ja, no.

—Oye, te recuerdo que te salvé la vida.— refutó Ellian con fanfarronería.

—Corrección, tu solo me golpeabas para que volviera a la normalidad.— se quejó Jackson, que aunque caminaba adelante miraba sobre su hombro a los dos mayores, donde Ethan sonreía con burla por la conversación mientras que Carlisle no entendía nada de lo que estaban hablando.— ¡Eso no es salvarme la vida!

—¡Yo no hablo de ese momento! ¡Hablo de cuando esa estúpida cazadora los secuestró! ¡¿Y quién fue quien los encontró?!— se señaló como una diva, aún sosteniendo con su otro brazo la cintura del vampiro.— Este hombre sobrenatural.

—No, los primeros fueron Stiles y Lydia.

—¡Eso no es cierto!

—Para cuando tu llegaste, nosotros ya estábamos libres.— se defendió esta vez Ethan.— Y si fueron ellos primero.

El Swan hizo un puchero al oír la respuesta de los dos menores sabiendo que tenían razón, pero ignorando eso, el castaño se encontraba feliz de ver a los dos bien y asquerosamente enamorados.

—Esta bien, ustedes ganan.— susurró molesto.— Pero por ahora.

—Si, si...— rodaron los ojos los dos, sabiendo lo infantil que es Ellian. Donde para ninguno de los dos se le pasó desapercibido como el castaño estaba cerca del vampiro y como lo ayudaba cuando sabían perfectamente que la sanguijuela se encontraba perfectamente bien, bueno, por lo menos podía caminar solo. Tampoco se les pasó desapercibido como los orbes dorados del vampiro, que tenían curiosidad por ese color, no dejaba de mirar al Swan con esa mirada que ellos conocen a la perfección, ya que es la misma que ellos se dirigen cada vez que se ven.

—Por cierto, chicos... ¿Ya comieron?

—Si.— respondió Jackson sacando una tarjeta magnética para entrar al gran edificio.— Buenas noches Matt, son unos amigos.

Jackson saludó al portero y señaló al Swan y al Cullen que éstos asintieron con la cabeza.

—Buenas noches joven Whittemore.— respondió el portero mirando a una sola persona.—¿El joven se encuentra bien?

Los cuatro se tensaron y los dos menores se rieron nerviosos.

—Esta un poco mareado.— respondió Ellian con una sonrisa burlona.— Ya sabe, se pasó un poco de copa.

Carlisle fingió estar mareado y apoyó su cabeza sobre el hombro del castaño, causando que Ellian se tensara y se pusiera nervioso al sentir la punta de la nariz del vampiro sobre su piel.

Atrevido.— pensó avergonzado Ellian ante la descarada cercanía del rubio sobre él.

》Que sea así siempre.《

Cállate.— refufuñó Ellian en sus pensamientos.

—Oh, entiendo.— se rió el portero.— Será mejor que vayan rápido antes de que vomite o se desmaye.

—Si, tiene razón.— respondió rápidamente Ellian haciendo con un gesto de cabeza hacia los menores y fueron hacia el ascensor sin antes haberse despedido del portero.

Al estar en frente del ascensor Jackson presionó el botón y éste rápidamente abrió sus puertas. Los cuatro entraron escuchándose la típica canción dentro de la caja de metal, en la cuál tanto el Cullen y el Swan no se le pasó desapercibido como Jackson había presionado el último botón.

Arriba de todo.

—Por cierto...— comentó Jackson rompiendo el silencio, los cuatro mirando la pantalla de como subía el ascensor, recibiendo obviamente una mirada de advertencia por parte de su novio.— Tengo curiosidad.

—¿Con que?— preguntó Ellian mirando ahora al menor.

—Sigo sin entender una cosa.

—¿Que cosa? Ya habla de una vez.

—¿Están... saliendo?

Silencio.

Ellian podía sentir como su rostro se incendiaba de un tono rojizo, donde todos pudieron verlo a través del reflejo, que inmediatamente nervioso respondió.

—¿Que? ¡No! ¡Claro que no!
























































—Entonces, déjame recapitular... ¿Por qué estas en mi cocina?

—Duh, porque me estoy cocinando.

—¿Y por qué estas cocinando con mi mercadería?

—Porque no comí, gracias a ustedes hay que recalcar.

—Podrías haber comprado por delivery.

—Ya son pasadas de la medianoche Jackson, ¿Que lugar está abierto? Y más en Londres.— se defendió el castaño.— Además me lo deben, no solo no pude comer gracias a ustedes sino que también atacaron a mi compañero.

Jackson suspiró amargamente y respondió.

—Bien, pero después lo quiero todo limpio.

—Por supuesto, sabes que lo que uso luego lo limpio.

Ahí Jackson le dio la razón y siguió observando como se hacia un bife a la plancha y en una olla a parte calentaba unos fideos para acompañar.

—Si, soy Carlisle Cullen de la habitación 506... si...

Ellian al oír inmediatamente la voz del Cullen, que hablaba por teléfono con la recepcionista del hotel donde se están hospedando, miró sobre su hombro encontrandolo de espalda mientras seguía con su charla.

—Mmm...

Al escuchar ese sonido volvió su atención hacia Jackson que lo miraba con orbes entrecerrados, provocando que se irritara el Swan.

—¿Qué?

—¿Seguro que no estas saliendo con él?

—¡Que no!

—¡Esta bien! ¡Pero no me apuntes con el cuchillo hombre!

—Ellian por favor quiero casarme con este idiota, no me dejes viudo tan  temprano.— interrumpió con burla Ethan acercándose a su futuro prometido, que detrás de él, con curiosidad y avergonzado al tener que haberse alejado del grito específico del joven debido a la palabra 》cuchillo《 que asustó a la recepcionista, se acercaba Carlisle que había terminado de hablar con el hotel.

—Entonces que se deje de decir estupideces.— masculló molesto, volviendo su atención hacia su comida. Pero, al notar a Carlisle como un cachorro observando con curiosidad y con timidez todo el lugar, el Swan le habló.— ¿Ya terminaste de hablar con la recepcionista del hotel?

—Si, ya le he avisado de que no estaremos esta noche en el hotel para que no se preocupen.— respondió Carlisle un poco apartado de ellos, al no querer invadir el espacio. Sintiéndose como un intruso.— Amm... bonito penhouse.

Jackson alzó una ceja, desconfiado, mientras que Ethan le dio un codazo y respondió por parte de éste.

—Muchas gracias.

—Y, gracias por dejarnos estar aquí.— volvió a hablar el Cullen.

—Es un placer, bueno, luego de haberte atacado es lo mínimo que debemos hacer.— continuó Ethan, sonriendo amablemente hacia el vampiro.— Además eres compañero de Ellian, siéntete cómodo.

Carlisle sonrió y asintió con la cabeza. Sin embargo, un silencio incómodo los abordó donde Ellian rápidamente interrumpió.

—Yo ya estoy listo para comer... ¿Ustedes no quieren?— preguntó a los menores, que negaron con la cabeza.— Y bueno y a ti... no te pregunto porque bueno... no comes.

Carlisle sonrió y negó con la cabeza.

—Esta bien.

—Ven Ellian, aquí está el comedor.— llevó Ethan al castaño hacia el salón, siendo seguido por el vampiro y el reptil que éste último se fue a buscar copas y un vino en su despacho.— Puede sentarse.

Carlisle se sentó al lado del Swan mientras que este, muerto de hambre, comenzó a devorar la comida que se había hecho sin esperar el vino.

—Vaya... si tenías hambre.— se burló Ethan.

—Por su culpa.— recalcó una vez más, causando que el lobo rodara los ojos. Sin embargo, Ellian no lo vió teniendo su completa atención en el Cullen que observaba el lugar como si fuera lo más entretenido, sabiendo que se encontraba entre incómodo y tímido.—Por cierto, ¿Ya te sientes mejor?

Carlisle al tener la mirada chocolate del Swan sobre el, lo miró y le sonrió suavemente.

—Lo estoy, ya no duele.

—Pero se ven las cicatrices.

—Ya se irán.— respondió notando una pequeña mancha en la comisura de los labios del Swan.— No te preocupes.

Ellian no se encontraba satisfecho con esa respuesta, sin embargo, se sorprendió y se sonrojó al ver cómo Carlisle limpiaba la comisura de su labio con una servilleta suavemente y concentrado.

—Tienes que probar este vi... ¿Interrumpo algo?

Ellian gruñó y miró molesto hacia Jackson mientras que Ethan se rió de la situación que lo ocultó con una tos falsa.

—¿Es bueno ese vino?— decidió esta vez interrumpir Carlisle.

—Es uno de los mejores.— sonrió con fanfarronería.— ¿Quieres?

—Yo no bebo, pero gracias.

—Yo si quiero, sírveme.— demandó Ellian mostrando su copa.

—Por supuesto que querrías.— rodó los ojos Jackson mientras le servía.— ¿Y? ¿Que te parece?

—Nada mal, pequeño pejelagarto.

—¡¿A quién llamas pejelagarto?!

Ethan se rió a carcajadas al escuchar una vez más el apodo de su querido novio por los labios del Sabueso. Mientras que Jackson le gritaba al castaño y a su futuro esposo de que se dejaran de burlar de él.

A todo esto, Carlisle observaba con fascinación la situación, o más bien, miraba maravillado como Ellian se encontraba cómodo, suelto con una sonrisa en sus labios y hasta sus orbes brillaban de diversión con estar con esos dos jóvenes que se notaba que se conocían desde hace bastante tiempo.

Ellian con ellos... se veía tan lindo.

¿Que tendría que hacer él para que el Swan se sintiera así de cómodo a su lado?

¿Cómo podía hacer que Ellian le sonriera de esa manera?

—Entonces... volviendo a la forma tan bizarra que nos encontramos.— volvió a habla Jackson sentado al lado de su novio, que llamó la atención de Carlisle al haberse quedado embobado mirando al Swan que se sintió expuesto ante la mirada del otro joven, Ethan que lo miraba divertido. Por lo tanto, decidió prestar atención al otro joven que lo estaba mirando.— Por cierto, discúlpanos por haberte atacado... pero es nuestro trabajo.

—¿Trabajo?

—Matamos a tu especie.— respondió con obviedad.— A los de ojos rojos.

—Si, tengo curiosidad con eso.— interrumpió Ethan.— ¿Por qué tus ojos son dorados? ¿No eres completamente vampiro?

—Ah... si soy vampiro.— respondió con una sonrisa, algo confundido.— ¿Como sería eso de no ser completamente vampiro?

—Ah, es porque Jackson no es completamente lobo.— explicó Ellian después de haber tragado su último pedazo de comida.— Es un hombre lobo, hijo de la luna, pero también es un pejelagarto.

—¡Kanima! ¡Que también soy un Kanima!

—Corrección, tienes algunas partes del Kanima.

—Ah, ya veo.— susurró comprendiendo la palabra pero sorprendido de conocer a alguien que fuera de esa especie, ya que solamente lo había leído en uno de los libros sobrenaturales que los humanos habían escrito pero que no se sabia a ciencia cierta si eran reales o no. Realmente, él y su familia estaban viviendo en otro mundo al no haberse dado cuenta de la existencia de otras especies ya que los hombres lobos, hijos de la luna, fueron exterminados por el clan Vulturi gracias a Caius, sin embargo estaba feliz de saber que no fue completamente así.

—¿Entonces? Señor Cullen, ¿Por qué son sus ojos de un tono dorado?— preguntó Ethan con curiosidad.

—Es debido a mi alimentación.— explicó.

—¿No te alimentas de gente inocente?

—No.— sonrió.— Desde que me he transformado, jamás he consumido sangre humana.

—Vaya...— susurraron los dos sorprendidos, avergozando al Cullen y más al tener la mirada chocolate sobre él.— ¿Ni una gota de sangre humana?— insistió Jackson.

—No, nunca.

—¿Y entonces? ¿De qué te alimentas?

—De sangre animal.

Silencio.

—¡¿Que?!

—Ya, no exageren.— se quejó Ellian.— Se alimente de sangre animal y por eso sus ojos son dorados, toda su familia lo es.

—Wow... espera, ¿Familia?

Carlisle asintió con la cabeza.

—Toda mi familia tienen los orbes dorados, mis dos amigos y mis hijos.

—Espera... ¿Hijos? ¿Cullen? ¿Por qué su apellido me suena conocido?— preguntó Jackson a Ethan donde Ellian se atragantó con el vino, cambiando por completo el rumbo de la conversación.

— Espera.— recordó Ethan.— ¿No era que la sobrina de Ellian se iba a casar con un imbécil, perdedor, bueno para nada que le rompió el corazón a su sobrina, de apellido Cullen?

—¡Cierto!— chasqueó los dedos Jackson.— ¿Es usted algo de ese bueno para nada?

Carlisle sonrió y respondió.

—Soy su padre.

Silencio.

Ethan y Jackson se sonrojaron de la vergüenza y miraron con fea cara a Ellian que éste miraba hacia otro lado, también rojo de la vergüenza, ignorando por completo los orbes dorados del Cullen.

—Bueno... nosotros, lamentamos haber dicho eso de su hijo, señor Cullen.— habló Ethan luego de calmarse, al igual que Jackson que asintió con la cabeza.

— Tranquilos, no sabían que yo era su padre.— sonrió amablemente Carlisle.— Además... se lo que Ellian piensa de mí hijo, no se preocupen.

Ethan y Jackson se miraron  con dudas donde Ellian interrumpió con una clara molestia en su tono.

—Él sabe que no me cae bien su hijo y nunca me caerá bien por haberle hecho eso a mi sobrina.— bebió la última gota de la copa.— Ya dejen de preocuparse.

—¿Eso? ¿Qué? ¿Casarse?

Ellian se tensó y dijo con clara falsedad.

—Si... casarse...

—¿Que estas escondiendo? Habla.— ordenó Jackson señalándolo.

—¿Esconder? ¿Esconder qué? No estoy escondiendo nada.

—Entonces... ¿Por qué estás aquí?

—Ya les dije...

—No nos dijiste.— interrumpió Ethan.

—Estoy de vacaciones.

—¿Con el padre del esposo de tu sobrina que odias con todo tu ser?

—Primero, no lo odio con todo mi ser, me cae pésimo pero no le deseo la muerte... aunque este muerto.— enumeró con sus dedos.— Segundo, ¿Que tiene que salga con el padre del esposo de mi sobrina? Carlisle no es la persona me cae mal, duh. Y tercero, sí, estoy de vacaciones, ¿algún problema?

—Bueno... no, pero sabemos lo mentiroso que eres y lo fácil que te resulta guardar información.

Ellian ofendido, se cruzó de brazos y dijo.

—No les voy a negar que soy un buen mentiroso, pero, por favor... ¿Ocultar información? ¿Cómo qué?

—Sabemos que estás mal por tu hermano.

—¡¿Quien diablos les..?! No, esperen, ya se quien fue.— se masajeó las sienes, molesto.— Voy a matar a Peter.

—¿Quien será Peter?— pensó con curiosidad el Cullen, escuchando con atención la conversación y dándose cuenta claramente que Ellian no quería que esos muchachos se enteraran de la verdadera situación que los rodeaba y respetó ese silencio.

—Peter como todos en la manada estamos preocupados por ti.— respondió Ethan con clara seriedad al igual que Jackson, sorprendiendo al Cullen al verlos así.— Sabemos como se siente que un familiar, humano, se entere que eres un ser sobrenatural... de lo peligroso que es.

》Y sabemos también lo importante que es tu hermano para ti que nunca dejaste que se enterara del mundo sobrenatural, hasta ni siquiera dejabas que Peter lo conociera por ser un hombre lobo...《

Ellian realmente agradeció a los niños de la manada por su preocupación notando el aprecio que todos tenían hacia él, al igual que él amaba a esos niños que siempre estaban en peligro en ese pueblo maldito.

Viendo a Jackson y a Ethan juntos teniendo una buena vida, a pesar de su cacería con otros vampiros, le gustaba verlos bien y no estando tan metidos en el mundo sobrenatural. Ya que, siempre al ver a Ethan tiene un pesar en su corazón al no haber podido salvar a su gemelo, que recordando a Ethan también le dolía el pecho al recordar la muerte de Allison. Ambos adolescentes con un gran futuro y que se les fue arrebatado.

—Estoy bien.— respondió con una sonrisa en sus labios, que aunque no era de felicidad, podían decir que sí, estaba comenzando a sentirse mejor.— No se deben preocupar por mí, mi hermano necesita tiempo. Solo eso.

—Esta bien... vamos a creerte por ahora.— bufó un poco en desacuerdo Jackson viendo como Ellian se levantaba de la mesa y agarraba los platos para ir y lavarlos.— Deja eso ahí, después lo lavaré yo.

—No, dije que los iba a lavar y lo haré.

—Te ayudo.— se levantó Carlisle y acompañó al Swan hasta la cocina, donde los dos en un silencio agradable Ellian lavaba el plato y los cubiertos y Carlisle lo secaba.

—Gracias y perdón.— susurró lo más bajo posible y cerca del Cullen para que no escucharan los dos metiches jóvenes que podía sentir sus ojos clavados en su nuca.

—¿Por?— preguntó en el mismo tono de voz, también cerca del Swan, donde sus brazos no solo se rozaban sino que estaban pegados, pudiendo los dos oler el perfume del otro y el aroma característico de cada uno.

—Gracias por no decir nada.— murmuró, cerrando la canilla al haber ya lavado los utensilios que usó y se giró un poco para mirarlo a los ojos, sorprendiendo al vampiro al ver esos orbes chocolates lleno de sinceridad y brillando de un sentimiento que no pudo descifrar.— Y perdón por lo que te hicieron, lo aprendieron de mí.

—¿De ti?— preguntó con curiosidad, acercándose un poco más al Swan, chocando casi sus anatomía, quedando Ellian atrapado entre el cuerpo del vampiro y la cocina, que no le importaba. De hecho, se sentía bastante cómodo.— ¿Cómo es eso?

—Bueno... ya sabes, yo le enseñé de su existencia para que se defendiera por si se encontraban con tu especie.

—Ya entiendo, pero tranquilo.— sonrió amablemente, causando que Ellian se quedara embobado por la sonrisa en esos labios.— Desde mi punto de vista, los estás protegiendo y lo entiendo.

Ellian avergonzado miró hacia otro lado y asintió con la cabeza, intentando calmar a su acelerado corazón que no se había dado cuenta de sus propios latidos.

Mientras tanto Jackson y Ethan observando la situación entre esos dos, se miraron a los ojos y pensaron lo mismo.

Esos dos... están saliendo.

Ethan sin interrumpir su burbuja romántica, se fue hacia el cuarto que compartía con su novio y buscó unas ropas para prestar al Swan mientras que Jackson preparaba la habitación de invitados para, valga la redundancia, sus invitados.

—Ten Ellian creo que está ropa te entrará para dormir.

Encontrandose en el comedor, Ellian sonrió y agradeció al menor.

—¿Puedo darme una ducha?

—Por supuesto.— señaló sobre su hombro.— En la habitación hay un baño privado.— y miró hacia el vampiro.— Creo que... te podría entrar la ropa de Jackson.

—Oh no, tranquilo.— sonrió.— No lo necesito.

—Él no duerme.— intervino Ellian.— los vampiros no duermen pero... ¿Seguro no te quieres cambiar de ropa?

—Estoy bien.

Ellian aplanó los labios para luego encogerse de hombros, escuchando como Jackson lo llamaba y Ethan les enseñó el lugar. Carlisle observaba con curiosidad las fotos, viendo que el joven Steiner estaba con otro joven muy parecido a él, siendo claramente su gemelo. Luego veía fotos con otros jóvenes y en algunos se veía a Ellian sonriendo.

Le llamaba mucho la atención esos jóvenes, preguntando si todos esos chicos en la fotos eran seres sobrenaturales ya que se veía con claridad que podían pasar por simples humanos y no por seres sobrenaturales, no como su especie. Además, también le picaba las manos de curiosidad al querer saber más sobre 》La manada《 que escuchó anteriormente.

—Que buena habitación.

Carlisle reaccionó y se dirigió hacia el Swan donde lo encontró viendo el gran ventanal que tenía, que el vampiro admitió esos dos jóvenes tenían una muy buena vida.

—Nosotros los dejamos solos.— habló Jackson saliendo del baño del cuarto que le había abierto la ducha.— Ahí tenés para ducharte Ellian.— luego miró al vampiro.— ¿Seguro que no quieres mi ropa?

—Estoy bien, gracias.

Jackson se encogió de hombros y los dos salieron de la habitación. Ellian mientras tanto se dirigió al baño, sin antes de cerrar la puerta, miró una vez más al Cullen.

—Me quedaré aquí.— habló Carlisle, sonrojando al Swan al haber sido leído con claridad por parte del de orbes dorados.— Hablaré con Edward para ver cómo está todo por allá.

—Genial, saluda de mi parte a mi sobrina y a mi sobri-nieta.

—Lo haré.

Los minutos pasaban y Carlisle hablaba por mensaje con su hijo ya que si lo llamaba seguro que su conversación sería escuchada por los jóvenes. Estaba aliviado al leer que se había juntado más testigos, siendo ya unos 14 vampiros que fueron a su ayuda, sumándole que Rosalie y Emmett ya habían vuelto de su viaje al igual que Esme y Theo, solamente faltaban volver ellos con unos testigos más que debían buscar.

Esperaba encontrar a Toshiro.

Carlisle, al escuchar la canilla cerrarse, decidió no contarle a Edward donde se encontraban y con quienes se había encontrado y rápidamente terminó la conversación con su hijo, sin antes decirle que Ellian le mandaba saludos a Bella y a Nessi.

—Mierda, la remera no me entra...— se quejó Ellian saliendo del baño mientras se secaba sus cabellos.

—Duerme sin ella.— respondió Carlisle guardando su celular y girando sobre sus talones para ver al Swan, chocando con el torso desnudo y semi-mojado del castaño una vez más.

Silencio bastante tenso.

Carlisle trataba de apartar su mirada el torso desnudo de Ellian pero no podía, como si una fuerza magnética lo obligara a mirar aquella zona.

—¿Puedes dejar de mirarme de esa manera?— se quejó Ellian con sus mejillas rojas, que Carlisle no sabía si era por la vergüenza o por haber salido recién de la ducha.

—¿D-De esa manera?— preguntó en voz baja, esta vez clavando sus orbes en los ojos chocolates del Swan.

—Olvídalo.— bufó, volviendo al baño para dejar la toalla allí y tomar un poco de aire alejándose de los devoradores orbes dorados del vampiro, sorprendido por las reacciones de su cuerpo y su corazón acelerado una vez más, latiendo tan rápido que estaba seguro que saldría de su pecho.— Tranquilízate...

Pero la mirada dorada tan... intimidante y devoradora de Carlisle volvía a su mente y causaba que su cuerpo temblara.

Odiaba y le emocionaba de cierta manera el sentirse así, como una presa.

—Yo...— habló Carlisle sin acercarse al baño, también sintiendo las mismas  emociones que el Swan. Hasta sus aromas se estaban mezclando en la misma habitación y eso lo estaba volviendo loco. Carraspeó un poco para recuperar el control y continuó.—Yo iré afuera... buscaré a mi amigo.

Eso a Ellian lo volvió a la realidad e inmediatamente salió del baño, encontrandolo cerca de la puerta que rápidamente se puso en el medio y lo miró molesto.

—¿Te irás sin mí?

Carlisle no pudo responder ante la cercanía que estaban. Literalmente los separaba un hilo de espacio entre ellos. El vampiro podía observar como las gotas de agua caían de sus cabellos y bajaban, acariciando las mejillas del Swan para luego caer y chocar contra la clavícula y parte de su pecho. Hasta tenía un adorable lunar del lado del corazón tan pequeño que si no fuera por su cercanía y por su vista mejorada era difícil verlo.

Ellian también, tarde, se dio cuenta de su cercanía. Sin embargo, en este mismo momento no le importaba el hecho de que estuvieran así de pegados, estando su espalda contra la puerta ni la anatomía del Cullen casi encima suyo, no cuando lo miraba de esa manera que hacía que su propia piel se derritiera y que su sangre comenzara a arder como fuego.

Diablos... quería, quería que lo mirara de esa manera todo el tiempo.

Deseaba, en este mismo momento, olvidarse de porqué estaban allí, que se olvidara de su amigo y que se quedara ahí con él, mirándolo de esa manera que le estaba comenzando a gustar, esa mirada de depredador sobre su presencia.

Le fascinaba esa faceta del angelical Doctor Cullen.

¿Quién diría que el respetado y amable doctor de un pueblo escondido tendría esa mirada y porte tan... depredadora? Tan intimidante, dominante.

Hasta su sabueso en su interior estaba reaccionando a su dominación. Él, un depredador nato, estaba volviéndose sumiso por el vampiro, doctor Cullen, alias Ángel.

Ellian sonrió divertido al darse cuenta que podía ser un Ángel pero también, detrás de esa sonrisa amable, ocultaba un gran demonio dominante.

Después de todo, ¿No fue Lucifer uno de los ángeles más hermoso?

El Swan dio un paso más cerca, logrando oler el aroma a manzana entrar por su fosas nasales y observando con claridad como el cuerpo de Carlisle se tensaba como la cuerda de un violín, conteniendose.

Controlandose.

Hasta vio en primer plano cómo los orbes dorados del Cullen se oscurecían del deseo.

Deseo.

Él también lo deseaba y puede hasta más que el.

—¿Por qué te estas conteniendo?— preguntó con una sonrisa ladina, chocando sutilmente su mano con la mano del Cullen que estaban pegado a cada lado del tenso cuerpo del vampiro. Temiendo que si se relajara, sus manos se moverían solas y tocaría cada extremidad de piel expuesta del Swan delante suyo.

—No...— tragó saliva al tener las manos del Swan subiendo por sus brazos, sus dedos deslizándose apenas sobre las mangas de la camisa pero aún así podía sentir su piel que quemaba. Quemaba dolorosamente bien.— No podemos.

》Además... no eres así.— habló con tan seriedad que solamente causó que el cuerpo de Ellian temblara.— ¿Acaso tenía algo el vino?《

Ellian se rió, cautivando los oídos del Cullen, y negó con la cabeza salpicando algunas gotas sobre su piel.

—Ángel no me puedo emborrachar no importa cuánto beba, mi lado sobrenatural lo evapora al instante.

—¿En serio?— preguntó suavemente, relajándose al tener las manos del Swan sobre sus mejillas que con su dedo pulgar limpiaba las gotas que habían caído sobre su rostro.

—Si.

—¿Entonces?— preguntó, agarrando las muñecas del Swan, alejándolo.— ¿Por qué te estas comportando así?

—¿Así cómo?— inclinó su cabeza hacia un lado, inocente y provocativo. Cuasando que Carlisle empujara a Ellian contra la puerta y lo sujetara con firmeza las muñecas del Swan a cada lado de su cabeza.

Sus narices rozándose y mirándose los labios y a la vez a los ojos.

—¿Y tu, Ángel?— preguntó tan bajo, acercándose un poco más al contrario, cerca de los labios del rubio y mirando fijamente los orbes dorados de su vampiro.— ¿Por qué te estas controlando?

Un solo movimiento.

Un solo empujón.

Un roce y ya no habría vuelta atrás.

Solamente eso... pero...

—Perdón por interrumpir su situación pero... no me quiero quedar sin Penhouse.— interrumpió Jackson con molestia, siendo regañado por Ethan.— Así que... Ellian podrías calmarte, quemarás la habitación... hasta nosotros podemos sentir tu calor de tu sabueso y estamos en el comedor.

Tanto Carlisle y Ellian reaccionaron a la vez y rápidamente se alejaron, Carlisle colocándose en el otro extremo de la habitación.

—¡Gracias!— agradeció el reptil sarcásticamente a la vez escuchándose el fuerte regaño de Ethan como 》¡¿Por que los interrumpiste?!《 》¡Te dije que nos fuéramos y lo dejáramos solos!《 mientras que Jackson también se quejaba de porque tenía que irse de su hogar cuando eran las otras personas que estaban calientes como perro alzado.

Ellian rodó los ojos y abrazándose así mismo, sintiéndose expuesto, le gritó a Ethan.

—¡Ethan! ¡¿No tienes otra remera?!

—Ahí te busco.

—Gracias.— suspiró aliviado.

Ellian sentía que salía vapor de sus orejas y miraba de reojo al Cullen que éste miraba el paisaje del gran ventanal.

—Será... será mejor que ya me vaya.— habló Carlisle volviendo a ser él mismo.

—Espera, te ayudaré a encontrarlo.— intervino pero se mantuvo en su lugar, aunque no quería que el vampiro se fuera.

—Si voy solo, ellos no sospecharán.— le respondió con suavidad y en voz bien baja que se le dificultó al Swan escucharlo.—Se que no quieres que ellos... ya sabes y lo entiendo.

—Bueno, si... tienes razón pero...

—Me gustaría que te quedaras y descansaras.— le sonrió.— Regresaré.

—Se que regresarás o yo mismo te iré a buscar.— amenazó rojo como tomate, brillando de la vergüenza que Carlisle no se lo pudo tomar en serio. Y con una sonrisa ladina, le respondió.

—Entendido, Agente Swan.























































Luego de esa rara/ardiente noche y de que Carlisle se encontrara con el amigo, a la mañana desayunaron los cuatro juntos donde el vampiro supo más sobre las habilidades de un hombre lobo y del reptil para después despedirse volviendo al hotel para hacer el check out más rápido de lo pensado.

Ahora se encontraban los dos yendo hacia el nuevo destino para buscar a los últimos testigos que quedaban. Ya estaba ansioso de poder encontrar a esos vampiros y poder volver a casa, sin embargo, ademas de esa ansiedad Ellian desde hace un buen momento no se estaba sintiendo bien.

No creía que fuese por el avión, que ya se estaba acostumbrando un poco al tema de volar, sino que se estaba sintiendo diferente, hasta parecía que comenzaba a marearse.

Por suerte, solo era una hora de viaje.

—¿Seguro que te sientes bien?— volvió a preguntar Carlisle al ver cómo se acariciaba las sienes.

Ellian solamente le asintió con la cabeza, ya que siempre que lo miraba o escuchaba su voz, su mente volvía a hacerle recordar ese momento que vivieron los dos la noche anterior y se volvía a poner nervioso y a sonrojarse como un tomate.

—¿Ellian?

Apretó la mandíbula al oír su nombre salir de los labios del Cullen y intentando calmar su corazón, respondió.

—Si, solo estoy un poco mareado.— suspiró, animandose a mirar a Carlisle y antes de quedarse embobado en los ojos dorados del rubio, preguntó.— ¿Y a donde estamos yendo ahora?

—Iremos a Irlanda.— respondió Carlisle.— Ahí hay una mujer que conozco, no le gusta las injusticias así que creo que nos ayudará.

—Ya veo.

—También estoy seguro que ella conoce el paradero de otro viejo amigo, así que después de hablar con ella, lo buscaremos.— continuó.— Luego volveremos a casa.

—Genial, extraño a pulguita.

Carlisle sonrió y dijo.

—Si, yo también.

El silencio que quedó entre ellos no fue tenso ni incómodo, tan así que los dos quedaron cada uno en su mundo hasta que llegó el momento de viajar hasta el paradero del vampiro. Sin embargo, Carlisle al ver cómo Ellian se tambaleaba y comenzaba a quejarse en voz baja, decidió ir a un pequeño hostel cerca de la ubicación que debería estar su amiga.

—¿Estás bien?— volvió a preguntar, dejando las valijas en la habitación al ya haber llegado al lugar. Mientras veía como Ellian se tiraba en la cama y se hacía bollito.— No te ves bien... ¿Quiere que compre algo?

—Estoy bien, anda...— intentó sentarse y estiró su brazo, donde el vampiro agarró su mano notando la diferencia de su piel. Ellian estaba ardiendo. Sin embargo, el castaño le sonrió no queriendo ver esa mirada llena de preocupación por el y dijo.— Ve a buscar a tu amiga... mientras más rápido encuentres los testigos, más rápido volveremos a casa.

— Me preocupa dejarte solo.

—Se cuidarme solo.— se soltó del agarre y con sus piernas temblando empujó al Cullen.— No te preocupes por mi, seguro que cuando vuelvas ya me sentiré mejor.

—Pero...

—Por favor Carlisle.— resopló, abriendo la puerta de la habitación.— Ya... ya quiero volver a casa.

El Cullen aplanó los labios disgustado y preocupado por el estado actual del Swan pero al ver la mirada insistente en esos ojos chocolates, no tuvo más que otra que aceptar.

Suspiró resignado.

—Esta bien, volveré rápido.

Ellian sonrió y asintió con la cabeza para luego cerrar la puerta y apoyarse sobre esta, hasta caer sentado al perder fuerzas de sus piernas.

No sabía que le estaba pasando.

Comenzaba a tener mucho calor.

Se estaba mareando pero solo el sutil aroma a manzanas del Cullen lograba estabilizarlo.

Pero... ¿Por qué?

¿Por qué se estaba sintiendo así?

¿Había comido algo?

¿El desayuno?

Había dormido bien.

El desayuno era el de siempre.

¿Entonces?

¿Por qué se sentía así?

¿Que había pasado antes de irse?

Cuando se despertó, se encontró a Carlisle hablando con Ethan, luego fue al baño para hacer sus necesidades y después se puso un perfume que había allí porque no le gustaba salir sin tener una colonia sobre su piel.

Espera...

Eso es...

El perfume.

FLASHBACK

Ellian se encontraba lavando sus manos mientras intentaba no recordar la escena de anoche.

¿Cómo demonios había pasado eso?

Con recordar su mirada sobre el, volvía a calentar su sangre y su piel volvía a derretirse.

Negó con la cabeza para olvidarse de eso y para no sonrojarse cuando un aroma bastante peculiar le llamó la atención.

Ahí, a un costado del jabón, había un frasco violeta con un símbolo de un lobo.

Era un perfume.

Con curiosidad lo agarró al no reconocer el perfume y lo destapó pudiendo oler el delicioso aroma que desprendía. Se puso un poco en la muñeca hasta que se asusta al ver a Ethan entrar como un demonio al baño y más al ver la mirada de terror en sus pupilas.

—¡¿Pero que demonios?!— le gritó indignado Ellian al menor y más al ver cómo le arrebataba el frasco de perfume de sus manos.

—¡¿Lo usaste?!

—¿Que?

—¡Si te pusiste el perfume!

—¿Q-Que? No, no lo hice... ¿Que diablos te pasa?

Ethan se acercó a Ellian y lo olfateó pero no sintió el perfume en su piel.

Lo pensó, mirándolo con seriedad.

—Por ahí, al ser un sabueso, el fuego en su interior lo exterminó.

—¿Me dirás que te pasa?

—No puedes tocar ni ponerte este perfume, es un regalo de Deaton.

—¿Deaton les dio un perfume?

—Am... si.

—¿Por que te sonrojas?

—No es nada, solo... apresúrate que nos deben estar esperando abajo.

FLASHBACK

El maldito perfume.

Ellian inmediatamente agarró su teléfono y marcó el número del menor, agradeciendo que lo atendiera rápidamente y le gritó completamente indignado.

—¡¿Qué mierda era ese perfume Ethan?!

—¿Qué?— preguntó confundido el nombrado hasta que al comprender las palabras, estalló de indignación.— ¡¿Te pusiste el maldito perfume?!

—¡Si!

—¡Dijiste que no!

—¡Te mentí! ¡¿Si?! ¡Vivo mintiendo!— bramó furioso queriendo llorar del dolor en todo su cuerpo, de lo ardiente que estaba, de calor que sentía en toda su anatomía que hasta su sabueso lloraba en su interior sin soportarlo. A duras penas llegó al baño y se tiró en la bañera abriendo rápidamente la canilla de agua fría causando que el contacto del agua con su piel ardiendo saliera vapor mientras que puso en altavoz la llamada para alejarla del agua.— ¡Dime que carajos era!

》¡Siento que soy una maldita estufa! ¡Como si estuviera en un maldito volcán y es mucho decir que nunca estuve allí!《

—Así que tiene efectos diferentes en cada especie...— murmuró el chico para si mismo.

—¡Ethan!

—Ya, ya...— respondió resignado.— solo... es que la respuesta no te va a gustar.

—¡Solo dilo!— gruñó furioso agarrando con su mano la cortina, sorprendiendose al verla prenderse fuego.— ¡Mierda!

—¿Ellian?

El castaño ignoró su llamado y rompió las cortinas con fuerzas para meterlas en la ducha y se apagara rápidamente el fuego. Que al ver lo negro que estaban las que eran antes cortina de baño, se quedó sorprendido sin poder hablar.

¡¿Que mierda?!

—¡¿Ellian?!

—Dime...— masculló con la mandíbula tensa apoyándose en los azulejos intentando apaciguar ese calor con el agua fría cerrando sus orbes.— dime que carajos era ese maldito perfume.

—Es un afrodisíaco.

—¡¿Qué?!





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¡Hey! ¡Tanto tiempo!

Después de un año y cinco días sin actualizar... ¡Volví! Y son 6.500 palabras.

¡Disfruten!

¿Que les pareció?

¿Les gustó?

Muchas por sus votos, comentarios y por las ¡200 mil lecturas!

Capítulo que viene... va a estar MUY CALIENTE.

¡Voten y comenten!

Cuídense.

Besitos.

~M.

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